108. Al frente.

- ¡Anímate!- la pelirroja le dijo - Sea lo que sea, van a poder arreglarlo - afirmó.

Ya era de noche, hacia unas seis horas que Minato, Kuma, y los demás ninjas habían salido a la frontera del País del Fuego para comenzar la guerra. Cabe informar que Jiraiya y Tsunade no estaban en la aldea, por eso no estaban enterados de nada, y Mara también había ido al frente.

La peliazul se encontraba con un té caliente por delante en aquel sofá cómodo con Kushina acompañandole. Le había contado sobre su discusión con su marido y eso le había contestado ella.

- No lo se... - hablo por lo bajo - Minato en verdad... lo lastime y me siento la peor persona ahora - acepto.

- Si por esto fueran a separarse, entonces ya se hubieran separado desde hace tiempo - comento segura y ella la observó - Te lo digo porque lo se, ustedes se aman a morir, solo necesitas disculparte e igual él, que la culpa no es sólo tuya - agarro su taza de té y comenzó a tomarle.

- Definitivamente tengo que disculparme, pero no encuentro el momento, toda la semana a sido igual, no me habla, no le hablo, jamás llegaremos a algo así - menciono frustrada.

- Entonces díselo cuando vuelva, no esperes ni un segundo, solo ve y dale un gran abrazo para que sepa que estas arrepentida de tus palabras, te aseguro que va a entenderlo y va a perdonarte -.

Las palabras de Kushina tenían tanta razón, pero le era muy difícil tragarse su orgullo para correr a darle un buen abrazo.

También tomo su té de la mesita y cuando estaba dispuesta a darle un trago, escucho un ruido proveniente de afuera.

- ¿Escuchaste eso? - la pelirroja le ganó la pregunta y ella solo asintió poniendo más atención a fuera.

Se quedaron sin hacer ningún movimiento.

Entonces, por las ventanas detrás de ellas, aparecieron dos shinobis de Kumo de la nada, entraron a la casa haciendo un escándalo ya que rompieron las ventanas. Ellas solamente se quedaron en el sillón con un semblante asustado cuando las rodearon.

- Pan comido - menciono uno de ellos cuando se les hecho encima para atraparlas.

Justo cuando les iban a poner una mano encima, estas desaparecieron dejando una estela de humo.

- ¿Que demo...? - su acompañante no pudo terminar ya que fue golpeado por la pelirroja muy fuerte en la nuca dejándolo inconsistente.

- Pan comido - está repitió lo mismo y después el otro shinobi cayó por la mano de Shinato.

De inmediato, salieron. Grande fue su sorpresa al encontrar a Kakashi peleando con tres hombres a la vez, fueron en su ayuda y los derribaron de inmediato.

- ¿Que demonios está pasando aquí? - la pelirroja le pregunto al peliplata cuando vio que aparte de esos tres hombres había más derribados en el suelo.

- Míralo con tus propios ojos - la peliazul le llamo mientras no podía apartar la vista de sus alrededores.

- Fue en un momento, nadie se dio cuenta - Kakashi comento yendo hacia ella.

- No puede ser... - la pelirroja camino - Konoha ha sido invadida por Kumo - aclaro finalmente.

La situación estaba de mal en peor, había peleas en cada esquina y a falta de personal había más de Kumo que de su aldea. Iban a terminar mal si no se daban cuenta a tiempo.

- Kuchiyose no Jutsu... -.

El peliplata y la pelirroja de pronto escucharon de la peliazul, y después un pequeño gatito apareció en escena junto a ella.
Cuando estaba a punto de hacer otra cosa, la interrumpieron.

- ¿No me digas que usarás eso? - le pregunto incrédula refiriéndose a "eso" y Shinato solo asintió - Imposible, en tu condición quien sabe que pasará... además, Minato... -.

- Minato no está aquí - le interrumpió - Se que me dijo que no peleará por mi bien, pero es por eso, ya que él no está presente nosotros tenemos el deber de proteger la aldea... nuestra aldea - termino.

Kakashi se lo pensó muy bien, cada palabra, estaba seguro que su sensei querría aquello bajo su ausencia, no se lo perdonaría si algo le llegase a pasar a la aldea.

- Entendido - menciono preparándose para pelear el peliplata.

- Solo esta vez te saldrás con la tuya, Shinato-chan - a la pelirroja no le quedó más que aceptar su decisión y también se preparó para pelear.

- ¡Tajuu: Kagebunshin no Jutsu! - está vez grito a lo alto debido al esfuerzo que estaba haciendo al controlar su chakra, esta vez necesitaba a muchas de ella.

Los clones aparecieron de inmediato, eran demasiados que hasta tuvieron que ocupar espacio en los tejados de las casas vecinas y otros en los cables de electricidad, todos iban acompañados del mismo gato blanco que Shinato había invocado antes, les servía para encontrar a sus adversarios de manera más fácil, igual que un perro, pero más refinado.

- ¿Estas bien? - le pregunto de inmediato la pelirroja al ver el montón de chakra que había gastado.

- Tranquila, estoy bien, aun que me hubiera gustado más invocar a Nekomata-sama para cada uno, pero hubiera caído al instante, creo que este es mi límite - le explico y ella asintió.

El peliplata estaba impresionado en su lugar al ver la capacidad de su nee-san, jamás había presenciado algo así.  Igual no iba a quedarse atrás, así que invoco a su manada de perros para comenzar.

- ¡Una mitad vaya a defender su hogar!... - comenzó a ordenar a sus clones - ¡Y la otra vaya al frente a pelear lo más rápido posible! - termino.

Si, le había dicho que al frente no, pero si ellos estaban ahi, era porque tal vez algo había salido mal allá, entonces tenían que ir refuerzos. De eso se encargaba ella.

- ¡Dispersence! -.

No les tomo un segundo para desaparecer todos a la vez y pronto, Konoha tenia la ventaja en su territorio.

La peliazul original, se encontraba yendo hacia el frente con la mitad de sus clones, aun que estaba desobedeciendo las ordenes de Minato, ella necesitaba saber que estaba pasando, verlo con sus propios ojos y ayudar en su lucha.

No fue fácil llegar a la frontera, esa misma dónde ya se habían enfrentado antes, pero con los Hanyo. Le tomó alrededor de media noche llegar, entonces sus clones se pusieron en marcha y comenzaron a ayudar a todo aquel que tuviera problemas, y de hecho si los había, porque por lo menos nada mas llegar, diez clones ya habían sido derribados.

Siguió su camino en busca del líder. Javad.

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