8. Confianza
Ya teníamos nuestro plan listo, lo primero que debíamos hacer era escondernos y a la vez camuflarnos por los árboles que estaban alrededor de la aldea, luego hacer lo mismo con las casas y luego llegar hasta el lugar en donde se encontraba el demonio que tenía atrapado a Francis pero para llegar hasta el demonio antes teníamos que acabar con todos los fantasmas que rondaban por casi todos los rincones de la aldea, no sería una tarea fácil y menos para mí.
Nemhain estaba suspendida en un grueso tronco de un árbol de gran altura preparando cuatro flechas más y a su vez sacaba de sus bolsillos cuatro de sus extraños papeles en cambio yo observaba y a la vez movía mis manos de un lado a otro esperando que los rayos que emergían de mi espada también emergieran de las palmas de mis manos.
Estuve alrededor de tres minutos esperando que los rayos salieran de mi mano, pasados esos tres minutos la espera terminó aunque no fue tal como yo esperaba debido a que los rayos eran débiles, eso me enojó tanto que al empuñar mis manos por la molestia que sentí fuertes rayos emergieron de mis puños, me alegré con lo que estaba logrando.
—¿Qué haces? —preguntó descontenta Nemhain con lo que acaba de hacer—. No ves que eso solo atraerá a los fantasmas.
En su rostro se notaba el disgusto con mi acción.
—No creo que ellos me hayan visto a esta distancia... —repliqué tratando de calmar su enojo y esperando que realmente los fantasmas no hayan notado los rayos de mis puños— Se ven que son tan tontos que ni llegando envuelto con focos por todo lado cual árbol de navidad me notarían ellos...
Me burlé de los fantasmas con unas leves risas.
—Tan tontos que no pudiste con ellos... —añadió Nemhain haciéndome sentir débil ante ella— De veras no sabes cómo extraño al James de once años...
Hizo un puchero muy fugaz.
—¿Por qué fue a esa edad que nos besamos? —ratifiqué con mirada coqueta.
Movió su cabeza de izquierda a derecha en total desacuerdo.
—No... —contestó haciendo énfasis en la "o" alzando un poco su voz debido a que estábamos en arboles distintos— Extraño a tu yo de once años porque era mucho más fuerte y más capaz...ya sé que no lo recuerdas pero venciste a un mago muy superior a ti en aquel entonces...sabías usar mejor la magia en ese tiempo que ahora...tendré que pensar en algo para que logres recordar tus memorias perdidas...
Cada palabra que ella me decía recordando mis hazañas de cuando tenía once años me dejaban sin palabras y a la vez con muchas dudas, una de mis nuevas prioridades era desenmascarar todo el misterio de mis memorias perdidas.
Nuestra conversación fue interrumpida al escuchar como un grupo de fantasmas venia hacia nosotros.
—Ya nos encontraron... —exclamó Nemhain sin importarle su tono de voz debido a que ya no era necesario disminuirlo.
Rápidamente ella comenzó a lanzar sus cinco flechas: la primera flecha acabó con dos fantasmas, la segunda desintegró a cuatro, la tercera logró hacerlo con tres al igual que la cuarta flecha y su última flecha en lanzar fue la más poderosa debido a que desintegró a trece fantasmas en un santiamén cuando de la punta de la flecha emergieron unos rayos que ella los llamó como "Sagrados".
Con su nueva hazaña lograda quedé como alguien patético ya que ni siquiera moví un solo dedo, ella hizo todo el trabajo en ese instante.
—Gracias por tu ayuda... —mencionó sarcásticamente Nemhain sin voltear su cabeza para mirarme— Sigamos con el plan...no hay tiempo que perder...
Bajó inmediatamente del árbol con un espléndido salto y yo la seguí, pues era claro quién era la líder entre los dos.
Camínanos sigilosamente escabulléndonos cada vez que podíamos, nos agachamos en muchas ocasiones para pasar por los arbustos gateando, subimos varias veces en los techos de las casas de la pequeña aldea, además en algunas ocasiones revisamos individualmente dichas casas pero no encontramos habitantes dentro de ellas, era como si se habían esfumado, pensé en la posibilidad de que quizás estuvieran muertas esas personas pero no podía ser posible del todo ya que no notamos ningún rastro de sangre en las viviendas que revisamos.
Al estar los dos en el techo de una casa un poco más alta que las anteriores empecé una nueva conversación.
—¿Qué crees que haya pasado con los habitantes de la aldea? —pregunté mientras la miraba a ella y a la vez miraba al resto de las casas.
—No lo sé... —comunicó con cierta tristeza en esas tres palabras— Seguramente todos han de estar secuestrados al igual que tu amigo...
—¿Pero secuestrados por qué? —cuestioné esperando que ella me dijera una respuesta clara.
—Seguramente quiere formar un ejército de fantasmas transformando a los habitantes de la aldea... —confesó Nemhain preocupada al igual que yo— Para la mayoría de los demonios eso es fácil y primordial si quieren sobresalir en su medio.
Ella al notar como muchos fantasmas rondaban la casa del líder de la aldea concluyó que el demonio junto a su ejército de fantasmas estarían en aquel lugar y que seguramente Francis también.
—Debemos ir de una vez... —exclamé levantando mi espada. Me senté al filo del techo de la casa en donde estábamos para luego saltar e ir a rescatar a mi amigo y a los aldeanos.
—Espera no me quedan muchas flechas...debo hacer el contrato... —dijo Nemhain desde el techo mirándome. Ella colocó su carcaj al frente para contar sus flechas.
—¿Cuántos flechas te quedan...? —le pregunté mientras miraba a mi alrededor por precaución a que los fantasmas llegaran y me atacaran.
Ella rápidamente las contó.
—Me quedan siete... —expuso Nemhain colocando su carcaj atrás de su espalda una vez más— Necesito hacer el encargo con la Diosa Artemisa, ella me proporcionará 100 flechas nuevas...
—No te preocupes... —hablé con confianza— Desde aquí me encargo yo...no será necesario hacer el encargo en este momento...no nos queda mucho tiempo y menos para los aldeanos y Francis...
Ella asintió aceptando mis argumentos, por alguna extraña razón confió en mí, pensé que seguramente se trataba de la forma en que hablé, en mi seguridad y en mi confianza además de que no pensaba dejar a morir a nadie más que al demonio y a los fantasmas, era el momento en que debía demostrar mi potencial y quedar bien frente a ella.
Nemhain bajó del techo de la casa en donde estábamos unos segundos después de que nuestra conversación se terminara, estuve dispuesto ayudarla a bajar extendiendo mis brazos hacia arriba para tomarla de sus piernas y así llevarla hasta el suelo pero ella no lo quiso de esa manera, tan solo dio un gran y ágil salto.
Seguimos nuestro camino disminuyendo en cierta medida el sigilo y el cuidado al caminar puesto que los fantasmas que estaban por casi toda la aldea se habían dirigido a la casa del líder la cual era una casa de dos pisos de color amarillo, con cuatro ventanas en la parte de arriba, la casa se diferenciaba del resto debido a que era la más grande y también la más elegante.
Pensé que ya no había más fantasmas pero definitivamente no fue así ya que un sinnúmero de ellos llegaron ante nosotros dos de repente.
—¿Y ustedes de donde salieron? —pregunté dando una mirada rápida a cada uno de los fantasmas.
Nemhain no dijo nada más bien se preparó y sacó una flecha de su carcaj, pensaba sacar una más pero la detuve extendiendo la palma de mi mano derecha hacia ella.
—¿Estás seguro de que los enfrentarás tu solo? —preguntó incrédula Nemhain abriendo más de lo normal su boca.
—¡Sí —contesté de manera inmediata— Yo me encargaré de todos estos fantasmas...tu solo observa. Tu momento de brillar ya fue ahora es mi turno.
Más y más fantasmas llegaban cada segundo y los que ya habían llegado estaban esperando atacarnos todos en conjunto.
«No me falles magia», dije en mi mente mirando mis manos antes de empezar a atacar a los fantasmas.
Agarré con fuerza mi espada y empecé a blandirla, las primeras estocadas que les di a los fantasmas no sirvieron de nada puesto que la espada atravesaba sus cuerpos, empuñando mí mano izquierda logré hacer emerger varios rayos de energía de color morado mezclados con azul obscuro, con mi mano derecha sostuve la espada con más fuerza y solo así logré una vez más que la espada se envolviera en mis rayos mágicos, tenía que probar si así lograría vencerlos.
Me abalancé antes los fantasmas y con las primeras estocadas de mi espada ya envuelta en rayos mágicos pude desintegrar a unos cuantos fantasmas.
Aquellos seres sobrenaturales se sorprendieron con lo sucedido y no debo culparlos yo también quedé sorprendido, ya no temí quedar como alguien débil y seguí desintegrado fantasma tras fantasma que sin lugar a dudas por más que acababa con ellos seguían apareciendo inclusive Nemhain acabó con dos de ellos con sus extraños papeles cuando pensaban atacarme por la espalda.
«Debo pensar en algo rápido ya», fue lo que me dije a mi mismo mentalmente y tras unos segundos finalmente se me ocurrió una idea.
Dejé que los fantasmas me persiguieran para juntarlos a todos y así usar mi plan. Cuando todos los fantasmas me rodeaban de mi mano izquierda creé suficientes rayos mágicos y los coloqué en la punta de mi espada y así aguardé hasta que todos los fantasmas me atacaran al mismo tiempo para levantar mi espada hacia el cielo, con mi mano derecha cargué toda la espada direccionando todos los rayos desde el mango hasta la punta de la espada, con eso logré que una gran cantidad de rayos mágicos salieran disparados de la filosa punta de mi espada acabando con todos los fantasmas en un abrir y cerrar de ojos.
—Wow eso sin duda fue asombroso... —exclamó emocionada Nemhain después de ver como acababa con cada uno de los fantasmas.
—Te dije que no será necesario crear más flechas... —dije con una gran sonrisa mirando a sus ojos. Sus ojos brillaban quizás porque había quedado maravillada con mi gran hazaña. Ella estuvo a punto de responderme pero el ruido de algo romperse la detuvo.
Lo que se había roto era una de las paredes de la casa del líder de la aldea, el causante de aquello era nada más y menos que el demonio que había secuestrado a mi amigo.
Al salir la cara de sorpresa del demonio era unica, no creía que en tan poco tiempo acabamos con su ejército de fantasmas.
—¿Cómo es posible? —preguntó con su voz toda ronca el demonio mirando de un lado a otro esperando ver aunque sea a un fantasmas— ¿Cómo mataron a mis fantasmas tan rápido?
—¡Eso fue fácil! —comenté llevando la espada a mi espalda en una pose de confianza— Creo que nos subestimaste...
El demonio se quedó en silencio por unos breves segundos además no dio ni un paso hacia adelante o atrás.
—A ella no la subestimé...pero a ti sí... —respondió el demonio señalándome con su asqueroso dedo.
Sus palabras me hicieron enojar y por lo tanto me abalancé para atacarlo con mi espada envuelta en rayos mágicos, pensaba asestarle una puñalada en el corazón y así vencerlo pero me equivoqué debido a que el demonio fue mucho más rápido y esquivó todos mis intentos de apuñarlo.
—Sí ves humano eres muy débil... —dijo el demonio riendo fuertemente mientras que al final de reírse sacaba su lengua y se lamia sus labios— A ti te subestimo porque no podrías ni siquiera matar a un hada.
Sus palabras me hacían enojar más y más.
—No lo escuches James solo trata de hacerme enojar para sacarte ventaja —me aconsejó Nemhain no voltee a verla puesto que si me distraía el demonio tendría oportunidad de atacarme. Pude escuchar como preparaba una flecha.
—No Nemhain...debo demostrar que también soy fuerte... —mencioné alzando mi voz y después de dar unos pasos hacia atrás nuevamente empecé a caminar en dirección al demonio y el hacia mí.
Di un gran salto y con la punta de la espada en dirección al suelo traté de cortarle la cabeza en un solo intento pero el demonio usando su gran fuerza detuvo la espada con su mano, aunque le costó un poco pudo agarrarla y detenerla.
Sin duda no me esperaba que eso sucediera, yo pensaba que al entrar en contacto con mis rayos mágicos el demonio se desintegraría de igual manera como lo hicieron los fantasmas.
—Pero...¿Cómo? —retrocedí después de mi fallido intento de matarlo. El demonio miró por unos escasos segundos la palma de su mano que había sido levemente quemada con mis rayos.
—Si ves tonto humano... es por eso que te subestimo y ahora te mataré... —anunció el demonio tomando velocidad para luego dar un salto y llegar hasta mi para matarme.
Cuando saltó dos flechas impactaron su abdomen haciéndolo arrodillarse por unos segundos, noté como las flechas de Nemhain fueron más efectivas que mi espada envuelta en rayos. Ella caminó hasta llegar donde mí y mirándome me dijo: Eres un tonto, vas mejorando pero aun así necesitas ayuda...entre nosotros los venceremos no te preocupes.
Nemhain estaba a punto de usar una tercera flecha más pero el demonio precipitadamente tomó polvo del suelo que pisaba y lo lanzó hacia nosotros con el fin de escapar.
Cuando el polvo se disipó el demonio se había escapado, rápidamente nos dirigimos hacia la casa del líder pero al entrar por el gran hoyo que el demonio había hecho notamos algo que mezcló varios sentimientos en mí, entre ellos: el enojo y la preocupación.
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