Capítulo 23
En el capítulo anterior....
— Lo hiciste muy bien, Jackson —
— Debo acostumbrarme a las felicitaciones que vengan de parte tuya. No es algo normal — rueda los ojos — Gracias, espero y que sí les hayan pagado —
Asiente, mete la mano en su chaqueta y saca dinero de ahí — Nos pagaron, gracias a tu apoyo. Toma tu parte — me extiende el dinero.
— No por favor. No lo hice por el dinero, aprecio mucho a los chicos y fue agradable salir de lo cotidiano, soy yo la que les debería agradecer — me niego a tomar el dinero.
— Por favor, acéptalo —
— No, no lo tomaré. Recuerdo que tú me has tachado de ser alguien materialista, frívola, egoísta y avariciosa — rueda los ojos — Yo no soy así, al contrario de lo que piensan me gusta ayudar y cuando puedo, lo hago sin decir o poner una condición. No lo tomaré por qué me hará sentir mal — se queda callado — Gracias por la oportunidad. Que tengas buena noche, Andrya —
Camino hasta Harriet, me dice que Eliot se fue y que deberíamos irnos ya. Las chicas regresan al dormitorio con nosotras y cuando toco mi cama, me duermo pensando en lo bien que se sintió ser parte de una banda, esos aplausos y esos gritos... ¡Vaya! La mejor noche de mi vida.
Capítulo 23
— Tu hermano se enamoró de ella, pero por lo que investigamos Trev y yo, Dania es muy peligrosa —
Al parecer lo idiotas viene de familia.
— ¿Cómo que investigaron? ¿Con qué objetivo? — le doy un sorbo a mi café.
— Jordan nos pidió el favor, tiene un genuino interés en ayudarle, pero no pensamos que ella estuviera involucrada en algo tan pesado como el narcotráfico — me quedo boquiabierta de la impresión.
— ¿Sigue metida en eso? — niega — ¿Por qué sería peligrosa? ¿Que relación tiene en esos negocios turbios? —
— Al parecer nada directamente, puede que se trate de un maniquí. Estás personas utilizan a otras como carnada para la policía, desviando la atención hacia ellas mientras por otro lado se está llevando un cargamento o algún otro asunto. No podía decirte nada de esto, pero sabes que me preocupo por Jordan y hay otra cosa — fruncí el ceño.
— ¿Qué? — me acerco más.
— De la noche a la mañana ella ha decidido alejarse de tu hermano. Trevor piensa que es cuestión de peligro para ambos, posiblemente se trate de una amenaza. Ya está tratando de saber qué pasa — me he puesto nerviosa.
— Espero que no le pase nada a mi hermano y tampoco a ella, algo me dice que es inocente — encoge los hombros.
— Puede ser — termina su café — Anoche ya no te felicité, estuviste genial — me regodeo.
— Gracias — me mira risueño — Ya no te vi —
— Tuve que atender una llamada. Iré de negocios a España, el negocio familiar hay que atenderlo — asiento — Casi se me olvida — saca una cajita azul de terciopelo de su americana — Ten... Por todos tus logros y como banderín de paz, entendí mis sentimientos para contigo y me era necesario aclarar todo, me disculpó por mi arrebato y te quiero felicitar como mi hermana por todo lo que has logrado — sonríe.
Abro la cajita y me emociono mucho por lo que hay adentro.
Una cadena con un violín de oro acompañado con unos aretes de notas musicales... Una joya.
— Eliot... Esto yo.. — no tengo palabras.
— Acéptalo, por favor — asiento. Me levanto de mi lugar y lo abrazo.
— Te aprecio mucho y me encantó el detalle — aplaudo como niña pequeña.
— Obviamente — soltamos a reír.
— Necesito una dosis de paqueques — ruedo los ojos exasperado.
Vladimir lo ha mencionado unas 20 veces y me está cayendo mal, por poco lo dejo a medio camino.
— Lo hemos entendido — gruñó molesto.
— Amargado — el muy infantil responde con un puchero.
— Sabes que Andrya es así — lo defiende Luka.
— Todos lo sabemos ¿O no chicos? — gruñó y me adelantó al local.
Busco una mesa y lo que veo me deja confundido. Atala abraza con cariño al tipo con apellido de McDonald's y de alguna manera eso me molesta. Los chicos entran, el único en notar mi reacción es Matt, pero calla. Ignoró la escena tan cursi y tomamos asiento.
La chica se va con nuestros pedidos.
— ¿Ya vieron? Atala está aquí — Cristoff dice animado... — ¡Atala! ¡Por aquí! — sacude su mano como si fuera un niño de seis años.
El tipo rubio se ha ido y la ha dejado sola. Cabronazo. Yo no la dejaría sola... Digo.. solo la cuidaría, quien sabe que pueda pasar. Ella se da cuenta de nuestra presencia y les sonríe gentilmente a los chicos. Toma su bolso y se acerca a nosotros.
— Hola chicos — sus ojos pasan lista — Que coincidencia —
— Desayuna con nosotros — le pide Cristoff.
— Ya he desayunado — su mirada se posa en mi dirección.
Matt acerca una silla y ella entiende la señal.
— ¿Ese era Eliot? — asiente.
— Si Vladimir — Hasta que pregunta algo coherente. Al parecer a ella no le hizo ninguna gracia la pregunta, pues rodó los ojos — Eliot se va hoy, tiene asuntos que atender — explica.
— Parecen muy cercanos — comenta Luka.
— Lo somos, es como mi hermano —
Menos mal.
— Es un buen tipo — en sus ojos hay un brillo de orgullo que me asquea.
— Se nota — el filtro entre mi cerebro y boca se ha roto.
Atala entrecierra los ojos, no dice nada y solo me ignora.
— Me ha dado gusto verles. Cuídense — se despide de beso en la mejilla de todos, excepto yo.
— Adiós — me tiende la mano creyendo que solo la estrechare.
¡Oh nena! Te has equivocado.
La jalo de la mano para despedirme de ella como se debe, aprovechando la situación. No dejo el beso en su mejilla, si no en la comisura de sus labios. Al separarnos ella me mira con la cara completamente sonrojada y noto su enfado. Me suelta y se va.
Creo que comienza a gustarme.
3 días después.
— ¿Sabes algo de tu hermano? — le digo que no — ¿No te preocupa? Esa tipa es muy peligrosa y... —
— Para con eso... — rueda los ojos — Harriet, ni siquiera la conoces — sabe que tengo razón — No sé cómo estará llevando las cosas mi hermano, pero confío en que mis padres, Harold, Trevor y Will no lo dejen solo y mucho menos dejen que haga alguna estupidez — se encoge de hombros — Nadie en casa me responde y Eliot no está en Nueva York para decirme. Toca esperar —
— No entiendo la loca fascinación que tienen ustedes, los Jackson, para meterse con personas súper peligrosas, sufrir por amor y hacer toda una mierda revuelta su vida —
— ¿Eso fue enojó? — niega — Claro que lo fue. Escupelo —
— ¡Mierda! No te diré! — nunca se obedece — ¡Odio a Will! Tiene un maldito concepto de mí y contra eso no puedo hacer nada — bufa al verme confundida.
— Controlarte y cuéntame todo desde el principio — bufa una segunda vez — Es sábado Harriet y puedo quedarme su lo necesitas — asiente.
Se levanta con el plato de cereal y se sienta en el sofá.
— Will vio la foto que subí a mi Instagram con Vlad... Digamos que se me pasaron las copas — la fulminó con la mirada — ¡Lo acepto! ¡¿Okay?! Tuve la culpa, pero es que... ¡Rayos! Una foto no significa nada — le extiendo la mano — ¡¿Qué?! —
— El teléfono — niega — Enséñame la puta foto y si Will se equivocó, lo haré pagar — rodando los ojos y refunfuñando no sé qué, me lo entrega con la foto en la pantalla....
¡Con razón!
— Harriet está foto te compromete — se cubre el rostro con un cojín.
Resulta que en la foto Vladimir la está besando... Exactamente no en los labios, pero le faltaba poco. Pensando cómo novio... Yo me enfadaría, dada la reputación de mi querida amiga, mi coqueta amiga.
— Lo sé y lo siento — ruedo los ojos — No significa nada para mí y se lo explique a Will, pero él me colgó y no me respondía ni los mensajes, ni las llamadas, hasta ayer que me hablo para decirme que necesitábamos tiempo y que específicamente yo, tenía que saber que significa él para mí — bufa otra vez.
— Le doy la razón — hace un puchero — Pinky, no gozas de una buena reputación. Has tenido por lo menos 18 novios, 11 polvos y una sola relación estable, pero igual de enfermiza. Debes saber que quieres y por qué lo quieres — se abalanza sobre mí y me abraza.
— Lo sé. Gracias por escucharme — le doy un pellizco — ¡Auch! —
— No hay por qué agradecer. Entonces ¿No necesitas que me quedé? — niega.
— Ve a tu ensayo. No te preocupes por mí, iré a dar una vuelta — asiento.
— Me cambio de ropa y me voy —
🎻🎻🎻🎻🎻🎻
Voy a dejar esto aquí y me iré lentamente.....
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