Secretos

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La mañana pronto llegó Emilico estaba ya despierta viendo como poco a poco salía el sol por su ventana, sonrió pues estaba pensando como darle la noticia a Patrick. —Dios mío, ¿Cómo será nuestro bebé? Será niño o niña, yo misma elaboraré su ropita, tengo tantas ideas que no sé por donde empezar. No te conozco pero te amo desde el momento que supe que te estoy esperando. —Dijo mientras abrazaba su vientre.

Shaun despertó primero que Kate, al ver la cercanía se estremeció y alejó pues en un impulso la noche anterior aceptó que durmiera en sus brazos; se separó de ella y se sentó, llevó su mano a la cara sintiéndose mal por su amo, no debía más que aparentar ser su marido fuera de la mansión, por lo menos no pasó a mayores pues conocía los sentimientos de ella hacia él, pero había límites establecidos entre los dos.
Ella tarda en despertar pues la vida que llevó en la mansión la hizo adoptar la costumbre de levantarse un poco más tarde. Fue al baño a prepararse para iniciar el día.

Kate despertó ya que no sintió más a su compañero, se estiró para luego levantarse e ir al espejo y mirar su rostro, ella y Emilico eran diferentes aunque por mucho tiempo todos pensaron que ella era igual a las demás sombras. Suspiró y justo Shaun sale del baño.
—Así que ya despertó, buenos días.
Ella lo volteó a ver. —Buen día Shaun, seguramente Emilico ya despertó también, iré a cambiarme.

Shaun ordenó sus cosas y salió de la pieza para ir a tocar la puerta de la rubia, desde dentro escuchó que ella lo invitó a pasar así que entró, se desearon los buenos días, aún se estaba arreglando, colocó algunos adornos en su cabello. —¿Cómo me veo? —Preguntó ya que siempre esperaba lucir encantadora.
—Te ves hermosa como siempre.
—Gracias Shaun. —Se levantó de la silla y de manera alegre lo tomó de las manos. —Tengo hambre, ¿esperamos a Kate?
_Si, en poco tiempo estará lista.
Ambos salieron de la habitación, pero al estar ansiosa dijo que se adelantaría, Shaun la vio desaparecer por las escaleras así que entró a la habitación, Kate recién había salido del baño y ahora colocaba un poco de su perfume.
—Emilico nos espera abajo.
—Si, un momento. —Pidió ya que necesitaba acomodar sus objetos en la maleta, luego salieron para encontrarse con la rubia que alegre sonrió al verlos llegar.

Los tres recibieron el desayuno, el aroma del café era el que predominaba en el ambiente y Emilico no sabía porqué el olor comenzaba a marearla si desde que llegó a la casa tomó y aunque supiera amargo se acostumbró a su sabor. —No sé porqué ahora mismo el aroma del café me da asco. —Dijo con algo de decepción ya que el hambre que sentía se fue.
La chica que les atendió escuchó lo que dijo y mientras servía el café de Shaun comentó. —¿No sabían que ciertos aromas comienzan a molestar cuando una está embarazada?
—¿De verdad? —pregunta Kate sorprendida.
—Con razón Emilico ha estado tan tiquismiquis con la comida.
—Que mal, con lo que me gusta comer. —Dijo Emilico mientras una lágrima se asomaba.
—Culpo de esto a Patrick. —Comenta Kate para luego beber un poco de té.
—Yo igual. —Le sigue Shaun ya que el día de la boda estaba dolido por lo que pasaría en la noche, pensó que no tendría el valor de ponerle una mano a ella pero estaba equivocado.
Emilico se sonrojó, desde que se casaron algunas noches estaban juntos y fue como pronto su amor dio fruto. Miró a otro sitio pues se sentía un poco incómoda.

Al final solo desayunó un poco ya que luego irían a recorrer sitios, Kate quería que todos salieran alguna vez fuera de la mansión y que sombras y humanos se llevaran de la mano sin decir nada, al fin y al cabo vivían en un mismo lugar.

Emilico veía el pueblo, recordó que vino de fuera y esto cuatro niños la aceptaron sin prejuicios, su destino sería marcado desde entonces nunca imaginó en que contraería matrimonio con una de los amos sombras debutantes de su grupo.

Pasaron por una tienda y en el aparador estaban accesorios de bebés. Kate propuso entrar y comprar cosas para llevar. —¿No es demasiado pronto?
—Claro que no Emilico, el bebé necesitará de todo una vez que llegue.
Shaun miró las cunas, Kate los juguetes y mantas, Emilico miró las prendas tan delicadas y pequeñas ya que quería coser las cosas de su bebé. —¿Podemos pasar por material de costura? deseo elaborar algunas cosillas.
—De acuerdo, pero llevaremos algunas cosas para ir formando la habitación, aunque dormirá con ustedes una vez nazca, pero tendrán una habitación para mayor comodidad.

Hicieron sus encargos ya que el tren los llevaría de regreso por la tarde así que le traerían las cosas a la estación. Pasaron a otro local en busca de materiales, Emilico se encargó de escoger con la ayuda de la dueña de la tienda todo lo que necesitaba, Kate y Shaun podían ver el entusiasmo de ella ya que haría todo por ser una buena madre.
—No lo sé Shaun, pero Emilico puede contagiar a cualquiera, también quisiera ser madre pero tengo miedo de no ser amorosa y tierna, en cambio mi hijo sienta un poco de miedo ya que puedo llegar a ser estricta.
—No se preocupe, usted también lo hará bien, cada madre o padre suelen ser diferentes, los niños se adaptan.
—Gracias Shaun, estamos bien así por ahora ¿no?
—Supongo que si.
Emilico se acercó con sus compras y salieron del local, para dirigirse al hospedaje, almorzar y empacar.
Ya en la tarde el tren estaba cargado con lo que habían comprado para el bebé, lo principal era una cuna de madera para la habitación, en la mansión encargarían otra para la recámara de los padres pues el bebé dormiría con ellos. Para eso faltaba mucho.
Ellos ya estaban sentados y listos para regresar, el tren se puso en marcha, pronto estarían en casa.

Patrick y John estaban impacientes por ver a sus esposas y cuando por fin llegaron y las vieron bajar las recibieron con un abrazo.
—Patrick mi vida. Te extrañé.
—Igual, no sabes cuanto. —Le entrega un ramo con flores, ella las toma y lo abraza, pues estaba feliz y ansiaba contarle la noticia pero quería esperar más.

—Shaun, espero que hayas cuidado de mi esposa.
—Claro, descuide.
—John, ¿te portaste bien?
—Si, como siempre.
—Que bueno amor. —lo besa en los labios y acaricia su cabeza por portarse bien. Para este momento ella ha vuelto a su modo sombra.

Una vez que estuvieron los tres en la oficina de ella, dijo que tenía algo importante que decir. —Que esto no salga aún de nosotros. —dijo mientras tomaba asiento frente al escritorio, Shaun estaba sentado en el reposa-brazo del sofá jugueteando con una pelotita de tela, John estaba curioso a lo que ella tenía que contar.
Pegó el grito más grande dejando aturdidos a Kate y a Shaun. —¡Kate, di que no es cierto!
—Es cierto, ella espera un hijo de Patrick. —comenta Shaun.
—Pensé que estarías alegre por ellos.
—No entienden. —Comenzó a caminar de un lado a otro y con sus manos despeinaba de manera desesperada sus cabellos.
—¡John! ¿algo que quieras comentar? —Kate estaba un poco enojada por la reacción de su esposo.

—B-bueno a-aposté con Patrick la casa, Quién tuviese un hijo varón se quedaría con la dirección de la casa.
—¡¿En qué momento se te ocurre apostar la casa de mi familia?! —Alzó la voz mientras azotaba las manos sobre la madera. Shaun se sobresaltó por que Kate daba miedo cuando se enojaba y comenzaba a desprender mucho hollín. Luego se calmó un poco. —Pensé que sería una noticia maravillosa cuando lo supieras.
—S-si, pero nosotros debemos también tener nuestro propio bebé para competir con Patrick.
—Yo me retiro. —Shaun comenta mientras se levanta para dejarlos solo.

Kate estaba enojada pero John trató de calmarla. —Tengamos nosotros también nuestro bebé.
—John, aún lo estoy pensando, no creo que estemos listos para lidiar con un bebé.
La tomó de los hombros suavemente. —Claro que si podemos, tendrás mi apoyo para cuidarlo. Le enseñaré todo lo que sé. También deseo ser padre y apuesto a que serás una mamá encantadora.
—John, no más apuestas ¿si? —Se acercó y lo abrazó. Ya pensaría en si empezar a formar su familia o no.

Con Emilico de vuelta Patrick estaba feliz, la ayudó a desempacar y ordenar todo, aunque estaba curioso por lo que ella trajo pues suele hacer bordados muy bonitos como pasatiempo, pero esta vez había traído más que solo tela e hilos. —¿Trabajarás en algún atuendo?
—Algo así cariño. Te lo mostraré cuando esté terminado —dijo mientras tomaba las cosas y las guardaba en su armario pues había traído ropas de bebé para algunas referencias y no quería todavía comentarle la noticia.
—Sabes Emilico, aún me parece un sueño el que estés a mi lado. Cada día tu belleza florece y tu bondad hace que tu rostro resplandezca, me pierdo en tu mirada, dicen que los ojos son las ventanas del alma.
—Patrick que tierno. _Ella lo abraza por tan hermoso cumplido. —Te amo y no es un sueño. Tengo algo que decirte pero quiero esperar un poco —dice mientras sin separarse de él toca su vientre por un momento.
—Está bien, esperaré por lo que tengas que contar. —Se separaron y ella tuvo un pequeño episodio de mareo, él la sostuvo. —¿Qué pasó?
—Un mareo, cariño. No te preocupes estoy bien. —dijo con una sonrisa.
—¿Segura?
—Si. —Dio unos pasos ya que quería ir a otro sitio pero siguió con mareos.

Él preocupado miró que se tambaleaba para todos lados, la sostuvo antes de que cayera. —Será mejor que reposes, has estado trabajando. ¿Quieres algo de comer?
Al mencionarlo ella empezó a tener antojos, así que pensó que pedir, Patrick llamó a una de las sirvientas y ella se encargó de anotar todo lo que Emilico pedía, ambos se quedaron sorprendidos ya que era más de lo usual.
—¿Segura de que podrá con todo eso?
—Veremos.
En su mesa estaban ahora todos los platos acompañados de té y jugo para su elección.

—Provecho Emilico. —dijo Patrick aún anonadado por todo lo que pidió su esposa.

—Gracias, si quieres toma lo que gustes también ¿no? Acompáñame.
—Estoy bien con este croissant. —Tomó uno y sirvió té.

Ricky, Lou y Louise iban caminando apresurados al despacho de Kate. —¿Alguno sabe para que nos llamaron? —pregunta Louise.
—Creo saber. —contesta Ricky pues sospechaba de los vestuarios para la boda.
_¿Será que ya...? —Lou también lo presentía.
Entraron a la oficina, Kate los esperaba, les ofreció tomar asiento.
—¿Dónde están Patrick y Emilico? —Preguntó, los tres negaron. Ella suspiró pues los necesitaba. —Les daré tiempo para que lleguen.

Una sirvienta tocó la puerta, Patrick se levantó de la cama ya que Emilico luego de comer se fue a dormir y él le hizo compañía, abrió y se le informó. —Solo iré yo. —Patrick cierra tras de si y va con la chica al despacho de Kate. Una vez reunidos todos, Kate procede a entregar las cajas a cada uno para que hicieran las pruebas en sus habitaciones.
Ricky y Lou estaban felices de recibir sus atuendos para la boda, le agradecieron por todo lo que hacía por ellos.
—Ya he seleccionado su nueva habitación, es tan espaciosa y la podrán decorar como gusten.

Louise iba cargando algunas cajas con otros accesorios. Ya que harían las pruebas en un rato para ver como lucía.

Patrick acompañó a Ricky hasta su habitación. De inmediato se fue a cambiar tras el biombo. —No puedo creer que tu también pronto estarás casado Ricky. Felicidades.
—Gracias Patrick, por fin puedo unirme a mi amada Lou como se debe.
—Entonces Ricky. Lou y tú... ¿primera noche? O..., pues.
Ricky salió ya cambiado y solo arreglaba su moño. —Nosotros ya cruzamos esa línea hace rato, nos amamos demasiado que, bueno, pasó una noche, creo que nuestra primera vez fue algo torpe y estaba nervioso, pero resultó muy bien, fue maravilloso. —Dijo mientras recordaba aquel momento de su vida.
—Entiendo. Cada uno afrontó de manera diferente ese momento ¿no?
—Así es. Diré que para mí es la mujer perfecta, hermosa, valiente, traviesa y de hermosos sentimientos. —Se acercó a Patrick con interés. —Entonces ¿Qué tal su primera noche? No me ha contado.
Patrick se puso nervioso. —Estaba algo tenso, no quería que pasara pues ya sabes que temía lastimarla, ella me tranquilizó con sus palabras, creo que ha sido una experiencia muy linda y mágica.
—Ya veo, eligió a su mitad, la chica de la que nunca esperó enamorarse y que ahora es lo que más adora.

Patrick regresó a su habitación pensando en lo que habló con Ricky, no sintió nada por otra chica luego de que Emilico se quedara plantada como una semilla en su corazón y que ese amor creció y floreció, ni Margaret ocupó ese lugar. —¿Los humanos y las sombras somos distintos al amar? —Se preguntaba ya que fácilmente un humano se podía enamorar de otro y así empezaba la infidelidad, en cambio él solo la amaba a ella.
Entró a la habitación, Emilico despertaba justo ya que estaba aclarando sus ojos y al verlo solo estiró sus brazos. —Mi abrazo Patrick, quiero un abracito. —él cerró la puerta y fue con ella para complacer su petición; en definitiva ella no era como el resto.

Lou estaba retirando su vestido de novia frente al espejo. —¡Que hermosa te veías! Déjame te ayudo. —Louise se acercó para ayudarla a quitar el vestido, admiró la hermosa piel que siempre deseó tener para sí misma, ¿Por qué lo que apreciaba se iba de su lado de esa manera?
Con cuidado ambas guardaron el vestido de novia. —Lou, ¿aún besarás mi mejilla antes de dormir?
—Claro, usted sigue siendo alguien importante en mi vida, no es como si nos separáramos.
—Me da gusto Lou, te quiero tanto. —La abrazó. —Deseo que tú seas feliz, si lo eres yo también. —Louise en medio del abrazo derramó lágrimas, Lou lo notó y correspondió dulce su abrazo.
—Yo también la quiero mucho. —Se separó y secó las lágrimas de Louise.

Dos días han pasado, Kate estaba en la pieza peinando sus cabellos, John llegó por detrás y la sorprendió con un ramo de Rosas. —¡Kate!
—¿Y esto? ¿Para mi?
—Claro, las tomé del jardín de Patrick. —Kate las tomó ya que eran muy hermosas.
—Planta las tuyas propias. —Dijo para luego ponerlas en un florero.
—No estoy hecho para ese tipo de pasatiempos. —John miró que ella seguía siendo la misma de la que se enamoró pero amaba su otro lado también. —Kate, muéstrame tu hermoso rostro.
Ella se sobresaltó, ya que solo cuando iba al pueblo su rostro era expuesto. _Me da un poco de vergüenza.
—Cariño soy tu esposo y al único que se lo muestras es a Shaun, a Emilico y a la gente del pueblo. ¿No soy digno?
Kate se mostraba según era, John es una sombra cuyo rostro anda quien sabe donde. —¿En verdad no te molesta que Emilico no sea mi rostro como solías pensar?
—Emilico alguna vez fue, ella es demasiado tierna, con razón su rostro y tu personalidad no coincidían, hizo un gran trabajo, lo admito pero te amo porque eres Kate, encantadora, feroz, inteligente, hermosa y más.

Kate dejó ver su ruborizado rostro, su pálida piel. John se quedó pasmado ante su belleza, se acercó a su oído y susurró. —Quiero dejar mis huellas en tu piel. —Ante el comentario Kate cubrió su rostro ya que sus mejillas ardían, John sonrió por ver lo que provocaba en ella. —Pon una excusa ya que llegaremos tarde con Emilico.
—¿A que te refieres? —Preguntó Kate, John no dijo más pues se lanzó directo a ella para besar su cuello. Ella tembló un poco, ¿Cómo era posible que siempre terminara de esa manera? Deseaba a su amada Kate, con delicadeza retiró sus ropas, John admiró la figura.
—Simplemente deliciosa.
Estaba avergonzada, eran pocas las veces que ocurría de esa forma, se sentía más vulnerable, cubierta de hollín él solo admiraba su silueta; caminó hasta la cama, se recostó y lo invitó a acercarse, John no dudó a tan rica invitación, Kate lo abrazó por el cuello, sus labios se unieron en un beso apasionado, John pasó su mano por su piel dejando marcadas sus huellas, ella le pertenecía.

Shaun y Emilico estaban esperándolos, hace rato Shaun había empezado a armar la cuna del bebé mientras ella cocía las cortinas de color crema y tela encaje. —¿Qué estarán haciendo? Dijeron después del desayuno pero ninguno se presentó.
—No importa, llegarán luego, por lo pronto quiero apresurarme con esto, las guardaré luego pues aún falta mucho para que mi hijo estrene su cuarto.

Al rato John y Kate abrieron la puerta, ambos lucían felices y más cariñosos que de costumbre.
—Disculpen la tardanza, tuvimos algo que hacer antes de venir. —Dijo Kate, John aún estaba muy encaprichado con ella ya que no la soltaba, la tenía abrazada de la cintura y besaba su mejilla. —Basta John vamos a comenzar.
—Pero Kate... De acuerdo. _Se separó de Kate y fue a trabajar con Shaun los muebles, Kate ayudaría a Emilico con las costuras y cortes.
—Los bebés suelen crecer rápido, no hagas mucha ropa pequeña, dejará de quedarle pronto.
—Bien. También haré sus sabanitas y peluches.
—¿Cuándo harás el anuncio? —Pregunta John.
—Después que se lo diga a Patrick.

Pasaron trabajando en los muebles, las sábanas, cortinas y ropas, Emilico recogió las cosas ya que se iría a la habitación a seguir.
Cuando entró, miró que Patrick no estaba y podía trabajar tranquila, llamó a una de las sirvientas para encargarle algo de comida. Se dedicó a trabajar y bordar cada pieza de ropa en lo que podía, se detuvo para recargar energías, su bebé exigía alimentos. —¿Es normal que pueda comer de esa manera si aún está pequeñito y no llevo mucho?
Tomó la aguja y comenzó a cocer con mucho cariño la ropita de su bebé, sintió algo de sueño y se quedó dormida sobre la mesa, Patrick entró con flores para adornar la habitación, sonrió al verla, estaba tranquila y su rostro mostraba serenidad y paz, aunque le daba curiosidad por el trabajo que hacía.

La llamó luego de poner las flores en unos jarrones, quería que descansara sobre la cama. Ella abrió los ojos y recordó la sorpresa que no estaba lista, algo nerviosa trató de ocultar su trabajo en la cesta.
—Mi amor... me quedé dormida.
—Si, mejor ve a la cama. Veo que ya empezaste a cocer con la tela que trajiste. ¿Me lo muestras?
—No cariño, es una sorpresa, en poco tiempo lo sabrás. —Dijo mientras lo guardaba en el armario de nuevo, pero había causado más interés en patrick.
Se recostó para su siesta, él la acompañó un rato; despertó abruptamente sintiendo dolor de estómago, nuevamente las náuseas hacían su aparición.
—¿Te sientes bien?
—No, tengo náuseas. —Se levantó y fue al baño seguida de Patrick que estuvo apoyándola en ese momento.

Ella se recostó en el sofá y él le preparó un poco de té. —Esto te sentará bien. —Al acercarlo no le apeteció.
—Lo siento, no puedo tomarlo, el aroma me revuelve.
—¿En serio? es tu favorito.
—No por ahora.
—¿Estás bien? Me preocupa tu situación.
—Si, estoy bien cariño. Necesito dormir un poco, estoy exhausta.
Patrick bebió el té, su esposa estaba extraña, la energía que siempre cargaba se había extinguido, estaba preocupado, ¿va y si era algo grave? No quería perderla, no ahora que eran felices casados.
Fue directo con Kate la cual estaba ordenando unos papeles y le comentó lo que pasaba con Emilico. Kate decidió callar y hacer como si no pasara nada. —Patrick, pasó lo mismo en el viaje, supongo que deberá hacerse una revisión, seguro no es nada grave.
—Es que sabes que ella es lo más importante en mi vida, no quiero que nada le pase.
—Entiendo Patrick, por favor ten calma, abrázala y consiéntela. Tal vez lo que ella tenga lo esté pasando sola y no quiere preocuparte.
—Claro, la consentiré mucho.

Patrick fue a distraerse un poco, las sombras del ala de los adultos pasaban a su lado, la mayoría de ellos seres completos y pensaban en él como alguien inferior cuyo rostro andaba a sus anchas ya que hace mucho aquella relación hubiese terminado en la fusión, lo consideraban débil al no tener carácter con su rostro y era criticado por haberse casado con una humana.
Ignoraba los malos comentarios contra él y Emilico, seguramente también lo hacían con los demás que no hicieron la fusión. Pero quizás en algún momento todos aceptarían la manera en que cada uno eligiera vivir y él eligió dejar vivir a Ricky y casarse con su hermosa Emilico.

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Continuará...

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