Lágrimas de Tristeza y Alegría

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Kate reunió a Shaun, Louise, Ricky y Lou para proponer su nuevo plan en fase de prueba. —Conozco el deseo de ser padres. Lou quiere ser madre y Shaun también, contrario a Louise que no tiene ganas de ser madre. Ricky ¿tu que quieres?
—Realmente, no es lo que deseo por el momento, pero si Lou sale embarazada es que nuestro tiempo de ser padres llegó.
Lou sabía que él no lo deseaba, pero era frustrante para ella desearlo con su alma y que no pasara, ya se había hecho a la idea de dejar su vida tal y como estaba.
—Es por eso que quiero proponerles mi programa para adoptar niños huérfanos de diferentes partes de la isla, muchas personas de igual manera han adoptado niños y ahora que son prósperos pueden darles una vida plena. —Les entrega un folleto con la información.
—¿Louise no tiene que dar a luz y criar bebés?
—No si quieres adoptar un niño más grande.
—Aún así Kate, Louise piensa que es mucho trabajo.
—No puedo aceptarlo Kate, quiero intentar tener aunque sea un bebé propio de mi y Ricky. —Se puso de pie. —No tengo más que decir, con permiso. —Lou se fue antes que Ricky.
—Gracias Kate, lo pensaré junto a ella, tal vez cambie de opinión.
Shaun y Louise se quedaron. —Bueno, no es mala idea, aún así yo quisiera tener junto a Louise uno nuestro, luego quizás esté en mis planes adoptar a uno.
Luego de quedar sola, Kate se sintió un poco desilusionada pues al menos quería que niños fueran adoptados, ahora muchos quizás no querían complicarse la vida con la crianza.

Shaun y Louise fueron a la habitación de John, el cual estaba atendiendo a su hija. —Bienvenidos, tomen asiento.
Ambos se sentaron, Louise solo preguntó—¿Qué haces John?
—Decidiendo que atuendo ponerle a Hope, recién John la fue a bañar, ya la peinó y le puso el pañal y los calcetines ¿Creen que este vestido estará bien?
—Claro... —Louise se paró y fue con Hope la cual sostenía un juguete entre sus manos. —Que preciosa mi niña. —La cargó entre sus brazos, Shaun no podía creer que ella fuese tan cariñosa con Hope y no quería tener uno propio.
Pasado un rato le comentaron a John lo que propuso Kate.
—Adopciones ¿Creen que las sombras desearían criar niños?
—Tal vez, solo es una propuesta, así que por mi parte quiero tener uno propio y quizás luego adoptar, no lo sé.
—Louise, dale un hijo a Shaun.
—John, Louise no se mira siendo madre.
—Deberían casarse y pensar en formar una familia, John quería un varón y sintió celos de Patrick cuando tuvo un niño, pero Hope cambió eso cuando nació, ella es tan bella como Kate, además John le otorgó su encanto.
—Está bien mi señor, Louise no lo desea, no puedo presionarla.
Louise se sintió algo mal, pero esa era su decisión, además ¿que de bueno tenían esos pequeños seres? Si solo eran llorar, comer y ensuciar pañales; había algo más que ella no había experimentado.

Poco a poco Emilico iba tomando ánimos, su inspiración para seguir era su hijo que estaba en su vientre y esperando que de alguna manera Matthew volviera a sus brazos, el otoño pronto terminaría, el invierno impediría seguir con la búsqueda.

Matthew, ahora llamado Aiden, lloraba incesante pues extrañaba a su madre, la actual mujer que había tomado ese lugar trataba de darle una vida feliz, con el pasar de los días fue acostumbrándose, por lo menos ahora lograba que sonriera más.

Gerald y Shaun en este momento fueron enviados fuera de la isla, nuevas tierras que recorrer. —Nos dijeron que estaba la propiedad de una pareja adinerada por esta zona. —Comenta Gerald.
—Cierto. —Más adelante se podía ver el enorme lugar, se les permitió el acceso y ellos caminaron hasta la puerta, así que tocaron, el mayordomo se asomó a los pocos minutos y les atendió, ellos buscaban hablar con el dueño de tan majestuosa mansión.

Aquel día Rowan estaba feliz con su familia cuando su mayordomo le informó que dos hombres le buscaban, pensó en los que le trajeron al niño.
—¿Qué pasa Querido? —Preguntó Clarissa con un poco de preocupación.
—Nada, tu sigue jugando con Aiden, el día está muy lindo. Tengo asuntos de trabajo que atender, regreso en un rato. —Eso al menos la calmaría y no pensaría en que le quitarían al niño.

Cuando llegó a la sala donde le esperaban trató de mantenerse sereno. —Bienvenidos, me informaron que querían hablar conmigo.
Ambos se presentaron. —Venimos desde tierras lejanas, la isla del Hollín, estamos buscando al pequeño hijo de mi amiga. —Comenta Shaun.
—Fue secuestrado hace un mes, hemos buscado por varios lugares y no hemos dado con el niño. Corresponde al nombre de Matthew, esta es su foto.
Tomó la fotografía de la mano de Gerald, la miró y negó. —Pues no, no le he visto, trabajo muy a menudo fuera, mi esposa y yo estaremos pendiente por si lo vemos aunque muchos niños son llevados para venderlos y criarlos para que hagan trabajos forzados. —Él solo pensó en su amada Clarissa y la felicidad que ahora ella tenía gracias a ese niño, pero podía ponerse en el lugar de la madre que lo perdió, pensado "puede tener más". —¿Me permiten quedarme con la foto? Así les informo cualquier cosa.
—Por supuesto. —Gerald se la entrega.
—Pobre mujer, siento tanto no poder serles de mucha ayuda.
—No se preocupe, si sabe algo, nos puede escribir, le dejo nuestra dirección. —Shaun le entrega un papel.
—Nosotros nos retiramos, tenemos un par de sitios a los que ir antes de volver a casa.—Les acompaño a la salida.
El hombre volvió con su esposa, miró al pequeño, sabiendo ahora su verdadero nombre y que le estaban buscando, con todo lo ocurrido hace unos momentos decidió ocultárselo a su esposa.

No hubo suerte esa vez, además otros grupos volvieron sin ninguna información, era como si se lo hubiese tragado la tierra, Anthony decidió cerrar las búsquedas, eso hizo que Emilico llorase amargamente, Patrick no podía verla así, la abrazó fuerte pues era difícil saber que no le volverían a ver.
—¿Qué haremos ahora? —Peguntó Kate angustiada y muy triste por ver a Patrick y en especial a Emilico sufrir por la ausencia de Matt.
—Hermana, se ha buscado por muchos lugares, pronto será invierno, dejaremos que siga su curso, el destino es misterioso algunas veces, si él lo quiere así vendrá a nosotros un día.
—¿Aún cuando ya esté grande?
—Kate, no te preocupes, el mundo es un pañuelo, me tienes a mi que te quiero tanto. —Se acerca para abrazarla.
Kate le pegó con su hollín impidiendo que la abrazara. —No soy muy afectiva, deberías saberlo.
—Claro, aunque solo conmigo eres así.

Rum estuvo pendiente de su amiga, la estuvo consolando junto a Lou. —Quisiera que esto no estuviese pasándote, Emilico, no mereces este dolor tan grande.
—No puedo dejar de pensar en mi pequeño, temo que le hayan hecho algo, me duele que no estará para pasar su primera navidad, incluso quería celebrar Halloween con un lindo disfraz.
—Emilico ya has llorado demasiado, los bebés sienten todo, trata de descansar, ven y acuéstate. —Lou le acomodó la cama, justo entra Kate para hacerle compañía.
—Chicas, me haré cargo de Emilico un rato.
—Bueno, te la encargamos. —Dijo Lou, ella y Rum le dieron un abrazo para luego retirarse.
Kate la ayudó a acomodarse y la cubrió con una manta. —Emilico, sé que suena duro pero debes seguir adelante y ver ahora por tu nuevo bebé, apenas tienes dos meses, casi tres.
—No puedo...
—Claro que puedes, cuentas con todos, la vida se encargará de traértelo, siempre espera por él, cambia tus lágrimas por una sonrisa.
—¿Me abraza?
—Ven Kate te cuidará. —Ella la abrazó y le dio consuelo para que pudiese descansar.

Lou y Rum tomaron caminos distintos, ella iba a ver a Oliver, a pesar de todo él le hacía feliz.
—¿Me pregunto cuando me pedirá que me case con él? —Iba dando saltos, hasta que al doblar lo ve junto a Ollie, iba a alcanzarlos cuando ve a Anna y Nancy, eso la hizo detenerse y solo mirarlos.
El la saludó como habitualmente lo hace. —Buen día Anna.
—Oliver... ya no puedo más con esto. —Se acerca repentinamente sin que él pudiese hacer algún movimiento y lo sorprende con un beso a la vez que rodeaba su cuello para así mantenerse unida a él y poder disfrutar sus labios.
Tanto Ollie como Nancy se quedaron anonadados, Oliver estaba sorprendido sin poder reaccionar, Rum no podía creer lo que veían sus ojos, su pobre corazón se sentía extraño, es como si lo hubiesen hecho trizas en ese momento. Se llevó sus manos al pecho como si lo intentara proteger, pero no podía.

Anna se separó lentamente, los otros dos estaban intentando no mirar y con un leve sonrojo en sus mejillas por la incomodidad que sentían. —Oliver, Anna no pudo aguantar estos sentimientos reprimidos por más tiempo, dile que la amas.
Oliver con toda la tranquilidad del mundo contestó. —Oliver te ama Anna. —Al escuchar eso de su boca, Rum no lo soportó y se retiró del lugar con lágrimas, sin escuchar el resto. —Pero como un amigo, sabes que el corazón de Oliver le pertenece a otra.
—Anna lo sabe, pero quería al menos probar los labios de Oliver, te quedarás con ella, esto es suficiente para Anna. Por favor no odies a Anna por esto ¿si?
—No pasará, Anna es una amiga muy querida para Oliver.

Rum corrió directo a su habitación, las personas a su alrededor solo la vieron pasar preguntándose que le había ocurrido para estar así. Cuando llegó, cerró la puerta y le puso seguro, pues sabía que Shirley se enteraría pronto. No quería ver a nadie, se quitó los zapatos y se subió a su cama para intentar pensar, las lágrimas no dejaban de caer. —Entonces ¿era cierto? Solo me quería para divertirse conmigo. Lo sabía desde el principio y aún así... quise creer en su palabra. Por eso sostuvo que se comprometería conmigo hasta obtener lo que quería. Pero yo me enamoré y por eso me entregué aún sabiendo las consecuencias. ¡Que tonta fui! —Tomó una almohada y la abrazó con fuerza, necesitaba consuelo pero quería sentir la soledad, estar en silencio y ver que hacer. —No soy suficiente ¿verdad? La señorita Anna es más bonita y tiene una voz suave y dulce, es tan elegante e inteligente. Yo ¿Qué puedo ofrecer?

Nadie dijo absolutamente nada, a los demás residentes poco le importaba la vida personal de otros, así que Rum podía desahogarse sin preocupación alguna. Le dio tantas vueltas a lo ocurrido que finalmente decidió que quería irse de la mansión y regresar a casa, solo que le tomaría algunos días para arreglar todo con Kate y debía seguir como si nada ante los demás en especial con Oliver.

Era de mañana cuando Lou se estaba pesando como lo hacía diario. —¿Pero que es esto? La balanza debe estar mal. —Ricky irrumpió de manera abrupta en el baño donde ella estaba solo porque se sentía mal.
—¿Otra vez con nauseas? —Él no dijo nada pues estaba ocupado en el sanitario. Ella se acercó y pasó su mano en la espalda para darle golpes leves. —Me estás preocupando, a ver si no tienes algo.
Luego de eso, se fue a sentar al sofá mientras sostenía su estómago pues le dolía demasiado por el esfuerzo diario de ir a vomitar.
—Esto me tiene cansado.
—Deberíamos ir a ver tu estado de salud.
—No es necesario, solo me ocurre algunas veces.
—Amor, he notado que subí de peso. Los dulces que comemos a diario ya me están haciendo aumentar.
—Lou, cariño, los postres son mis antojos, no necesitas acompañarme cada vez que quiero comer alguno.
—Si, pero no puedo evitarlo, son deliciosos.
Ricky se levantó y fue directo a la cama. —Estoy cansado, despiértame cuando llegue el desayuno.
—Bien. —Ella volvió al baño para subirse a la balanza viendo que marcaba más que la semana anterior. —He ido aumentando, a este paso no me veré igual a mi señorita Louise. Necesito hacer mi rutina de ejercicios y disminuir la ingesta de dulces.

Luego de tomar el desayuno, Lou dejó cubierto lo que le correspondía a Ricky y le dejó una nota. Salió de la habitación para ir a la de sus vecinos, Patrick y Emilico, tocó y esperó a que alguno de los dos abriera la puerta. Patrick era hasta el momento el encargado de recibir a las visitas, le dio la bienvenida.
—Buenos días a los dos. —Dijo con una dulce sonrisa, ellos correspondieron el saludo.
—¿A que se debe tu agradable visita?
—No quiero incomodarles ni nada pero Ricky sigue mal y estoy preocupada, lleva días así.
—¿No sería mejor que consultaran con los del equipo de socorro? —Pregunta Emilico.
—¿Quieres que luego les acompañe?
—Si no es molestia, me gustaría.
—Lou, te pediré un favor ¿si?
—Lo que quiera.
—¿Puedes llevarte a Emilico fuera de la habitación un rato? —Patrick se la deja, Emilico se sorprendió pero él lo hacía por su bien.
—Ni más faltaba.

Lou con cariño tomó la mano de su amiga y la sentó frente al tocador para peinarla y adornar su cabello con un moño de seda color rosa. Tomó una canasta para recoger flores y pasar por Rum. Patrick se sintió aliviado de poder contar con ella para que Emi se distrajera y olvidase por un rato su preocupación por Matthew.

Ricky se despertó por el hambre que sentía, suspiró al ver que Lou no le avisó, fue a la mesa y leyó el mensaje. No te quise despertar, te guardé tu desayuno Pd. Salí a dar un paseo.
Se dejó caer sobre la silla y destapó la comida por lo menos era su platillo favorito.

Mientras las otras dos caminaban para buscar a Rum. —Emilico se te ve mejor una sonrisa adornando tu rostro.
—Lo sé, pero es algo que me cuesta hacer ahora desde que me separaron de mi bebé.
—Verás que él regresará, solo ten fe ¿si?
Llegaron a la habitación de Rum y esperaron a que saliera, estuvieron un rato y hasta pensaron que no se encontraba pero ella abrió, no tenía un buen semblante y estaba deprimida.
—¿Rum te sientes bien? —Preguntó Emilico acercándose a su amiga.
—La verdad chicas...
—Estás pálida, entremos.
Rum no sabía por donde empezar, no le dijo nada a Shirley pues involucraba decirle lo que pasó entre los dos y temía que su ama se sintiera defraudada. Solo se sentó a llorar, ellas dos se colocaron a su lado para brindarle apoyo.
—¿Nos quieres decir?
—B-bien, solo porque ya les confié lo que ha estado pasando con Oliver y no tengo a más nadie.
Escucharon cada palabra, ellas se molestaron ahora con Oliver, el cual ignoraba lo que ocurría con su novia. La abrazaron sin hacerle algún reproche.
—Yo lo sabía, aún así decidí seguir sin saber que dolería tanto.
—¿Qué piensas hacer? —Preguntó Emilico.
Rum no les contó que se iría de la mansión para que no la retuvieran, solo quería un poco de tiempo para resolver asuntos. —Nada por ahora, pienso llevar esto en paz, aunque luego él me odie... —Dijo haciendo alusión a que al abandonarlo sin decir ni una palabra eso sentiría él por ella. —Por favor ustedes no demuestren enojo por esto, es mi problema no el de ustedes, solo necesitaba su apoyo chicas.

Decidieron salir un rato, Lou no sabía por qué sus amigas estaban pasando por un mal momento si siempre fueron personas muy buenas, el destino les estaba jugando una mala pasada a personas llenas de luz como lo eran sus amigas y si lo meditaba bien ella tampoco pues su sueño de ser madre se había visto truncado.
Fueron a recorrer el invernadero para recolectar muchas flores y así la canasta fue llenada, luego muy calmadas decidieron ir a sentarse sobre la fuente a hacer coronas de flores de colores.
—Chicas les preguntaré ¿Estoy diferente? Digo he estado subiendo de peso, en estas últimas dos semanas, suelo pesarme para estar a la par de mi señorita Louise, tal vez sean los dulces que Ricky come y me antojo.
—Estás bien, luces hermosa como de costumbre. —comentó Rum.
—Siempre has sido la envidia de muchas chicas, para mi estás perfecta. —dijo Emilico.
—Gracias chicas, bueno igual voy todos los días por la tarde a ejercitar, aunque no sé por qué en vez de bajar estoy subiendo.

Siguieron en lo suyo, haciendo varias coronas, Oliver estaba buscando a Rum hasta que dio con ella y su grupo. —Buen día chicas. —Ellas le devolvieron el saludo como siempre más a Rum le estaba costando. —Buscaba a esta linda señorita. —Las dos no sabían que cara poner, Rum solo sonrió.
—¿Necesitabas algo?
—S-si... —Sus manos mostraron una caja pequeña como la de los anillos, ellas tenían la esperanza de que fuese el anillo y todo fuese un mal entendido. —Esto es para ti.
—Muchas gracias. —Desilusionadas quedaron al ver que solo era un prendedor para adornar la ropa, era muy bonito, de color lila y dentro tenía pequeñas flores blancas.
—Oliver lo hizo con mucho esmero. —Rum en verdad lo apreciaba, pero se preguntaba hasta cuando seguiría mintiendo.
—Me la llevaré prestada chicas. —Tomó su mano y se la llevó con él, ellas no podían hacer nada, solo esperar a que se aclarara ese asunto entre los dos.

Oliver la llevó consigo a un lugar solitario. —Oliver no te ha visto. Te extrañaba.
—Estaba ocupada. ¿Seguro me echaba de menos?
—Claro, Oliver ya no puede vivir si tu increíble y linda presencia.
—¿No puede vivir sin mi? Entonces ¿Cuándo me propondrá matrimonio?
—No comas ansias, caramelito, Oliver lo está preparando todo.
Ella frunció un poco el ceño, más bien pensaba que él lo estaba alargando y solo jugaba con sus sentimientos, ahora todo le era claro. Bueno eso era lo que creía ya que en verdad Oliver hace poco había mandado a hacer el anillo de compromiso para proponérselo oficialmente.
Notó que estaba algo molesta y se acercó rodeando su cintura con manos. —Pequeña, Oliver sabe que esperas por ese momento, solo aguarda un poco más. —Dijo con dulzura.
—Pero... —Ella iba a decir algo pero la acalló con un beso, luego se separaron y miraron uno al otro, él notó ese leve sonrojo en sus mejillas, era encantadora, pudo contemplar ese brillo especial en sus ojos, aún enojada lo seguía amando, su corazón latía muy acelerado ya que sabía a donde él quería llegar, ella podía negarse pero no pudo y solo dijo. —Por favor, sé gentil. —Pues deseaba estar con él.
Oliver asintió para luego volver a besarla con ternura, disfrutando de ese dulce y cálido beso y guiarla lentamente al sofá más próximo del lugar.
—Nuevamente caí en su juego, este amor me está consumiendo, ¿Por qué no solo me negué y ya? Lo detesto y amo a la misma vez. —Pensó mientras recibía los besos y caricias de parte de Oliver.

Luego de pasar un rato juntos Oliver la tenía abrazada mientras acariciaba delicadamente su piel dejando sus huellas sobre ella, sentía seguridad, pero estaba consciente que no la amaba verdaderamente. —Anna y tú deberían estar juntos, no te preocupes, me iré pronto. —Pensó, luego se incorporó para preguntarle. —Oliver dime ¿Soy la mujer más importante de tu vida?
—Claro amor. —Dijo mientras apartaba unos mechones de su frente. —Sabes que Oliver quiere tener una familia contigo.
Ella al rato tomó su ropa para vestirse, Oliver solo la miraba, había algo diferente a todas las otras veces. —Rum. —La llamó, ella se sobresaltó.
—¡¿Si?!
—No sé como decirlo, pero noto algo especial y diferente en ti.
—¿En serio? Pero no he cambiado en nada, sigo siendo la misma.
—Es que tu mirada es mucho más cálida y tierna, no sé como Oliver lo puede explicar.
Rum solo sonrió y siguió en lo suyo que era terminar de vestirse, pero en sus pensamientos. —Espero que no se de cuenta, no por ahora.
Oliver estaba a medio vestir, su camisa blanca no estaba abrochada solo fue a preparar un poco de té para los dos, ella se sentó en el sofá mirando al suelo algo molesta por haber caído nuevamente en sus brazos y haberse dejado llevar por el placer. Él le ofreció la taza y tomó asiento a su lado, ella rápidamente sonrió cambiando así su rostro de uno enfadado a uno sonriente, solo agradeció por la bebida.

Emilico y Lou volvieron con Patrick para pasar luego por Ricky para ir a atenderse y ver su estado de salud, aunque se negó los tres lo arrastraron y ahora estaba siendo atendido por Susanna. —Me dicen que ha estado con nauseas, mareos, sueño, fiebre.
—Si y ha estado muy sensible, llora por todo o se enfada muy fácil.
Susie le tomó la temperatura, al verlo estaba un poco alta. —Que raro... tal vez es un virus, aunque parecen más bien síntomas de embarazo. —Bromeó, fue algo un poco gracioso para los demás.
—No se rían... ¿Es eso posible? —Se dirigió a Susanna.
—No se tiene registro de eso, siempre hay una primera vez para todo, ahora Lou.
—¿Si?
—¿Tu has estado igual que él?
Ella negó mientras Susie anotaba de inmediato.
—Bueno, lo único es que estoy subiendo de peso y tengo antojos de cosas dulces, creo que debo dejar de comerlos por un tiempo.
—Al contrario cariño, debes de tratar de comer balanceado, un postre no te hará nada si lo comes con moderación, Ricky ya puedes vestirte, Lou es tu turno.
—¿Yo? Pero no me siento mal para nada.
Le hicieron ponerse una bata para examinarla, Patrick y Ricky esperaban afuera, Emilico le hacía compañía.
—Susie por favor procede.
—Claro. —Se enfocó en el vientre bajo, lucía algo abultado, era muy sutil, solo puso su mano y presionó. —Como sospechaba pero es realmente muy extraño que el que presentara los síntomas fuese Ricky y no tú.
—¿Qué pasa? —preguntó Lou, Emilico lo dedujo y sintió felicidad por su amiga.
—Es lo más claro del mundo, Lou, una nueva vida crece dentro de ti.
—¿Eso es cierto? Llevo esperando esa noticia por mucho tiempo que... —Una lágrima de felicidad bajó por su mejilla. —Había perdido toda esperanza, díganme que es verdad.
—Por supuesto, ahora sabes que tienes que cuidarte y tomar esas vitaminas para estar fuerte. —Señala el frasco que tiene Susie en sus manos.
Estuvo llorando pues no pensaba tener esa noticia, saber que también tendría un bebé en unos meses, Ricky la escuchó al igual que Patrick y se acercaron a verla.
—¡Lou! ¿Qué pasó? ¿Está todo bien?
—Mas que bien, es muy hermoso lo que pasa con nosotros.
Les dejaron a solas, Emilico no dijo nada solo para que fuese sorpresa, Lou muy feliz le comunicó que serían padres, Ricky no podía creer lo que pasaba en esos momentos, salió emocionado gritando. —¡Seré padre! —Entre todos le felicitaron, luego Ricky asimiló que tendría un bebé. —Seré...padre...—Se terminó por desmayar.
Lou se asustó pues quedó tendido frente a sus pies, así que le fueron a dar atención.
Emilico se quedó recordando que lo mismo pasó con Patrick pero el día que nació Matthew.
—Matthew. —Pronunció.

Nos remontamos a donde está Aiden, su nuevos padres al escucharle llorar entraron a la habitación y miraron el extraño escenario que tenían en frente.
—Querida ¿Qué es todo esto?

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Continuará...

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