38. Majū.
La peliazul se alejo rápidamente del kunai con la marca del Hiraishin y comenzó a pelear por su cuenta con los shinobis que al parecer eran de Kumogakure no Sato, se dieron cuenta de ello por la marca en sus protectores.
Hacia mucho que no tenia un combate y menos contra tantas personas, pero no lo estaba haciendo mal a pesar de su descontrol con el chakra, por lo menos podía manipularlo un poco.
— Kuchiyose no Justu... — tras morder su dedo y poner la sangre en el suelo, un sello se formó y de pronto salió un gato enorme con semblante molesto.
— Hacía mucho que no me llamabas — lo invocado le refirió sin prestar atención al combate, tenia un semblante arrogante.
— Nekomata-sama, ahora necesito tu ayuda — la peliazul le dijo mientras luchaba contra varios ninjas.
— Si necesitas mi ayuda, con gusto te la presto — a pesar de sus palabras, sonaba despectivo y tras un — ¡Miauuuuuu! — se lanzó contra todos.
Nekomata y Shinato tenían la típica relación amor y odio, se querían, pero siempre se comportaban así, era algo que los dos sabían de antemano.
Minato vió al ya conocido gato para él preocupándose por el estado de chakra de su compañera, también se había dado cuenta como el gato, de su desbalance.
— ¡Oye, Shinato! — le gritó — ¡No te esfuerces demasiado, los refuerzos ya están en camino! — terminó sin que la peliazul le dirigiera la mirada, pero era obvio que lo había escuchado.
Sin hacerle el más mínimo caso, continuó peleando con todo el potencial que le quedaba.
<< Tienen suerte, si estuviera completa ya habría acabado con todos ustedes... >> pensó con el ego alto y molesta.
Tras un breve segundo, los ninjas de la aldea llegaron a ayudarles, la entrada de Konoha se había convertido en un campo de batalla con sus respectivas bajas en el suelo. Los shinobis de la aldea superaban en número a los de Kumo, así que pronto se vería un ganador.
— ¡Ya estamos aquí para ayudar!
Al escuchar aquella reconocida voz para ella, se distrajo de la pelea y se volvió para mirar al dueño de esta. Obito, Kakashi y Rin estaban en el campo de batalla.
— ¿¡Qué se supone que hacen aquí!? ¡Vayan a esconderse a la aldea! — les gritó con toda su fuerza.
En ese instante algo se encajó en su estómago, y al volver su atención al campo se dio cuenta que un shinobi de Kumo la había lastimado encajandole una filosa cuchilla.
Minato y los chicos se dieron cuenta rápidamente y de ambos lados comenzaron a correr hacia ella para ayudarla. Lo cual fue una mala idea...
Como si estuviera pasando en cámara lenta, la peliazul vió a la pobre niña que no había corrido para ayudarla. Obito y Kakashi habían dejado sola a una Rin asustada y un ninja iba contra ella. De ninguna manera iba a poder protegerse.
Con todo el dolor que cargaba comenzó a correr hacia donde se encontraba Rin pasando de largo a los niños que iban en su ayuda y sacándose la cuchilla del estomago, como si se mala suerte se tratara, una punzada enorme le recorrió todo el cuerpo para después sentir cómo su chakra volvía a estar completamente en desbalance como la vez anterior, aun así, siguió corriendo, pero era imposible, no lograría alcanzarla, y pronto vería como la niña era asesinada cruelmente.
Otra punzada... y de pronto, ya no se encontraba en el campo de batalla.
Sintió el agua llegarle a los tobillos. El lugar estaba muy húmedo.
— ¿Dónde estoy? — preguntó por lo bajo para ella y aún así se alcanzó a escuchar el eco en aquel lugar.
— Por aquí, por aquí Shinato... — escuchó como la llamaba una voz burlona terminado en una risa espantosa.
Se fijo en su alrededor, estaba en una especie de laberinto con tonos azul y blanco. Comenzó a correr hacía donde aquella voz se había escuchado sin saber por dónde ir. Tras unos minutos corriendo, se detuvo y pregunto...
— ¿¡Quien eres!? — el eco volvió a escucharse por todas partes, como si alguien más hubiera preguntado de otro pasillo sin salida.
— Deberías saberlo... — de nuevo aquella voz burlona le hablo — Tú me llamaste en busca de ayuda.
— ¿A qué te refieres? — le preguntó dando vueltas en su lugar para la próxima vez que hablara se daría cuenta de donde vendría.
— Por esa niña sin valor, me llamaste, es muy fastidioso, la ultima vez también lo hiciste por alguien sin valor alguno.
La peliazul no entendía nada de lo que le decía, se encontraba muy confundida.
— Pero si por esto saldré de nuevo de este laberinto, te prestare mi poder...
...
Minato lo vió de nuevo, como el rostro de su pequeña chica se volvía igual al de un monstruo. Y esta vez, todo los presentes lo habían notado.
Kakashi y Obito abrieron la boca sorprendidos, pues en un instante, Shinato había asesinado a aquel hombre que iba detrás de Rin con una especia de báculo color azul brillante.
Rin lo vió todo de cerca, en un momento Shinato había llegado a donde ella y la había salvado, pero aún así estaba asustada, se negaba a creer que aquel rostro le pertenecía a su nee-san. Retrocedió unos pasos mientras aquel monstruo aún tenia en sus manos al shinobi, no se dio cuenta y tropezó con una roca para después caer sentada en la tierra, en ese momento Shinato pareció haber notado que alguien más estaba cerca de ella, puesto que la miró, pero aquellos ojos no parecían tener buenas intenciones. Rin, más asustada que nunca, la observó bien. Sus ojos ni siquiera podían llamarse ojos porque eran dos líneas con un fondo negro, y lo que más aterraba, era el gesto que tenia, una vil sonrisa macabra que se extendía de oreja a oreja. Daba mucho miedo.
— ¡Oye, monstruo! — escuchó como le gritaban — ¡Ven aquí! — le lanzaron un kunai que fácilmente atrapó con su mano.
Quitó su vista de Rin y los miro a todos, quienes retrocedieron al ver su rostro.
<< Ella no es mi Shinato... >> el rubio pensó preocupado y quiso correr hacía donde ella, pero al momento de dar un paso, desapareció y de pronto entre los hombres de Kumo se escuchó un gritó desgarrador.
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