90. Primera cita.
Pero esta vez si se habían separado de la impresión, y era porque tres pequeños habían mencionado su nombre de manera sorprendida. Era el equipo Minato.
La peliazul estaba muy apenada de que los vieran en semejante acción, y al voltear a ver al rubio se dio cuenta de que pensaba lo mismo pues sus mejillas estaban sonrojadas. Era de las primeras veces lo que había visto de esa manera tan tierno.
- ¿Cuando van a casarse? - Kakashi dijo de manera indiferente con los brazos cruzados y los otros chiquillos rieron tras el comentario.
De inmediato, Minato fue hacia él y le dio un golpe en la cabeza haciendo que los niños rieran más alto por aquella repentina acción. Shinato tuvo que taparse la boca para no reír en alto.
- N-no ahora, pero tal v-vez pronto... - le respondió más sonrojado que antes. Que mas le podía contestar al peliplata, no podía mentirle.
Shinato también se sonrojo al escuchar su respuesta y cruzó las manos en su espalda.
- ¿Entonces si son novios? - está vez pregunto la pequeña castaña con una esperanza tan transparente reflejada en su rostro.
- Si, Rin, Minato-sensei y yo somos novios desde ahora - la peliazul contesto la pregunta cómo nunca nadie se hubiera esperado.
- ¿En-en serio? - el rubio pregunto por lo bajo incrédulo por la respuesta pero a la vez sonrojado y feliz.
- Yo no diré absolutamente nada - escucharon la voz del Uchiha hablar en alto mientras les daba la espalda. Parece que tenemos a un celosito...
- Pensé que estarías feliz por nosotros... - la peliazul salio de la caseta y fue a donde él. Aun le seguía dando la espalda - ¿Ni por mi? - le pregunto por último.
- Por ti si... - no tardó en contestarle - Pero se suponía que cuando creciera tu serias mi novia - le dijo cuando se volteo.
Shinato y Minato rieron, Rin sonrió divertida y Kakashi menciono un pequeño estúpido...
- Imposible - menciono la peliazul haciéndose la molesta. Él la observó asustado. Después ella le dijo al oído - ¿Y luego quien será el novio de Rin si tu eres el mio? - pregunto y se separo.
Al instante el Uchiha se sonrojo a tope por que habían descubierto su enamoramiento hacia la pequeña castaña que estaba por un lado de suyo.
- Por eso digo que felicidades... - se bajó los lentes y levanto su dedo pulgar hacia Minato. El lo vio sin entender que le había dicho su chica - Cuidela bien o tendré que interferir - le dijo al rubio.
- Supongo que... gracias - este menciono divertido.
La peliazul lo miro sonriendo y este le sonrió de igual manera.
- Ya es hora de irnos, o se nos hará tarde - el peliplata menciono como siempre y comenzó a avanzar.
- Si, ya es tarde, tenemos que irnos - menciono la castaña viendo en dirección al peliplata que ya había salio de la aldea.
El Uchiha solo hizo señas con sus dedos de estar observando a los mayores, pero en ese momento Rin le pregunto...
- ¿Que fue lo que Shinato nee-chan te dijo para que cambiarás de opinión? -.
- Ah, nada... ya es tarde - menciono nervioso y siguió los pasos de su compañero mientras la pequeña lo miraba sin entender para después seguirlos.
- Vamos Minato, que se van sin ti - le hablo a un rubio muy distraído. Ese le tomó atención tras sus palabras y se acercó a ella.
- Volveré más tarde y te invitaré a cenar, será nuestra primera cita de novios - fue lo que pronunció y después dejo un corto beso en sus labios. La soltó y siguió el camino de su equipo sin voltear a verla.
La peliazul pronto se quedo sola en aquel lugar, pero ahora emocionada por las palabras del rubio.
(...)
- ¡Llegue! - grito la pelirroja entrando a la habitación de Shinato y la vio buscado algo en su armario.
- Necesito ayuda - fue lo primero que menciono al verla.
- ¿Ayuda para que? - pregunto un poco confundida. Le había llegado una carta con una paloma mensajera esa tarde, era Shinato y mencionada exactamente lo que acaba de decir. La pelirroja necesitaba más información.
- Tendré mi primera cita con Minato y no se que ponerme - le explico rápidamente y Kushina se emocionó.
- Acudiste a la persona correcta-ttebane... -.
(...)
- Quedaste perfecta, seguro que Minato te lleva a su casa esta noche para la cena - comento pícara y le dio una vuelta con su mano.
Shinato llevaba puesto un vestido color beige con líneas rosas a los costados, no era muy pegado pero si se notaba diferente a sus kimono, era de manga larga y el escote a pesar de no ser tan pronunciado se veía bien en ella ya que siempre se tapaba el pecho, le llegaba a las rodillas y combinaba con los tacones cafés que Tsunade le había regalado una vez en su cumpleaños, eran como los de ella.
- Kushina, por favor - le dijo avergonzada.
- Es que esas coletas te dan el aire de ser una estudiante apenas - halago mientras observaba su peinado. Tal como Orochimaru solía peinarla.
En ese momento tocaron la puerta. Shinato dijo que podía pasar ya que era Tsunade.
- Wow... - fue lo primero que menciono cuando lo vio de pie a cabeza - Te vez muy bien, ¿saldrás con Minato hoy? - la rubia adivino.
- Si - está solo menciono apenada con la mirada de la rubia puesta en ella.
- Entonces deberías salir ahora, te está esperando en la sala - le aviso.
De inmediato, volvió a verse en el espejo y pidió a dios que todo saliera bien esa noche. Su primera cita por lo menos tendria que salir normal.
Las dos mujeres que la acompañaban rieron juntas y la tomaron de las manos para sacarla de su habitación.
- Esperen, me falto... - quiso detenerlas. En realidad le apenada que Minato la viera así vestida tan diferente a lo de siempre.
- Nada, te vez perfecta - le dijeron al unísono.
Una vez llegaron, la empujaron dentro de la sala y ellas rápidamente abandonar el lugar. El rubio estaba dándole la espalda viendo al parecer una de las fotos que estaba en la mesita. Eran Shinato y Orochimaru, por allá cuando ella tenía trece o catorce.
- ¿Minato? - le llamo.
Este volteo enseguida sorprendido, porque a pesar de ser tipo sensor estaba muy distraído.
No pudo evitarlo, la observó de pie a cabeza sin disimular un poco.
- ¿Ya podemos irnos? - le volvió a dirigir la palabra.
- Ah, si-si, claro, vamonos - le dijo tratando de controlar su nerviosismo.
Aun que la peliazul tampoco se escapaba, esta también había checado al rubio completamente. El llevaba ropa ni muy formal, ni muy informal. Llevaba una camisa negra de manga larga sin ningún tipo de estampado y unos pantalones color caqui.
Para la peliazul se veía tan bien. El era perfecto.
Salieron silenciosamente de su casa cuando el sol ya casi se iba y comenzaron a caminar. Por supuesto la peliazul iba siguiendo al rubio ya que no sabia a donde se estaban dirigiendo. Seguían sin decir nada. ¿Que le había pasado a aquella confianza que habían tenido antes? ¿Dónde estaba la confianza del rubio quien siempre tomaba las decisiones? Pues todo aquello había desaparecido solo con verse y por el simple hecho de que eso era una cita...
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