Joaquín estaba durmiendo muy cómodamente hasta que de forma lejana escuchó "Everyday" canción que tenía como tono de llamada, como pudo tomó su celular y con los ojos medio abiertos pudo ver que se trataba de Emilio, miró el reloj que tenía a un lado, este marcaba las 4:03 am, supuso que se trataba de una emergencia, así que no hizo esperar más y contestó.

—¿Emilio? —bostezó— ¿Todo bien?

—Sí, es sólo que... Wey, la extraño... creo

—¿A quién? —se sentó

—A María

Bondoni cambió su expresión al darse cuenta que lo había despertado para contarle eso

—Uy como me importa —susurró

—¿Qué?

—Nada, que es normal, pero como tú lo has dicho, es lo mejor para ambos... —se quedó callado pensando en que más le diría— Te escuchas raro, como borracho

—Ah, es que fui de fiesta, pero wey, regrese muy triste —suspiró

—Me imagino, tranquilo, no está mal que muestres vulnerabilidad, a veces debemos dejar salir el dolor con lágrimas, es una forma de limpiar el alma

—Pues sí

—Intenta dormir, al menos relajarte, mañana tenemos teatro

—Es cierto, casi lo olvido... 

El silencio reinó por varios segundos

—¿Cholito? —habló— ¿Estás llorando?

—Es que no me gusta este sentimiento tan extraño y me asusta porque me siento confundido y —fue interrumpido.

—¡Wow, wow! Está bien, como te dije, llora, déjalo salir, te sentirás mejor. Mañana será otro día y será mejor, te lo prometo

—Gracias por escucharme —podía apostar que estaba sonriendo.

—De nada, Emilio, descansa

—Igual, te quiero, dude

—Yo también

La llamada terminó, el castaño suspiró y dejó su celular a un lado, se acostó, cerró sus ojos tratando de volver a dormir.

—Así que Emilio llamándote a las 4 de la mañana —dijo su hermana entrando a su cuarto

—¡Ay! Renata, me espantaste —dijo con una mano en su pecho— ¿Qué haces despierta?

—Ya sabes que sufro de insomnio —se sentó a la orilla de la cama— pero, no me cambies el tema.

—Pues sí, si fue él, está muy triste por su rompimiento, ahora debo de pensar en como animarlo, no me gusta escucharlo así de triste

—¿Si sabes que él no te ve de la misma forma que tú a él y por el momento no lo hará? —tomó su mano.

—Lo sé, pero... No lo hago por eso, tú lo sabes, así como él me ha apoyado, yo también quiero hacerlo y que se sienta mejor

—No quiero que salgas herido

—Eso no pasará, ve a dormir, anda —le dió una sonrisa

Renata se despidió de su hermano y salió de la habitación dejándolo solo.

La chica tenía razón, pero como lo había dicho, quería ser un soporte y hacerlo sentir mejor, además que con ser su amigo se conformaba y aceptaba eso, a pesar de las múltiples veces en las que el rizado lo confundía, como la primera vez que hizo que todo cambiara para él: Cuando lo beso, si, Emilio beso a Joaquín. Nunca lo había dicho, porque tampoco quería hacerse ideas y no "contaba" pues el rizado estaba alcoholizado.

Se había quedado a dormir en la casa de su amigo, en su cama el menor de los Marcos hizo una reunión sin motivo alguno, ya era muy tarde, por lo que Emilio le dijo que se podía quedar, el acepto. Cuando por fin Emilio decidió acostarse, quedaron de frente, en realidad Joaco se obligaba por no abrir los ojos, porque no quería que el poco sueño que estaba conciliando se perdiera, sin embargo, podía sentir la respiración y el olor a alcohol, de su amigo cada vez más cerca, de pronto, sucedió. Emilio lo estaba besando y la mano del rizado se coló entre la camisa del castaño, Joaquín no sabía como reaccionar, su corazón comenzó a latir tan fuerte que si pensó que en cualquier momento se le iba a salir o pararía de latir. El otro chico se alejó, segundos después abrió los ojos y pudo ver que ya dormía. "¿Qué carajo había pasado?" era lo único que rondaba por su mente y que su poco sueño se fuese.

Los días pasaron, nunca tocaron ese tema, supuso que por el alcohol Emilio no recordaba ni como había llegado a su habitación, intentaba que todo fluyera igual, pero ellos sentían que algo había cambiado, los toques entre ellos se hacían más comunes y necesarios y la relación de ellos la sentían cada vez más cercana.