80. Change.
- ¿Dónde pasaste la noche? -.
A pesar de haber puesto todos sus dotes como ninja a la hora de entrar a su casa, Tsunade la había descubierto dándose cuenta de lo tonta que había sido al querer intentar engañarla.
- Yo... - no se le ocurría nada mientras la rubia la veía con interrogó en medio de la sala de estar.
- ¿Tu? - le animo a que continuará.
En ese momento, se le ocurrió una gran idea.
- Me quede en la casa de Kushina, estaba con ella y no pude volver por la fuerte lluvia - mintió muy bien para ser Shinato.
- ¿Uzumaki Kushina? - la mayor le pregunto un tanto confundida.
- Ah, si, ella, tal vez no lo sabías porque en realidad nunca te lo dije... - río por lo bajo - Pero nos hicimos muy buenas amigas durante su estadía en la aldea de los Hanyo - le explico.
- Me alegra escuchar eso, es bueno saber que tienes una buena amiga - le dijo rápidamente con una sonrisa. Tsunade sabia que la pelirroja no era una mala persona.
- Si, yo... -.
El sonido de alguien tocando la puerta la interrumpió y enseguida su cuerpo se tenso. De alguna manera sabia que quien sea que fuera iba a arruinar su coartada perfecta.
- ¡Yo abro! - grito nerviosa cuando la rubia se dirigía hacia la puerta. Por suerte logro detenerla y fue corriendo a abrir.
Ella siempre tenía razón con las malas predicciones...
- ¿Kushina, que haces aqui? - le dijo por lo bajo cuando la vio de pie detrás de la puerta.
- ¿Como que, que hago aqui? - le dijo en tono de voz normal y la peliazul le hizo señas para que lo bajará - Deberías de estar en la torre del Hokage-sama hace mucho, tu padre y el Sandaime-sama ya están por comenzar la reunión, me enviaron a buscarte - le hizo caso sin saber porque y bajo el tono de voz.
- Shinato, ¿quien es? - escucho la voz de la rubia. Pronto comenzaría a acercarse.
- Por favor Kushina... - comenzó a decirle - Si te pregunta, yo pasé la noche en tu casa -.
- ¿Que? - de inmediato la pelirroja la cuestionó - ¿Pasaste la noche fuera de tu casa? - le pregunto más alto y enseguida Shinato puso un dedo sobre su boca para que callará.
- Si, y le mentí a Tsunade-sensei, le dije que estaba en tu casa - confesó.
- ¿Por que le mentiste? ¿Dónde pasaste la noche? - le pregunto en susurros.
- Luego te lo diré - le dijo rápidamente dando una fugaz mirada detrás de ella. Ya podía escuchar los pasos de la rubia acercarse cada vez más y más.
- No, quiero saber, ¿por que mentiste? ¿Dónde y con quien pasaste la noche? - le dijo de manera divertida abusando del nerviosismo de la peliazul.
La más chica la observó suplicante y la pelirroja con una ceja arriba. Cuando vio que no iba a ceder, lo tuvo que confesar...
- Pase la noche en casa de Minato -.
Rápidamente la rubia pensó mal y la vio pícara. Shinato solo se sonrojo y en ese momento Tsunade llego a donde ellas.
- Hola Kushina, ¿como te va? - la saludo una vez la vio.
- Bastante bien, ¿y usted Tsunade-sama? - contesto educadamente mientras le sonreía sincera.
- Igual, muy bien - la rubia le contesto de igual manera.
- Y, ¿que te trae por acá? pensé que habían dormido juntas - cuestionó.
- Si, ayer Shinato se quedo en mi casa, pero se le ha olvidado algo importante aquí y tuvo que adelantarse, yo solo vine a buscarla porque ya es un poco tarde para la reunión - la pelirroja mintió excelente, tanto que hasta la peliazul pudo habérselo creído.
- Si... - Shinato las interrumpió - También vengo a cambiarme la ropa, le avisare antes de irme - le dijo para después tomar a la pelirroja de la mano y arrástrala con ella hasta su habitación.
Una vez la pelirroja estuvo sentada en la cama, río a carcajadas como nunca mientras la peliazul la veía mal.
- No es gracioso - le dijo molesta.
- Es que... - intento parar de reír pero no pudo - Estabas tan nerviosa. ¿Por que solamente no le dijiste la verdad? - reía mientras hablaba.
- Imagina el sermón que iba a llevarme por parte de Tsunade-sensei, ¿acaso no lo recuerdas? estoy comprometida - le dijo mientras iba a su armario para sacar ropa.
- Tampoco ibas a decirle que hicieron algo, que por tu nerviosismo, ya me doy cuenta que si... - paro de reír poco a poco, y de pronto se dio cuenta de algo - Espera, ¿comprometida? pensé que ya estabas casada - se puso de pie enseguida.
La peliazul le estaba dando la espalda mientras se cambiaba la ropa. Iba a ponerse un kimomo totalmente blanco, la única ropa con la que podría presentarse ante su padre. En ese momento, cuando la pelirroja pudo verle la espalda, se dio cuenta de la marca del Hiraishin.
- La boda se pospuso por el ataque a Konoha - le confesó mientras se terminaba de acomodar la ropa, pero al final tuvo problemas con el listón que iba en su espalda baja.
La Uzumaki se acercó a ella y comenzó a ayudarle.
- Fuera de todo lo que tuvo que pasar para que tu clan atacará a Konoha... - comenzó a decirle - ¿Que va a pasar contigo y Minato? - le pregunto - Por que bueno, pasaron la noche juntos una vez más -.
Termino de hacerle el moño perfecto y Shinato le dio la cara. Debido al tema de la conversación, su rostro se había apagado.
- Se que ahora sonará un poco desquiciado después de todo lo que paso, pero... - observó a otra parte en la habitación - Yo quiero quedarme con él - confesó sonrojada.
- ¿¡Es en serio-ttebane!? - la pelirroja pregunto emocionada y la abrazo fuerte, pero rápidamente la alejo de de ella tomándola por lo hombros esperando una respuesta.
- Hablo muy en serio, pero no tengo idea de que hacer para lograrlo, ya que, está mi padre y Rogue, a quien ciegamente le prometí que aprendería a amarlo - se encontraba muy triste al momento de pensar aquello.
¿Como demonios iba a hacer para convencer a su padre y olvidar las tantas promesas que le hizo a Rogue y a su pueblo? Todo comenzaba a ponerse normal con ella en la aldea de su clan, pero aquella orden de atacar Konoha había puesto su vida patas al revés una vez más.
Y lo había decidido, una vez más había cambiado su forma de pensar, esta vez se quedaría al lado de Minato aun que tuviera que robarselo de Konoha y desertar al mismo tiempo de su clan. No necesitaba más infelicidad en su vida, iba a ver sólo por ella y cuidadito con que alguien le dijera que estaba siendo egoísta.
Ahora habría que encontrar una forma de arreglar todo.
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