Twenty

Bin y Dong Min bajaron del auto del mayor, ambos habían ido al lugar donde Dahyun se había estado quedando, llegaron al par que los señores Moon y la policía.

Dong Min se acercó a los policías.

- ¿Podría hablar un momento con la mujer? Será rápido. -los agentes policíacos se voltearon a ver dudando un poco. - No tardaré.

- Está bien, mientras mandaré a mis colegas a que rodeen la casa por si trata de escapar.

- Gracias. -el mayor se acercó a la puerta para tocar unas tres veces, Bin lo siguió, de ninguna manera iba a dejarlo solo con lo loca que estaba la mujer.

Alos segundos un rostro conocido para Dong Min abrió la puerta, era su ex cuñada.

- ¿Dong Min? Que sorpresa tenerte aquí.

- Es una total sorpresa, ¿podría hablar con tu hermana, Chaeyoung? -la chica asintió, dejándolo pasar.

"Así que ella no sabe nada"

- Ella está en la cocina.

Dong Min asintió, encontró rápidamente el comedor, la casa no era tan grande, y ya había ido un par de veces en el pasado.

Vio a la pelirroja mirando algo en su celular mientras tomaba una taza de café. El rubio se recargó en la pared, mirando atentamente sus movimientos.

- ¿Sabes que te acabas de meter en un gran problema? -la repentina voz de Dong Min asustó a la mujer, haciendo que saltara y volteara hacía la dirección del rubio.

- ¿Dong Min? ¿Qué mierda haces aquí? -se levantó de la silla, caminó hasta donde estaba el rubio y volteó a ver detrás de él. - ¿Qué hacen ustedes dos aquí, par de enfermos?

Bin apretó su mandíbula, y se acercó un poco más a Dong Min.

- Te repito, ¿Sabes que te acabas de meter en un gran problema?

- ¿Yo en problemas? Los únicos que se metieron en problemas fueron ustedes y más con las asquerosas imágenes que publicaron de ustedes. -escupió con rabia, Dong Min la miró unos segundos para echarse a reír fuertemente.

Chaeyoung al escuchar el escándalo se acercó a la cocina, sin entrar, solo escuchando desde afuera.

- Ya sabemos que fuiste tú, Dahyun.

- ¿Yo? Como si me importara tanto tu vida. -rodó los ojos.

- Vamos, puedes dejar de mentir, fuiste tan estúpida y mandaste las fotos a los padres de Moon desde aquí, la casa de tu hermana, ¿Crees que no nos daríamos cuenta? -sonrió un poco, mirando como la mujer se sorprendía un poco. - Pudiste también meter en problemas a tu hermana.

- No he hecho nada, ustedes solo me quieren hundir.

- Las pruebas suficientes ya están con la policía, que de hecho ya está afuera de la casa y ni trates de huir, tienen todo alrededor rodeado de agentes.

- ¡¿Qué mierda les pasa?! Yo de ninguna jodida manera iré a la cárcel.

- Oh sí lo harás, déjame decirte cuando, por el hecho de compartir imágenes íntimas sin consentimiento podrías ir 8 años a prisión, más otros 5 años por compartir fotos de un menor de edad, más otros 2 años por invasión a la propiedad, ¿Será que también contará cuando usaste a una chica para hacer quedar mal a Bin y fotografiarlo sin permiso? -le preguntó con una burlona sonrisa. - Estás realmente jodida.

La pelirroja apretó sus puños, sus lágrimas habían comenzado a bajar lentamente por sus mejillas, mirando con odio al que algún día fue su esposo.

- Eres una mierda de persona, Lee Dong Min.

- ¿Yo soy la mierda? ¿Qué he hecho? ¿Romper tu pobre corazón porque te engañe? Por favor, ambos sabemos muy bien que no tienes uno. Pero mira, para que veas que no soy malo, hagamos un trato. -la mujer lo miró confundida.

- ¿Un trato?

- Sí, tú te entregas por voluntad propia y yo muevo mis influencias para hacerte que esos posibles 15 años de prisión bajen a solo 5, ¿Aceptas? -propuso Dong Min, la pelirroja se mostró un poco sorprendida.

- ¿Crees que voy a creerte?

- Soy un hombre de palabra y siempre te lo demostré.

La mujer miró atentamente el rostro de Dong Min, pero en este no había algo que se viera sospechoso, solo una pequeña sonrisa amable, miró atrás, Bin solo se mantenía serio y en silencio.

- N-No, no quiero ir a la cárcel...

- La casa está rodeada de patrullas, irás sí o sí, no tienes escapatoria, tú decides si aceptar mi trato.

- Oh sí lo harás, déjame decirte cuando, por el hecho de compartir imágenes íntimas sin consentimiento podrías ir 8 años a prisión, más otros 5 años por compartir fotos de un menor de edad, más otros 2 años por invasión a la propiedad, ¿Será que también contará cuando usaste a una chica para hacer quedar mal a Bin y fotografiarlo sin permiso? -le preguntó con una burlona sonrisa. - Estás realmente jodida.

La pelirroja apretó sus puños, sus lágrimas habían comenzado a bajar lentamente por sus mejillas, mirando con odio al que algún día fue su esposo.

- Eres una mierda de persona, Lee Dong Min.

- ¿Yo soy la mierda? ¿Qué he hecho? ¿Romper tu pobre corazón porque te engañe? Por favor, ambos sabemos muy bien que no tienes uno. Pero mira, para que veas que no soy malo, hagamos un trato. -la mujer lo miró confundida.

- ¿Un trato?

- Sí, tú te entregas por voluntad propia y yo muevo mis influencias para hacerte que esos posibles 15 años de prisión bajen a solo 5, ¿Aceptas? -propuso Dong Min, la pelirroja se mostró un poco sorprendida.

- ¿Crees que voy a creerte?

- Soy un hombre de palabra y siempre te lo demostré.

La mujer miró atentamente el rostro de Dong Min, pero en este no había algo que se viera sospechoso, solo una pequeña sonrisa amable, miró atrás, Bin solo se mantenía serio y en silencio.

- N-No, no quiero ir a la cárcel...

- La casa está rodeada de patrullas, irás sí o sí, no tienes escapatoria, tú decides si aceptar mi trato.

Los ojos de la femenina estaban rojos, el llanto y las rabia invadiendo su ser, ella estaba acabada. Intentó arruinar a Dong Min y a Bin, pero al final se hundió ella misma.

- Los policías se cansarán de esperar, Dahyun.

- ¡Mierda! Está bien, acepto tu trato. -gritó, ya no le quedaba de otra.

- Genial, ahora ve a la puerta y entrégate.

Dahyun caminó temblorosamente hasta la sala, su hermana se encontraba ahí, llorando, ella solo le dio una mirada de disculpa, nunca habían sido tan cercanas pero había un cariño de por medio.

- Lo siento... -le susurró, abrió de manera lenta su puerta y caminó hasta estar en el medio del patio, puso sus manos arriba y se echó de rodillas.

Los policías no tardaron en correr hacia ella, esposándola mientras le decían indicaciones para poder subirla a la patrulla. Segundos después Bin y Dong Min salieron, con unas sonrisas cómplices.

- Realmente la convenciste. -habló Bin, pasando su brazo por los hombros del rubio.

- Sí, ella me creyó, lastima que la haré pasar más de 20 malditos años encerrada en ese lugar. -rio un poco.

- Yo sabia que no podías ser tan bueno con ella. -carcajeó también, vieron como Dahyun estaba ya sentada en una de las patrullas.

- Con dinero todo se puede, Binnie.

- ¿Festejamos? -preguntó, moviendo sus cejas de arriba a abajo.

- Está noche apenas empieza, vayamos a celebrar.

Dong Min iba cómodamente sentado en el asintió del copiloto, el menor iba manejando, dijo que lo llevaría a cenar a un restaurante y él encantado accedió.

- Llegamos, bebé. -le palmeó su muslo, el rubio jadeó enojado, estaba tan cómodo. -No te hagas y bajemos, hoy será una doble celebración.

Dong Min lo miró. - ¿Doble celebración?

- Sí. -el menor bajo de su asiento, caminando hasta el lado de Dong Min para abrirle la puerta. - Así que vayamos, bebé.

Dong Min se sonrojo un poco, cuando estuvo abajo Bin posicionó una de sus manos en su espalda baja y caminaron al elegante lugar.

Bin planeó todo instantáneamente, así que habían ido al restaurante de un amigo de la familia, Yoon San Ha, podía ir o a una de las habitaciones privadas sin hacer reservación.

Beneficios de ser amigo del dueño.

- Una sala. -pidió Bin, la chica de recepción asintió, y le dio la llave de uno de los cuartos, ella sabía muy bien quiénes eran las personas con trato VIP del lugar.

Dong Min encantado con todo siguió a Bin como si él fuera el adolescente impaciente.

Cuando ambos estuvieron dentro del lugar no tardaron ni cinco minutos en llegar los meseros, Bin había pedido algo ligero.

Porque esta noche él planeaba hacer muchas cosas junto al rubio.

- Este lugar es lindo, nunca había venido aquí. De hecho, hace años que no salía.

- Que bueno que te encontraste con un adolescente con ganas de ir a todas partes. -le guiñó haciendo reír al rubio.

Ambos platicaron varios minutos, la puerta fue tocada brevemente para después entrar con la comida, olía delicioso.

- Provecho. -los meseros hicieron una referencia y salieron del lugar.

Ambos se dedicaron a probar la deliciosa comida, Bin moría de ternura al ver los pucheros del rubio al comer, parecía un niño pequeño.

- Probablemente para mañana las fotos desaparezcan de todas partes y si alguien las vuelve a publicar tendría problemas. -habló Dong Min.

- Eso es bueno, en unos meses se olvidará todo.

Hubo un breve silencio, Bin suspiró y habló.

- Dong Min , en realidad yo quería preguntarte algo...

- Por supuesto, dime, Binnie.

- Yo sé que ambos ya nos llamamos por pareja, pero igual quería hacerte la pregunta para poder formalizar de una vez. -murmuró, se levantó de su silla y agarró la mano del rubio para que imitara sus acciones. -No es tan romántico como hubiera querido, pero moría por hacerlo, así que, ¿Me permitirías ser tu novio, Dong Min?

Una gran sonrisa se hizo presente en el rostro del mayor, quien saltó para abrazarse del cuerpo de Bin, asintiendo frenéticamente.

- Sí, sí, sí y sí, puedes ser mi novio, Binnie.

El pelinegro lo alzó de su cintura, dando pequeños besitos en su rostro, sintiéndose feliz de una manera inexplicable.

- Gracias, Dong Min, me esforzaré en ser un buen novio. - murmuró, juntando sus frentes.

- Estoy seguro de eso. ¿A esto te referías con doble celebración, Binnie?

- La otra celebración será en el departamento, cosita.

Dong Min se sonrojó, escondiendo su rostro en el cuello del menor.

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