27. ¡Confiesa!
— El problema es... — Shinato iba a decirle el problema que tenia, pero mejor guardó silencio y miró hacia el suelo bastante baja en estima.
— Termina lo que ibas a decir — el rubio, quien parecía molesto desde el diálogo anterior le exigió una respuesta.
El tiempo parecía correr lento cuando se encontraban frente a frente. Shinato sabia que el rubio estaba molesto, pero tampoco es como si fuera su culpa. No era la culpa de nadie.
— Shinato, voy a preguntarte algo y quiero que me hables con toda la verdad — está vez Minato sonaba más calmado.
A la chica pareció habérsele encrespado la piel en forma de protección.
— ¿Tú, sientes algo por mi? — le preguntó un poco tembloroso.
De alguna manera sabia que preguntaría eso y ya se había tardado.
Era de esperarse que había algo distinto después de pasar un mes juntos sin dejar de frecuentarse un solo día debido al entrenamiento. Si había algo que había cambiado había sido la forma de mirarse cada uno. Minato había comprendido que de verdad quería a aquella chica de las mitades a su lado y Shinato por fin aceptaba abiertamente, pero solo con ella, que de verdad gustaba mucho de él.
Más nerviosa que nunca, miro hacia todas partes menos a donde se encontraba el buscado la respuesta correcta. << Si...>> Lo pensó una y otra vez queriendo gritarlo, queriendo que todo el mundo shinobi lo escuchara...
— No, para mi sigues siendo un rival que debo sobrepasar, y también Minato-sensei.
Eso fue lo que salió de su boca con aquel semblante de indiferencia en su rostro.
A Minato pareció caerle el mundo encima cuando escuchó su respuesta. A veces podía llegar a ser un distraído de primera, pero esta vez él sabia que ella estaba mintiendo, y lo que le dolía más era que no le dijera como se sentía. Que no le hubiera hablado con la verdad.
— Supongo que debo respetar tu decisión — intentó aceptar.
— Es lo mas conveniente — está le respondió tratando de no hacer contacto visual.
<< ¿¡Eres estúpida o que..!?>> su subconsciente le restregó en la cara lo tonta que era al dejar ir aquella oportunidad de mostrarle sus sentimientos.
— Ahora quiero la verdad — al escucharlo decir aquello, ni siquiera le dió tiempo de pensar cuando el rubio ya la había tomado de nuevo entre sus brazos y se estaba acercando con la intención de besarla.
Sin embargo, no la besó.
Cuando sus labios estaban a punto de juntarse, el rubio se detuvo y la respiración de la peliazul se volvió demasiado agitada. De nuevo el tiempo pasaba muy rápido mientras estaban muy juntos en aquella sala de estar, solamente juntando respiraciones y deseos ocultos que no querían ser mostrados.
Llegó el punto en que Shinato se desesperó en exceso, su respiración la delataba, ella quería que Minato la besara como aquel día en la torre del Hokage. De manera brusca solo como él sabia hacerlo.
Entonces lo besó. Por fin sus labios se habían juntado en perfecta armonía, y esta vez, la peliazul llevaba el control a cada paso, esta vez Minato se estaba dejando besar por la pequeña chica.
— ¡Oye, ya te he dicho que aquí no está! — aquella voz le pertenecía a Tsunade, quien ya estaba con ellos en la sala de estar acompañada por otra persona que no había sido invitada a aquella escena tan bonita.
— ¿Minato? — aquella voz que lo llamaba por su nombre parecía bastante deprimida. Él, al escucharla, se separo de la chica que tenia en brazos y la vió con sorpresa.
— ¿Kushina? — está vez mencionó su nombre.
— ¿Qué... significa esto? — preguntó al borde del llanto la pelirroja.
Shinato sin saber que hacer, solo bajó la cabeza y se escondió detrás del hombre que antes besaba.
— No se que decirte — el rubio le contestó en tono bajo, para después escuchar un sollozo oprimido por ella.
— ¿No lo sabes? — se estaba reprimiendo las enormes ganas que tenia de llorar — ¿Entonces no puedes decirme por qué la besabas de esa manera? — el muchacho en serio no sabía que responderle — ¿Acaso me dirás que yo no te importo?
— Claro que me importas... — este le contesto rápido — Pero no de la manera en que tu quisieras.
— ¿Qué quieres decir? — ahora lágrimas se escapaban de sus lindos ojos grises-violetas.
A Minato no le quedó de otra más que decirle la verdad ahí mismo.
— Kushina yo no te amo, ya lo sabias, y si estaba contigo era por el trato que hice con el clan Uzumaki cuando éramos pequeños, pero ahora, las cosas han cambiado, el Sandaime-sama me relevó de la promesa que te hice por que tengo una misión más importante.
La pelirroja para ese momento ya se había echado a llorar a mares. Las palabras de Minato le habían dolido, ya que ella si estaba muy enamorada de su persona.
Shinato y Tsunade, solo podían escuchar su conversación demasiado apagada. Era raro ver a la Uzumaki de aquella manera tan afectada.
Tsunade por su parte, había hablado con el Hokage y este le había dicho todo lo que estaba pasando con su discípula, ya sabia a que misión se estaba refiriendo Minato.
— ¿¡Entonces qué haces con ella!? — está vez la pelirroja estalló en lágrimas y se acercó de manera peligrosa a Minato, se le puso de frente y lo miró con odio.
— Kushina, tranquilízate... — el rubio le dijo y lo primero que pensó fue en proteger a la chica que tenia a sus espaldas.
— ¡Respondeme, maldita sea! ¿¡Que demonios haces con ella!? ¿Que sientes por Shinato? — aquello último lo había preguntado muy bajo como no queriendo recibir una respuesta.
El rubio no podía mentirle y menos enfrente de Shinato y Tsunade. Si, quería decírselo antes sólo a la pelíazul, pero ahora las circunstancias cambiaban.
— Ayer por la tarde me sentí muy mal y ella estuvo cuidandome hasta hoy — el rubio comenzó a responderle con la verdad — Y yo... yo estoy... — se trabó un poco — Yo estoy muy enamorado de Shinato, daría mi vida por salvar la suya — confesó por fin dejando la boca abierta de las tres mujeres en aquella sala.
Tras unos segundos, Kushina levantó su mano y le dió una fuerte bofetada, para después abandonar la casa de Orochimaru hecha una furia al igual que un mar de llanto.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top