LXV

¿Sabes que es lo más difícil de estar sin ti?

El silencio.

He llegado a casa al igual que todos los días, pongo mis llaves en la mesita de la entrada, me quito los zapatos y el saco, luego volteo hacia el resto de la casa.

Es enorme y preciosa, pero está vacía.

Ya no están tus irritantes canciones resonando por todo el lugar, ni tus fallidas notas altas al cocinar cuando me esperabas  preparando la cena.

Tampoco tu risa, o tus palabras de amor.

Sólo estoy yo, roto y sin la mínima pizca de alegría que tenías tú.

Sólo existo, porque está casa no es la única que está vacía.

También yo lo estoy.


- Un vacío Wonho

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