5. Un lugar de confianza.

—¿Que carajos haces aquí? —Amity preguntó entrando a la sala de maestros.

—Yo estoy muy bien, ¿y tú? —exclamó sarcástico—. ¿No es obvio? Tenía que verte, además Lilith quiere saber cuándo irás a revisar el proyecto y vine a entregarte tus primeras pruebas de inyecciones —Hunter se levantó de la silla para saludar a su ex-cuñada.

—¿Era necesario una entrega presencial? —cuestionó la alfa acercándose a saludarlo.

—Sí, porque estás tan ocupada que no quieres presentarte en el laboratorio y porque enviar estas cosas por correo no es tan factible —él dejó la hielera sobre la mesa—. Está fuerte la inseguridad.

Amity soltó una risita por su último comentario.

—Si recuerdas el horario que mandé al correo sabrás que estoy aquí hasta la tarde y a veces hasta la noche —explicó Amity tomando entre sus manos la hielera—. Entiendo el punto de la seguridad, pero pudiste venir en la tarde.

—Pude hacerlo, tienes razón, pero Elliot vendrá para quedarse en las vacaciones conmigo y debo recogerlo en la tarde en el aeropuerto —explicó Hunter.

—Espera, ¿Elliot viajó solo? ¡Tiene diez años, Hunter!

—Emira lo mandó con su secretaría, ella lo dejará conmigo y después lo acompañará en el viaje de regreso —Amity suspiró escuchando el tono despreocupado de él.

Tanto Emira y Hunter, por sus trabajos, tenían horarios muy complicados y las vacaciones de su hijo no siempre coordinaban por lo que eran contadas las veces que pasaban juntos a pesar de estar divorciados. Lo único que no le parecía correcto a Amity era exponer al niño a viajes largos desde temprana edad.

Anteriormente, Amity habría acompañado a Elliot en sus viajes mientras estudiaba su maestría y porque aún vivía en Londres con su familia, ahora que se encuentra lejos no encuentra forma de acompañarlo.

—Iré a verlo después, si no te molesta —comentó tomando una gran pila de exámenes calificados.

—De hecho él pidió estar unos días contigo. Ya lo hablé con Emira y ella aún lo está considerando, dice que no quiere atrasarte con tu investigación ahora que tienes los primeros prototipos de las inyecciones —Hunter suspiró—. Pero seamos sinceros, Elliot no es ningún impedimento para ti.

Amity asintió dándole la razón.

—¿Tú qué piensas? No lo has visto en estos meses y por lo que supe solo juegan en ocasiones —cuestionó la alfa—. Digo, eres su padre, también debes tener una opinión.

—¿Supongo que está bien? —Hunter rascó su nuca pensativo—. Emira siempre toma las decisiones y yo solo obedezco, así ha sido siempre.

—Yo estoy encantada de tenerlo un par de días, pero a mi parecer deberías tenerlo todas las vacaciones contigo. Cómo alguien que es cercano a él no me gustaría que creciera tan ajeno a ti —sinceró Amity—. Quiénes mejor que nosotros sabemos lo que es crecer con padres ausentes.

Las palabras de Amity dejaron a Hunter pensativo, si bien los dos nunca fueron los mejores amigos sabían que podían verse para hablar o aconsejarse a pesar de que la comunicación no resultó tan afectiva después del divorcio.

Hunter por su parte, intentó dar lo mejor para su hijo tras la separación. Llenar de orgullo a Elliot era su principal meta, pero las situaciones en las que se encuentran orillaron a que él se alejara de su propio hijo por lo que la consideración de Amity a estar con él en vacaciones le llenaba el estómago de un manojo de nervios, sabe con claridad que no tiene un vínculo tan fuerte con Elliot.

—Te ayudo —Hunter cargó la pila de exámenes sorprendiendo a Amity—. Hablemos en el camino, por favor.

—Eres un desastre —Amity tomó su portafolio y la hielera y ambos salieron de la sala de maestros—. Esfuérzate un poco más con él —empezó sabiendo que tocaría el tema de su sobrino.

—Lo intento y aún así no he sido el mejor padre.

—Me atrevo a decir que ninguno de los dos ha sido el mejor padre para Elliot y es normal que cometan errores, a mi parecer intentan darle lo mejor y estar con él el mayor tiempo posible —ambos llegaron al laboratorio donde entró Amity a dejar su material en el congelador.

—¿Y qué puedo hacer?

—¿Recuerdas cuando mis hermanos y yo pasamos las primeras vacaciones con Lilith? —cuestionó Amity saliendo del laboratorio y caminando hacia su primer aula de clases—. Ella siempre quiso hacernos sentir cómodos y cada que podía preguntaba qué nos gustaba y qué queríamos hacer. Poco a poco nos conoció y el resto de los veranos ya teníamos confianza con ella.

—¿Funcionará? —preguntó con incertidumbre Hunter.

—Puedes intentarlo. Conócelo, habla con él, permite que él también te conozca. No solo lo llames cuando vayan a jugar, siempre pregúntale sobre su escuela, los talleres o si tiene amigos o no —la castaña bufó con cansancio—. Estás a tiempo Wittebane.

—Si no funciona tu invitarás la primer ronda —Hunter habló en un tono más animado.

—Trato —aceptó Amity estrechando su mano—. Y respecto a Lilith... Dile que iré a verla cuando pase la comida con mi madre.

—¿Las citaron? Oh no, eso significa que las presionarán con la boda —escuchó a Amity quejarse en bajo—. Supongo que no les has dicho.

—No y aunque se los diga sé que ellos lo forzarán más. He de decir que Boscha y yo estamos demasiado resignadas y ya aceptamos nuestro destino inminente.

—Una razón más para que te involucres en el proyecto de compatibilidad. Tal vez encontremos a una persona y puedas salvarte de tu matrimonio arreglado —sugirió Hunter—. Así tu vida será más interesante y probablemente luches para cancelar tu boda y casarte con alguien que quieras.

—Créeme, ya no estoy dispuesta a pelear por alguien una vez más —con nostalgia Amity soltó un fuerte suspiro—. Agradezco la preocupación, pero ya tengo un plan para esto.

—Cuando te arrepientas aquí estaré —apoyó su amigo con algunas palmadas en su espalda.

Después de compartir un par de temas, Hunter dejó los exámenes en el escritorio y se despidió de Amity. Antes de entregar calificaciones, se mentalizó por la cantidad de noticias buenas y malas que debía dar y el pesado día que tendría en el laboratorio.

Y no se mentiría a si misma, la plática anterior con Hunter le había abrumado en cierto grado.

—Buenos días —su voz retumbó hasta las esquinas del aula—. Los llamaré por lista y ustedes pasan por sus calificaciones.

Sus palabras fueron la sentencia oficial para sus alumnos. Recordó la vergüenza que pasaban sus compañeros y ella cuando estaban en la universidad, los profesores no tenían piedad en decir las calificaciones frente a todos y menos cuando en revisiones "privadas" terminaban expuestos con todo el grupo. Por eso prefirió retroalimentar de forma individual y sin exponerlos.

—¿Cómo nos fue? —Amber preguntó al instante en que Amity entró a su grupo.

—Dale un respiro —Arin molestó a su compañera desde su asiento.

—Gracias, Arin —ella llegó a su escritorio y empezó a tomar café desde su termo—. Haré la misma dinámica con ustedes. Los llamo por lista y aquí mismo les entrego su examen y calificación.

—¿Salimos bien en la actividad extra? —insistió Amber.

"Ahora entiendo porqué me odiaban", pensó Amity proyectándose levemente en Amber.

No por nada era llamada "señorita perfecta".

—Lo sabrán cuando les llame —dijo antes de llamar al primer en la lista.

Paso examen tras examen, para sorpresa de sus alumnos y de ella las calificaciones estuvieron arriba de lo que se esperaba por directivos y de ellos mismos. La mayoría se encontraba feliz y solo unos pocos se veían afligidos.

—Antes de que se vayan a sus vacaciones, quiero felicitarlos por su esfuerzo. Probablemente los tenga para el próximo semestre y si es así espero que hayan mejorado en su hábito de estudio —Amity empujó sus gafas acomodándolas en su rostro—. Quienes no hayan pasado encontrarán en la pizarra fuera de sala de maestros el lugar y la hora donde daré las clases para el examen extra.

—Pff, quién reprobaría con usted —bufó Eileen.

—Si no tienen algo más que aportar, pueden retirarse. Felices vacaciones.

Amity finalizó con cansancio en sus palabras. Regresó a su escritorio a recoger sus cosas mientras sus alumnos salían del aula despidiéndose de ella.

El aula no se quedó sola por mucho tiempo, después de que el grupo saliera, Luz esperó que nadie más la observara para entrar al aula y cerrar la puerta.

—¿Alguna duda, Noceda? —Amity preguntó retirándose los lentes.

—Quería agradecerle —se acercó tímida— por no mencionarme delante de todos. Si lo hubiera dicho no tendría lugar para esconderme de las burlas de Eileen y Amber.

—No hay nada que agradecer —miró a su alumna—. Cualquiera lo hubiera hecho.

Luz se echó a reír con un golpe en el escritorio. Amity la miró desconcertada.

—¿En serio cree eso? —ella limpió una pequeña lágrima de su ojo causada por la risa—. Nadie lo haría, todos los profesores me han humillado delante de mis compañeros, tienen un gusto por exponerme.

Amity se sentía inquieta por las repentina confianza que emanaba su alumna, la mantenía como una persona callada y tímida, bastante introvertida como para participar en clase y con bastante carácter para defenderse.

No era normal tanta confianza.

—No, la verdad no creo eso —admitió—. Hasta donde he conocido, la mayoría de los profesores siempre eligen una humillación grupal. Intento no repetir esos errores.

—Gracias por no hacerlo —Luz sonrió de lado—. Supongo que fui la única de su clase que no pasó, así que la veré la siguiente semana.

—Aún estás a tiempo de retractarte —persuadió Amity.

—¿Para obtener décimas extra? —asintió su profesora.

—No lo digo por compasión, en se-

—Lo siento por lo que dije ese día, más allá de que sienta compasión por mí o no, en verdad quiero superarme —interrumpió la omega dejando a Amity expectante—. Me faltan pocas décimas para pasar ¿no?, el riesgo para que repita la materia el próximo año es mínimo. Vale la pena intentarlo y quiero demostrar que puedo superarme a pesar de mis problemas de concentración.

—Pensé que solo estabas siendo testaruda —Luz rio poco con sus palabras.

—Lo soy, pero no tanto —mantuvo el silencio por un momento—. Bien —juntó sus palmas—, ahora que lo sabe yo debo irme.

—Descansa por unos días —Luz caminó asintiendo con su cabeza.

Sin más, las dos se despidieron. Ambas sorprendidas por la inesperada plática que surgió.

Amity después de un breve respiro de ser profesora, se dedicó por completo al avance de su estudio con la aplicación de placebos y las primeras muestras. A pesar de ya no impartir materias, seguía estando en la universidad haciendo uso del laboratorio.

—Amity Blight, estamos tomando el té ¿Podrías dejar tu computadora por un momento? —Odalia cruzó su pierna impaciente notando a su hija sumergida en el aparato en la mesa—. Tienes mucho tiempo para hacer lo que sea que estés haciendo.

—¿Qué sucede? —preguntó sin despejar la vista de la pantalla. Los resultados de sus inyecciones habían llegado y debía apresurarse si quería tener toda la información ordenada y lista para presentar en su primer junta.

—Amity Blight —su madre elevó el tono de voz.

Ella suspiró cerrando la pantalla para ver a su madre molesta sacudiendo su pie.

—Te agradecería que pusieras un poco de interés en la conversación y no nos ignores.

—Los ignoraba a propósito —dijo entre dientes tomando una galleta del centro.

—Amity —reprendió su padre—. No son formas de contestar —comenzó a comer su galleta dejando a Alador en silencio.

Boscha, que estaba a lado de Amity, no dijo una palabra mientras ambos padres negociaban por la atención de su hija.

—Como decía, hemos esperado casi cinco meses una fecha para la boda, es imposible que a estas alturas no lo hayan hablado —Odalia dejó su taza de té en la mesa—. Queremos oír sugerencias aquí o tomaremos el asunto en nuestras manos.

El padre de Boscha se encontraba también en la reunión por videollamada.

—No creo que sea momento para establecer una fecha —Amity rompió su silencio—. Lamento decirlo, pero nuestros trabajos son más importantes en este momento.

—Si estás esperando el momento indicado, cariño, déjame decirte que no lo hay. Las decisiones tienen que tomarse al momento —Odalia reclamó al instante.

—Odalia tiene razón —apoyó Larry, padre de Boscha—. Nunca habrá momento indicado, esto podemos hacerlo un viernes en la noche y ustedes seguirán sus vidas para el lunes.

—Papá, Amity tiene razón —apoyó Boscha—. Los convenios, clases y demás abarcan gran parte de nuestro tiempo. Apenas podemos vernos —movió su cabeza vacilante intentando encontrar más excusas—. No debimos haber aceptado estos proyectos si la prioridad sería la boda.

—Podemos hacer prioridad la boda, como dije, es algo rápido. Una fiesta con nuestros amigos cercanos y familiares es todo lo que se necesita —Larry siguió hablando e ignorando a su hija.

—Apoyo eso, la ceremonia no es más que alimento para la prensa, ustedes perfectamente pueden casarse con una visita al registro civil de una hora —Odalia apoyó.

—¿En verdad quieres eso? —encaró Amity, su voz mostraba lo irritada que estaba con el tema. A pesar de su resignación era imposible no molestarse por la insistencia—. Hiciste lo mismo con Emira y ahí tienes el resultado.

—Lo de Emira fue algo-

—Amity tiene razón —Alador sorprendió a todos en la reunión. Los presentes dirigieron sus miradas hacia él—. Apresurar las cosas puede resultar en algo equivocado. Personalmente, no me gustaría que el nombre Blight se viera afectado por una nueva decepción.

Amity sintió una punzada dolorosa en su pecho. Siempre se sintió como una decepción, sin embargo, nunca había escuchado dichas palabras salir de la boca de su padre. Siempre era su madre la que denigraba en todos los sentidos, su padre a comparación de ella se mantenía callado y hablaba cuando le convenía.

—Si las casamos ahora mismo estaremos presenciando un divorcio en unos meses —siguió Alador—, antes de que puedan procrear un heredero —añade paralizando a Amity.

—Es una estupidez —Odalia escupió sus palabras con desdén.

—Estupidez es seguir hablando de esto —Boscha fue la primera en revelarse—. Apoyo al señor Blight, hacer esto tan pronto traerá consecuencias que ninguna familia quiere en este momento.

—Boscha —Larry había alzado la voz a través de la pantalla.

—Somos tres a favor —fue el turno de Amity para hablar—. No hay más que hablar —se levantó de su asiento tomando el computador. Miró a Boscha qien entendió rápido e igual se levantó—. Debemos irnos.

—Amity —Odalia se incorporó.

—Gracias —ambas dijeron antes de retirarse.

Salieron lo más rápido que podían del jardín y se dirigieron al auto de Amity. Sin mirar atrás y sin preocuparse de su familia, las dos salieron de la casa Blight.

—Iré a la universidad —Amity dijo primero— ¿Quieres que te lleve a tu departamento?

—Sinceramente no sé que hacer —murmuró Boscha con un suspiro agobiado.

Amity la miró cuando llegó al alto y esperó que su amiga emitiera alguna palabra.

—Ocupas un trago —sugirió Amity—. Me quedaré en la universidad para adelantar mi trabajo y daré clases de regularización... Si gustas, quédate con el auto y solo pasas a recogerme. Te invitaré a tomar algo después —sonrió amable.

—La última vez no dejaste que tocara tu auto.

—Estabas ebria, ahora estás sobria. Úsalo —empezó a manejar rumbo a la universidad.

—¿Cómo logras manejar todo esto? —preguntó Boscha sin negarse a la propuesta de Amity.

—Ya cursé la situación con mis hermanos y he vivido con mis padres casi toda mi vida. Es cansado escuchar las mismas palabras que simplemente prefiero ignorarlos o tratarlos indiferente —explicó suspirando.

—Lo haces ver tan sencillo.

—Bueno, tú tuviste el apoyo de tu mamá y —la alfa se calló de inmediato—. Lo siento, no que-

—Está bien —dijo despreocupada Boscha e interrumpiendo con una mirada tranquila—. Si mi madre aún estuviera viva seguro nos apoyaría con aplazar la boda o no tenerla. Tal vez mi padre habría accedido.

—Sí... —murmuró Amity encogiéndose en su asiento.

—Tranquila, no me afecta tanto —una pequeña risa salió de Boscha—. Pero si tan mal te sientes, te doy como consejo conseguirme la bebida más fuerte que tenga el bar.

—Trato —ambas rieron.

Siguieron su camino hacia la universidad. Al llegar, Amity tomó su portafolio y computador e intercambio lugar con Boscha. Al despedirse, Amity se adentró caminando rumbo a la sala de maestros a recoger sus materiales para después irse al laboratorio.

—Buenos tardes —saludó con alegría Luz.

—Qué puntual —Amity miró impresionada su reloj en la muñeca—. ¿Llevas mucho tiempo esperando?

—Para nada —acomodó su mochila colgada en sus hombros.

Amity se limitó a asentir y abrió el laboratorio donde daría la clase. Dejó pasar a Luz y que se instalara mientras ella iba a dejar sus cosas dentro del vestidor.

—¿Estudiaste algo del material que mandé? —preguntó Amity en voz alta.

—Eeeh, sí, no prometo que algo esté grabado en mi cabeza —respondió Luz cuando sacaba su cuaderno y las hojas impresas.

—Tenemos una semana entera antes del examen —salió Amity con sus materiales—. Hoy empezamos con el primer capítulo que te mandé —se instaló abriendo su computador—. Primero quiero que las y escribe ideas principales.

Luz asintió acatando la indicación, en lo que ella estudiaba Amity retomaba su trabajo. Pasaron algunos minutos hasta que la profesora notó que Luz sacudía sus pies.

—Luz —llamó a su alumna—. ¿Cómo te resulta más fácil estudiar?

Luz apretó sus labios pensativa, no había forma más "agradable" para explicar que todos los métodos conocidos no parecían funcionarle. No tenía otra opción más que decir su cruda realidad.

—Realmente no tengo una forma más fácil de estudiar —miró que su profesora ponía total atención en ella—. Pierdo la atención a mitad de los párrafos y debo regresarme para volver a iniciar. Cualquier movimiento me distrae, lo único que me ayuda un poco es hacer garabatos mientras lo escucho.

—Entonces eres más auditiva —Luz asintió—. ¿Por qué no te funcionaron las clases? Nunca te interrumpí cuando dibujabas en tu cuaderno, suponía que prestabas atención.

—Me aferré a intentar ser como los demás —admitió con pena la omega— y tuve miedo de acercarme a usted y explicarle mi situación que probablemente ya sabe.

—Supe desde el primer momento que tu eres la famosa chica con déficit de atención.

—¿Decepcionante, no? Ser la única de la que se sabe que tiene una condición y es omega en un grupo de personas neurotípicas —Luz bajó su mirada hacia su bolígrafo—. Eileen y Amber se burlan de mí, por eso no tenía el valor para acercarme.

—Notaba cierta rivalidad entre ustedes, no creí que ellas te molestaban tanto. Supongo que fue bueno que no mencionara tu calificación en público —suspiró acomodándose en el banco—. Por no hablar ahora estás aquí.

—Lo sé —aceptó el regaño—. Quiero verlo como una nueva oportunidad.

—¿Por?

—Es la única profesora que se ha interesado en enseñarnos de verdad —respondió la omega con sinceridad—. La única que se interesó por mi sin la necesidad de hacer distinción. Por eso veo la oportunidad de aprender algo extra de éstas clases.

Extrañamente sus palabras encendieron algunas chispas en su interior. No podría identificar con exactitud lo que eso había alimentado, pero se regocijó gracias a ello y más que es una persona que busca la aprobación de los demás.

—Yo-yo... —titubeó intentando procesar las palabras.

—Gracias —concluyó Luz sintiéndose satisfecha por las palabras que dijo. Agradecía de no estar cerca de sus amigos y que ellos no interrumpieran.

—De nada y para lo que necesites puedes buscarme —sonrió con amabilidad Amity y Luz le respondió igual.

Posterior a eso, Amity propuso distintas estrategias que podían ayudar a Luz en su concentración, por fortuna, Luz accedió a intentarlo. Ninguna habló más de ese "plan" que armaron, la clase siguió normal y Amity siguió trabajando.

—¿Estás bien con los horarios de la tarde? —preguntó Amity cerrando el laboratorio.

—Están bien. Mi madre pasa a dejarme y después me recoge —respondió.

—Preguntaba por si quieres cambiar el horario, estaré desde la mañana después de hoy. Si quieres podemos adelantar la hora.

—Lo pensaré, quiero poner a prueba las estrategias durante las mañanas —el tono determinante de Luz hizo reír levemente a Amity.

—Me cuentas —ambas se detuvieron en la entrada de la universidad. La puesta del sol se veía cerca y la temperatura comenzaba a bajar—. Te veo mañana, estudia lo que puedas.

—Y no agobiarme, entendido capitán.

—Adiós —Amity anunció con una pequeña sonrisa y se alejó de Luz caminando hacia su auto donde la esperaba Boscha.

—Que fracasada, tuviste alumnos que no pasaron contigo —Boscha empezó a burlarse una vez que Amity entró a su auto—. No eres tan buena como yo.

—Olvídate del trago —bufó Amity molesta.

—¡Ja! Quisieras. En este tiempo libre, pasé y compre cuántas botellas de vodka quise —la alfa se giró al asiento trasero y miró las botellas acomodadas y aseguradas—. Bienvenida al paraíso.

—Te recuerdo que mañana debo volver.

—Entrabas a clases con cruda, no te hagas la responsable ahora mismo —Boscha encendió el auto.

Amity suspiró rendida y se dejó llevar observando por la ventana. Cuando Boscha avanzó, notó que aún Luz seguía esperando a que llegaran por ella, todo era normal a excepción de su rostro con melancolía en compañía de ojos inexpresivos y perdidos en algún punto del espacio.

Frunció su ceño confundido, ¿cómo podía cambiar de ánimo tan rápido? El pensamiento seguiría por su mente al menos por un par de días.

Por su parte, Luz ya se encontraba caminando hacia el auto de su madre, analizaba lo que había ocurrido, le resultaba raro que la confianza con ella naciera tan natural.

—¿Cómo te fue? —Camila recibió a su hija con un beso en su mejilla.

—Bastante bien —respondió su hija con una sonrisa genuina que se dibujó en sus labios.

—Woah, esa sonrisa no la había visto en meses —dijo orgullosa Camila. Luz rodó sus ojos cuando su madre empezó el camino con anécdotas en las que su madre se sintió orgullosa de ella.

Iba a ser un camino largo.

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M E            M A M É

PERDÓN.

Mi excusa, me deprimí después del servicio social y la depresión duró más de lo que pensaba JAJAJA

En fin, lo compensaré trayendo otro cap lo más pronto que pueda para que ya no se me aburran con mi intento de "Slow Burn" ASDKA

Sale bye. 

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