7. Dudas

Durante unos cuantos segundos estuve dando vueltas en el medio del bosque pensando en un plan que nos ayude a Nemhain y a mí a rescatar a mi amigo, a Francis. La hermosa exorcista estuvo preparando sus papeles con la escritura tan extraña que ya había observado en casos anteriores y guardando todas las flechas que le quedaban en su carcaj.

Me frustré de un momento a otro ya que no se me ocurría ningún plan, era como si mi mente estaba bloqueada, solamente pensaba en mi temeroso amigo, no podía imaginar como él se debía haber sentido todo el tiempo, mi único plan en ese momento era ir a buscarlo y salvarlo.

La joven exorcista una vez que terminó de prepararse se puso de pie y me miró de inmediato.

—¿Ya te sientes listo? —me preguntó mientras me miraba fijamente con su ceja derecha que estaba levantada con cierta ligereza.

—¿Me siento listo? —pregunté sin entender a qué se refería. Detuve mi caminar y me acerque lentamente a ella mientras no le quitaba la mirada— No entendí...

—Es que como te noté tan angustiado y nervioso, pensé que no estabas listo y me dediqué a prepararme antes de ir a enfrentarlos, además de salvar a las personas que han capturado... —contestó ella mirando hacia abajo como si tratara de evitar que la siga mirando fijamente. Pude notar que no se sentía tan bien del todo.

—No estaba ni angustiado ni nervioso... —mentí claramente para no quedar mal ante ella— Estaba pensando en un plan...

Al escucharme ella se arrimó a un árbol que estaba cerca y se colocó de brazos cruzados. Pude notar que estaba preparada para hacerme más preguntas.

—Y bien...¿Cuál es tu plan chico mágico? —preguntó ella esperando una pronta respuesta.

Al no tener una respuesta me quedé en silencio pensando en una, aunque finalmente no pude pensar en nada y decidí no emitir una sola palabra.

—¡Lo sabía! —exclamó ella desenvolviendo sus brazos cruzados para dar un fugaz aplauso— No sé para qué te pregunté era tan obvio...bueno no perdamos tiempo y vámonos pronto.

Ella ya lista empezó a caminar en línea recta con gran disposición. Su caminar aunque era extrañamente lento, también la hacía ver muy imponente, aunque después de todo no todos los días se veía a una hermosa chica con arco, flechas y sobre todo a su temprana edad con sus cabellos de color blanco que solamente hacían resaltar más su belleza.

Cada segundo que pasaba cerca de ella me sentía más cautivado que nunca así que para volver a la realidad una vez recordé que Francis me necesitaba. Así que antes de seguirla la detuve en seco.

—¡Espera! —dije tomando de su hombro izquierdo tratando de no ser tan brusco.

Ella al escuchar mi voz se detuvo inmediatamente y se volteó con rapidez.

—¿Qué pasó? —preguntó con un tono de voz que expresaba cierta molestia— ¿Acaso no quieres salvar a tu amigo?

—No es eso... —contesté con un tono similar al suyo— Claro que lo iremos a salvar pero antes quiero que me digas algo.

—¿Qué cosa? —contestó ella con una pregunta dando a entender que aceptaba mi trato— Solo Espero que no sea algo indecente o indecoroso...y si es así evita eso...

—¿Por qué necesitas mi ayuda? —pregunté mirándola nuevamente a los ojos— No es que no quiera ayudarte o algo por el estilo, claro que quiero hacerlo de todo corazón pero hay algo en mí que me ha dejado pensando y eso es que al verte en batalla he notado que...

—Has notado que soy muy buena en combates además de que demuestro o manifiesto cierta experiencia que claramente pueden afirmar que no requiero tu ayuda en absoluto...¿Eso es lo que ibas a decir no? —dijo ella interrumpiéndome. Cada conversación que teníamos me intrigaba más aquella mujer que además de ser buena en combates y de gozar de belleza también era inteligente.

—Si... eso mismo... —dije por lo bajo sorprendido con las palabras que emitió al interrumpirme.

—¿En serio quieres saberlo? —preguntó ella alzando nuevamente su ceja derecha, ese gesto la hacía ver más sexy, aunque en nuestra conversación no dejaba de cautivarme, definitivamente tenía que dejar de pensar en cosas románticas sobre ella y yo en momentos menos apropiados— Porque todo lo que estamos aquí conversando los fantasmas y el demonio están haciendo quien sabe que con tu amigo.

—Sí, en verdad quiero saberlo... —contesté con firmeza— Es por eso que quiero que me lo digas de una vez sin rodeos...¿Me lo dirás?

Ella alzó sus cejas al terminar de escuchar mis palabras, se notaba con claridad cómo estaba pensando y analizando sus palabras antes de responderme o de hacerme una pregunta. Finalmente al lanzar un suspiro y luego un resoplido de frustración supe que ya pensaba decirme toda la verdad.

—Está bien te contaré todo...pero de manera rápida...no podemos perder tiempo —contestó ella mirando al suelo para luego mirarme a mí— Todo comenzó con una misión que tenían mis otros tres compañeros que al igual que yo son exorcistas, la misión solo era de ellos puesto que les faltaba una misión más para ser un exorcista oficial mientras que yo al ser ya una exorcista oficial me quedé en la aldea que me asignaron cuidar, pero hace un día apareció un demonio que trataba de acechar la aldea, por una extraña razón nunca entró por completo más bien destrozaba las cosas que estaban afuera de esta.

El ruido de varias hojas de los diferentes árboles que nos rodeaban causó que nos quedáramos en silencio por un momento esperando por si nos atacaban, cosa que no sucedió.

—Traté de alejar al demonio llevándolo a un rincón desolado... —continuó ella— Fue muy fácil derrotarlo, demasiado diría yo...cuando regresé me enteré de algo horroroso, la aldea que debía cuidar mientras mis compañeros no estaban había sido atacada por un demonio muy fuerte y varios fantasmas...inmediatamente cuando llegué intenté detenerlos...fue una gran pelea en donde aniquilé a muchos fantasmas pero cuando me enfrenté al demonio empezó a complicarse todo debido a que él para vencerme intentó poseer mi cuerpo, cosa que no pudo gracias al entrenamiento de exorcista que tuve en mi infancia...fue entonces en ese momento en que sabía que no podía sola, necesitaba algo y ese algo era usar a otra persona como "carnada". Ya tenía pensado todo, mi plan sería buscar una persona con poderes mágicos para pedirle ayuda y una vez que nos enfrentemos contra el demonio mi acompañante debía ser poseído para yo finalmente derrotar al demonio de una vez por todas.

Cada palabra que decía ella yo la escuchaba atentamente imaginando todo en mi cabeza.

—Entonces...al vernos a Francis y a mi enfrentar esos monstruos pensaste que seriamos la "carnada perfecta" para que pudieras matar al demonio junto con nuestros cuerpos... ¿Es así o me equivoco? —dije una vez que terminó de hablar.

La expresión de su rostro cambió, noté claramente como quería llorar muy fuerte, ella bajó su mirada y empezó a sollozar por unos segundos.

—¡Lo lamento...! —se disculpó ella sin mirarme a la cara— De veras lo siento, no pensaba usar a alguien de la aldea porque ellos son como una familia para mí, no podía arriesgarlos...necesitaba alguien más capacitado...fue entonces cuando me topé con ustedes y supe que serían perfectos...

—Pero ¿Y si moría Francis o si yo también moría? —le espeté alzando ligeramente mi voz— No pensabas sacrificar a alguien de tu aldea pero si a nosotros...

Antes de que dijera algo más me levanté muy molesto con ella pensando en marcharme por cuenta propia para rescatar a mi amigo, dejándola ahí sola en pleno bosque.

—¡Espera James! —exclamó ella limpiándose sus lágrimas— No entiendes...mi plan nunca fue que ustedes mueran por salvar a los aldeanos...es por eso que necesitaba gente con poderes mágicos...gente capaz de defenderse...cosa que la mayoría de los aldeanos no puede...yo pensaba salvarlos a ustedes también...no soportaría que te pasara algo malo...

Sus últimas palabras me dejaron impactado y además me hicieron sentir mal, al darme cuenta de cómo la traté. Sentí como mis ojos brillaron al escuchar sus últimas palabras, ella lo notó también.

—O que le pasara algo malo a Francis... —completó sus palabras como tratando de evitar que yo pensara que a ella le importaba más de lo que pensaba.

—¡De veras James no fue nunca mi intención hacerles daño! —enunció ella con sus ojos ya libres de lágrimas— Yo traté de defenderlos todo el tiempo, de cuidarlos y de advertirles para prepararlos sobre posibles peligros...perdón si pensaste que fue así....

Escuchando sus últimas palabras comprendí que no debí juzgarla sin antes saber el trasfondo de lo que pensaba o lo que estaba pasando.

—No Nemhain...perdóname a mi... —dije acercándome a ella poco a poco— No debí apresurarme en las cosas así como tampoco debí desconfiar de ti. Lo siento fui un tonto.

Me acerqué lo suficiente a ella, la tomé de sus dos hombros con mis brazos y en momento pensé besarla, estaba decidido a hacerlo pero ella al darse cuenta alejó mis brazos de sus hombros y retrocedió con rapidez unos cuantos centímetros.

—¡No señor! —exclamó en seco con la palma de su mano derecha levantada y moviéndola de un lado a otro— Eso no volverá a suceder...además no estamos en una situación romántica...no puedo romper las reglas de mi pueblo nuevamente contigo...

Al evitar que la besara sus acciones no me dejaron sorprendidos más bien ya me las esperaba, lo que si no esperaba eran sus palabras, nuevamente ella me dejaba intrigado con cada palabras que soltaba de su boca, esta vez tenia nuevas dudas sobre: ¿A qué se refería con que "eso no volverá a suceder"? o ¿Por qué dijo que no rompería las reglas de su pueblo "nuevamente conmigo"?...Eso solo indicaba una cosa así que decidí interrogarla.

—¿Qué quieres decir con que no volverá a suceder nuevamente? —pregunté mientras avanzábamos en línea recta— ¿Acaso ya nos hemos besado antes?

La última pregunta que le hice provocó que ella detuviera su caminar de un solo golpe.

—¿Vas a seguir con las preguntas? —preguntó ella desviando mi pregunta mientras su rostro se sonrojaba levemente— Pensé que ya habíamos terminado con eso.

—Bueno si...pero no del todo —contesté moviendo mis manos de un lado a otro— Me gustaría que despejaras mis dudas...y eso que son muchas...

Como si ya fuera un tic ella alzó una vez más su ceja derecha por la molestia que mis preguntas le causaban, me pude darme cuenta que la empezaba a irritar.

—¡Trataré de responderte todo a su debido tiempo! —contestó ella mientras nuevamente empezaba a caminar— Y sí, ya nos habíamos besado pero eso fue hace siete años o sea cuando tú y yo teníamos once años, erramos muy jóvenes...son cosas de niños nada más...

Al confirmar mi duda quedé más sorprendido y nuevamente las dudas surgieron: ¿Cómo era posible que no recordara algo como eso? y también ¿Quién me habrá borrado partes de mi memoria y con qué fin?

—¡Wow! No puedo creer que tú y yo...ya nos habíamos...besado mucho antes... —dije aun sorprendido— Es algo de no creer...ahora me dejaste con muchas más dudas...

Ella se detuvo de manera sospechosa así que pensé que algo se estaba acercando a nosotros pero me equivoqué...fue todo lo contrario ella se acercó a mi mientras no dejaba de fulminarme con su mirada.

—No sé porque no recuerdas esas cosas...seguramente fue algún tipo de hechizo o que se yo o quizás estas mintiéndome muy bien... —exclamó Nemhain tomándome del cuello de manera brusca— No sé lo que pasó contigo...pero estas cosas podemos hablarlas con más calma en otra ocasión...ahora nuestra prioridad es salvar a los aldeanos y a Francis...cuando hayamos hecho eso podemos hablar todo lo que quieras ¿Entendido?

—Entendido —fue lo único que pude responder, me miraba muy molesta así que opté por no decir nada más en el trascurso del camino.

Mientras caminábamos ella iba adelante nuevamente observando a su alrededor por si acaso llegaran los fantasmas o el demonio nuevamente, yo iba detrás de ella muy alerta también. Ya me había quedado claro que podíamos charlar cuando esto acabara, así que no había necesidad de más preguntas por el momento.

No bastó mucho tiempo hasta que llegamos lo más cerca que pudimos de la aldea que Nemhain tenía como misión cuidar.

Agarré mi espada con más fuerza mientras que ella sacaba una flecha de su carcaj, ambos estábamos listos para pelear después de todo a solo unos cuantos metros muchos fantasma estaban vigilando la entrada a la aldea.

Una vez que estábamos listos nos escabullimos en los árboles que estaban cerca y empezamos nuestro ataque... 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top