109. Pride.

Minato se encontraba yendo de árbol en árbol en busca de más enemigos, acababa de derribar unos cuantos hacia segundos, y como era tipo sensor se dirigía hacia donde había más. Había que ser muy rápido, pues desde que llegaron se vieron en desventaja numérica, por lo tanto, estaban perdiendo. Se encontraba muy frustrado, pues a ese paso no protegería a su mujer como era debido.

Fue cuando lo sintió, el chakra de Shinato y un animal invocado que al parecer venían detrás de él sin darse cuenta. Se sintió muy molesto en un instante, ella era una impulsiva.

Se detuvo en una superficie de árbol y dejo que le alcanzará, pero esta le paso por un lado sin detenerse.

- ¡Shinato! - le grito molesto.

Ella al escucharlo, se detuvo tres árboles más adelante con su gato.
Él se acercó hasta que cada quien estuvo en un árbol.

- ¿Se puede saber qué demonios haces aquí? Te he dicho que esperarás en la aldea - le regaño.

Ella lo observó extraño y luego miro al gato como si estuviera preguntadole algo. Era bastante extraño.

- ¿No me vas a respon...? -.

No termino, y sus ojos fueron testigos de como un shinobi que había aparecido de la nada, le había encajado una kunai en el cuello. Sus ojos se abrieron a sobre manera y en lo único que pensó al llenarse de coraje fue matar a ese individuo. Grande fue su sorpresa, al ver como Shinato desaparecía, entonces se dio cuenta que era un kagebunshin.

Rápidamente, lanzó una shuriken dándole en la cabeza y lo derribo para siempre.

- ¡Maldición!- se le escapó como nunca - Me va a escuchar cuando la encuentre - mascullo entre dientes molesto y volvió a avanzar.

No usaría el Hiraishin, pues conociéndola, había demasiadas Shinato's y era lógico que la marca también se había copiado con todos los clones. Simplemente no funcionaria, así que ahora tenía otra tarea aparte de pelear. Era encontrarla.

Por su parte, la peliazul, quien rápidamente iba de árbol en árbol, se detuvo al instante y vivió lo que su clon había vivido. Había encontrado a Minato y para su suerte estaba muy lejos de ella, así era mejor, de lo contrario si la encontraba le iba a decir aquello que dijo antes.

- Oye, Shisui-san - le llamo al gato y este le puso atención - Comunica con todos que si ven a Minato huyan de él rápidamente - le ordenó.

- A la orden - él le contesto mientras se lamía las patas.

Y una vez más comenzaron a correr hacia donde Shisui, el gato, le había dicho que estaba Javad, ya que al parecer otros clones ya se lo habían encontrado y por consecuencia los había hecho desaparecer.

Javad era mas fuerte de lo que pensaba. Tal vez menos que Minato, pero más que ella.

Siguió avanzando y encontrando más rivales, ella los derribada fácilmente y continuaba, hasta que por fin encontró lo que quería encontrar.

El pelimorado por poco y asesina a uno de sus compañeros, pero ella llego en el momento justo y se lo arrebato de las manos.

- Pero miren a quien tenemos aquí... - menciono presumido - A la Hanyo sobreviviente. Shinato, ¿no es muy tonto de tu parte venir al frente a pelear? Después de todo eres el objetivo - le dijo burlón.

- No es algo que te interese - contesto.

La veía con enojo y con gracia a la vez frente a él un poco alejada. El anterior shinobi ya había huido.
Como la vez pasada, a Javad le gustaba su forma de hablar, pero también le molestaba a sobremanera. Lo hacía enojar.

- Entonces iras a pelear contra mi ¿no...? - ella no contesto nada - Que forma más arrogante de presentarte hacia... ¡mi! - termino en un grito y se movió lo bastante rápido con intención de ir a pegarle a donde estaba.

De inmediato, la peliazul también fue hacia él sin retroceder un poco. Se encontraron típicamente con kunai en mano y comenzaron a pelear.

- ¿Que pasa? Te veías tan confiada antes detrás de tu aldea - río tras decir aquello.

- Sen'eijashu (Serpientes de las Sombras) - ella lo hizo callar con serpientes que salieron de sus mangas.

Él alcanzo a retroceder gracias a su velocidad y atacó enseguida con otro jutsu más poderoso...

- ¡Jigokuzuki! (Puñalada del Infierno) - se le acercó peligrosamente y Shinato no fue tan rápida para esquivarlo.

- ¡Fūton: Daitoppa! (Gran Ruptura) - alcanzo por los pelos a salvarse de aquel golpe, y como Javad ya estaba muy cerca no pudo evitar no recibir aquel viento que lo mando a volar un poco lejos.

Cuando vio que se había golpeado la espalda con un árbol y se había quedado ahí, sin dudarlo comenzó a correr en su dirección para acabar de una vez con todo, pero se detuvo al instante al sentir como su cuerpo palpitaba dejándola sin poder moverse, entonces comenzó a dolerle el pecho y cayó con una rodilla en el suelo.

- Ahora entiendo porque el Hokage dijo que tenias tus problemas... - escucho como río y cómo poco a poco se iba acercando a ella - Pérdida de chakra total, eh, ¿quien iba a pensarlo? -.

<<¿¡Tipo sensor!?...>> lo pensó enseguida. Por eso es que sabía cual era su identidad.

Ella lo observó sorprendida con un solo ojo abierto ya que necesitaba estar alerta, pero el dolor no la dejaba, intento levantarse y de inmediato cayó sobre sus dos rodillas y sus manos por delante.

- Tan bien que lo estábamos pasando - menciono divertido - Hagamos un trato... -.

- No haré tratos con basuras como tu - ella le interrumpió apenas pudiendo hablar.

- Ven a Kumo con nosotros... - al parecer la ignoro - Y la guerra acaba aquí... -.

- Cállate, basura - volvió a interrumpirle y esta vez él si se molesto.

- Entonces te llevare a la fuerza y dejaré que mis hombres maten a los tuyos - la escucho toser porque intentaba levantarse - ¿Sabes...? - siguió - El Raikage-sama me dejara convertirte en mi esposa si logro llevarte, es bueno saberlo, ¿no? - le dijo arrogante.

- ¿Bueno? - ella le pregunto cínica - Bueno sería que te callases la boca un mes - le escupió.

- Me escucharás el resto de tu vida, acostúmbrate, lindura - le mando un beso sonado y a ella le dio mucho asco. El solamente pensar besar otros labios que no fueran los de su hombre.

- Para que te quede bien claro... - se levantó como pudo del suelo lentamente - Yo soy Namikaze Shinato, esposa de Namikaze Minato Konoha no Kiiroi Senko. Me llaman Konoha no Aoi Akuma, mi hogar es Konohagakure no Sato, soy su centinela, y te mataré si no te callas - le dijo tan valiente que hasta se pudo sentir en el aire.

Lo que más emocionó del momento fue al rubio sonriendo detrás de ella en un árbol, si, había llegado en el momento justo y había escuchado todo aquello con orgullo. Estaba tan orgulloso de su Shinato.

- Deberías hacerle caso a mi esposa, o en serio te matará... -.

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