111. Majū. Shinato.
Preparado para recibirlo, puso su kunai de frente y formó de manera rápida un Rasengan en su otra mano. Lo inesperado fue que Zoro no llego con su objetivo, si no que fue derribado, literalmente mandando a volar por alguien mas presente.
Shinato había aparecido en escena dando un buen espectáculo, pues no era la peliblancaazul que se había quedado atrás, sino, una Shinato con el cabello completamente azul, ropas distintas que consistían en algo parecido a un abrigo azul con detalles anaranjados, pantalón negro y botas hasta las pantorrillas del mismo color y detalles que el abrigo, también llevaba guantes negros. Lo que más llamo la atención del rubio, fueron los googles en su cabeza, eran iguales a los de Obito. También, llevaba el protector de Konoha en color anaranjado, algo que no llevaba cuando salió de casa, pues había salido antes en ropas normales sin tener tiempo de ponerse su uniforme de shinobi.
Aquello era ni más ni menos que la transformación completa de Majū, el nombre del monstruo que se había apoderado de su cuerpo anteriormente. Bien, pues ahora era completamente ella, no había nada de inconciente en Shinato, estaba actuando como ella quería hacerlo. Esa era la forma que ella le había otorgado.
Minato se asustó por un momento, ya que su rostro era el perteneciente a Majū, pero después se dio cuenta que aún así era su Shinato quien estaba detrás.
Por último, llevaba un arma en la mano, que mas bien era un báculo azul brillante que le permitía, como su nombre lo dice, hacer magia ya que era literalmente una bruja, aquellas eran sus habilidades. Ese báculo ya se había hecho presente anteriormente también, fue usado para asesinar a los shinobis de Kirigakure cuando casi perdían la vida en su primera misión juntos.
- ¿Que demonios es eso? - pregunto Javad sorprendido al ver como Majū se posicionaba junto al Kiiroi Senko.
- Es el Hanyo que quieres llevarte... - él rubio contesto enseguida - ¿Todavía quieres hacerlo? - está vez él pregunto burlón hacia ellos.
Todos gruñeron por igual, pero nadie se movió de su lugar. Había quedado muy en claro que si ese báculo los tocaba, definitivamente iban a morir. Zoro ya no iba a volver. ¿Que tan fuerte tendría que ser Majū para derribarlo de un solo golpe?
- ¿Como paso esto? - ahora le dirigió la mirada a Shinato preguntando aquello, pero era en vano, algo que le caracterizaba era que no podía emitir palabra con ese rostro. Si se podía, como lo había Tsukuyomi anteriormente, pero habría que controlarlo, igual que todas sus habilidades, por ahora solo podía pelear con el báculo.
Él lo entendió rápido cuando la vio bajar la mirada, la verdad era que también le apenada que la viera con ese rostro tan inhumano, pero por el rubio no había problema, él sabia que era ella de todas formas.
Por último, le dio un golpesito con el dedo en su protector y volvió a darles la mirada a sus enemigos mientras pronunciaba serio...
- Acabemos con esta absurda pelea de una buena vez -.
Ella también se puso seria, los observó y ellos le temieron, ya que inconcientemente sus ojos se entrecerraron más y su sonrisa se había extendido de oreja a oreja, daba tanto miedo como las otras veces. Sin duda era un monstruo.
Después, de manera rápida, muy rápida, los dos se separaron y aparecieron frente a sus rivales. Shinato frente a Javad y Minato frente a Rin y Gintoki. Le dejaría a ella el trabajo de acabar lo que comenzó atrás con el pelimorado.
- Imposible... - menciono el de Kumo cuando la vio frente a él como toda una depredadora.
Ella le dio con el báculo lo más fuerte que pudo, incluso dio la media vuelta tal cual jugador de béisbol, su abrigo se movió y después se acomodo los googles, tal como Obito solía hacer.
Javad si que salio volando por el golpe, pero había alcanzado a cubrirse con sus manos hechas X frente a él, pero no impidió dejar dos grandes cortadas en sus brazos por el impacto. Aquel báculo también contaba con mucho filo.
- Maldición - volvió a hablar viendo sus brazos, estaban sangrando mucho. Después observó frente a él, Majū había llegado ya. Retrocedió asustado - ¡Espera!... - suplico cuando la vio acercarse - Hagamos un trato. Si me dejas vivir te prometo que me voy con todos mis hombres y jamas volveremos... por favor -.
Ah, vaya, la peliazul deseo tener voz para decirle que se fuera al carajo con sus tratos. Iba a hacerlo, iba a poner fin a su vida sin dudar así como él le puso fin a las de sus compañeros durante la guerra pasada y la que estaba sucediendo ahora. No había que tener consideración, aquello era un aviso para Kumo y para todos dejando claro que de ahora en adelante no podían meterse con Konoha o todos morirían en el intento.
<< Es cruel, pero es la única manera en estos tiempos. Me hubiera gustado nacer en un tiempo sin guerras, una época donde todo fuera paz, que las aldeas fueran aliadas, se protegieran una a la otra, pero no es así, tal vez en un futuro pueda ser posible, pero por ahora la única opción es proteger lo que más amamos con nuestras propias vidas, y de nuevo, es cruel, pero si me dieran a elegir la vida de este hombre y la de Minato, sin duda escogería la de Minato aun que las dos costasen lo mismo, porque a fin de cuentas, la vida de mi esposo vale más para mi y aquí, es la ley del mas fuerte... lo siento Javad... >> pensó un poco triste por la situación y levanto el báculo hacia él.
El rubio pudo escucharlo claramente, el grito del pelipurpura siendo asesinado, el por su parte, también había acabado con Rin y Gintoki.
Se dirigió a donde se encontraba ella y la encontró de pie ya lejos del cuerpo de Javad, estaba observando su báculo con atención.
- Shinato... - le llamo.
Ella ya sabia que había llegado, así que no le dio la cara, entonces un terrible dolor la invadió por todo el cuerpo y se tomó el estomago fuertemente. El rubio, al darse cuenta, de inmediato fue hasta ella y le tomó los hombros.
- ¿Que pasa? ¿Que es lo que tienes? - pregunto preocupado ya que aún sin emitir sonido la peliazul, se daba cuenta que estaba sufriendo mucho.
Shinato sintió que ya no pudo más, entonces se dejó caer en el hombro de él y en ese momento su ropa, el báculo, y el rostro de Majū desaparecieron. Quedo inconciente.
- Oye, Shinato... - le llamo intentando despertarla y después se dejó caer en el suelo para tomarla en brazos.
- Tranquilo Minato nii-sama... - escucho como le llamaron, alguien que él ya conocía. Amaterasu - Ella esta bien, solo esta agotada, el poder de Tsukuyomi no es tan fácil de sobre llevar, tendrás que dejar que descanse por un tiempo - le explico.
- ¿Cuanto tiempo? - pregunto ya un poco mas calmado.
- No preguntes cosas que nosotras tampoco sabemos... - escucho detrás de él y se sorprendió de verla nuevamente. Ya la habían encontrado - Descansará el tiempo que necesite -.
- Entiendo - solamente les contesto para después observarla atentamente, quito el cabello de su rostro y volvió a dejar otro beso en su frente.
Aquella guerra ya había acabado y Konoha había salido victoriosa gracias a los refuerzos que Shinato envío tanto dentro de la aldea como en el frente. Las personas que aún le tenían desconfianza por fin pudieron volver a aceptarla completamente y le agradecían a sobremanera la forma en que los había protegido. Se había convertido en la heroina de aquella guerra.
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