Ocho
Competencia
—¡Comiencen! —avisó el examinador, y justo en ese momento comenzó la batalla en una respuesta rápida por los involucrados.
Al instante, dos kunai comenzaron a chocar en distintas partes de la arena de batalla, los cuales eran demasiado veloces, puesto que nadie podía seguirles el paso, sino que únicamente, el reflejo de las chispas al interactuar podía ser percibido por solo algunas personas.
Orochimaru y Jiraiya estaban tan seguros de sus discípulos; no había alguien de su generación más fuerte que ellos.
De pronto, de lados contrarios de la aldea se vieron correr a los participantes con las armas de fuera, que llegaron a encontrarse en medio del espacio y se atacaron al mismo tiempo logrando darse; las personas en el público estuvieron muy sorprendidas, hasta que observaron cómo los muchachos desaparecieron dejando una estela de humo. Eran kagebunshins, clones de sombras creados a su semejanza para contribuir a sus mismas estrategias. Justo cuando estos desaparecieron comenzaron a salir varias copias más y comenzaron a atacarse mutuamente. Dando como resultado variadas estelas de humo, ya que pareja que se alcanzaba, era pareja que desaparecía.
Las personas en el público estaban emocionadas, ya comprendían muy bien que aquella pelea no era de simples genins. Nadie sabía dónde estaba el verdadero, a excepción de sus maestros que observaban con atención cada movimiento, así, el campo comenzó a llenarse de humo, y cuando este desapareció pudieron ver de nuevo aquella pelea de kunai contra kunai. Estos sí que eran los verdaderos.
Cada que se encontraban de frente, no podían evitar mirarse a los ojos y darse cuenta que aquello era más que competencia por parte de los dos. Era como si quisieran matarse el uno al otro para desentenderse de la turbulenta presencia individual que cada uno desprendía, y ello era muy triste después de saber cómo se habían sonreído antes.
Llegó el momento crítico en la pelea más tarde que temprano, cuando Minato logró sacarle de la mano derecha la kunai a Shinato, quien rápidamente se defendió solo con una y también había logrado sacarle la kunai, pero de la extremidad izquierda. Pronto se encontraban uno a uno, antes bien, rápidamente la situación cambió dando un posible ganador a la pelea.
Shinato le había puesto el kunai en el cuello al rubio cuando este, despistado, soltó la única que le quedaba. Se miraron de nuevo y después de un segundo, el cuerpo de Minato se llenó de humo y se convirtió en un tronco de madera inerte.
<< ¿¡Kawarimi no Jutsu...!? ¿¡En qué momento!? >>, pensó sorprendida, y antes de poder hacer algo para responder ante la impredecible acción, el rubio ya le había puesto una filosa daga en el cuello como ella lo había hecho antes.
El examinador al ver la sorpresa de Shinato, se dio cuenta que ya no tenía nada bajo la manga que mostrar.
—¡Namikaze Minato-kun es el ganador! —anunció al público, para que después se escuchara una ola de gritos de felicitación de parte del público.
El rubio, al escuchar al examinador que dio por terminado el combate, quitó el kunai del cuello de la chica y le ofreció la mano con cortesía y un semblante serio. No sabía por qué no estaba feliz, si él había ganado, en lugar de ello, su interior se sentía lleno de un malestar incesante.
La extranjera, al ver las intenciones del ganador siguió dándole la espalda, para segundos después, comenzar a caminar dejándolo con la mano estirada.
<< Nunca le des la mano a tu rival... >>, recordó las palabras que su maestro le había metido en la cabeza y no dio vuelta atrás. Podían decir que era una maleducada por rechazar la misericordia de su igual, también que era una mala perdedora, lo que sea, a ella no le importaba, porque le habían enseñado a no perder la dignidad ante nadie.
—¿Cómo te quedó el ojo, compañero? —cuestionó en un juego un Jiraiya lleno de orgullo por el resultado.
Orochimaru, sin poder ocultarlo del todo, se encontraba muy irritado. No podía creer que su discípula había perdido contra el discípulo de Jiraiya; por supuesto que él era más fuerte de los sannin y había entrenado desde pequeña a Shinato, entonces, ¿por qué demonios había perdido contra Minato? No dejaba de preguntarse y buscar el error.
Jiraiya lo entendía, sabía lo enojado que se encontraba su compañero. Sabía también las ganas que tenia de enseñarle que era más fuerte que él. Pero también era consciente de que Minato era mucho más fuerte que Shinato, puesto que prácticamente también era el maestro de ella y conocía el potencial de cada uno. Sabía que su discípulo no perdería ante nadie.
—¡Felicidades muchacho! —Jiraiya felicitó al rubio, quien a pesar de haber ganado no se le miraba para nada feliz, y el mismo maestro comenzaba a hacerse una idea del motivo.
En ese momento, Shinato y Orochimaru ya se estaban alejando del lugar donde se había llevado a cabo la última prueba de los exámenes chunin, eso para no perder su valioso tiempo. Lastimosamente, no habían compartido palabras desde que salieron, y por ello Shinato se sentía en la necesidad de mencionar algo ante la incomodidad.
—Una disculpa... —Se atrevió a mencionar casi al llegando a casa.
—No importa —interrumpió Orochimaru, intentando sonar convincente, pero la pequeña sabía que no estaba feliz con los resultados. Entonces ella se detuvo en medio de la calle, provocando que él también lo hiciera a unos cortos pasos.
—¡Claro que importa, yo tenía que ganar, tenía que ser mejor que él! —exclamó, pareciendo con ello, una persona normal con sus gestos molestos —. ¡Tenia que demostrar que soy mejor que Namikaze Minato! —dijo por último y apretó los puños a sus costados, reteniendo así su desbordada rabia.
—No eres mejor que él —pronunció el azabache, que la de cabellos azules le dirigió su sorprendida mirada después de escuchar aquello—. Te sobrepasa y por mucho tanto en fuerza como habilidades, ¿o es que acaso no viste la lástima que te tuvo durante el combate? —retó con sus palabras, queriendo que ella reaccionara.
—Ese miserable fue capaz —susurró en respuesta, mucho más molesta y atendiendo a las necesidades del mayor. Fue manipulada.
—Es por eso que tienes que sobrepasarlo de igual manera, él es, de ahora en adelante, tu rival, Shinato —sentenció decidido, sin saber las consecuencias que aquel aspecto traería para los afectados en el futuro.
La palabra "rival" tenía para la chica un solo significado, por ello no estaba bien lo que Orochimaru le decía, puesto que Shinato creía a ciegas todo lo que venía de él por su inmensa confianza. En consecuencia, desde ese momento se decía odiar con todo su ser al chico rubio por ser más fuerte que ella, y lo juraba: se haría más fuerte para sobrepasarlo.
De pronto, lo recordó con su sonrisa tan característica de él, salvo que ya no le ponía nerviosa y la encontraba irritante, porque le parecía como si se estuviera burlando de ella.
Quien diría que todo se había convertido en una cruel competencia tan repentinamente. Así, lidiar con el odio que por desgracia se le había inculcado por su superior, era más factible que querer ser consciente de lo que el muchacho pensaba acerca de su persona.
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