II: Mutación (1ra parte)

•Desde la muerte de su madre, Adrien se volvió un niño serio y frío, mas de lo que ya era, en la escuela ya no tenia amigos, no jugaba con nadie, prefería estar solo, en cuanto a su hogar, la verdad no era igual sin su querida madre alegrando sus dias, su padre, a pesar de quedar viudo, seguía sin prestarle atención a su hijo, quizá era mas miedo que ignorancia, ya que Agreste sabia que su hijo no era humano, la noche de la muerte de su esposa, pudo ver realmente al ser que se escondía tras esa cara linda y delicada como solía ser la de su hijo, mas no se atrevía a tocar dicho tema con Adrien, parte de aquel militar, amaba a su hijo, y no se perdonaría él tener que ejecutar a su pequeño retoño, mientras también sentía repulsión y miedo hacia él pequeño, ciertamente Gabriel Agreste era difícil de entender•

-Hijo, dime, estas bien?
-Preguntó Gabriel, era la primera vez que iniciaba una conversación padre e hijo durante la cena-

-Adrien lo meditó un poco y luego rompió él silencio cortante que había entre su padre y él- -Bien, todo esta bien. -Respondió seco él chico de once años-

-Oh, muy bien. -Dijo él padre con él mismo tono, sin duda la "charla" había terminado, mostrando ese gran déficit de comunicación entre los presentes-

•El chico terminó su cena y sin decir palabra alguna se retiró a su alcoba, así pasaban los días en la casa de los Agreste, el pequeño Adrien se dedicaba a sus estudios durante él periodo matutino, mientras su padre asistía a reuniones militares, que en ciertas ocasiones tardaban días, días en los cuales, él pequeño no veía a su padre.
Mas esto no le molestaba a ficho joven, ya que su padre contrataba a una nana para cuidarle y darle de cenar, Adrien ya no necesitaba un padre, ya no más, esos pensamientos infantiles de compartir días junto a su progenitor se habían marchado, su padre simplemente figuraba a un extraño más, un extraño que estaba obligado a ver cada cena, y sentarse junto a él, mientras reprimía sus antojos de reclamo, esos deseos de reclamarle él porque no estuvo allí para proteger a su madre, esas ansias de preguntar donde demonios se encontraba cuando ese monstruo ataco a su esposa, ese anhelo ferviente de protestar contra tantos días en los que si estaba presente, mas solo para darle un trato despiadado a su esposa e hijo, a esos que debía proteger, no tratarles como si fuesen animales, todo esto pasaba por la mente de Adrien, mientras miraba a su padre leyendo él periódico tranquilamente en la mesa del comedor, acaso pensaba no ofrecer al menos una disculpa por todo él daño que causó? Por tantas lágrimas que derramó él chico a causa de un insulto u ofensa física de parte de aquel hombre. Adrien empezaba a entender que entre su padre y él hombre que asesinó a su madre no habían demasiadas diferencias.
Un piquete fugaz pasó por su cuerpo, una descarga de adrenalina talvez? Él joven no lo sabia con certeza, mas lo que si sentía en ese momento era ira, y necesitaba descargarla•

-Acaso vas a sentarte allí, a leer ese estúpido periódico, y asimilar que nada pasó? Que tu esposa todavía esta aquí, y tienes un hijo al que nunca volteas si quiera la vista? -Dijo un Adrien de ahora dieciséis años mientras bruscamente se levantaba de la mesa-

-Gabriel colocó él periódico en la mesa y volteó la mirada hacia su hijo, una mirada tan fría e inexpresiva, parecía carecer de alma alguna, acto seguido, alzó su intimidante voz y dijo- -¿Y qué quieres que haga? Que vaya ahora y traiga a ese maldito mutante que asesinó a tu madre? Eso no traerá devuelta a nadie, si deseas culpar a alguien jovencito, culpa a esos asquerosos mutantes, no son más que una plaga, y ahora.... Vete a tu habitación, estas castigado hasta que cambie de opinión.
-Luego señaló las escaleras y volvió su vista al periódico-

Adrien se levantó de la mesa y se dirigió a su habitación, subió las escaleras y tocaba él barandal de las antes dichas, sin percatarse que dejaba podrida la madera que entraba en contacto con su piel.
Gabriel se levantó y observó él barandal, estaba podrido, lo tocó y la madera se hizo cenizas, subió para inspeccionar él cuarto de su hijo, mas cuando giró la manija de la puerta esta se cayó, un escalofrío recorrió a Gabriel cuando sintió una respiración justo en su cuello, luego un ronroneo lo hizo darse la vuelta, solo para ser lanzado contra la pared•

•Gabriel se reincorporó con dolor en la espalda, y se levantó con dificultad, acto seguido observó los grandes ojos verde esmeralda que lo miraban con furia, con desprecio, con... Mucho odio•

-Adrien, eres tú? -Preguntó con algo de temor Gabriel-

•Adrien solo se limitó a mirar desconcertado a su padre, no exclamaba palabra alguna, solo ronroneos fuertes salían de su boca? Oscico? Gabriel no sabia que era realmente, solo veía a una criatura cubierta de un abundante cabellera negra, a excepción de los rubios cabellos de su cabeza, la criatura tomó a su padre por él cuello y luego lo estrelló contra él suelo, ahora la mirada del monstruo irradiaba felicidad, más no de cualquier tipo, era una risa maliciosa y macabra, la criatura tocó una silla cercana a modo de demostrarle lo que podía hacer. La silla no tardó en hacerse cenizas como los barandales de las escaleras•

•La criatura lanzo una carcajada macabra al ver la cara horrorizada de su padre, sin duda alguna había logrado hacer que Gabriel sintiera miedo, él monstruo acercaba su mano lentamente a la cara de Agreste, haciendo que cada segundo que él rubio miraba la mano acercarse, imaginase su fin, hecho cenizas quedaría, pensaba Gabriel. Más no fue así

•Muchos militares entraron a la habitación, todos ellos equipados con armas tranquilizantes, Adrien lanzó a Agreste contra algunos de los uniformados haciendo que a su padre se le doblase él cuello, al ver a Agreste en ese estado los uniformados creyeron que su superior había sido asesinado, y prosiguieron a dispararle los dardos, ya que pensaban llevarlo al laboratorio y hacerle experimentos, aunque Adrien logró hacer que parte del suelo se hiciese cenizas haciendo que algunos de los militares cayeran a la planta baja, muchos dardos le acertaron pero la criatura logró huir al bosque que había cerca, perdiendo así a cada uniformado que lo perseguía, cuando ya se sentía a salvo, sus ojos volvieron a la normalidad y todo él pelaje que le cubría él cuerpo desapareció, haciendo que quedase desnudo y cayese inconsciente en medio del bosque•

_________________________________

Hola lectores, perdón por tardarme tanto en actualizar, pero en él siguiente cap Marinette y Adrien se conocerán!!! Espero les guste.

Siguiente cap: ¿Quien es él?

Libro como siempre dedicado a mi mejor amiga en los multiversos, incluso en él universo de los cerditos graciosos:

ElyVazquez4

Saludos a mis lectoras especiales:

Fanficmaniatic

Tresprincesas123

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top