Ropa de Bazar

Los Emiliaco habían sido llamados por Juan Osorio, se quedaron de ver en su casa, la pareja al estar juntos y cerca del hogar del padre de Emilio decidieron llegar antes, según el horario de Juan él llegaría 2 horas después.

Dieron inicio a una larga sesión de besos que poco a poco fue subiendo de intensidad.

—Emi, aquí no —habló entre besos

—Tranquilo mi papá tardará

—No me quiero arriesgar —intentó separarse

—Si llega mi papá le digo que te desmayaste y te estaba dando respiración de boca a boca

El de pestañas largas rió y volvieron a besarse. Joaquín se recostó en el sofá y Emilio sobre él, tratando de no echar todo su peso, el menor le quitó la playera a su novio

—¡Emilio! —gritó el papá de Emilio, se separaron.

Ambos traían los labios hinchados y rojizos, Emilio se puso su playera, estaban apenados y nerviosos de lo que pudiese pasar.

—Pá... Yo te puedo explicar —peinó su cabello

—¿Me vas a decir que le estabas dando respiración de boca? —sobó su frente— ¡Por favor, Emilio no soy idiota!

—Señor... —intentó hablar Bondoni

—Están mal, confundidos, enfermos. Te pido, Emilio, que respetes mi casa, todavía fuese con una niña, te entendería. Necesitamos ir a terapia —dijo muy rápido

—¿Qué? —expresó desconcertado— ¿Hablas en serio?

—Claro que hablo en serio

—No entendiste nada, papá ¡na-da! De tu proyecto. Y sí para ti estar enamorado es estar enfermo, pues sí, estoy muy enfermo.

Tomó sus cosas y a Joaquín de la mano, caminaron hacia la salida, Emilio iba aguantando sus lágrimas, salieron de la casa del productor y caminaron un par de metros

—Emi —murmuró Joaco— Me estás aplastando mi mano

Emilio se percató de eso y le soltó la mano para después pedirle perdón. El enojo y tristeza no dejaba que pensara claro. Joaquín lo abrazó y Emilio por fin pudo dejar salir las lágrimas

—Tranquilo, cielo. Todo estará bien, sólo necesitará tiempo —frotó la espalda del rizado.

—¿Cuál tiempo? Joaco, él no va a cambiar

—Mejor vámonos, ¿Si?

—Tengo un plan —limpió sus lágrimas

—¿Cuál? —peinó los rizos del otro chico

—Ven

Regresaron a la casa de Juan, el auto del mencionado, estaba afuera, Emilio sacó un llavero y abrió el auto con una de las llaves que tenía

—Súbete —sonrió

—No, Emilio, nos vamos a meter en problemas

—Tranquilo, chiquito, vamos, sube —abrió la puerta

El de pestañas largas lo pensó mucho, pero al final terminó accediendo, aunque los nervios le aumentaron, arrancó el auto.

—¿Y a dónde vamos? —miró hacia atrás

—Mmmm en realidad no sé ¿Alguna sugerencia?

—Contigo no me importa el destino —le dió un beso en la mejilla.

—¡Ya sé a dónde iremos! —paró en seco, afortunadamente no era una calle muy transitada o hubiese ocasionado un gran accidente.— Sólo necesitaremos mucha gasolina

—Ok, si vuelves a pararte así, te juro que me bajo —se colocó el cinturón de seguridad

—Perdón, moco a—sonrió.

En definitiva el estar juntos hacía que se les olvidaran sus problemas. Pararon en la primera gasolinera, agradecían llevar dinero.

Después de una hora ya iban por carretera. Joaquín conectó su celular e iban cantando a todo pulmón, cuando se reprodujo "Cuando Nadie Ve" no dudaron en dedicarsela el uno al otro y alguna otra canción cursi.

De un momento a otro a Bondoni le ganó el sueño y durmió. Emilio hizo una parada para ir al baño, comprar algo para comer y de paso estirar un poco las piernas. Estaban cerca de su destino, volvió a emprender su camino y minutos antes de llegar su novio despertó.

—¿Dónde estamos? —volteó hacia los lados

La canción "Wru (¿Dónde estás?)" Comenzó a sonar, Emilio subió el volumen, Joaquín se ofendió pues pensó que lo había ignorado

—Sentado en la alfombra —cantó— basta con imaginar [....] cómo estaría chido verte con el mar atrás —paró el auto e hizo una seña para que mirará a su lado

Joaquín obedeció y al ver dónde se encontraban sólo soltó un "¡Wow!". Muy emocionados bajaron del auto, no sin antes asegurarlo.

La noche comenzaba a caer y con ella un hermoso paisaje. Se sentaron en la arena, se quitaron los zapatos y los pusieron a un lado. Emilio optó por acomodar su cabeza en las piernas de su novio, el cual no dudó en hacerle piojito, estaban disfrutando del momento, tan sólo eran ellos, la puesta de Sol y el mar.

—¿Ya te dije lo mucho que te amo? —habló Emilio cerrando los ojos.

—¿Ya te dije que yo te amo más? —dejó un beso en su frente.

El viaje había sido largo y cansado para Emilio, el sueño lo fue venciendo, Joaquín estaba amando esa escena y grabó un vídeo.
Aunque si sentía algo triste por la situación que pasaron con Juan, pensaba que tal vez iba a entender y aceptar la relación, también se sentía mal por ver a su novio triste, aunque en ese momento el rizado se veía tranquilo, y si no volver por unos días a la ciudad su novio iba a estar bien, lo aceptaba

Habían olvidado todo, preocupaciones, trabajo y hasta sus amigos y familias.

Mientras ellos disfrutaban en alguna playa de México, en la Ciudad de México se encontraban los Bondoni, Marcos y amigos de los adolescentes preocupados por no saber dónde estaban o si al menos estaban bien.

—¡La llamada ya entró! —dijo Renata, las miradas se posaron en ella— Pero no contesta

—¿Eso será una buena señal? —cuestionó Diego

—Esperemos que sí, chino —contestó Niurka.

—¡Tengo una idea! —volvió a hablar Valdés— Podemos publicar algún tweet preguntando por ellos, tal vez alguien contesté que los han visto en algún lado

—Lo puedo hacer yo, saben que shippeo Emiliaco y no se vería tan raro... Creo —dijo Emmanuel.

—Por favor, házlo ya

Emmanuel sacó su celular, lo desbloqueó y tecleó un par de palabras, las respuestas no se hicieron esperar, entre sarcasmo y seriedad pero ninguno les daba una pista

text0s: ¿Alguien ha visto o sabe algo de @mailomarcos y @JoaquínBondoni? Ninguno me contesta, malditos perros, pelenme

En respuesta

DiegoValdes: x2

emiliacorules: Déjalos están haciendo el delicioso

joacoxemi: No pues si ustedes que los ven más seguido no saben, menos nosotrxs que rara vez vienen por acá

xrocio.vzx: Ah no c bro, ahorita les mando mensaje y les pasó tu recado

aristemoftemiliaco: Ah chido saberlo teme cuidas.

Más y más respuestas, pero hubo una que le llamó la atención

valdonixemi: Pues a mí me dijeron que estaban en la playa, no sé si es verdad

valdonixemi: Una tía me dijo que vió a unos niños igualitos en la playa, pero ya es noche y no supo bien

El chico no espero más y les dijo a los demás de esa respuesta

—Pregúntale en que playa —ordenó Romina

—¿No sería arriesgado? —cuestionó

—Tal vez se darían cuenta que algo anda mal —siguió Diego

—No me importa necesito saber si mi hijo está bien —dijo Liz

Se quedaron callados, trataban de tomar la mejor decisión, en cuanto eligieron que el mayor preguntara en que playa él redactaba aquel tweet, pero algo lo detuvo una llamada al celular de Niurka, se trataba de Emilio.

...

Al darse cuenta que ya estaba muy oscuro volvieron al auto y se percataron que tenían llamadas perdidas

—5 mensajes de voz —susurró Emilio y veía todos los mensajes de WhatsApp

—Tengo entre llamadas de mi mamá, hermana, mi suegra y cuñados, hasta de Roy... —hizo una mueca— Maldita sea, se acabó la pila, Emi, nos van a matar

—Por aquí tengo un cargador portátil —prendió la luz y de la guantera sacó uno, se lo entregó— A ver qué tanto dicen estos mensajes —puso el teléfono en altavoz

"Emilio te juro que en cuanto te vea llegar a la casa te voy a dejar estéril, pendejo"

"Con una chingada, contesta, idiota"

"Mira, Emilio esto es lo peor que me puedes hacer, te juro que si te voy a cortar los huevos"

"Cuando llegues Marcos, cuando llegues vas a pedir no haber nacido, pendejo"

"Por favor, hijo contesta, te prometo no hacerte nada, pero ya llega a casa o al menos dime qué estás bien y si estás con Joaquín"

Emilio estaba entre nervioso, asustado y queriendo reír, a diferencia de Joaquín, que en verdad estaba asustado, pocas veces había escuchado a su suegra enojada.

—Llamale —susurró Bondoni

—Ay, no que miedo —aventó el celular

—Mailo —lo miró esperando a que su móvil prendiera

—Está bien

Llamó a su madre, estaba nervioso, no espero mucho para que contestarán.

—¡Emilio, por fin! —contestó alterada

—Hola má, perdón

—¿Dónde estás? ¿Estás con Joaco?

—Sí, si, estamos bien, no se preocupen

—¿Tienes algo que ver con el robo del auto de tu padre?

—No lo robe... Lo tomé prestado —susurró

—¿Por qué se fueron así? ¿Dónde están? —preguntó un poco más tranquila

—Mmmm —pensó en que diría— Tuve una pelea con papá y se me hizo fácil querer huir, Joaquín aceptó acompañarme, estamos en una playa es todo lo que les diré

—¿Qué pasó con Juan?

—Se enteró de mi relación con Joaquelongo y no de una manera bonita... No reaccionó bien, en pocas palabras me dijo que estábamos enfermos

—¿Qué? ¡Me va a oír! —en su voz había indignación

—No, madre, déjalo así, no te preocupes. Estoy bien —dijo con tranquilidad

—Hablaré con él para que quité el reporte de robo de su auto, no quiero que se metan en más problemas.

—Gracias

—¿Están bien? ¿No necesitan nada?

—Dinero —rió

—¿Ya no tienes nada? —gritó

—Ya no tengo oído... Es que deje la tarjeta dónde tengo todo y Joaquín sólo trajo efectivo, el cual gastamos en la gasolina, bueno tal vez sólo tenemos para sobrevivir esta noche.

—No, ustedes si están pendejos —escuchó que murmuró unas cosas— Ahorita veo que hacemos

—Gracias mamá, eres la mejor, te quiero

—Ya hablaremos cuando lleguen. Liz quiere hablar con Joaquín, avísale que contesté

—Es que ya no tiene batería, pero si quiere se lo pasó por aquí —su madre aceptó, tapó el micrófono y miró a su novio— Tu mamá quiere hablar contigo

—Shit... Ok, gracias —tomó el celular y lo puso en su oreja— ¿Mamá?

—¿Dónde estás? ¿Por qué no me avisaste? ¿Por qué no contestas las llamadas? ¿De verdad eres tan inconsciente? ¿No fuiste obligado por Emilio? —habló muy rápido.

—Perdón, lo hicimos sin pensar y no, no fui obligado por mi novio. Dejamos los celulares en el auto por eso no contestabamos

—¿Cuándo vuelven?

—Mmmm, buena pregunta, la verdad no sé

—Recuerden que el lunes nos tenemos que ir a Brasil

—Es cierto, lo olvidé —miró a Emilio, este no sabía que pasaba— Al parecer a él también se le olvidó. Pues yo creo que regresamos el domingo, en la noche

—Está bien, cuídense mucho, por favor. Cualquier cosa no duden en llamarnos, ¿Ok?

—Si mamá, gracias, te amo

—Yo a ti

Terminó la llamada. Le explicó lo que había dicho su mamá. Emilio encendió el auto y avanzó buscando un hotel y/o lugar para comer. Después de unos minutos encontraron una taquería, no dudaron mucho y entraron a aquel lugar, ordenaron lo que comerían.

Al terminar, pagaron y entraron al auto, en alguna aplicación buscaron un hotel, a unos metros había uno, emprendieron camino hacia este. Un hotel de paso, tenía buena pinta y buenas referencias, salieron del auto, la fachada estaba pintada de color amarillo, era de 5 pisos, las habitaciones que contaban con balcón, tenían un ventanal y afuera tenían plantas y afortunadamente, contaba con estacionamiento. Emilio se puso una gorra y lentes de Sol, entraron al lugar, en recepción había una señora, tez morena, cabello lacio y los labios pintados de color rojo

—Buenas noches —saludó Emilio

—Buenas noches —bostezó— ¿Que es lo que buscan?

—¿En un hotel? Tal vez una pizza —susurró Joaco.

—Queremos una habitación —contestó el rizado intentando no reír

—¿Una? —miró a ambos

—Sí, por favor

—Hijole, pero sólo me queda con cama matrimonial

—¿En serio? —contestó con tono de sorpresa

—Caray, pues ni modo —siguió Bondoni

—¿No hay problema?

—Pues no, sólo queremos dormir, así que la queremos

—¿A nombre de quién y cuántas noches?

—De... —se miraron— Ramiro Córcega y por ahora le puedo pagar la de esta noche mañana le digo cuántas serán

—Bien son 150, por favor —extendió su mano

Emilio sacó el dinero, pagó, aquella señora le dio un llavero, en el que con barniz dorado tenía pintado un 45, número de la habitación. Subieron las escaleras y dieron con esta.

—No se ve tan mal —se acostó— Y la cama no está tan mal

—¿Lo comprobamos? —se quitó la gorra y los lentes

—¡Emilio!

—Lo dejamos a medias en la tarde —alzó las cejas.

Pero no sé negó y terminaron entregándose el uno al otro.

Al día siguiente al despertar Joaquín se percató que Emilio no se encontraba a su lado, pero al voltear al balcón lo vió ahí, aunque a la vez se sorprendió, en la noche al entrar a la habitación no se había percatado que contaban con balcón. Se puso un pantalón y caminó hacía él, lo abrazó por la cintura, acción que lo asustó, haciendo que diera un leve brinco

—Buenos días —saludó Bondoni y le dió un beso en su hombro desnudo

—Buenos días, chulo —dió media vuelta para quedar frente a su novio y así poder abrazarlo— ¿Descansaste?

—Si. ¿Llevas mucho despierto?

—Como media hora, me llamó Sabrina para saber si estaba bien.

—¿Pelearon?

—No, sólo que mi papá sigue muy enojado y pues pensando igual —suspiró— Pero no importa —besó su frente— ¿Te parece si vamos por dinero y después vamos a desayunar?

—¿Y podemos comprar algo de ropa? No vamos a estar con esta ropa todos los días

—Se me olvidaba que eras Fifi —deshizo el abrazo

—Y a mi que eres un cholo —dijo Joaquín riendo.

Entraron a la habitación, se vistieron, bajaron a recepción, le preguntaron por alguna plaza y avisaron que aún seguirían ocupando la habitación, salieron a caminar, ambos se pusieron unas gorras y gafas de Sol, primero fueron a la plaza más cercana para poder sacar dinero que sus madres depositaron, volvieron al hotel, donde a un par de cuadras habían visto un bazar, compraron unas prendas, sentían que toda la gente los miraba, pero la verdad es que estaban muy paranoicos, pues nadie los veía o al menos no como ellos pensaban.

Fueron a comer a una fonda, en público trataban de no mostrarse tan cariñosos, pues temían que alguien los reconociera, aún no estaban listos para dar a conocer su relación, aunque ya daban pistas y sus fans lo captaban.

Al terminar de comer, se fueron a la playa y lo más alejado de los demás, se tomaron unas fotos, fotos que no saldrían a la luz.

Se sentaron viendo al mar. Joaquín recargó su cabeza en el hombro de Emilio, ninguno decía nada, pero no importaba, disfrutaban de su presencia, en ocasiones se daban besos.

—¿Te acuerdas lo que te dije cuando fuiste a la playa con tus amigos? —el rizado rompió el silencio, mientras miraba aún hacia el mar.

—Mmmm no —lo miró

—Me contaste como estuvo tu día y yo te contesté que esperaba que algún día yo pudiese disfrutar uno así, contigo... Y miranos.

—Ya lo recordé —sonrió

—Aunque siendo honesto, todos los días que pasó a tu lado los disfruto como no tienes idea

—Tú haces mis días más bonitos, también los disfruto

—Te amo —lo abrazo.

—También te amo y mucho.

Emilio tomó a Joaquín del mentón y se dieron un beso.

Fin.

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