33. Comunicación.
Como Tsunade había llegado agotada de hacer quien sabe que durante la noche, fue directamente a dormir dejando solos a los muchachos de nuevo. Estos, se encontraban en la mesa desayunando en silencio. El rubio ya llevaba la camiseta puesta.
- Supongo que era imposible ocultarlo - el rubio mencionó y río un poco nervioso.
La peliazul solo asintió avergonzada. De alguna manera, la vergüenza que ayer se había ido había vuelto hoy y ni siquiera quería verle a la cara. Se encontraba muy cohibida en su lugar.
- Shinato, no tienes por qué tener vergüenza - comenzó cuando se dio cuenta de lo que ocurría con ella - Lo que hicimos anoche, es algo normal que hacen las personas que se quieren - Minato parecía tratar de explicarle a un niño de la academia el por qué de las cosas.
- Lo se - está le respondió - Pero aun así me siento extraña - confesó.
- Igual yo - este también confesó y la peliazul le puso atención, el rubio se encontraba mirando su plato de comida a medio acabar - Pero también me siento bien, me siento feliz, ¿tú no? - la miró mientras le preguntaba.
La peliazul solo quería gritarle que se sentía muy adolorida, claro, a parte de lo bien y feliz.
- Si, me siento igual - le contestó por fin.
Se quedaron callados y siguieron comiendo su desayuno, a pesar de todo, el lugar no se sentía incomodo.
- ¿Te molesta si te dejo terminando de comer? Hay algo que quiero preguntarle a Tsunade-sensei - de pronto le dijo mientras le miraba atenta.
- No, claro que no - este le respondió al instante, ella se levantó y abandonó el comedor.
Minato dejó el tenedor por un lado del plato y se quedó pensando en ella.
<< Seguro que cree, que solo pienso en mi... >> Se dijo a sí mismo recordando como se había comportado durante la noche, es decir, había sido muy duro, como con el primer beso que le había robado.
Tras un rato pensando en lo que hizo, decidió ir de una vez por todas a disculparse seriamente con ella importandole poco si ella quería o no sus disculpas. Se levantó de la silla y fue rumbo a la habitación de Shinato.
Al llegar a la puerta la abrió llevándose una sorpresa. Ahí estaba, pegada a la pared tomándose el vientre con sus manos y una gran mueca de dolor en su rostro.
- ¿Te encuentras bien? - le preguntó y de inmediato fue a donde ella para ayudarle a estar de pie.
- Si... - Shinato le mintió por lo bajo. Era obvio que no se encontraba bien.
- Para que pregunto si es claro que no lo estás - le ayudó con cuidado a sentarse sobre la cama - Shinato, por favor, puedes decirme lo que te pase - le dijo en razón de la noche anterior. Shinato lo entendió muy bien.
- Solo me duele, supongo que es normal - le dijo para quitárselo de encima, pues quello era muy vergonzoso para ella.
- Puede que lo sea, pero no tienes por qué quedarte callada, si puedo ayudar en algo lo haré - le dijo un poco molesto. En verdad le fastidiaba que la peliazul tratara de ocultarle las cosas. Por algo como eso, habían terminado como ayer por la noche.
- Es que estoy bien & ella también se había molestado - No tienes por qué preocuparte - comentó para después ponerse de pie rápidamente y quedar frente a él. Bueno, en realidad frente a su pecho y viendo hacia arriba por lo baja que era - Solo necesito descansar un poco y... - quiso seguir hablando, pero una punzada de dolor la invadió, solo pudo rechinar los dientes y cerrar los ojos de manera fuerte.
Minato, con una mueca de preocupación, rápidamente la tomó de la cintura y le apoyó para que se estabilizara cuando ella puso las suyas en su pecho y estrelló el rostro en el.
- Recuestate - ordenó y la ayudó con mucho cuidado a que su cuerpo quedará tumbado en la cama. El sentó por un lado de ella y tomó su mano.
- Perdón - ella se disculpó después de un rato - Tienes asuntos más importantes pendientes que estar aquí, preocupado por mi...
- Que estupideces dices - la interrumpió de inmediato - Si estás en este estado es por mi culpa, no te traté como deberías de ser tratada, yo debería disculparme contigo mil veces - le sonrió levemente y se recostó con ella, la tomó en brazos y quedaron frente a frente - Me quedare contigo hasta que te sientas mejor.
- Gracias - pronunció levemente la peliazul y se acercó a él. Lo besó lentamente y el rubio a ella. Cuando se separaron, ella escondió el rostro en su pecho y el cómo ya antes había hecho, puso nariz en su cabello y después le beso la coronilla una y otra vez mientras estaban abrazos.
No iban a dormir, solo iban a relajarse un tiempo estando juntos, todo en silencio.
(...)
- Espero, que no te hayas pasado de la raya con mi pequeña Shinato, porque si me llega a decir que te comportaste como un animal, te mataré, pero primero te arrancaré tu hombría.
- Comprendido - el rubio solo contestó a la amenaza que Tsunade le hacía de manera asustada.
Por la tarde, después de su momento de relajación, había salido por algo de agua y se encontró con la rubia en la cocina, quien le ajusticio sus actos con Shinato.
- Y también espero, que no lo hayan hecho por hacerlo, por que si es así, te prometo que los caso en este mismo instante - le señaló.
- No Tsunade-sama, nosotros lo hicimos por que nos queremos y...
- No necesito más explícaciones - le interrumpio - Quedas advertido, Minato.
Tras amenazarlo de nuevo, se fue de la cocina y dejó a un Minato tragando saliva duramente.
Volvió dónde Shinato y le llevó un poco de agua. Ya no se encontraba preocupado puesto a la chica le había bajado el dolor considerablemente. Se sentía mejor.
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