83. La princesa. El objeto.

- Shinato no volverá a la Tierra del Hierro - le había dicho el rubio decidido sin soltar la mano de la peliazul.

Hiruzen se quitó la pipa de la boca y los observó con una pequeña sonrisa. La verdad era que ya se imaginaba que algo como eso pasaría.

- Seré claro con ustedes... - comenzó - En realidad me gustaría mucho que Shinato volviera a Konoha, no estoy en contra, pero, no puedo meter mi influencia en el asunto ya que ella pertenece al clan de los Hanyo, y si su padre se interpone... además, es mucho más difícil si hablamos de la princesa próxima a ser la líder. Estoy cruzado de manos - les explico rápidamente.

Los dos muchachos pronto sintieron que no había nada que hacer, que definitivamente sin la ayuda del Sandaime Hokage nunca iban a llegar a un acuerdo.

- Pero... - levantaron la cabeza cuando escucharon que nuevamente Hiruzen iba a hablar - Puedo ayudarlos a que tengan una reunión para generar un acuerdo, de ahí ustedes tendrán que convencer a Sesshomaru-dono -.

- ¿En serio podría? Se lo agradeceríamos demasiado - Minato le dijo al instante y el Hokage asintió.

- Mandare inmediatamente la invitación suponiendo que no quieren esperar mas - el rubio asintió agradecido, pero no se había dado cuenta que la peliazul tenia la mirada baja - Tardarán tiempo en llegar a la torre, así que les sugiero que aprovechen el tiempo y piensen muy bien lo que le van a decir -.

Tras agradecerle de igual manera los dos, salieron de la oficina.

- No creo que sea buena idea tratar de hablar con mi padre - la peliazul le dijo nada mas cruzar la puerta que los separaba de Hiruzen. Eso había estado pensando desde que salió de la posada.

- No creo que exista otra manera - Minato no entendía el por que de sus palabras.

La peliazul dejo de mirarlo y observo hacia el gran pasillo con forma curveada. Comenzaba a darle miedo la reacción que tomaría su padre al decirle lo que verdaderamente quería. Además de que ya estaba molesto.

- Es que él simplemente no lo aceptará... - comenzó a decirle lo que verdaderamente pensaba - Está obsecionado con que me convierta en la líder que no tolerará absolutamente nada que pueda interferir. No se de que sería capaz, y yo... yo tengo miedo - confesó por último su inseguridad.

El rubio observó como su mirada se llenaba de miedo al decir aquellas palabras. Le preocupo mucho su estado emocional.
La tomó por los hombros y hizo que lo mirara a los ojos. La peliazul llevo las manos a su pecho y abrió los ojos sorprendía por la reacción del rubio.

- ¿Acaso no es esto lo que querías..? - comenzó a decirle - Porque yo si lo quiero, y ya no estoy dispuesto a dejar ir más oportunidades para estar contigo, ya han sido bastantes y no pienso volver a rendirme. No me importa lo que tu padre piense, a mi solo me importa lo que quieres tu. Puedes estar tranquila, porque esta vez haré hasta lo imposible por protegerte. Ya no le temas más, ni te sientas culpable por no cumplir sus expectativas - termino mientras la peliazul le veía de la misma manera que antes. Sorprendída.

- Bien, entiendo... - comenzó a tranquilizarse - Aun así mi padre no querrá escucharme, por lo que dejare todo en tus manos. Esta vez tienes que protegerme, porque es la ultima vez que habrá una oportunidad como esta y yo tampoco quiero desperdiciarla - le dijo para después abrazarlo fuerte. En realidad ya no quería que nadie más la alejara de Minato. Nunca más.

- No te preocupes, vamos a lograrlo - le hablo confiado mientras de igual manera la estrechaba entre sus brazos.

Cerca de media hora paso cuando se les hizo el llamado a la oficina del Hokage informando que el líder de los Hanyo ya se encontraba ahí. Abandonaron la biblioteca dónde se estaban quedando para matar el tiempo y rápidamente se dirigieron hacia allá.

Al entrar a la oficina, el Hokage estaba en su lugar de siempre y Sesshomaru y Rogué sentados sobre sus rodillas de forma vertical. Rápidamente saludaron y fueron a sentarse frente a ellos.

El albino, mantenía sus ojos cerrados y Rogue los miraba sin apartar su vista un solo segundo. A pesar de que ambos se notaban calmados, por dentro estaban ardiendo en furia.

- Ya que no falta nadie, es hora de comenzar... - Hiruzen tomo la palabra en aquella reunión - Fueron llamados aquí, porque el shinobi rango jounin Namikaze Minato, y la señorita, princesa de los Hanyo, Tártaros Shinato, necesitan informales algo de suma importancia - aquella tenia que ser una reunión bajo todas las reglas - Minato, puedes tomar la palabra - le aviso al rubio ya que él tenia que iniciar.

El rubio en ningún momento se puso nervioso, a pesar de que, no literalmente, estaba pidiendo la mano de Shinato a su padre.
En cambio, está bajo la mirada por educación.

- Lo que queremos informarle es que Shinato ya no quiere volver a la Tierra del Hierro, ni convertirse en la cabeza de su clan, en realidad ella quiere quedarse en Konohagakure no Sato y volver a tener su vida de antes - le informo.

En ese momento el albino abrió los ojos para observarlos frente a él. Ya se había imaginado para que el Hokage lo había mandado a llamar justo después de no encontrar a su hija en su habitación.

- Namikaze-san... - lo llamo edacadamente mientras lo observaba - ¿Puedes decirme que clase de relación tiene mi hija contigo? - literal que había ignorado la petición de Minato para preguntar aquello.

- Amorosa, señor - le contesto inmediatamente con la verdad.

Rogue, al escuchar aquello, dio a notar su disgusto.

- ¿Sabe usted que es de mala educación meterse con mujeres comprometidas? - le pregunto de nuevo calmado. Hasta ahora al parecer Sesshomaru si quería mantener una conversación.

- Si señor, lo se, pero nuestra relación comenzó mucho antes de que Shinato se enterara que su clan seguía con vida... -.

- ¿Y porque no me lo informaron? - lo interrumpió encerrandolos en un lugar sin salida.

- Porque para ese momento ya no había nada entre nosotros - no le quedó más que hablarle con la verdad.

- Pido disculpas por entrometerme... - el pelinegro hablo - Pero no tiene nada que ver que hayan mantenido una relación amorosa, puesto que no había lazos oficiales que los unieran, no tienes ningún derecho sobre la princesa ya que esta comprometida conmigo - termino.

Shinato siguió con su mirada baja. Detestaba que comenzarán a hablar de ella como si fuera un objeto, pero desgraciadamente así eran las cosas, a pesar de ser una princesa, seguía siendo una mujer, y la mujer no debía de decidir nada sin su marido, en este caso, Rogue tenia más derechos sobre ella ya que oficialmente era su prometido, en cambio Minato, ni siquiera eran novios.

Tenían todas las de perder.

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