6. Nunca juzgues a un libro por su portada.
De pie, Eda observó el comedor cubierto de hojas y libros, sostenía en una mano su taza de café y en la otra un plato con galletas.
—¿Todo en orden? —Camila salió de la cocina con las mismas cosas que Eda—. Ah, ya veo.
—Nunca la he visto así —no despegó la vista de la chica. La había visto estudiar y matarse por los exámenes, pero nunca tan concentrada en algo en específico.
—Lo sé, ¿no es increíble? —soltó con orgullo Camila mientras Eda negaba de inmediato con su cabeza.
—No es nuestra Luz.
—¿Cómo que no es Luz? Ella sigue siendo Luz —Camila se tomó un momento tomando un trago de su taza de café—. Una Luz mejorada.
—¿Se burlaron de ella?
—Eeh... ¿No? —Eda elevó sus cejas interrogando—. No sé qué decir, me sorprenden tus palabras en este momento.
—¿Se te ocurrió preguntar?
—Sí, pero desde que la paso por ella solo dice que está bien, no entramos mucho en detalle ya sabes que le abruman muchas preguntas y no quiero que ella modifique esta rutina —notó el rostro de Eda—. No me mires así creí que tendría tiempo con ella, pero su examen le lleva bastantes horas de estudio.
—¿Qué clase de madre eres? —Eda se acercó a Luz.
—Soy una excelente madre, Clawthorne —indignada, Camila siguió el mismo paso de Eda.
—Hey, Luz —sus palabras fueron alargadas para captar su atención—. ¿Qué tal el estudio?
Luz alzó su mirada del libro para ver a Eda con una sonrisa que hasta cierto punto la asustaba.
—¡Genial! Avancé bastante —su emoción era evidente.
—Ya veo... —Eda miró por un momento a Camila de forma retadora y el ceño de Canila cambió mientras se posicionaba detrás de su hija—. Dime, ¿cómo te sientes con esto?
—¿Qué cosa? —la más joven preguntó.
—Ya sabes, respecto al estudio, la universidad, dime ¿estás feliz?
—¿Sí? —una inclinación de la cabeza de Luz demostró aun más su confusión.
—¿Y esto lo haces por cuenta propia? ¿No hay alguien detrás de todo?
—Eda, ¿qué insinúas? —giró un poco sobre su asiento mirando a su madre que mantenía su semblante neutro mirando el escenario que Eda armó.
—¡No soy tonta! Es claro que algo malo está ocurriendo para que hagas esto. Después de como te han tratado esas malparidas me hace pensar lo peor —exclamó Eda dejando perplejas tanto a Luz y a Camila.
—¿Le pasa algo? —Luz murmuró hacia su madre.
—Ella dice que no eres Luz y está confundida con tu nuevo hábito de estudio —su madre pausó para tomar de su café—. Ah y criticó mi papel como madre por no preguntarte.
—Ya veo... Es una exagerada —Luz se volvió hacia Eda quien había dejado su plato sobre uno de los libros del comedor y ahora remojaba una galleta en su café—. Eda, gracias por preocuparte, pero me encuentro bien y puedo asegurarte que nada malo ocurrió como para que decidiera esto.
—No te creo.
—¡Eda! —golpeó levemente la mesa con sus puños con un gruñido en la voz—. Créeme. De hecho, ellas no saben que estoy preparándome para este examen.
—¿No lo saben? —dijo Eda sorprendida.
—Corrección, nadie lo sabe. La profesora me lo dijo en privado —respondió Luz con un suspiro—. Antes de que digas algo, no soborné a nadie con dinero.
—Ah—la decepción de Eda se hizo notar en su voz—, por un momento creí que si lo hiciste. Me sentiría tan orgullosa.
—¡Edalyn! —reprendió Camila.
—Esperaba que ella sobornara a alguien, por como son en esa universidad de mierda.
—Estaba lista, lo admito —Luz ahora captó la atención de su madre—, pero no fue necesario. Y si se preguntan las dos sobre todo este desastre —señaló el comedor—, es gracias a la profesora, me ayudó con mis métodos de estudio.
—¿Qué clase de profesora es esa? —Eda arqueó su ceja apoyando su mano en la cadera—. Está deseando algo, aléjate.
—Cállate —Luz se cruzó de brazos—. Es mi profesora y jamás podría estar con alguien mayor. Además, es nueva ahí y aun no está envenenada con todo el ambiente.
—Tienes que mantenerme al tanto —amenazó Eda volviendo a tomar su plato de galletas—. Listo, es todo lo que tengo que decir —ambas la miraron como se dirigía hacia el sofá—. La novela va a empezar, no hagas ruido y suerte con el estudio.
—¿En serio? ¿Hizo este drama para nada? —gruñó Luz en bajo.
—Hablamos de Eda, puede sorprenderte con su inigualable forma de ser. No puedes ignorar que ella se preocupa a su manera —ambas rieron en bajo. Su madre tomó aire antes de besar la coronilla de Luz y susurrarle—. Escucha, estoy muy orgullosa de ti y sé que esto lo haces por tu bien, pero no dudes en decirnos si algo malo ocurre ¿de acuerdo?
—De acuerdo, mamá —Luz sonrió asintiendo. Sintió otro beso en su cabeza y miró a su madre ir junto a Eda, se llenó de afectó y no solo por la plática sino porque ellas veían su programa en un sonido bajo y se movían con cautela evitando hacer ruidos que la distraigan.
Y sin parar de sonreír, Luz continuó con su labor. Podría describir que siente cierto frenesí por todas las sensaciones agradables que experimenta cada vez que obtiene un logro o que entiende un tema por muy mínimo que sea. Después de todo, por fin podía creer en si misma.
Quedaba un día para presentar el examen y Luz no encontraba una forma de cómo agradecer profundamente lo que su profesora hizo por ella. Jamás había presenciado que una persona expulsara tanta paciencia y perseverancia. Tal vez era predecible, pues con algunas pláticas conoció en parte la carrera de la Blight y a pesar de tener las mayores accesibilidades ella aún continuó esforzándose.
Terminó de estudiar y dejó que la noche pasara. Al día siguiente, ya se encontraba en el auto de su madre esperándola fuera de la casa. Hoy fue un día diferente pues Camila tenía un día libre en su trabajo por lo que decidió no llevar a su hija desde temprano a la universidad.
—¿Entonces no puedes salir? —Gus bostezaba en la videollamada.
—Debo acompañar a mi mamá a unas compras —excusó Luz ocultando su mochila en sus piernas y echando una mirada rápida a la puerta de la casa—. ¿Les parece si dejamos la película para el fin de semana?
—¿Está todo bien? —Willow regresó a la videollamada con un volteador en su mano—. No eres de posponer planes.
—¡Más que bien! Simplemente quiero pasar más tiempo con mi mamá. Es justo después de pasar todo el semestre encerrada con libros y cuerpos conservados en formol—sus amigos hicieron una mueca de desagrado.
—No era necesario tantos detalles —se quejó el chico apartando su celular— ¡Y no toques de nuevo el tema de la taxidermia que juro que vomitaré aquí mismo!
—Eres un delicado —se bufó de forma burlona Luz. Notó a su madre salir de la casa—. Voy a cortar ¡Los veo luego!
—Luz, espe-
Terminó la llamada justo cuando su madre entró al auto. Guardó su celular y suspiró aliviada. Camila la miró confundida.
—¿Debo preocuparme? —preguntó colocándose el cinturón de seguridad.
—Hablaba con Willow y Gus —respondió Luz tomando de nuevo su mochila—. Organizan una salida al cine para hoy en la noche.
—Puedes verlos saliendo de tus clases.
—No, el examen es mañana y no quiero distraerme por ahora. Tendremos más tiempo para vernos —explicó sacando el aire en una trompetilla hecha por sus labios—. Antes de que preguntes, ellos no saben que estoy en un examen de recuperación.
—Son tus amigos, ellos pueden ayudarte a estudiar o dar ánimos.
—Gus sí, Willow... No lo sé, últimamente está extraña —Camila comenzó a manejar sin dejar de escuchar a su hija—. Está demasiado protectora y siempre se molesta cuando hablo de la profesora.
—No estoy entendiendo nada, hija.
Luz durante el camino explicó cada cosa que presenció en el semestre, recalcó la actitud irritante de Willow cada que se hacia mención a los Blight y su comportamiento sobreprotector incluyendo también lo estresante e incómodo que fue convivir con ella en algunas ocasiones. Cada palabra impresionó a Camila al punto de llegar a maldecir un par de veces.
Hace mucho tiempo que Camila no tocaba un tema en específico con su hija principalmente porque Luz reaccionaba de forma muy explosiva, aunque eso no significara que no estuviera al tanto de algunas actitudes y de cierta manera persuadir a Luz y que esta no cometiera algo indebido. Conocía a ambos chicos como la palma de su mano y era normal después de tantos veranos compartidos y convivencias con sus familias, así que sabía a la perfección las intenciones de Willow hacia Luz. Más nunca creyó que fuera actuar tan posesivo.
—Yo entiendo que esté molesta por cómo fue tratado su padre, pero no es motivo para que yo también odie a una familia que no conozco —finalizó Luz en tono cansado—. Me duele porque es mi amiga y me molesta verla de esa forma, no veo correcto que Willow cargue con todo el odio de su padre y solo intente buscar venganza de la farmacéutica... ¡Es cómo si yo buscara venganza de la pared que aplastó a papá!
Dicha declaración ocasionó una fuerte tos en Camila. Luz se apresuró en dar algunas palmadas en su espalda.
—Pésimo ejemplo, lo sé —dijo en tono culpable por la reacción que tuvo en su madre—. Espero haberme dado entender.
—No es necesario otro ejemplo —detuvo a su hija. Luz volvió a su asiento y miró expectante a Camila—. Prometí no tocar este tema y lo diré ahora, pero no quiero que lo tomes a mal, ¿está bien?
—Déjame adivinar, dices que ella siente algo por mí, ¿no?
—Sí —admitió.
Luz suspiró.
—Puede que tengas razón, pero no puedo comprobar lo que dices. Si toco el tema con ella puede resultar bien o mal —Camila agradeció en su mente que no tuviera que soportar una nueva discusión.
—Independientemente de lo que Willow sienta por ti, no dudo en la gran amistad que ustedes formaron —Luz escuchaba con atención— y por muy amigas que sean puedes marcar tus límites —llegaron a la universidad y Camila detuvo el auto—. Te he enseñado que el "no" es una palabra poderosa, y si algo no te gusta o no te perece debes decirle.
—Gracias, mamá —sonrió de lado la menor—. Hablaré con ella cuando tenga oportunidad.
—Si necesitas ayuda dímelo —extendió su mano para acariciar el cabello de su hija—. Sobre su odio hacia los Blight, lo que puedo opinar y aconsejar es que no puede juzgar sin antes conocerlos porque seguro esta profesora no es igual a sus padres, tampoco está bien que piense que el odio de su padre es el odio de ella.
—Me encantaría hacerla entender —un gruñido frustrado salió de la boca de Luz—. Es testaruda y ¡cabeza hueca!
—Me recuerda a alguien.
—No ocupo de ese apoyo en este momento —Luz abrió la puerta y se despidió de su madre—. Te veo luego y gracias —salió del auto cerrando la puerta.
—¡Patea el trasero de la materia! —gritó su madre por la ventana del auto.
Luz soltó una risa en bajo adentrándose al edificio. Se apresuró a caminar por los pasillos observando a una poca cantidad de alumnos esperar las calificaciones de sus exámenes y otros que salían de sus clases más asustados de lo normal. Entró al comedor solo para sacar un paquete de sus botanas favoritas.
—¿Luz? —le sorprendió escuchar la voz de su profesora cerca de la máquina dispensadora.
—¿Profesora? ¡Qué tal! —saludó alegre tomando las monedas de su bolsillo e introduciendo la cantidad en el aparato. Tan pronto cayó el paquete dio pasos largos hacia la mesa donde Amity se encontraba sentada.
—Es raro verte aquí, siempre pasas en la biblioteca —la mayor enrollaba su tenedor sobre los fideos.
—Sí, hoy decidí darle un descanso a Malphas —aclara abriendo la bolsa.
—Te aseguro que no le diste nada de descanso a Malphas —Luz la miró confundida—, entró como loco a la sala de maestros preguntando por la chica que aparta una mesa solo para ella misma, supuse que eras tú.
—¿Por qué yo?
—Porque eres la única persona que conozco que hace eso y porque lo contaste ayer durante la clase —Amity contestó llevando la comida a su boca.
Luz cerró con fuerza sus labios, recordaba haber soltado eso como un dato interesante mientras su profesora trabajaba con el material del laboratorio más no esperaba que cada detalle fuera recordado.
—Aconsejo que cuando lo veas puedas darle una buena explicación. Tal vez se hagan amigos —su profesora continuó comiendo.
—Lo haré —tomó una fritura de la bolsa y la llevó a su boca. No pudo evitar ver la comida que estaba delante de ella—. Parece engrudo.
—¿Perdón? —Amity se apresuró a arquear su ceja.
Luz tragó saliva inclinando su cuerpo hacia atrás. Lidiar con su imprudencia se hizo su deporte favorito desde niña y ahora era el momento perfecto para darse a notar que es deportista de alto calibre. Se regañó mentalmente por siempre decir lo que piensa antes de contemplar las consecuencias.
—Lo-lo siento —tartamudeó Luz sonrojada de la vergüenza—. No quise decir eso, en serio.
Amity la observó pedir disculpas a una velocidad que superaba a un rapero profesional. Comenzó a reírse soltando su tenedor, ella intentó no sonar tan escandalosa por lo que se contuvo lo mejor que pudo. No estaba preparada para escuchar un comentario tan cierto sobre su intento de comida, la espontaneidad de las palabras resultó gracioso para ella.
—Es un asco, lo sé —sus risas se detuvieron y Luz también—. Acepto las disculpas, pero no son necesarias, es obvio que esto se ve y sabe repugnante.
—Perdón.
—¿Sabes decir otra cosa que perdón? —Amity preguntó con suavidad con una ligera sonrisa—. No estoy reclamándote nada.
Luz permaneció callada, no había notado que su profesora reía por lo sucedido.
—Cuando pasas dentro de laboratorios, cursos e internados no tienes tiempo para aprender a cocinar porque tienes todo al alcance... En la mañana dejé la estufa encendida y cuando me di cuenta la pasta estaba pasada e intenté arreglarlo con salsa de tomate y quedó horrible —contó la alfa apoyando sus codos sobre la mesa—. Mi orgullo me dijo que lo comiera.
La mayor miró a Luz esperando algún comentario de ella, esperó que al menos su historia la hiciera reír, pero Luz solo se mantuvo callada y con sus mejillas sonrojadas.
—Vamos, Luz —insistió la alfa.
De nuevo obtuvo silencio.
—¿Gustas probar? —Amity acercó su platillo—. Al menos no está salada.
Rápidamente, Luz tapó su rostro comenzando a reírse. Amity sonrió por el resultado, comenzó a guardar el envase de su comida dentro de la mochila con la risa de Luz de fondo.
—¿Recomiendas algo de aquí? —se paró dando unos pasos a la máquina expendedora.
—Las botanas de camote son buenas —su alumna sacudió la bolsa deteniendo su risa.
—Compraré eso —Amity metió las monedas y miró el paquete caer—. ¿Te parece si nos vamos al laboratorio?
—¿Ahora? Aún falta una hora.
—¿Tienes algo importante que hacer? —abrió la bolsa de frituras y empezó a comer—. Pensaba en darte una hora extra, mañana es tu examen y no quiero que te vayas a casa con dudas.
Negó con su cabeza, aunque decir una excusa para no estar ahí más tiempo no podría crearla. Sus únicas opciones era esconderse de nuevo en biblioteca o hacer un extenso recorrido en el campus y ninguna de esas opciones le eran atractivas.
—Acompáñame.
Ambas empezaron a caminar al laboratorio, Amity saludaba a uno que otro profesor que pasaba a su lado e incluso a algunos alumnos a los que había visto antes.
—¿Le gustan las galletas? —Amity se detuvo en la puerta de laboratorio con la pregunta de Luz.
—Chocolate y avena —abrió la puerta dejando pasar a Luz— ¿Por qué?
—Curiosidad —en sus adentros, Luz había pasado toda la noche pensando la forma de agradecer el gesto de su profesora. No mencionaría lo increíble que es ella en la cocina porque sería una clara ofensa para lo ocurrido en el comedor.
—Si no me equivoco, eres la primer alumna que me pregunta algo así —Amity tomó asiento en el banco dejando a Luz el espacio de acomodar su material en la mesa—. Todos preguntan sobre qué se siente ser una Blight y hasta cierto punto rebajan mi posición como profesora.
—Supongo que es algo común entre ustedes. Las personas que son conocidas de forma pública no pueden escapar tan fácil.
—Por desgracia no —concordó Amity—. Tampoco es fácil encontrar personas que muestren un interés genuino en tí.
—Siempre trato de no incomodar. Hasta para alguien fuera del foco público es incómodo que hagan preguntas personales sin antes ser conocidos. Es muy hacer un mismo trato para todos, ¿no?
Ambas se quedaron en silencio mirando el material. Existía una delgada línea que las diferenciaba, sin embargo, quedaba más que claro que sin importar el contexto en que ambas hayan crecido, las dos pensaban de igual forma.
Fue una sensación extraña para ambas. Luz se alegró del comentario, finalmente ella fue reconocida por hacer las cosas bien y que este no sea de parte de sus amigos o familiares.
Amity, era otro asunto. Un ambiente tan hostil fue causante de que muchos dentro de ello se comporten de manera tan estoica con las personas, de niña siempre vivió rodeada de gente codiciosa e interesada y aprendió a edad temprana lo que es descubrir la doble cara de las personas, por eso nunca tuvo la fortuna de contar con grandes amistades.
—¿Tienes una duda? —la alfa rompió el silencio.
—¿Recuerda de algún despido sobre Gilbert Park?
Parpadeando confundida, Amity tragó saliva mirando a Luz— Me refería a la materia.
—Ah... Eso. Creo que solo en los fármacos antiparasitarios —Luz se encogió de hombros sintiéndose avergonzada.
—Y me sorprende que pasaras parasitología —Amity sonó burlona.
—La vida a veces da sorpresas —tomó su carpeta y abrió justo en el resumen que había hecho la noche anterior. A Amity le pareció curiosa la carpeta forrada de stickers e imagenes de la buena Bruja Azura.
No admitiría delante de ella el gusto por el mismo personaje.
Aunque si admitiría la ligera tensión que se formó después de que Luz volviera a preguntar, se notaba tan esperanzada en obtener una respuesta y cómo no estarlo, durante una semana entera han tenido suficiente para conocer un pequeño porcentaje de todo el mundo que eran ambas.
Y no toleraba las feromonas de las personas cuando éstas se sentían tristes, nerviosas, avergonzadas y con cualquier emoción negativa.
—No tengo idea de quién sea Gilbert Park —Luz se detuvo en sacar las hojas de su carpeta cuando Amity habló—. Si fue alguien importante para ti pido disculpas si es que el despido generó más problemas, pero en el tiempo que yo llevo dirigiendo una parte de la empresa solo he despedido a tres personas y ninguno llevaba el apellido Park.
—No, no es alguien importante para mi, es un conocido... Me vuelvo a disculpar, no debí abusar de la confianza.
—Está bien —la alfa aclaró su garganta una vez que las feromonas de Luz bajaron significativamente—. ¿Hace cuánto que fue despedido?
—Sonará gracioso, pero faltaban meses para que yo naciera.
—Oh... Pensaría que fue mi hermana porque cuando entró a la empresa cambió a casi todo el personal, pero por las fechas que dices es seguro que mi madre lo despidiera.
—Hace tiempo que vi una foto de ustedes en una revista, la encontré en el hospital donde mis padres trabajan... Se parece mucho a su madre —escuchó una risita de Amity—. Hablo en serio, solo que con el cabello de su padre.
—Puede que me parezca más a mi madre, pero la verdad es que soy la extraña mezcla de ambos —cruzó los brazos sobre su pecho—. Mis padres son fríos y firmes en sus decisiones, pocas veces tambalean ante situaciones que en palabras de ellos son desafortunadas. Por mucho tiempo actúe como ellos querían que yo actuara, sin embargo, dejé de hacerlo cuando las personas que quería comenzaron a alejarse de mí —chasqueó con su lengua—. No todos somos como nuestros padres.
Aquello hizo a Luz confirmar lo que tanto ha dicho con su amiga, inconscientemente defendió a su profesora ante las acusaciones de Willow. Además, recordó el día que vio esa foto, tendría al menos diez años cuando la imagen de la familia Blight inundó todos los medios; los hijos mayores del matrimonio habían concluido la primer parte de sus estudios y ahora se unían al corporativo como manos derechas de sus padres.
Los gemelos Blight se convirtieron en su más grandes crushes de su adolescencia.
—Supongo que tú también pensabas que era la típico alfa de familia adinerada...
—¿Qué? ¡No! Jamás pensé eso de usted —aclaró Luz de inmediato—. No puedo juzgar al libro por su portada. Tenía la duda por ese conocido.
—Seguro habló porquerías de mis padres.
—Sí... Un poco.
—Está bien, mis padres se lo ganaron a pulso —Amity mostró indiferencia alzando sus hombros—. No puedes esperar que el resto hable bien de ti cuando tus acciones demuestran lo contrario.
—Lo siento.
—Detente, no tienes que disculparte si tu no lo has hecho —la detuvo Amity con su ceño levemente fruncido—. Mejor sigamos con la clase.
Luz asintió y se apresuró a terminar de sacar su material. Amity se encargó de reproducir la playlist que Luz escogió para estudiar dando por comenzada su clase.
Avanzó rápido; Luz se encargó de demostrar el esfuerzo de la semana contestando las preguntas que soltaba Amity, también elaboró con facilidad los esquemas que le pedía.
—Creo que estás lista para el examen —Amity bajó el volumen de la música. Durante la sesión, estuvo al pendiente de su alumna apartando de momento su trabajo—. Lo hiciste muy bien.
—¿De verdad? ¿No hace falta más temas? ¿Es todo?
—Es todo, Luz. Estoy orgullosa de ti.
Amity dedicó una sonrisa amplia hacia Luz. De inmediato, sintió un cuerpo unirse al de ella en un extraño y reconfortante abrazo.
De momento no supo reaccionar, pero cuando se dio cuenta de lo que ocurría se apresuró a completar el abrazo acompañado de unas palmadas en la espalda.
—Gracias —Luz fue la primer en separarse—. No habría podido sin su ayuda.
—Corrección, si podías, tienes que creer en ti y debes ayudar a tu cerebro ser tu mejor amigo —Amity presionó con suavidad su dedo en la frente de Luz—. En unos años, tus padres y amigos estarán felices de ver en lo que te convertiste.
Fue la gota que rompió el vaso. Luz había estado ignorando su dolor mental para concentrarse en sus estudios, olvidó por un momento la ausencia de su padre e incluso todo el pesar que cargaba.
Hayan sido las feromonas, la acumulación de sentimientos o las palabras emotivas, sea lo que sea, destrozó en un segundo a Luz convirtiéndola en un mar de lágrimas delante de Amity.
Amity apartó su mano de inmediato y miró la escena sin saber qué hacer. "¿Qué hago?" pensó al sentirse paralizada. Consolar a un familiar está bien, hacer lo mismo con un amigo es correcto, pero ¿Es correcto consolar a un alumno? Y si es correcto ¿Cómo se debe hacer?
Varios pensamientos llenaron su mente y el único claro fue darle su espacio. Caminó a su mochila y tomó un trozo de papel para después dárselo a Luz. Ella limpió su rostro y después de un rato volvió a incorporarse aun con ligero sollozos.
—Lo siento, no supe...
—Entiendo... —sorbió su nariz tomando una respiración profunda—. Gracias por esto —elevó su mano sosteniendo el papel.
—¿Dije algo malo?
—No... Me conmoví con sus palabras... —tragó saliva mientras tomaba asiento en el banco—. ¿Puedo contarle algo...?
—Por supuesto —Amity su banco para sentarse cerca de ella. Luz se tomó el tiempo para hablar, jugó con sus manos por varios segundos e intentó que las emociones no volvieran a ella.
—Mi papá falleció hace unos meses... —el semblante de Amity cambió por completo, la sorpresa llegó tan pronto escuchó esas pocas palabras.
—Lo siento mucho —susurró Amity—. No siento que sea correcto preguntar cómo, así que no-
—Gracias... —interrumpió desviando su mirada a las hojas regadas en la mesa—. En realidad... Él falleció salvando a una familia de un choque automovilístico.
Amity quería detenerla, pero su interior le dejó seguir al ver las intenciones de Luz. En alguna parte escuchó que era bueno dejar hablar a las personas, ellos solo buscan ser escuchados. Si era una forma de ayudarla lo haría.
—Era paramédico y-y cuando ocurrió el accidente, la unidad de mi padre estaba cerca del accidente —un suspiro tembloroso salió de su boca—. Solo era él y dos compañeros, intentó sacar al conductor pe-pero... —cerró los ojos con fuerza resistiéndose—, la pared se derrumbó encima de ellos. Solo salió vivo el conductor.
Le fue inevitable soltar algunas lágrimas. El recuerdo del la llamada, el sonido ensordecedor de la ambulancia cuando llegó al hospital, el suave sonido del ventilador y monitor conectados a su padre para mantenerlo con vida cuando en su cuerpo ya no había vida.
—Viajaba todos los días a la universidad, justo ese día no había tenido clases y me dediqué a estudiar para mi examen de bioquímica... Cu-cuando recibí la llamada, intenté llegar rápido al hospital... —el llanto comenzaba de nuevo—. No-no pude despedirme de él... Llegué tarde...
El instinto de Amity fue apoyar su mano sobre su espalda, frotó con suavidad en una misma dirección. Por fortuna, las feromonas tranquilizantes de Amity y las feromonas tristes de Luz se juntaron.
Con un aliviado suspiro de Luz ella sonrió ligeramente— Había aplazado tantos pensamientos por la escuela y ahora que la escuché hablar de lo felices que estarían de mí, me hizo recordar que él no estará conmigo y no sabrá cuánto luché para cumplir mis metas...
—Dicen que mientras tu recuerdes esa persona nunca desaparecerá —Amity habló aún frotando la espalda de Luz—. No sé si él sepa lo que has hecho, pero seguro pensaría que está orgulloso de ti.
—Es probable...
—Más que probable, seguro él ya sabía que eres muy inteligente y que tienes mucho talento que merece ser visto por todos —miró la sonrisa de Luz—. Gracias por compartirlo.
—Espero que nada cambie después de esto.
—No lo mencionaré, comprendo ahora muchas cosas —apartó su mano. Luz la miró arqueando su ceja—. Me dijeron tantas cosas de ti, me alegra no haberles hecho caso —apoyó sus manos sobre sus rodillas y se mostró con orgullo—. No puedo juzgar al libro por su portada.
Las dos compartieron una risa que las relajó.
Compartieron unos minutos más antes de retirarse del campus. De nuevo, como había sucedido en la semana, ambas se separaron para caminos distintos.
Al final, era lo único que podían hacer sin cruzar la barrera que se erigió entre ellas.
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¡Hola! ¿Cómo están?
Felicítenme que ahora no me tardé tanto para actualizar JSKDNAJS
¿Qué les pareció? ¿Les está gustando? ¿Sugerencia? ¿Me da un bistec?
Por cierto, quiero agradecerles el apoyo que ha recibido el fic :3 Quizá no sean muchos los que lean la historia, pero esos poquitos significan mucho para mí <3 Me mantienen motivada para seguir escribiendo.
Los kiero, sale bye.
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