9

HE TENIDO DOLORES DE CABEZA QUE ME HACEN LLORAR, VOMITAR Y DESEAR DECAPITARME. VOY A ESCRIBIR LO MEJOR QUE PUEDA, PERO SI HAY ALGUN ERROR ESPERO NO RECIBIR CRITICAS. ESTOY REALMENTE ENFERMA.

No olviden votar y comentar.

_________________________

¿Las puertas del cielo? ¿En un parque? Parece una broma.

Mantengo una mirada seria, pero por dentro pienso en qué hacer, no puedo sólo irme. Ellos me han esperado por mucho tiempo y dudo que, ahora que los demonios saben sobre mi, me dejen vivir.

Los miro, preguntándome cuál es la decisión correcta. Puede parecer una locura que no quiera ser una diosa, pero siento que es una decisión de la que dependen más criaturas.

-¿Cómo saben que soy yo? Podrían equivocarse, sin ofender.

Levantan la mirada y tengo varios pares de ojos mirándome como sí hubiera dicho la mayor incoherencia. Quizás para ellos lo es, pero no para mí.

-Escuchen, puede ser fácil para ustedes, pero yo no sabía nada de su mundo hasta hace una semana. Hay muy pocas cosas que entiendo.

Asienten y se miran entre ellos, como he visto hacerlo a otros ángeles.

-¿Están hablando entre ustedes?- pregunto con curiosidad, sin querer ofender o parecer enojada.

Me miran apenados y asienten. Vaya.

-Podemos despejar sus dudas, todas ellas. Pero no aquí en el mundo mortal.

-¿Entonces dónde?

-En el cielo y con un superior. Será una noticia de júbilo el haberte encontrado.

Ariel se muestra ofendido.

-Ustedes no la encontraron. Yo lo hice.

Eso me enoja, hablan de mí como un objeto.

-De hecho, yo te encontré. Y no hablen de mí como un objeto.

La pequeña que antes había tomado mi mano se muestra aterrada ante mis palabras.

-¡No! Nosotros... lo sentimos. Yo lo siento. Por favor perdone nuestro trato, no queríamos que se sintiera de esa manera-cae al suelo, arrodillada, mirando el piso-. Le ofrezco que decida cuál será mi castigo, el que usted elija para mí, estará bien.

La miro sin entender, pero pronto todos, incluido Ariel, se arrodillan ante mí. Eso me descoloca, ¿Qué hacen?

-No, no, no. Arriba, levantense, por favor.-los intento levantar, pero parecen hechos de cemento.

-Déjalos.

Un escalofrío me sube por la espalda y se instala en mi cuello erizando todos y cada uno de mis vellos. Una voz profunda salió detrás de mí. Me voltee, titubeante pero segura de mí misma.

Un hombre-trajeado, claro está.- se encuentra parado con los pies un poco separados y las manos en la espalda. Aparenta unos treinta o treinta y cinco años. Con carencia de cabello al frente pero con el suficiente en la parte trasera. Con una expresión cansada pero tan penetrante y segura que me sentí pequeña.

-Amm, ¿Hola?

No sé que se supone que deba hacer. El sujeto avanza con largos pasos y se detiene a dos metros de distancia hincando un pie en el piso y bajando la mirada.

-Es un honor tenerla aquí. Fue una larga espera.

-No, no, levantese, por favor. A ellos también si no es mucho pedir.

Lo hace.

-Ellos tendrán su merecido castigo, se lo aseguro.

-¿Castigo? Pero si no han hecho nada. No quiero a nadie castigado de ninguna manera.

Asiente y mira sobre su hombro a los demás. Mira a Ariel y parece que lo matará.

-Te hemos estado buscando.

Me rasco la cabeza y río con nerviosismo.

-Estaba en mi casa. No fue su culpa desaparecer. De hecho me estuvo protegiendo estos días. Él fue quién me trajo aquí.

Luego me explican que habrán ángeles que se harán cargo de él y me informa que debo ir al cielo, que estoy expuesta a un gran peligro en la tierra. Pero miro la maleta llena de dinero y pienso que en el cielo será completamente inservible. Un idea refulgente se abre paso en mi interior.
-¿Puedo hacer algo antes?

-Lo que desee, señora.

Ignoro su formalidad y me acerco a Ariel, le pido que me lleve a alguna fundación u orfanato del mundo con bajos recursos, pero me dice que sus poderes ahora son insuficientes. Por lo que me dirijo a el recién llegado y le expongo mi situación. No se muestra feliz, pero lo hace.

Primero aparecemos en Africa, según me explica. Vómito nada más llegar, no sentí lo mismo con Ariel, Uriel-así se llama-, me explica que es por la distancia.

El lugar oprime mi corazón, es un orfanato que está a punto de caer en ruinas. Me acerco e ingreso siendo observada por todas las personas presentes. No hablo el idioma, pero no hay mucho que decir.

El establecimiento es muy humilde, las personas allí usan ropa en exceso vieja y deteriorada. Me acerco a una oficina vieja siendo guiada con señas por una mujer.

Una anciana me mira y se levanta, no tengo idea de lo que dice, pero abro el enorme bolso y saco varios bultos de dinero, lo pongo sobre la mesa de madera astillada y señalando el dinero y a la anciana le hago entender que es para el lugar. Le sonrío y respondo el abrazo que me ofrece. Uriel atrás se ve como un guardaespaldas.

Diez minutos después me despido con la mano y salgo, le asiento a Uriel como seña para que vayamos al siguiente lugar. Antes de desaparecer veo un niño de no más de seis años y le sonrío. Luego desaparezco.

Asi, seis lugares más sin visitados.

Mi corazón se hincha de emoción y tristeza, pero es feliz de saber que ayude a muchos niños.

Sé lo que se siente estar en esos lugares.

Llegamos nuevamente a el parque y vuelo a vomitar. Es un largo viaje desde Holanda hasta dónde sea que estemos.

Le sonrío a Uriel y le digo que estoy lista, no tengo de quién despedirme.

Un extraño símbolo es dibujado trás un árbol y una intensa luz dorada aparece. Ingreso a la incandescente luz y aparezco en otro lugar.

Uno completamente diferente.

-----------------------------

Hasta el próximo (:

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top