prefacio

—¡Maldito seas!

Caminaba sin saber en dónde estaba o hacia dónde me dirigía. La rabia que tengo me tiene completamente cegada y sólo puedo apretar las manos en puños, intentando reprimir las lágrimas que luchan por salir descontroladamente.

—"Las cosas ya no son como antes" ¡Claro que no, maldito bastardo!

Grito descontrolada.

—No voy a llorar, no voy a llorar, él no merece mis lágrimas, pff ¿Qué se cree para hacerme llorar? ¿una cebolla?

Sigo maldiciendolo. Mi novio me acaba de dejar en algún lugar, íbamos de camino a el parque de diversiones; pero prefirió terminarme de camino para luego dejarme en medio de... dónde sea que esté ahora.

Miro a mi alrededor, sólo hay bodegas que parecen abandonadas.

¿Dónde estoy? ¡Ojalá lo violen por dejarme aquí!

Me abrazo en un intento de mantener una buena temperatura corporal, son las 10 de la noche y hace un frío terrible. Mi bolso se quedó en el auto y sólo cuento con un reloj en la muñeca.

Lo sigo maldiciendo a él y a todos sus antepasados, además de a sus futuras generaciones.

De pronto se oye un ruido; un quejido de una de las bodegas.

Mi mente viaja a los miles de libros que he leído ¿Y sí algún mafioso está torturando a alguien? Eso sería muy interesante, peligroso, pero interesante.

Me acerco con curiosidad, intentando descubrir algo por los agujeros del desgastado y oxidado metal.

¿Dónde está mi sentido de supervivencia?

La iluminación es nula, pero justo en medio de la bodega, como un objeto celestial, hay un hombre arrodillado.

Desde el techo, como una linterna sobrenatural, entra la luz de la luna.

El hombre arrodillado siente mi presencia, aunque seguramente fue mi suspiro el que lo alertó.

Casi sin fuerzas, emite un sonido parecido a una súplica.

Aterrada, pero fascinada por aquel sujeto, ingreso a la bodega.

—A.. ayu..da

Masculla sin fuerza, pero con una voz tan potente y tan...

Incapaz de moverme, lo contemplo en completo silencio.

Está sin camisa y usa un jean azul oscuro ajustado, pero deshecho por el tiempo.

—Por.. por... por favor.

Espabilada por su voz, me muevo a su alrededor, intentando entender cómo liberarlo de las inmensas cadenas que le rodean los tobillos, las rodillas, el torso y el cuello.

Quién lo haya puesto ahí, quería asegurarse de que nunca saliera.

¿Quién es? ¿Qué hizo para merecer estar así?

Mi instinto me grita que lo ayude, y lo hago sin cuestionar nada más.

Siento en lo más profundo de mi alma que debo ayudarlo, pero ¿Cómo?

Me agacho a su lado, intentando encontrar una forma, pero no veo ninguna.

Por las próximas dos horas solo puedo caminar o gatear a su alrededor intentando encontrar la manera de liberarlo. Pero no hay candado para abrir, no hay una cerradura que romper. Y las cadenas no ceden ante ninguna fuerza ejercida.

Rendida y sintiéndome miserable por no poder ayudarlo, lo toco.

Solo una caricia en su mano, un delicado rose, casi insignificante.

¿Cómo es posible que algo tan mínimo y efímero como eso, pueda hacerme sentir tantas cosas?

Cierro los ojos como reflejo y lo imagino libre. Las lágrimas se deslizan por mi rostro, mostrando la ira que siento por ser tan inútil.

Durante diez minutos lloro, me compadezco de aquel hombre, algo dentro de mí se comprime con fuerza. No puedo dejarlo ahí.

Entonces siento que él se mueve, me traza una caricia con su pulgar en la mano.

Abro los ojos sorprendida, ¿Cómo puede hacer eso encadenado?

Entonces, para mi sorpresa, de pronto no lo está.

Abro mis ojos completamente, ¿Qué pasó?

Entonces de la espalda de aquel hombre surgen dos hermosas y cautivantes alas blancas.

---------------------

ESPERO QUE LES GUSTE.

VOTEN Y COMENTEN SÍ ES ASÍ.

HASTA EL PRÓXIMO.

Erika x

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top