xiii

Ya venía haciéndose jodidamente incómodo entrar a la escuela sin saber qué esperar. No sabía cómo la mirarían, si Luke estaría ahí adentro o si se desataría el apocalipsis. Técnicamente tenía novio y lo único que no entendía del término era qué carajos tenía que hacer ahora. ¿Tenía que ir tomada de manos con Calum, almorzar con él y ser asquerosamente pegajosa? Porque si de eso se trataba, saldría corriendo.

Por fortuna, las miradas de todos eran las usuales y parecía que todo estaba bajo control, así que llegó a su casillero, donde se encontró con Claire, a quien sentía que no veía desde hace años. Le sonrió y la abrazó, pero ella no parecía muy feliz.

—¿Peleaste con Michael? —le preguntó Deb.

—No. Bueno, sí. —Claire tenía sus rojizas cejas fruncidas—. Además de eso.

—¿Qué tienes?

—¿Cómo que "qué tengo"? Anoche Calum Hood te pidió ser su novia, y dijiste que sí, ¡¿y me lo dices por mensaje?!

Todo ser viviente presente en el pasillo dejó cualquier cosa que estuviese haciendo y se volvió hacia ellas. Claire tenía el pequeño defecto de nunca saber cuándo estaba hablando demasiado alto.

Deb quiso dispersar la atención de la gente fingiendo que Claire no había dicho nada, pero sintió los pasos de alguien alejándose y las miradas de todos desviándose a ese alguien, y vio que se trataba de Luke, quien estaba dejando el lugar a toda prisa luego de haber escuchado aquello.

Un sentimiento extraño invadió el pecho de Deb en ese momento. Parecía como que Luke había querido llegar a ella, pero al haber escuchado a Claire, se había dado cuenta de que ya no podía. En vez se sentirse aliviada porque ya no tenía que decidir entre Luke o Calum, un extraño nudo se alojó en su estómago.

Culpa.

Fue tan repentino que le entraron náuseas y estaba segura de haberse puesto pálida. Vio a Claire por unos segundos, quien lucía como si se le hubiese salido un secreto de Estado, con la mirada baja y el cabello sobre el rostro. Deb frunció el ceño, confundida, porque casi de manera instintiva estaba dejándole su mochila a la pelirroja mientras se decidía, sin pensarlo, a ir detrás de Luke.

Corrió persiguiéndolo, casi perdiéndolo de vista varias veces, pero logrando alcanzarlo en las gradas, a las afueras del campo de fútbol, encendiendo un cigarrillo y respirando fuerte.

—¿Cuándo ibas a decirme? —le preguntó, bastante consciente de que estaba detrás de él.

—No lo sé, supongo que cuando te viera.

Se quedaron en silencio entonces, y Deb se sentía incapaz de romperlo, hasta que Luke se volvió hacia ella.

—Tu más grande problema es que te conoces muy poco a ti misma, Deb. Nunca has sabido lo que quieres, ni cuándo lo quieres o cómo lo conseguirás. Tú solo tienes antojos, siempre has vivido de antojos.

Deb no podía creer lo que estaba escuchando, principalmente porque jamás pensó que Luke podría analizar las cosas de esa manera.

—¿Y sabes? —continuó el rubio—, estoy cansado de esperar que pongas tu mierda junta.

—Tú nunca... ¿qué carajos estás diciendo?, ¿por qué estás actuando así, como si te hubiese roto el jodido corazón?

—¡Porque lo hiciste, maldita sea! ¿Cuándo lo vas a entender?, ¿tengo que hacerte un diagrama, sacar estadísticas, dibujártelo con manzanas? ¡Estoy enamorado de ti! ¡Desde siempre!

Y aunque, por como las cosas venían sucediendo, Deb ya se lo imaginaba, en algún lugar recóndito de su pecho esperaba que fuera mentira.

—Tú no estás enamorado de mí, Luke. Solo tienes celos por Calum. Es todo.

Luke se rió por lo bajo y aspiró su cigarrillo.

—Eso es en parte cierto.

—Tienes a toda la secundaria detrás de ti por cinco segundos de tu atención. No tiene sentido que te fijes en mí. Me has follado mil veces, has visto lo peor de mí. Sabes que no vale la pena.

Él dejó caer el cigarrillo y lo pisó con su bota. Se acercó unos pasos hacia ella y la miró muy serio. Deb solo esperó que su patético intento funcionara, y que él cambiara de opinión.

—Tú no quieres a Calum y estaría mintiendo si te digo que no voy a estar esperando que te des cuenta, pero mientras tanto, vete a la mierda.

—Luke.

—No.

Y pasó a su lado, caminando demasiado rápido, dejándola sola.

Y Deb se encontró con que todo lo que había construido durante toda su vida se había estado derrumbando, y no tenía ni la menor idea de qué hacer al respecto.

Desde hacía años, soñaba con Calum de tal manera, que comenzó a creer que era solo fascinación. Como cuando te enamoras de un artista: te gusta su trabajo, desearías poder conocerle y besarlo, pero no puedes y estás bien con eso. Pero Deb había conocido a ese artista, justo en el período del tiempo en el que había decidido aceptar que nunca lo haría y que tendría que buscar otras maneras de disfrutar la vida. Había comenzado a sentir cosas por Luke, había forjado un estilo de vida, pero de pronto Calum se unió a la banda de los chicos y la oportunidad de que su sueño imposible se cumpliera estaba a la vuelta de la esquina.

Y ahora estaba en la vuelta de la esquina, pero había lastimado a Luke, y su estilo de vida ya no existía. Se dio cuenta de que se estaba convirtiendo en aquel estereotipo que odiaba: la chica cuya vida cambió para siempre con la llegada de su príncipe azul. Se estaba perdiendo a sí misma.

Volvió a sentir que no tenía rumbo, y tal vez fue eso, mezclado con la culpa alojada en su pecho y el vacío en su estómago que la hicieron llorar. Un evento raro, señoras y señores, ver a Deborah Kerr llorar en un lugar público. La última vez que eso había pasado había sido en el cementerio, mientras enterraban el cuerpo sin vida de su madre dos metros bajo la tierra.

Lloró silenciosamente en las gradas y decidió no entrar a clases. Se dio el gusto de llorar su desesperación, su ira, su inconformidad, su aburrimiento, sus preguntas y sus respuestas, pero seguía teniendo una pregunta que no la dejaba en paz.

"¿Quién eres ahora?"

—Puta mierda —masculló y pisó su cigarrillo terminado con su bota.

Sintió que alguien se sentaba a su lado, y juró que si ese alguien tenía pene, lo mataría.

Por suerte, era Claire.

—Hola.

Deb no respondió, pero se recostó en el hombro de la pelirroja. Pasaron algunos minutos antes de que hablara.

—Sé que no tengo ni la más mínima idea de cómo te sientes, pero, ¿puedo darte un consejo?

Deb asintió.

—No dejes que dos tipejos te definan. Ni tres, ni mil. Nunca dejes que alguien con pene lo haga. Ni tu padre, ni Ashton. Ni siquiera el jodido Presidente. —Ambas se rieron un poco—. Ahora, una pregunta. —Deb asintió de nuevo—. ¿Quieres a Calum?

—Claro.

—¿Y a Luke?

—Claro.

—¿Y a cuál quieres más?

—Calum no sería mi novio si quisiera más a Luke.

Sorprendente, pero cierto. Claire, impresionada, la dejó seguir.

—Llegué a sentirme confundida sobre Luke, pero luego Calum llegó. Si he vuelto con Luke ha sido por gusto, costumbre... quiero estar con Calum, desde siempre. Quiero ver qué hay para nosotros en medio de todo esto.

Y Deb, que nunca había sido buena con las palabras o sus sentimientos, lo había dicho. Eso no le hacía sentir mejor, pero quizá le quitaba una preocupación menos de encima.

—Lastimaste a Luke, sabes eso, ¿no?

—En mi defensa, no sabía lo que sentía por mí.

Claire se echó a reír.

—¿Y qué necesitabas para darte cuenta, Deb?, ¿un discurso en televisión internacional?

Vale, había sido estúpida. Pero siempre era estúpida. Era estúpida, impulsiva, testaruda, pensaba muy poco en los demás y le importaba una mierda la mayoría de las cosas. Pero no era mala. Si lo parecía, pero no lo era. Finalmente, con la mirada en el cielo y una sonrisa triste, dijo:

—Luke se merece a alguien que no tenga que elegir entre él y otras personas.

Claire la abrazó por los hombros, dándole la razón. Deb se sintió, por primera vez, agradecida de tenerla. Antes, daba todo y a todos por sentado. Nadie iba a dejarla, o dudar de ella, porque en su mundo interno todo era perfecto; ella era la chica hermosa y mala, la clase de chica que siempre quiso ser. Ahora se daba cuenta de que las cosas no eran necesariamente así.

Abrazó a Claire de vuelta y prometió nunca volver a tratarla como alguien prescindible.



Ashton estaba esperando en su auto cuando Deb entró al mismo. Encendió un cigarrillo y se lo tendió a su hermano, quien inhaló un poco y luego se lo devolvió.

—No entraste a clases.

—Estaba ocupada.

—Calum tampoco entró a clases.

Deb frunció el ceño. ¿Y dónde carajos estaba? No ahondó más en el tema, y fingió que era una situación normal. Seguía sin sentirse con derecho a saber dónde estaba, y no estaba interesada en poseerlo.

—¿Viste a Luke? —continuó su hermanastro. Deb negó, con la mirada perdida.

—No quiero hablar de eso.

Ashton suspiró y se puso sus lentes oscuros. Sabía cuándo tenía que dejar de presionar, y aunque había una distancia que Deb no pudo descifrar, dejó las cosas como estaban. Luego le preguntaría, o él solo le diría. Era raro, sin embargo.


No supo nada de Calum en todo el día. No respondió sus mensajes ni llamadas, y ninguno de los muchachos tenía idea de dónde podía estar. Un poco preocupada pero no lo suficiente como para alarmarse, se fue a casa de Claire para evitar encuentros con Luke.

Ahí se sentaron en el suelo, mirando al techo.

—Michael me engaña —aseguró su amiga pelirroja, y Deb bufó.

—Eso es simplemente ridículo.

—Si no lo hace, entonces no sé qué le ocurre.

Deb quería decirle que Michael siempre había sido así, pero que como ahora eran novios, ella esperaba cosas de él que él no podía ofrecerle siempre. Michael era de esa clase de personas que se hartan muy rápido de no tener tiempo para ellos mismos, y eventualmente necesitan un respiro. Claire no entendía eso, y Deb no tenía ánimos de hacerle entender.

—Michael es raro.

—Joder que lo es.

Deb suspiró y, por un momento, se preguntó de nuevo dónde estaría Calum.

—¿Estás pensando en él? —adivinó Claire.

—No lo veo desde ayer.

—No quiero alterarte, pero, ¿puedo darte un consejo?

Deb asintió, sin mucho interés de seguir escuchándola pero sin querer discutirle en nada.

—Vale, esto no es, como, realmente, un consejo. Es más una observación. Mira, no sé si te dije que en aquella noche en el festival, nunca te vi. Luke dice que te vio por un rato, pero luego, literalmente, desapareciste. Sé que me dijiste que Calum nos había escuchado hablar, y por eso te miraba de esa forma la mañana siguiente, pero, te lo digo, no hubo forma de que lo hiciera. Tal vez después, pero es ilógico que supiera esa mañana y lo he estado pensando, y no tiene sentido.

El ceño de Deb no podía fruncirse más en este punto.

—Entonces hablé con Luke —siguió ella—, y con Mike y con Ash y les mostré la foto, y al principio no me dijeron nada, pero por la noche, Mike me dijo que ese lugar se le hacía familiar porque, no sé si lo notaste, pero hay una planta de hojas rojas en el costado.

—¿Y tu punto es?

Claire suspiró, como si sintiera que estaba cometiendo un grave error pero sin poder detenerse.

—Mike está un noventa y nueve punto nueve por ciento seguro de que ese lugar es el patio de la casa de Calum. Eso explicaría todo. Tu desaparición, su imposible conocimiento, como evadió el tema el tiempo suficiente como para crear una coartada.

—Se reunió con amigos y familia a una partida de póker. Es imposible.

Claire la miró muy seria.

—Esa noche, y eso lo comprobé con fuentes confiables, alias vecinos, sus padres estaban de viaje. Vale, pudo haber hecho la dichosa partida, pero una media verdad igual es una mentira.





HOLA, BUENAS BUENAS

siempre digo que estoy de vuelta y todo eso, pero acá está otro capítulo y eso es lo que realmente importa. pueden leer la historia de nuevo, si quieren, y si no quieren, he aquí un pequeño resumen: 

Deb tenía sexo con Luke regularmente pero siempre estuvo colgada por Calum. Luego de que intentara aproximarse a él, Calum la humilla en una fiesta y comienza una pequeña guerra entre los dos. luego de un festival en el que Deb estaba demasiado drogada y borracha, Calum actúa raro y utiliza su presunto conocimiento de lo que pasó esa noche para "chantajearla" y llevarla a una cita, todo porque descubrió que Deb es mucho más de lo que aparenta, gracias al club de litertura. ahí comienza una turbulenta historia entre ellos, mientras sentimientos confusos por Luke siguen por ahí, y luego de que Calum le asegura que nada pasó en la noche del festival, ella le cree y se convierten en novios. Claire, quien siempre había sospechado de la poco coherente coartada de Calum, ahora descubrió que, definitivamente, esconde algo. 

*vos de presentador de novela* ¿será que, después de todo, Luke tenía razón y Calum es un montón de mentiras? Descúbralo dentro de dos meses, cuando Laura publique otro capítulo.


PD: REALMENTE TENGO EL OTRO CAP YA ESCRITO, ASÍ QUE TRANQUILOS AJAJAJSJS.

PD2: me gradué de la secundaria y fui a los estados unidos, y vi a 5sos en vivo, y déjenme decirles que Calum Thomas Hood es más bello de lo que alguna vez  imaginé y mE DUELE EL CORAZÓN, BAI.

xx.


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