Capítulo 30
Atala
La cabaña por fuera, tenía un aspecto viejo y gastado, pero por dentro es una mansión lujosa y por lo que he podido ver, con lo último en tecnología de seguridad. Esto último me pone de nervios, cuando entras y sales tienes que poner una clave en las puertas y en las ventanas, clave que solo Alexey sabe y no me la dió. No es para nada un idiota.
Mientras recorrí toda la casa, él se mantuvo cerca de mi y he de decir que es otra de las cosas que me hizo sentir alerta.Y es que hice el recorrido para indagar en posibles salidas o maneras de comunicarme con Andrya, pero fallé y aquí estoy, sentada en la habitación que él designó para mi, pensando en como le haré para sobrevivir y tratando de mantenerme cuerda. No ayuda para nada ser algo claustrofóbica, por lo menos cuando estuve en el armario con el iceberg, me mantuvo distraída como para no sufrir un ataque.
No hay televisión, no hay internet y si quiero salir al bosque, lo tengo que hacer en compañia de este loco maniático. Difícil, esto es difícil. Realmente difícil.
— Hola — Alexey asoma su cabeza a mi habitación.
— Hey — mi cara se está cansando de tanto fingir. Me levanto y le abro la puerta por completo — ¿Se te ofrece algo?
Él me mira y asiente. En sus manos trae una bandeja con galletas y dos chocolates calientes. De ser mi secuestrador, paso de ser mi abuela. Dios. Jaqueca otra vez.
— Pensé que querrías esto — pasa haciéndome a un lado — Es una noche muy fría —
Deja la bandeja en la cama y toma asiento. Señala el extenso lugar que sobra. Ruedo los ojos y le hago caso.
— Gracias — tomó una de las tazas y me la da — por esto — le digo amablemente.
Le doy un sorbo y me maravilla lo genial que sabe. Es celestial, este chocolate es celestial.
— Debes pensar que soy un loco psicópata — dice mirándome.
— ¿Por qué? ¿Tengo motivos para pensar de esa manera? — *eso y más* pienso.
— Solo... No sé, tal vez es que deseas estar con tus amigos en vez de...
Lo interrumpo.
— Es bueno tener un lugar para respirar, de verdad he estado bajo presión y te agradezco que me des este respiro — lo he tomado por sorpresa. Esa no era la respuesta que necesitaba — Lo único que no entiendo es el hecho de que mi celular voló a media carretera y que no tienes ni una maldita televisión. Eso, querido amigo, si me parece algo maniático —
— Bueno, aquí hay una televisión — lo miro confundida — Habló en serio — saca un mini control y la parte superior de la pared de enfrente, se abre dejando a la vista una pantalla de televisión y en una base pequeña lo que parece ser un blue ray.
— De verdad que eres una caja de sorpresa — se acerca y deposita un beso en mi frente.
Extraño.
Del buró saca tres opciones de películas para ver. El pianista, Rápidos y Furiosos 5control y La propuesta. Elegimos el pianista y nos acomodamos en la cama.
A media pelicula, el cae dormido a mi lado. Apagó la televisión y salgo de la habitación.
No puedo estar en el mismo lugar que él. Me siento agobiada y ahora que estoy sola, la realidad me ataca de golpe. Me tiene secuestrada.
Una vez escuche que el amigo de papá decía, que hay muchas investigaciones sobre el cerebro humano, las cuales dicen que es muy poderoso. Cree en todo lo que escucha, por eso es fácil de alguna manera caer en la primer mentira que nos dicen. Creo que mi cerebro se aferraba a la idea que yo había imaginado, y ahora estoy muy aterrada al saber que estoy sola con este hombre y en medio de la nada. Miles de posibles escenas pasan por mi mente.
Inhala, exhala.
Me siento muy cansada, la jaqueca no cesa y ahora no puedo permitirme dormir. Necesito buscar un maldito teléfono, sé que el tiene uno, pero no sé en donde rayos lo a escondido. Subo con premura a su habitación, comienzo a buscar en los muebles, detrás de ellos y en las paredes. Ya salió una televisión de la pared y no sé que más sorpresas aparezcan en estas paredes mágicas.
Nada.
No encontré nada. Vuelvo a mi habitación o por lo menos me quedo en el umbral de la puerta. Mi cama está invadida y debo vigilar a mi... "Amigo" No quiero un suceso que me marque por toda mi vida. Él gira sobre la cama, su ceño está fruncido y respira entrecortado. Parece ser una pesadilla. Dios ¿que hago?
Me acercó y lo sacudo de los hombros.
— Alexey, soy yo — no despierta — ¡Alexey! ¡Despierta! — suelta un grito gutural que me espanta y lo suelto, cayendo al suelo.
— ¡Oh Leila! —¿Leila? ¿Quien es Leila? — No te vayas ¡No! — y despierta de golpe.
Esta sudando, me mira y sus ojos están rojos, lo puedo ver. Un recuerdo, es lo que tuvo.
— Shh. Esta bien — le consuelo yendo hasta él — Todo está bien — asiente y aferrándose a mi cintura, comienza a calmarse.
Será una larga noche.
Andrya
— Dylan, hay cámaras en el Teatro ¿Acaso no las viste? — él asiente — ¿piensas quedarte tranquilo sin hacer nada, Pedazo de idiota? ¡Ella está sola con ese imbécil inhumano! ¡¿Que tal si está muerta?! ¿Ah? ¡Dios! —
— Calmate, mi equipo está tratando de averiguar, todo lleva un tiempo — doy un golpe sobre la mesa.
— ¡No tenemos tiempo!
— Calmate por favor — Ina me dice apenada, he atraído toda la atención hacia nosotros.
— Estamos enlazando todas las camaras de la ciudad a la hora que parece ser, salieron del teatro. Sé que es agobiante y que el tiempo cuenta, pero no es sencillo buscarla al no tener idea alguna de su paradero, alguna pista, etcétera — su teléfono comienza a sonar y el se larga a contestar.
— Debes tranquilizarte — me advierte Vladimir — Mejor hay que pensar la razón por la que Alexey está haciendo esto — suelto un gruñido que alerta a las dos ancianas de la mesa de a lado.
— Tú mejor que nadie sabes que es vital pensar antes de actuar — ahora es mi hermana quién me sermonea.
— Está bien — Ina asiente — Trataré de tranquilizarme, pero mi cerebro, mi jodido cerebro está bloqueado —
— Ok, hay que pensar como él — tiene razón — Cuando tú padre manda a secuestrar a alguien, se supone que tienen un lugar a dónde llevar a esa persona ¿no?
— Sí, es una casa de seguridad — Vlad asiente.
— Perfecto, está no es una excepción, Alexey tuvo todo arreglado, asI que tuvo que llevarsela a una de esas casas —
¿Por que no lo había pensado antes?
¡Mierda! El inútil salí siendo yo.
Dylan se acerca de nuevo a la mesa, leo su expresión y mi cuerpo comienza a tensarse. Un mal presentimiento.
— ¿Que pasó? — mi hermana es la primera en preguntarle.
— Ese bastardo lo planeó muy bien, no hay registro alguno sobre él, en la Cámara del teatro no se nota algún forcejeo o rapto con violencia. No tenemos ni el número de placa y al parecer ella no tiene consigo su celular, intentaron rastrear el número que su amiga nos dió, pero no hay nada. Estamos donde comenzamos —
No escucho nada a mi alrededor, solo veo rojo. Necesito saber donde están, donde cojones la tiene y sé quién me puede dar respuesta. Salgo del restaurante ignorando la petición de mi hermana, no permitire que le hagan daño a ella, sobre mi maldito cadaver la tocas, Alexey Novikov.
— ¿mejor? — murmura un sí y lo suelto.
— Disculpa si te asuste — parece un niño apenado.
— No tengas cuidado, fue un episodio de pesadilla. Yo las tenía de pequeña, siempre me animaba hablar de ello con mamá ¿Quieres..
— ¿Extrañas a tu madre? — me interrumpe.
— Mentiría si te dijera que no — separandome de él, me siento al otro extremo de la cama dándole por completo la espalda — Extraño a mi familia, día y noche. No hay día que no piense en ellos — siento que es un tema delicado para tratar con el psicópata que te ha secuestrado.
Las ganas de llorar me invaden y no quiero que me vea vulnerable, así que limpio mis mejillas de manera rápida.
Nadie dice una palabra más, creo que estamos en el límite de nuestras vidas personales. Límite que ningúno de los dos quiere traspasar y agradezco eso, no quiero revelar detalles sobre mis padres que los pueda poner en peligro.
— ¿Estas bien? — el murmura un "si" Vuelvo a preguntar, este silencio es tan incómodo y denso que casi lo puedo cortar con tijeras — ¿Puedo preguntarte algo? — insisto.
— Adelante — acepta al fin.
— ¿Quien es Leila? — me giro para verlo frente a frente.
— Alguien a quien amé demasiado — parece costarle decir.
— No te preocupes, si es difícil no lo digas. Solo que estabas gritando su nombre, entre sueños — me excuso — ¿Que pasó?
Su semblante se vuelve frío, sus ojos esconden a ese pequeño de buenos sentimientos que era hace unos minutos y en un parpadeo vuelve a ser Alexey Novikov, el idiota #2 de Rusia.
Con un bramido se levanta de la cama y mirándome gruñe de nuevo — ¡Andrya, eso fue lo que pasó! — ruedo los ojos.
No hay que ser adivino para imaginarme lo que sucedió. Pelea de egos, orgullo aplastado y una chica de por medio. Imagino que la chica eligió al iceberg y Alexey se quedó herido.
— Él siempre se lleva todo, el favor de mi padre, las chicas y todo el puto dinero que debía ser mío — me tenso al seguir escuchandolo — Yo.. Yo estaba enamorado de Leila y él... ¡Ese idiota, me la quitó! — grita y yo sin querer pegue un brinco.
Mierda. No sé que decirle.
— ¡Él y su padre son iguales, él me quitó a la mujer que más ame en la vida y su padre hizo que mamá muriera en vida y a manos del monstruo de mi padre! — mientras sigue gritando, va avanzando cada vez más a mi.
Estoy aterrada, esta cegado por su odio y dolor que temo por lo que sea capaz de hacer en estos momentos.
— Pero ahora todo es diferente — me toma de la nuca y me acerca violentamente a él. Dios mío, que no me haga nada — Te tengo conmigo y él sabrá que es lo que se siente cuando toman posesión ajena — acaricia mi cabello y hace lo mismo con mi mejilla derecha.
— No soy suya — contestó con un hilo de voz que yo misma odie haber tenido.
— No claro que no, ahora eres mía — levanta mi rostro y muerde levemente mi labio inferior. Que no me haga nada por favor, diosito.
— Lo soy — murmuro esperando que me crea y a que se calme.
Me analiza con detenimiento, está buscando algo en mi, pero al ver mi muy bien fingida tranquilidad, sonríe. Besa despacio mis mejillas, luego mi frente y posteriormente mi nariz, hasta que yo misma lo hago besarme en los labios. Estoy pérdida, creo que no podré hacer nada estando sola, y todo el mundo se ha olvidado de mi. No me queda de otra que seguirle el juego mientras pueda. Es facil o eso creo. Tengo que sobrevivir, soy fuerte, soy fuerte.
Sus besos bajan por todo mi cuello, está siendo delicado, por lo menos todo el show de bestia se ha ido. Yo me aferro a la idea de que ésto esta bien, que no es Alexey e inmediatamente imagino que es Andrya y me enojo por eso. Él no siente nada por mi, ¿por que tengo que ser yo la que sienta algo? No, no siento nada. Es un chico más. Tomó con furia a Alexey y lo beso desesperadamente, intentando olvidar el rostro de aquel cubo de hielo, petulante y egocéntrico.
El aire me falta y ambos nos separamos.
— Wow — exclama — Ahora sé por qué lo tienes tan perdido — ruedo los ojos.
— Deja de estar obsesionado con él — de verdad que lo está — Tengo sueño y estoy cansada — me levanto de la cama y tomando la perilla de la puerta, lo "invitó" a salir de la recámara.
Podré odiar a Andrya, pero no tendré sexo con Alexey, eso sería tan denigrante para mi.
— Esta bien, déjare que descanses — murmuro un "gracias" Y camina dirigiéndose a la salida — Buenas noches — toma mi rostro y vuelve a besarme.
— Igualmente — digo cuando me suelta.
Aunque estaré arrepentida por lo que diré, admito que besa muy bien. Si fuesen otras circunstancias, tal vez, solo tal vez, lo vería con otros ojos.
Bajo apresurado del coche, inmediatamente los inútiles orangutanes que Dimitri tiene por guardias, bajan sus armas y con un asentimiento me dejan pasar a la mansión. Camino con un objetivo en mente, no me importa que debo hacer por obtener la información que buscó, voy por todo y juro que mi alma no tendrá conciencia de piedad alguna si Dimitri no coopera.
Sé que Vladimir viene tras de mi, escucho sus pasos y agradezco que guarde silencio. Paso de largo a Elisa la ama de llaves y entró sin el permiso de "Padre".
— Pero, miren quien está aquí — dice con burla — Mi primogénito — deja el periódico que tiene en sus manos en el escritorio de caoba — ¿Que te trae por aquí a tí y a tu... — mira con desdén a Vladimir — amigo?
— Quiero información sobre la casa de seguridad que le vendiste a Novikov — espeto con seriedad.
— Y para qué? — camina hacia mi — ¿Que me darás a cambio?
¡Esto es el colmo!
— ¡¡NO ES UNA PUTA NEGOCIACIÓN!!! — saco mi glock k47 y apuntó a su asqueroso rostro — ¡¡QUIERO LA PUTA INFORMACIÓN!! — intenta dar un paso atrás, pero Vlad ya lo tiene acorralado.
Dimitri levanta ambas manos y con la mirada más espantosa que le conozco, asiente.
— Te la daré, pero baja el arma — niego.
— No la bajare, te conozco lo suficientemente bien como para saber que intentaras alguna artimaña, sacaras la escopeta que tienes bajo el escritorio y poco te importará matarme. Así que, me das la jodida ubicación o soy capaz de matarte aquí mismo — no me dejó doblegar por él.
— Aprendiste muy bien. Odio que lo hayas hecho — ruedo los ojos y gruño, para darle a saber que me estoy aburriendo. Doy un disparo en el piso — Está bien, es la vieja cábaña donde te llevaste a la hija del presidente, ya sabes dónde es. Novikov le ha hecho varios cambios, no me extrañaria que la propiedad tenga trampas — saca de su saco unas llaves y me las arroja, las logró atrapar en el aire.
— Si alertas a alguien sobre esto, te ira jodidamente mal Soholob — se ríe — Haré lo que jodidamente quieres, acabaré con Novikov — su horrible y siniestra mirada, me dice que está complacido con lo que acaba de escuchar.
— No vuelvas si no traes contigo el cadáver de Novikov — Vladimir guarda su arma y sale primero del despacho.
Yo lo sigo y salimos sin nada más que con otra cosa en mente. Traer a salvo a Atala y juro que mataré a Novikov si la a tocado.
Subimos con prisa al coche y salimos de la propiedad de Dimitri.
— No hablabas en serio ¿Verdad? — pregunta con cautela.
— Tal vez — contesto.
— No eres igual que él, no hagas cualquier estupidez — lo escucho — Pondrás en riesgo la misión de Dylan y pondrás en riesgo a Atala —
Mierda. Tiene razón.
— ¿Sabes que pienso Andrya? — niego — Te niegas a aceptar que esa chiquilla norteamericana te importa, la proteges y sé que odias la idea de que ella éste sola con Alexey —
— Por supuesto que no, solo estoy cumpliendo con la promesa que le hice a Harriet — escucho su risa obvia.
— Eso ni tu te la crees, pero si en verdad, muy en el fondo ella te importa, debes actuar con la cabeza fría o la pueden matar por tu culpa.
Tan solo la idea de perderla, hace que mi vista se nuble y mi pecho se estruje. "No eres como él" Ella también me lo dijo, quizo calmar todos mis demonios, ella es tan linda y su corazón es tan noble que hasta cuando la hago enfadar, me regala una de sus hermosas sonrisas.
Las preguntas que me había negado a pensar comienzan a salir y me siento por un momento abrumado. ¿La quiero? ¿De verdad daría mi vida por ella? ¿Me quiere? ¿Me acepta? ¡A quien engaño! Estoy tan jodido, que ni las ratas me aceptarían. No quiero perder a otra persona importante para mi. ¡Si! Ella es importante, jodidamente que lo es.
Esa manera de ser, terca, renuente, altiva, orgullosa, pero igual de apasionada, amable, benévola y humilde, ha hecho que mi mundo se vea en peligro por ella y solo por ella. La realidad me golpea, ¡Diablos! ¡Demonios! ¡Estoy jodido! Realmente la quiero y la tendré de vuelta, juro por la memoria de mi Santa madre que así lo haré.
— No descansaremos hasta que la tenga conmigo de nuevo — admito en voz alta y aceleró el auto.
ESTAS JODIDAMENTE MUERTO NOVIKOV.
— Atala, hija — la dulce voz de mamá acaricia mis oídos — Nena, tienes que despertar hija — niego aún con los ojos cerrados, no quiero despertar.
— ¡Demonios! ¡Despierta ya! — la voz de mamá se transformó en una más gruesa, terrorífica y helada.
Abro los ojos de golpe y me encuentro con Alexey casi encima mío. Inmediatamente el miedo me invade y trato de tirar de su mano, que tapa mi boca. Su cara es un misterio, esta serio y creo ver una pizca de terror en su mirada.
— Silencio — susurra muy bajo. Todo está en oscuras, no hay luz, no veo nada más que su rostro.
No entiendo por que esta actuando así.
Sin embargo, un golpe seco se deja escuchar por toda la cabaña, acompañado de un disparo.
— Te levantaras con suma delicadeza y no harás ni un jodido ruido, un movimiento en falso y te mueres ¿entiendes? — asiento atemorizada.
Me suelta de a poco para poder ponerme las zapatillas deportivas. Me acercó hasta el y tomandome de los hombros me vuelve a tapar la boca. Caminamos lentamente sin hacer ruido, bajamos las escaleras con rumbo a la cocina.
— ¡¡ALEXEY!! ¡¡MALDITO HIJO DE PUTA!! ¡SE QUE ESTAS AHÍ! — es Andrya.
Mi corazón comienza a latir de prisa, mi alma se siente ligera por fin. Él vino, vino por mi.
— Estas muerta — murmura Alexey. Mi ser se congeló al escucharlo decirme eso, pero solo espero que Andrya entre ya.
Me jala hacia la puerta trasera, busca algo en un cajón de la isleta y veo de que se trata cuando saca una cinta adhesiva, esas de aislar. Me mira furioso, corta un pedazo y me la pega en la boca aplicando fuerza, después comienza a atarme de manos y pies.
— Asi no harás ninguna idiotez — me levanta en brazos y me coloca como saco de patatas.
No puedo gritarle a Andrya para que venga por mi, mientras sale de la cabaña, se siguen escuchando los golpes y los alaridos del iceberg. Diosito, ilumina a ese neandertal. Comienzo con mis plegarias. Alexey abre la puerta trasera del coche y me mete ahí. ¿Cuando cambio de lugar el coche? Comienzo a tratar de soltarme, pero es inútil.
Alexey sube al lugar del piloto y cuando va a encender el auto, éste no lo hace. Dios mío, gracias.
— Mierda — másculla intentando de nuevo prenderlo — ¡Carajos! — golpea el volante.
Intento encontrar algo con que desatarme, pero no encuentro nada. Me quito la cinta de la boca, pero no hago ningún ruido que lo pueda alertar.
De pronto escucho otro disparo, pero esta vez se a escuchado cerca.
— ¡Sal del puto auto Alexey! — es Andrya.
— Tú no salgas — brama hacia mi y sale del auto.
No sé que diablos vaya a suceder, pero ruego a Dios por mi y por Andrya.
Capítulo largo, gracias por la paciencia.
Quédense en casa, de verdad esto no es un juego y con la vida humana no se juega. Tengan precauciones y sigan las recomendaciones sanitarias.
Los quiero mucho y les deseo un lindo fin de semana.
😘😘
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