6

Wattpad está en mantenimiento, creo, y por eso no había actualizado. Espero que puedan leer sin problemas.
(

Espero)
__________________

Siento que me muevo, más no puedo abrir los ojos, el cuello me arde horriblemente y siento el collar ardiendo en mi pecho.

Me empiezo a frustrar, estoy encerrada dentro de mi propio cuerpo; en mi mente. Intento desesperadamente mover mis manos o los pies, pero es inútil.

-Estás a salvo. No te preocupes.

Escucho que alguien habla e inmediatamente identifico a Ariel como dueño de esa voz y me relajo sólo un poco.

De golpe me llegan los recuerdos de lo que pasó en la discoteca y mi calma se va al retrete ¿Y si nos están siguiendo? ¿Y si ya saben como luzco y que libere a un ángel encadenado que quise usar como guardaespaldas?

¡Maldito imbécil! Si mi ex no me hubiera dejado en medio de la nada, los ángeles y los demonios no sabría que soy la reencarnación de una diosa y no me perseguían para usarme como arma para una guerra.

Lo siguiente, es que siento que soy arrojada sin mucha delicadeza a un lugar no muy acolchado. Luego simplemente oscuridad.

En algún momento abro los ojos y los cierro de inmediato, no por la luz y eso que siempre leo en las historias sino por un fuerte mareo que me obliga a hacerlo. Me siento sin fuerzas, como un fideo.

Identifico el techo como el de mi departamento de inmediato, estoy en el mueble de la sala. Con esfuerzo me levanto y cierro los ojos; no logro enfocar nada. Los vuelvo a abrir y veo a Ariel en el piso, ¿Lo hirieron?

Intento correr a su lado, pero los pies me fallan y caigo haciendo un ruido que hace eco, pero me arrastro hasta donde él.

Al llegar, estoy jadeando y sudando. Estoy muy débil. Pero él está peor, está sangrando por la nariz y una lágrima de sangre sale de su ojo izquierdo y se desplaza por su rostro dejando un rastro rojo.

Me quito el collar, me arde demasiado el cuello y la quemazón del dije en mi pecho resulta insoportable. Eso me deja respirar mejor, pero luego simplemente no puedo hacerlo. Me desespero y llevo las manos a mi cuello en un instintivo movimiento. Pronto solo aigo encima del ángel con la visión borrosa y sintiendo como me trago la lengua. Pero antes de la inconsciencia veo una deslumbrante luz amarilla.

(...)

Lo escucho hablar, llamarme. Me dice que debo despertar ¿A qué se refiere?
Lo escucho darme indicaciones, intento seguirlas muchas veces y en una de ellas lo logro. Me levanto de un brinco, cayendo de la cama y ganando un gran golpe por la caída. Luego Ariel me ayuda a acostarme nuevamente y le pido que me explique qué fue lo que pasó porque mi último recuerdo es a él en el suelo y sangrando.

—Ya no debemos preocuparnos, o al menos no aquí en éste lugar; puedes estar sin el collar porque se va a volver incómodo para ti usarlo desde ahora.

—¿Por qué? Digo, lo del collar.

—¿Recuerdas que el demonio dijo que despertaste? Bueno, estabas dormida, tu poder lo estaba. Antes lo usaste para hacerme hablar sin mentiras, a obedecer lo que dijeras; ese fue tu despertar. Todos lo sentimos, pero con lo que hiciste hace tres días, que fue sorprendente, puedes estar tranquila.

—¿Qué hice hace tres días?

—Eso llevas dormida, ¿Viste una luz amarilla, verdad? Fuiste tú. Me curaste y creaste un escudo en todo el edificio.

Intento respirar, sé que debo hacerlo, pero es complicado con la información que estoy recibiendo.

Asiento, indicándole que continúe hablando.

—Sí un demonio intenta entrar a cualquier lugar del edificio se va a desintegrar, igual que pasaría sí un ángel con ideas incorrectas lo intenta.

Asiento, incapaz de hablar. Luego de unos minutos encuentro mi voz.

—¿Por qué estabas herido? ¿Habían más demonios?

—No, pero me transporté desde allá hasta aquí contigo. Soy un ángel caído y hace siglos no usaba mi poder, eso me debilitó.

Asiento, él se ve incómodo hablando de los siglos que lleva sin usar su poder. Así que no pregunto.

—¿Maté a el tipo de la discoteca?—-pregunto temerosa de la respuesta, pero debo saberlo.

—No, mataste al demonio dentro suyo.

—¿Estaba poseído? No, déjame reformular la pregunta, ¿No tienen cuerpo físico?

Niega y su boca forma una línea. Esto no me va a gustar.

—No, los demonios y los ángeles no tienen cuerpo físico como los humanos. Los demonios son un humo espeso negro que poseen a cualquier persona, a lo contrario de los ángeles; nosotros necesitamos permiso de el humano.

Asiento e intento asimilar la situación. Un demonio estaba dentro del hombre en la disco.

Maté un demonio poniendo mi mano en su cabeza. Dios, soy letal.

—¿Puedo matar a cualquiera si le toco la cabeza?—La idea me aterra.

Él responde que únicamente a demonios.

Estuve tres días dormida, ¡Maldición! Mi universidad y mi trabajo.

Ariel parece entender mi cara, se apresura a hablar.

—Llamaron y respondí que estabas enferma. Tienes los trabajos en tu correo y debes trabajar mañana a las siete de la mañana para cerrar un negocio que tu jefa teme perder. Al parecer confía en ti.

Eso es peor que lo de los demonios.
Peor que saber que soy una diosa o algo así.

¿Cerrar un negocio? ¡Está loca!

—Dime que no dijiste que estaba enferma por matar un demonio y crear alguna especie de escudo para matar ángeles y demonios.-Suplico.

—Usé la voz y el conocimiento de un doctor. Al parecer creen más fácil que estás enferma.

No pregunto más, suspiro y respiro con tranquilidad, debo estar loca, ¿Quién en mi lugar lo estaría?

Me levanto decidida, ahora siento fuerzas y debo cumplir con mis responsabilidades, eso siempre me ha caracterizado.

Pido comida a domicilio y empiezo.
Esa noche casi no duermo pero envío todos los trabajos resueltos.

Los nervios me hacen sudar las manos a cada momento, pero creo que me siento preparada para hacerlo. Estudio Administración de empresas y creo que eso me va a servir como experiencia ¿No?

Vestida lo más formal posible, ingreso a la oficina de mi jefa, en el local más grande de la ciudad. Ahí está el hombre, es chino o coreano, no les encuentro diferencia física.

Me mira y se ríe.

—¿Usted va a cerrar el negocio que va a definir el futuro de una cadena de negocios como ésta?—Entiendo bien lo que dice porque hablamos el mismo idioma, pero no comprendo lo a qué se refiere.

—Si señor, ¿A qué se debe su risa?-Su tono me hace sentir ofendida.

—Las mujeres no cierran nada—me mira de arriba a abajo, detenido su mirada en mis piernas y se ríe—, las mujeres las abren.

Dicho eso sale y se va.

¿Qué diablos le pasa? ¿En qué siglo vive? Salgo de la oficina, enojada. Pero en la salida de el local hay tres hombres vestidos demasiado formales para mi gusto que me miran fijamente.

Luego como soldados empiezan a caminar a mi dirección, ¡Demonios! ¿Qué hago?

___________________________

Hola (:

¿Qué les pareció? 7u7

Hasta el próximo

Erika x

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top