100. ¿Kodomo?

Minato y su equipo no volvieron aquella noche y por consecuente Shinato no pudo dormir nada ya que estaba muy preocupada. 

<<Confía en ellos, además Minato está ahí, el no dejaría que les pasase nada malo... >> pensaba intentando calmarse un poco, pero le era imposible. Sabía de ante mano que aquella misión no tenia que durar tanto tiempo, que por mucho tendrían que volver al anochecer para la cena, así que lo mas probable era que les hubiera pasado algo... en realidad no quería pensar tan negativamente, pero ella también era shinobi y conocía bastante bien la situación.

Llego un punto en que el cansancio físico y mental la hicieron cerrar los ojos involuntariamente. Se había quedado dormida esperando su llegada.

Por la madrugada, logró despertar de milagro, pero aun así llego muy tarde al trabajo. Durante su guardia, no podía despegar la mirada de la entrada esperando en algún momento lograr visualizarlos llegar, pero también se quedo con las ganas, pues ellos no volvieron en su turno.

Por la tarde, se encontraba ordenando la casa, necesitaba algo en que distraerse o aquellos pensamientos iban a matarla, fue cuando su salvación llego a tocar su puerta.

- ¿Kushina? - le dijo un tanto decepcionada, pues había corrido hasta la puerta pensando que era Minato, aun así era muy ilógico porque el rubio jamás tocaría.

- ¿Pasa algo? - la pelirroja se dio cuenta enseguida que algo andaba mal en aquel tono.

- Minato y los niños no han vuelto desde ayer - le soltó tal madre preocupada.

A ella jamás le esconderia algo, Kushina tenia un don para averiguar su estado emocional, tal vez porque además de Minato, ella había estado con ella cuando cambio su forma de ver las cosas. Logró darse cuenta que la Shinato normal era aquella que llevaba el semblante indiferente y las demás facetas podría adivinarlas sola.

- Se lo que estás pensando... - le contesto calmada - Pero tu mas que nadie sabe que Minato los esta cuidando y él no es fácil de vencer -.

- Si... lo sé... - le dijo desconfiada de ella misma - Pero... -.

- Pero nada Shinato - ella le interrumpió - Ellos están bien, seguro que se retrasaron por algo insignificante - le afirmó

La peliazul no se dejaría convencer tan fácilmente, pero por la paz en su interior intentaría creer en las palabras de la pelirroja. En verdad deseaba que ella estuviera en lo correcto.

- Está bien - le dijo por fin - Y bueno, ¿que te trae por acá? - está vez sonó más tranquila.

La vio sonreír y después se encontraban saliendo de su casa para ir rumbo al centro de Konoha. La pelirroja le había dicho que la acompañará para ir de compras, solo ellas dos, una tarde para mujeres, también le dijo que necesitaba comprar algo con su ayuda.

- Iremos a cenar con los padres de Kuma, así que necesito un buen vestido'ttebane - la pelirroja le contesto cuando ella le había preguntado que necesitaba del centro.

- Suena bien, encontraremos un vestido perfecto para ti -.

Shinato ya comenzaba a emocionarse, se sentía egoísta, pero necesitaba olvidar la situación con el equipo Minato, solo esperaría paciente a que el rubio volviera a casa y todo se arreglará.

- Hacia mucho que no salíamos, por allá cerca de un mes - Kushina comenzó a platicar con ella por el camino.

- Si, cerca de un mes si no me equivoco - está le contesto con la mirada pensativa - El tiempo esta pasando muy rápido - comento por último.

- Si - ella le dio la razón - Ya hace más de ocho meses que me case con Kuma - sonrió feliz.

- Y yo cinco con Minato - también sonrió feliz recordando su boda y luna de miel, a ella le habían encantado en su totalidad.

- Si, quien iba a pensarlo, casadas las dos, me alegra mucho que hayamos encontrado hombres tan buenos - la peliazul asintió está vez dándole la razón a ella - Y bueno, Namikaze Shinato, ¿como va tu matrimonio? - se burló de ella por el apellido.

- Bien - solo menciono sonrojada.

Aun pasados los cinco meses no se habia acostumbrado a que la llamarán por aquel apellido, incluso el rubio se burlaba de ella llamándole así, y bueno, también le había dicho como le encantaba como sonaba aquello...

- Me encanta, Namikaze Shinato, ahora el mundo entero sabe que eres completamente mía -.

Este le había dicho al oído de forma seductora y ella como siempre se había sonrojado. Se lo tenia bien escondido, pero también le encantaba llevar el apellido de su hombre.

- ¡Oh vamos!... - la pelirroja le dio un golpe en el hombro y rieron - Quiero detalles, ya sabes, ¿se entienden bien bajo las sábanas'ttebane? - aquello último se lo dijo por lo bajo mientras se acercaba mucho a ella.

- ¡Kushina, por favor! - exclamó totalmente roja ya que en aquella calle no se encontraban solas, y solo de pensar que alguien las escuchara, de verdad estaba muy avergonzada.

- Tranquila Shinato... - la tomó por los hombros y la acercó a ella - Es algo totalmente normal en parejas de casados, por mi parte te digo que Kuma y yo si nos entendemos muy bien - le dijo con total descaro y la peliazul río.

Iba decirle algo, pero en ese momento una pelota les llego a los pies, la pelirroja deshizo el agarre y Shinato se agachó para recoger el objeto.

- Ah, lo siento mucho, ¿podría devolverme mi pelota por favor? - un pequeño de casi siete años llego hacia ella enseguida.

- Claro, toma - está le dijo sin dudar y se la extendió.

- Muchas gracias - el niño le dijo cuando obtuvo su pelota. Pronto se retiraba, pero se detuvo al instante y volvió a hablar - Disculpe, ¿usted es la señorita Shinato? -.

- Si, ¿necesitabas algo? - le contesto enseguida pues no se había movido de su lugar.

- No, no se preocupe, es solo que mi abuela me dijo que usted era muy buena protegiendonos, siempre lo dice y como no me deja acercarme a la entrada no había podido darle las gracias - le sonrió.

Shinato se sorprendió por las palabras del niño. Después de todo había vuelto a tener la confianza de algunas personas en la aldea, le alegraba que aquel infante le dijera aquello.

- Gracias, te prometo que seguiré cuidando de ti y tu abuela - le agradeció.

El niño volvió a darle las gracias y después se fue corriendo de nuevo por donde vino, ella pudo alcanzar a ver que se reunía con sus amigos para seguir jugando.

- ¿Que es esa mirada? - la pelirroja la sorprendió de pronto, le había dicho eso de manera divertida - ¿Acaso Minato y tu están pensando en...? -

- No, no es así... - la interrumpió de inmediato apenada. Kushina siempre la ponía en ese estado - Bueno, no es que lo hayamos pensando - se contradijo.

- ¿No lo han pensado? - ahora le pregunto seria.

- La verdad es que no - le dijo la verdad.

Minato y ella estaban tan ocupados con sus trabajos que jamás se habían parado a pensar en la posibilidad...

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