54. Carter y Anastasia

Elena

15 años después...

Estamos en el comedor almorzando, mi marido en la silla central y yo a su costado, Crista está acompañada de su novio, solo falta Ian, que no tengo idea dónde se encuentra.

—Está llegando tarde —me quejo.

—Déjalo —Se ríe mi esposo —así son los adolescentes.

—Crista —digo en un tono autoritario y se sobresalta —¿Así son ustedes los jóvenes?

—Eh... no sé —expresa nerviosa —, yo no, madre, jamás.

Sonrío.

—Muy bien —Hago una pausa —¿Y tú Carter? —le digo al novio que parece distraído —¿Qué opinas?

—La verdad, nada —Sonríe relajado.

Entrecierro los ojos.

—Ah ¿Sí?

—Sí —Muestra sus dientes con mucha confianza.

—La manito —lo reprendo cuando apoya el brazo en el respaldo de la silla de Crista.

Me mira fijamente con sus ojos verdes, entonces luego de un rato, recién saca su mano.

—Claro, señora.

—Carter, es un amor —dice mi hija obsesionada con su novio y él hace una mueca de desagrado.

Pienso que él no la quiere, de hecho comenzaron a salir gracias a que el padre de Carter es socio de Adrián, así que hicieron un arreglo, un emparejamiento por conveniencia, para las empresas, aunque la única emocionada parece Crista.

—Mamá, papá —Oigo la voz de Ian, el cual al fin llega, así que frunzo el ceño.

—¿Qué hora crees que es? —lo reprendo y me mira nervioso.

Cambia el tema.

—Quiero presentarles a alguien.

—¡¿Qué?! ¡¿Quién?! —expresa emocionado Adrián, con una gran sonrisa.

Por la puerta, llega una chica castaña, con cabello largo, unos bucles que caen hasta su cintura, tiene una bonita sonrisa, parece tímida y delicada.

—Hola —saluda la muchacha.

—Quiero que conozcan a Anastasia —la presenta Ian, poniéndose detrás detrás de ella y agarrándola de los hombros —. Esta adorable chica, es mi novia —declara con confianza.

Bueno, al menos va a dejar de ser un promiscuo, si tiene pareja. Me como una uva para no hablar de más, porque después termino discutiendo y no quiero eso. Adrián tenía razón, me parezco a mi madre, bastante diría yo.

Que horror.

Quizás se deba a que volví a hablar con ella, doble error.

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