28. Minato's Flashback.

Tras ver como la pelirroja abandonaba la casa hecha una furia, los restantes en la sala no decían ni una sola palabra.

— Lo siento, quise detenerla, pero no pude — Tsunade se disculpó primero.

— No se preocupe Tsunade-sama — el rubio le contestó sin mirarla — Tenia que pasar algún día... — lo dijo muy bajito, que casi no se escuchó.

Tsunade, tras escuchar aquello, abandonó la sala sintiendo un poco de culpa por los hechos ocurridos anteriormente.

Por su parte, el rubio se sentía aliviado, pero a la vez deprimido. El no quería causarle ningún tipo de daño a Kushina, él de verdad la quería, no obstante, no era un amor más que de amigos y eso, ella tenía que entenderlo.

Dió la media vuelta para encontrarse con su pequeña chica, quien se encontraba viendo hacía el suelo con las manos detrás de su espalda.

— Te quiero, y se que es demasiado pronto, pero podría jurar que ya te amo — confesó está vez para ella — Desde que eramos unos pequeños niños — tras decir aquello, la pelíazul lo abrazó muy fuerte y escondiendo el rostro en su pecho, comenzó a llorar. Minato la abrazo también y dejó un dulce beso en su coronilla.

— También... te quiero — la escuchó confesar en medio del lloriqueo y sonrió abiertamente.

Al escucharla decirle aquello, por poco y se pone a llorar de pura felicidad. Le besó mil veces la coronilla y la abrazó más fuerte.
Esto era lo que él quería, poder por fin sentirse querido por la persona que quería desde hace tiempo. Minato se sentía muy feliz, tanto que incluso se había sonrojada notablemente.

— ¿Es cierto, lo que dijiste? — Shinato le inquirió mientras se separaba un poco para verle la cara.

— ¿Sobre el trato con los Uzumaki? - ella asintió lento — Es cierto — le afirmó — El Sandaime-sama me quito de encima el trato porque tengo una misión de extrema importancia que debo cumplir.

Minato's Flashback:

— Se que has estado muy atareado estas últimas semanas — Hiruzen comenzó a decirle al joven, quien estaba con una rodilla en el suelo como todas la veces que lo mandaba a llamar.

— Pero no supone ningún problema, dije antes que podría con todo y cumpliré con mi palabra — le respondió y el Hokage negó con la cabeza de forma desaprobatoria.

— Es de extrema importancia el caso de Shinato, no me gustaría que lo dejases  de lado ni siquiera un momento — le dijo aun desaprobatoriamente y el rubio dirigió la mirada hacia él Se que sonará egoísta lo que te diré Minato, pero la mejor forma de cuidar a Shinato de su pasado es convirtiéndola en tu esposa.

El rubio, al escuchar aquel disparate, negó con la cabeza. No era porque le pareciera mala la idea, para el seria un sueño hecho realidad si Shinato se convertía en su compañera de vida, pero, ¿qué pasaba si ella no lo quería de esa manera?

— Hokage-sama, eso es imposible.

Claro que no lo es... — Hiruzen lo interrumpió — Por eso he decidido que el trato que hiciste con el clan Uzumaki quede nulo, para que puedas actuar con total libertad y hacer de Shinato lo que gustes, siempre y cuando la protejas y también a la aldea... Se que aún es pequeña, pero viéndolo de esta manera, no hay otra opción, si te casas con ella, podrás seguirle a todos lados y siendo tú su marido, podrás imponerle reglas que ni ella podrá desobedecer.

Ya no le gustaba mucho como sonaba aquello. No quería casarse para imponerle reglas, si no para hacerla feliz. Además por la mente del rubio no dejaba de pasar aquella imagen de ella negándose a quererlo.

Aunque sea la mejor manera de tenerla a raya, me temo que sigue siendo imposible este volvió a contestarle y Hiruzen no entendía por qué seguía siendo imposible — No puedo obligarla a que me quiera como su compañero de vida, es imposible manipular el amor, así que no quiero ser egoísta y solo pensar en mi. Entonces, por favor le pido, que me deje arreglar esto a mi manera, ya antes le había dicho que me iba a hacer cargo de todo.

Tras aquella respuesta, aunque Hiruzen no estaba del todo contento, el diálogo finalizó y Minato fue a donde Shinato para continuar su entrenamiento.

Fin del Flashback.

— Pero Kushina — se mostró triste — Ella te amaba tanto, estará devastada y no lo quiero... — se alejo de él y le dio la espalda.

— Kushina tiene que entender — quiso acercarse a ella, pero mejor optó por retroceder.

— Aun así... — la vio abrazarce a ella misma con sus brazos. No entendía que le pasaba.

Shinato comenzó a sentirse muy mal, tanto psicológicamente como físicamente. Ella tampoco entendía que le sucedía. Tenia que estar feliz, aun así, juraba que podía sentir la tristeza de Kushina como si fuera la suya.
El cuerpo le comenzó a temblar y pronto no supo nada de lo que estaba pasando, su cuerpo se desvaneció y casi cae al suelo, de no ser por el rubio quien se dio cuenta rápidamente que había perdido la conciencia.

— Oye, Shinato, ¿qué te pasa? — le preguntó preocupado, pero era en vano, no le contestaría.

La tomó en brazos al estilo princesa y la llevo al sillón más cercano para recostarla.

— ¡Tsunade-sama! — le llamó en un grito y al instante ya estaba en la sala.

— ¿Qué le sucedió? — le preguntó acercándose a su discípula tratando de mantener la calma como todo ninja médico tenia que hacer.

— No lo se, solo se desmayó.

Tsunade comenzó a hacerse cargo de Shinato, pero no veía nada extraño por lo que pudiera haber perdido la consciencia; no encontraba la razón y eso le preocupaba. No podía haberlo hecho solo por que si.

— Llevemosla al hospital de Konoha — Minato asintió preocupado tras las palabras de Tsunade, preocupado por que le estaba pidiendo llevarla al hospital cuando ella era la mejor médico en esa aldea.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top