Ropa de Bazar 2.0
Los Emiliaco habían sido llamados por Juan Osorio, se quedaron de ver en su casa, la pareja al estar juntos y cerca del hogar del padre de Emilio decidieron llegar antes, según el horario de Juan él llegaría 2 horas después.
Dieron inicio a una larga sesión de besos que poco a poco fue subiendo de intensidad.
—Emi, aquí no —habló entre besos
—Tranquilo mi papá tardará
—No me quiero arriesgar —intentó separarse
—Si llega mi papá le digo que te desmayaste y te estaba dando respiración de boca a boca
El de pestañas largas rió y volvieron a besarse. Joaquín se recostó en el sofá y Emilio sobre él, tratando de no echar todo su peso, el menor le quitó la camisa a su novio
—¡Emilio! —gritó el papá de Emilio, se separaron.
Ambos traían los labios hinchados y rojizos, Emilio se puso su playera, estaban apenados y nerviosos de lo que pudiese pasar.
—Pá... Yo te puedo explicar —peinó su cabello
—¿Me vas a decir que le estabas dando respiración de boca? —sobó su frente— ¡Por favor, Emilio no soy idiota!
—Señor... —intentó hablar Bondoni
—Están mal, confundidos, enfermos. Te pido, Emilio , que respetes mi casa, todavía fuese con una niña, te entendería, necesitamos ir a terapia
—¿Qué? —expresó desconcertado— ¿Hablas en serio?
—Claro que hablo en serio
—No entendiste nada, papá ¡na-da! De tu proyecto. Y sí para ti estar enamorado es estar enfermo, pues sí, estoy muy enfermo.
Tomó sus cosas y a Joaquín de la mano, caminaron hacia la salida, pero su papá lo llamó
—Emilio ven acá —habló muy serio
—¿Para qué? Déjalo así
—¡Ven acá! —ordenó con un grito lo cual estremeció a Joaquín.
—¿Qué? —se paró frente a él y muy tenso.
—Relajate, fue una broma —sonrió y lo abrazó.
Al sentir el tacto de su padre, Emilio se relajó, al igual que Bondoni, la tensión en la habitación fue disminuyendo, después de aquél abrazo. Osorio envolvió en sus brazos al novio de su hijo.
—Me espantaste pá
—Ya tenía mis sospechas de que ustedes tenían algo, no esperaba confirmarlas así, pero bueno
—Una disculpa, de verdad
—Sé que son jóvenes, que no miden sus acciones, pero deben tener cuidado y saber dónde si es correcto hacer algo. Claramente en mi sala, no
Los chicos rieron y se volvieron a disculpar. Juan los invitó a comer y ahí les diría para que los cito (checaron detalles para su visita a Brasil).
A Juan se le ocurrió hacer una comida familiar al día siguiente, los chicos no se negaron, se le llevaría a cabo en la casa Marcos, invitaron a sus amigos, sólo los que sabían de su relación.
El mejor de los Marcos se levantó de la mesa y llamó a Joaquín.
—¿La estás pasando bien?
—La verdad sí ¿Tú?
—También... Pero tengo una sorpresa
—¿Qué es?
—Te la daré en unas horas
—¿Que planeas Osorio?
—Tú sólo acompáñame ¿Aceptas? —extendió su mano.
—Por estar a tu lado con tu mano en mi mano yo me escapo contigo —cantó
Emilio no evitó mostrar su emoción, amaba cuando aquel chico le cantaba, así que lo abrazó y le dió un beso.
Volvieron al jardín, con los demás
—Oye pá, me prestas las llaves del auto —le dijo cerca del oído.
—¿Para que las quieres?
—Voy a sacar algo —el señor las sacó de uno de los bolsillos del pantalón y se las entregó
—¿A dónde van?
—Afuera
—¿Para?
—Iremos por... —se quedó callado un par de segundos— Por mi chamarra que se quedó en el carro
Los presentes no dijeron nada y trataron de no prestarle atención, ya que Emilio llevaba su chamarra puesta, tal vez sólo querían algo de privacidad, así que siguieron en lo suyo.
—¿Qué pasa, Emi?
—Sube, vámonos
—¿A dónde?
—Tú súbete
Lo pensó unos segundos, pero al final lo hizo. Emilio encendió el auto y comenzaron a alejarse. Iban platicando de lo bien que la habían pasado y sobre todo lo feliz que hizo al rizado que su padre tomara bien la relación.
A pesar de que Joaquín le pedía a su novio que le dijera el destino, el chico se negaba. Las llamadas de sus familiares y amigos no se hicieron esperar, pero las llamadas no entraban, pues ya iban en carretera y no tenían señal, lo cual comenzaba a preocupar a los demás.
Joaquín puso música desde su celular, cantaban, reían y en ocasiones Bondoni grababa con el celular de Emilio. De un momento a otro al menor le ganó el sueño y durmió, Emilio hizo una parada para ir al baño, comprar algo para comer y de paso estirar un poco las piernas. Estaban cerca de su destino, volvió a emprender su camino y minutos antes de llegar su novio despertó.
—¿Dónde estamos? —volteó hacia los lados
¿Dónde estás? Comenzó a sonar, Emilio subió el volumen, Joaquín se ofendió pues pensó que lo había ignorado
—Sentado en la alfombra —cantó— basta con imaginar [...] Como estaría chido verte con el mar atrás —paró el auto e hizo una seña para que mirará a su lado
Joaquín obedeció y al ver dónde se encontraban sólo soltó un "¡Wow!". Muy emocionados bajaron del auto, no sin antes asegurarlo.
La noche comenzaba a caer y con ella un hermoso paisaje. Se sentaron en la arena, se quitaron los zapatos y los pusieron a un lado. Emilio optó por acomodar su cabeza en las piernas de su novio, el cual no dudó en hacerle piojito, estaban disfrutando del momento, tan sólo eran ellos, la puesta de Sol y el mar.
—¿Ya te dije lo mucho que te amo? —habló Emilio
—¿Ya te dije que yo te amo más? —dejó un beso en su frente.
El viaje había sido largo y cansado para Emilio, el sueño lo fue venciendo, Joaquín disfrutaba de esa escena.
Habían olvidado todo, preocupaciones, trabajo y hasta sus amigos y familias.
Mientras ellos disfrutaban en alguna playa de México, en la Ciudad de México se encontraban los Bondoni, Marcos y amigos de los adolescentes preocupados por no saber dónde estaban o si al menos estaban bien.
—¡La llamada ya entró! —dijo Renata, las miradas se posaron en ella— Pero no contesta
—¿Eso será una buena señal? —cuestionó Diego
—Esperemos que sí, chino —contestó Niurka.
—¡Tengo una idea! —volvió a hablar Valdés— Podemos publicar algún tweet preguntando por ellos, tal vez alguien contesté que los han visto en algún lado
—Lo puedo hacer yo, saben que shippeo Emiliaco y no se vería tan raro
—Por favor, házlo ya —pidio Osorio
—Que lo haga ya, ya se tardó, no se avisa, se hace —dijo Diego, todos lo miraron— Perdón
Emmanuel sacó su celular, lo desbloqueó y tecleó un par de palabras, las respuestas no se hicieron esperar, entre sarcasmo y seriedad pero ninguno les daba una pista
text0s: ¿Alguien ha visto o sabe algo de @mailomarcos y @JoaquínBondoni? Ninguno me contesta, malditos perros, pelenme
En respuesta
DiegoValdes: x2
emiliacorules: Déjalos están haciendo el delicioso
joacoxemi: No pues si ustedes que los ven más seguido no saben, menos nosotrxs que rara vez vienen por acá
xrocio.vzx: Ah no c bro, ahorita les mando mensaje y les pasó tu recado
aristemoftemiliaco: Ah chido saberlo teme cuidas.
Más y más respuestas, pero hubo una que le llamó la atención
valdonixemi: Pues a mí me dijeron que estaban en la playa, no sé si es verdad
valdonixemi: Una tía me dijo que vió a unos niños igualitos en la playa, pero ya es noche y no supo bien
Les dijo a los demás de esa respuesta
—Pregúntale en que playa —dijo Niurka
—¿No sería arriesgado?
—Tal vez se darían cuenta que algo anda mal —opinó el de ojos rasgados
—No me importa necesito saber si mi hijo está bien —dijo Liz
Se quedaron callados, trataban de tomar la mejor decisión, en cuanto eligieron que el mayor preguntara en que playa él redactaba aquel tweet, pero algo lo detuvo una llamada al celular de Niurka, se trataba de Emilio.
...
Al darse cuenta que ya estaba muy oscuro volvieron al auto y se percataron que tenían llamadas perdidas
—5 mensajes de voz —susurró Emilio y veía todos los mensajes de WhatsApp
—Tengo entre llamadas de mi mamá, hermana, mi suegra y cuñados, hasta de Roy... —hizo una mueca— Maldita sea, se acabó la pila, Emi, nos van a matar
—Por aquí tengo un cargador portátil —prendió la luz y de la guantera sacó uno, se lo entregó— A ver qué tanto dicen estos mensajes —puso el teléfono en altavoz
"Emilio te juro que en cuanto te vea llegar a la casa te voy a dejar estéril, pendejo"
"Con una chingada, contesta, idiota"
"Mira, Emilio esto es lo peor que me puedes hacer, te juro que si te voy a cortar los huevos"
"Cuando llegues Marcos, cuando llegues vas a pedir no haber nacido, pendejo"
"Por favor, hijo contesta, te prometo no hacerte nada, pero ya llega a casa o al menos dime qué estás bien y si estás con Joaquín"
Emilio estaba entre nervioso, asustado y queriendo reír, a diferencia de Joaquín, que en verdad estaba asustado, pocas veces había escuchado a su suegra enojada.
—Llamale —susurró Bondoni
—Ay, no que miedo —aventó el celular
—Mailo —lo miró esperando a que su móvil prendiera
—Está bien—tomó su celular.
Llamó a su madre, estaba nervioso, no espero mucho para que contestarán.
—¡Emilio, por fin! —contestó alterada
—Hola má, perdón
—¿Dónde estás? —preguntó más calmada— ¿Estás con Joaco?
—Sí, si, estamos bien, no se preocupen
—¿Por qué se fueron así? Eres un inconsciente
—Ya lo tenía planeado —Joaquín lo miró y el sólo sonrió.
—¿Dónde están?
—Mmmm —pensó en que diría— Estamos en una playa es todo lo que les diré
—Tu padre está muy preocupado...
—Dile que estam —fue interrumpido
—Pregunta que si su auto está bien
—Sí, dile que está bien y que su hijo también —pudo escuchar una risa.
—¿No necesitan nada?
—Dinero —rió
—¿Ya no tienes nada? —gritó
—Ya no tengo oído... Era broma, te dije que ya lo tenía planeado, tranquilos
—No, ustedes si están pendejos —escuchó que murmuró unas cosas— Cuídense mucho y avisen si necesitan algo
—Si mamá, gracias y estén tranquilos
—Liz quiere hablar con Joaquín, avísale que contesté
—Es que ya no tiene batería, pero si quiere se lo pasó por aquí —su madre aceptó, tapó el micrófono y miró a su novio— Tu mamá quiere hablar contigo
—Shit... No estoy listo —cerró los ojos y tomó el celular— ¿Mamá?
—¿Dónde estás? ¿Por qué no me avisaste? ¿Por qué no contestas las llamadas? ¿De verdad eres tan inconsciente? ¿No fuiste obligado por Emilio?
—Perdón, lo hicimos sin pensar y no, no fui obligado por mi novio. Dejamos los celulares en el auto por eso no contestabamos. Tranquila mamá
—¿Cuándo vuelven?
—Mmmm, buena pregunta, la verdad no sé
—Recuerden que el lunes nos tenemos que ir a Brasil
—Es cierto, lo olvidé —miró a Emilio, este no sabía que pasaba— Y creo que él también... Pues yo creo que regresamos el domingo, en la noche
—Está bien, cuídense mucho, por favor. Cualquier cosa no duden en llamarnos, ¿Ok?
—Si mamá, gracias, te quiero
La llamada terminó, le platicó a su novio lo que su mamá le dijo. Emilio encendió el auto y avanzó buscando un hotel y/o lugar para comer. Después de unos minutos encontraron una taquería, no dudaron mucho y entraron a aquel lugar, ordenaron lo que comerían.
Al terminar, pagaron y entraron al auto, en alguna aplicación buscaron un hotel, a unos metros había uno, emprendieron camino hacia este. Un hotel de paso, tenía buena pinta y buenas referencias, salieron del auto, la fachada estaba pintada de color amarillo, era de 5 pisos, las habitaciones que contaban con balcón, tenían un ventanal y afuera tenían plantas y afortunadamente, contaba con estacionamiento. Emilio se puso una gorra y lentes de Sol, entraron al lugar, en recepción había una señora, tez morena, cabello lacio y los labios pintados de color rojo
—Buenas noches —saludó Emilio
—Buenas noches —bostezo— ¿Que es lo que buscan?
—¿En un hotel? Tal vez una pizza —susurró Joaco.
—Queremos una habitación —contestó el rizado
—¿Una? —miró a las chicos.
—Sí, por favor
—Hijole, pero sólo me queda con cama matrimonial
—¿En serio? —contestó con tono de sorpresa
—Caray, pues ni modo —siguió Bondoni
—¿No hay problema?
—Pues no, sólo queremos dormir, la queremos
—¿Cuántas noches? y ¿A nombre de quién?
—De... —se miraron— Ramiro Córcega y serán 3 noches
—Bien son 450, por favor
Emilio sacó el dinero, pagó, aquella señora le dio un llavero, en el que con barniz dorado tenía pintado un 45, número de la habitación. Subieron las escaleras y dieron con esta, Joaquín abrió siendo el primero en entrar.
—No se ve tan mal —se acostó— Y la cama no está tan mal
—¿Lo comprobamos? —se quitó la gorra y lentes
—¡Emilio!
—Lo dejamos a medias ayer —alzó las cejas.
Pero no sé negó y terminaron entregándose el uno al otro.
Al día siguiente al despertar Joaquín se percató que Emilio no se encontraba a su lado, pero al voltear al balcón lo vió ahí, aunque a la vez se sorprendió, en la noche al entrar a la habitación no se había percatado que contaban con balcón. Se puso un pantalón y caminó hacía él, lo abrazó por la cintura, acción que lo asustó, haciendo que diera un leve brinco
—Buenos días —saludó Bondoni y le dió un beso en su hombro desnudo
—Buenos días, chulo —dió media vuelta para quedar frente a su novio y así poder abrazarlo— ¿Descansaste?
—Si. ¿Llevas mucho despierto?
—Como media hora, me hablaron por teléfono para una información
—Mmmm, vale
—¿Quieres ir a desayunar? —su novio asintió.
—De pasó compramos ropa, por favor
—Ay, se me olvidaba que eres bien Fifi —deshizo el abrazo
—Y a mi que tú eres un cholo
Entraron a la habitación, se vistieron, bajaron a recepción, salieron a caminar, ambos se pusieron unas gorras y gafas de Sol, a un par de cuadras habían visto un bazar, compraron unas prendas, sentían que toda la gente los miraba, pero la verdad es que estaban muy paranoicos, pues nadie los veía o al menos no como ellos pensaban.
Fueron a comer a una fonda, en público trataban de no mostrarse tan cariñosos, pues temían que alguien los reconociera, aún no estaban listos para dar a conocer su relación, aunque en ocasiones daban pistas y sus fans las captaban.
Al terminar de comer, se fueron a la playa y lo más alejado de los demás, se tomaron unas fotos, fotos que no saldrían a la luz.
Se sentaron viendo al mar. Joaquín recargó su cabeza en el hombro de Emilio, ninguno decía nada, pero no importaba, disfrutaban de su presencia, en ocasiones se daban besos.
—¿Te acuerdas lo que te dije cuando fuiste a la playa con tus amigos? —el rizado rompió el silencio, mientras miraba aún hacia el mar.
—Mmmm no —lo miró
—Me contaste como estuvo tu día y yo te contesté que esperaba que algún día yo pudiese disfrutar uno así, contigo... Y miranos.
—Ya lo recordé —sonrió
—Aunque siendo honesto, todos los días que pasó a tu lado los disfruto como no tienes idea
—Tú haces mis días más bonitos, también los disfruto
—Te amo —lo abrazo.
—También te amo y mucho.
Emilio tomó a Joaquín del mentón y se dieron un beso.
Fin.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top