Three
La mente de Dong Min dejó de funcionar al escuchar las palabras del menor, él podía echar a perder su hermosa vida de casado y pecar con él hijo de la amiga de su esposa, podía hacer eso.
"¿Estás seguro, Dong Min? Te llevó años conquistar a Dahyun"
Dong Min frunció el ceño, alejándose un poco, mirando el rostro del menor, este lo miraba de una forma penetrante, oscura, deseoso, y eso simplemente hizo que un fuerte escalofrío recorriera por su vientre.
Nadie lo había mirado así antes.
Y le gustaba, sentia tanta adrenalina, quería probar al menor, pero también estaba asustado, él siempre había sido un hombre de bien, honesto, que detestaba las infidelidades, y aquí estaba, queriendo restregarse contra el miembro de un adolescente. No sabía qué hacer.
-No sé...
Bin sonrió, no sabía si el mayor se miraba tierno o sensual con ese lindo sonrojo y sus ojos húmedos, pasó sus manos por sus mejillas, acariciando la suave piel, riendo un poco cuando el rubio cerró sus ojos, acercándose más al toque.
-Te digo la verdad cuando esa bruja que está con mi madre no merece a alguien tan puro como tú. - Murmuró, acercando su boca al cuello del mayor, dejando lentos besos húmedos.
Dong Min posó sus manos en los hombros contrarios, suspirando por sentir la lengua recorrer de su cuello a sus clavículas. Fue ahí cuando Dong Min sintió su miembro totalmente erecto.
-Moon, corrómpeme.
Bin sonrió, agarrando fuertemente el mentón del rubio para pegar sus bocas en un beso rudo, beso que Bin controlaba y que Dong Min intentaba seguirle el ritmo.
Era la gloria estar besando los labios del bonito rubio, su lengua y la contraria se encontraron, danzando entre ellas, conectando de una manera tan placentera, las manos de Bin bajaron al trasero del mayor, apretando y estrujando duramente.
Dong Min fue el primero que se separó, con la respiración agitada, mirando al pelinegro sorprendido, había sido un beso increíble. Bin le dejó un casto beso, llevando sus manos a la cremallera de Dong Min, bajándola para poder ver el bóxer negro del mayor.
Metió su mano por debajo de la ropa interior, y Dong Min juró tener espasmos cuando la mano de Moon tuvo contacto con su miembro, el placer y la adrenalina de estar cometiendo algo malo corrían por sus venas, echó su cabeza hacia atrás, mientras dejaba que el pelinegro lo masturbaba. Mordió fuertemente su labio inferior cuando el menor desabotonó los tres primeros botones de su blanca camisa, dejando a la vista esos bonitos botoncitos parados, Bin acercó su boca a uno de ellos, comenzando a chuparlo, acompañado de algunas mordidas que hacían querer gemir en alto al rubio, por obvias razones eso no se podía.
Pero a Bin le daba igual si la esposa del bonito rubio bajaba ahora mismo, así ella podría ver como su querido esposo se está entregando a él.
-Mgh, B-Bin...
Las tímidas manos de Dong Min viajaron hasta el miembro contrario, tocando sobre la ropa el gran y chorreante bulto que se encontraba, Bin gruñó al sentir el vaivén que el mayor hacía.
-Vamos, cosita, con confianza, esto que estás tocando te pertenece. -Dong Min se sonrojó, haciéndole caso al pelinegro, comenzando a apretar y mover su mano de una manera más ruda, mientras Bin se encargaba de estimular lo suficiente los bonitos botoncitos rosas del rubio, Dong Min era simplemente un desastre de bajitos gemidos.
Y justo cuando Bin estaba a punto de aventar al rubio contra el sofá, se escuchó como abrían la puerta de la habitación en donde se encontraban las mujeres.
Ambos se voltearon a ver, Dong Min asustado y Bin sonriendo, el mayor se levantó rápidamente del regazo contrario, comenzando a acomodar su ropa, sentándose lo más alejado posible del pelinegro. Bin rio divertido por lo asustado que se enpcontraba su bella cosita, el simplemente agarró uno de los cojines del sofá, colocándolo en sus piernas para tapar su bulto.
Miró a Dong Min colocar algo en Netflix al azar, y acomodarse en el sofá.
Las mujeres finalmente llegaron, Jihyo se sorprendió al ver a su hijo en la sala, ambas se acercaron a la sala.
-Pensé que te irías, cariño. -habló su madre, sentándose en el sofá más pequeño.
-Sí, él me dijo que tenía pensado llevarme, pero ya no le alcanzaba el tiempo, además, el señor Lee y yo hemos hecho buena plática. -la mujer sonrió, mirando a la pareja que estaba frente a ella.
-Min, amor, ¿Estás bien? -preguntó Dahyun, el rubio la volteo a ver confundido, asintiendo un par de veces a su pregunta.
-Estoy bien, ¿por qué preguntas?
-Es que como estás viendo Miraculous, por eso la pregunta, digo, no es algo que tu veas.
Dong Min miró sorprendido la TV, viendo que efectivamente había puesto un capítulo de la animación, nervioso apuntó acusadoramente al pelinegro.
-Él la quería ver. -Bin alzó una de sus cejas, negando divertidamente.
-Vamos, señor Lee, usted fue el que emocionadamente lo puso, que quería ver a un tal Cat Noir. -le explicó a las mujeres quien muy extrañadas asintieron, Dong Min solo tapó su rostro, sintiéndose apenado.
Después del momento incomodo, las mujeres siguieron platicando entre ellas, metiendo en algunas partes a Dong Min, Bin se dedicaba a observar al hombre que estaba a unos metros de el.
Se miraba tan masculino, pero a la vez se miraba como un lindo bebé, tímido, y cariñoso, era una combinación entre el estereotipo masculino y femenino.
Dong Min lo volteó a ver, había sentido la pesada mirada del menor. Bin le hizo una seña de teléfono al mayor, y este lo entendió. El rubio disimuladamente se paró del sofá, desapareciendo por las escaleras.
Volvió un par de minutos después, y cuando pasó al lado del pelinegro, le dejó caer un pequeño papel, Bin sonrió de lado, levantándolo rápidamente. En este se encontraba el número del mayor, junto a un pequeño corazón. Lo guardó en la bolsa de su pantalón, ante la atenta mirada de Dong Min, el pelinegro solo le guiño el ojo, haciendo que el contrario se sonrojara y apartara la mirada.
Desafortunadamente para Bin, era hora de regresar a casa, su padre se encontraba estacionado en la puerta, la madre del pelinegro se despedía felizmente de su amiga, agradeciéndole haberla invitado.
-Mi esposo cumple años la semana que viene, siempre hacemos una pequeña cena con la familia cercana, así que allá te espero. -las mujeres chillaron emocionadas, saliendo de la casa, olvidándose de Bin y Dong Min que se encontraban junto a ellas.
Bin volteó a ver al rubio con una sonrisa.
-Al parecer nos vamos a ver muy pronto, cosita. - Murmuró, Dong Min se alejó un poco, temiendo que su esposa entrara de nuevo a la casa.
-Lo escuche...
-Vamos, cosita, despidete de tu papi. -el rubio lo miró sorprendido, no creyendo lo que acababa de escuchar.
-Jamás te voy a decir papi.
-Lo acabas de decir. -el menor lo miró con diversión.
-Pero no en la manera en la que lo quieres escuchar. -esta vez fue Dong Min quien sonrió un poco. Bin rio.
- ¡Binnie! ¡Vámonos! -se escuchó el grito de su madre desde afuera.
Bin rodó los ojos, acercándose al mayor para dejarle un beso rápido, Dong Min jadeó de la sorpresa, saliendo de la casa rápidamente después de que el menor se separara.
Él también salió, susurrando un "nos vemos, cosita" al mayor cuando paso a su lado. Se subió al auto ignorando a la amiga de su madre, diciéndole un rápido adiós con la mano al rubio.
Dong Min solo miró como el carro se hacía pequeño cada vez que avanzaba, entró a la casa con su esposa, sintiendo nuevamente el aura aburrida. Ya extrañaba al atrevido pelinegro, y sonrió en grande al recibir un mensaje a su celular.
-Hola cosita. -leyo, sintiéndose de repente emocionado, era él.
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