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× Caso de amor 1/3 ×

Después de toda una semana limpiando en un incómodo silencio e ignorar el hecho de que aún sean pareja, Bakugō y Shinsou habían vuelto a la "acción".

Pero ahora mismo "acción" estaba muy lejos de sus expectativas después de su primera misión fallida.

Y por ello empezaron desde un nivel aún más bajo que el de su misión anterior, algo que según Aizawa-sensei mejoraría su relación... Resolver problemas amorosos de personas.

–  ¿Qué es esto? ¿Otro caso de Badabum? ¡Les dije que mi esposa no está! – Les preguntó el hombre quien les abrió la puerta, Bakugō estuvo apunto de saltarse sobre el y golpearlo de no ser por qué el peli-morado lo detuvo con una mano en su hombro, miró al rubio de reojo dándole a entender que él se encargaba de hablar civilizadamente.

Venimos a ayudarlo con su problema, nos han asignado estar a su servicio hasta que esté satisfecho, yo soy Shin– Fue interrumpido por la carcajada del señor quien empezó a golpear la puerta mientras se reía.

Shinsou frunció el entrecejo confundido mientras Bakugō tenía un tic y golpeaba el suelo con su pie desesperado por golpear al viejo.

– ¿¡Un par de mocosos ayudándome!? ¿Qué clase de broma es esta!? Y el rubio literalmente exploto tras escuchar aquello, Shinsou salió volando mientras Bakugō tomaba del cuello al señor que tosía por el leve humo y Katsuki entraba al departamento de este a la fuerza para que cerrará la boca. – ¡Suéltame si no quieres que te denuncie!

¡Tendrás que hacer fila, bastardo de mierda! – Bakugō arrojo bruscamente al señor a un sillón y este subió las piernas de inmediato para abrazarlas.

Se supone que tienes que ser amable... – Entro el peli-morado pasando la mano por su cabello y quitándose el polvo en su uniforme. Bakugō no respondió, solo miró mal a su compañero y le dejo el resto mientras se sentaba en otro sillón ahora individual. – Lo ayudaremos con lo que sea... Solo tiene que decir que esta satisfecho y nos vamos. – Prosiguió el mayor tranquilizando a su "cliente".

– ¿Ha-harán lo que sea? Preguntó el señor temblando y ambos adolescentes se miraron de reojo para después asentir. – Entonces quiero que sigan a mi esposa.

¿Está siendo acosada? – Dudó el peli-morado y el señor negó. – ¿Es villana? – Y volvió a tener una respuesta negativa. – ¿Entonces?

Siento que me está engañando.

¡No nos jodas! Se levantó de inmediato el rubio y Shinsou corrió de inmediato a detenerlo interponiendose entre el señor y Bakugō.

Denos los datos necesarios y un par de días para resolverlo. Dijo el peli-morado rápidamente, una vez el señor escribió varios datos en una hoja se la arrebato y salió del departamento junto con Bakugō antes de que estallara de nuevo.

• ~ • ~ •

Ese mismo día ya anocheciendo ambos chicos ya con ropa de civil, lograron localizar a la dicha esposa de su víctima.

Y vaya que era víctima, pues la mujer sin descaro alguno engañaba a su marido, al principio pensaron que eran simples amigos pero al llegar al mismo parque en donde les prohibieron el paso la perdieron de vista por al menos una hora dejando a ambos chicos en la entrada esperando a que su objetivo saliera.

Ninguno de los dos decía nada, Bakugō leía una revista deportiva mientras Shinsou jugaba de vez en cuando con un gato callejero o usaba su celular. Realmente no tenían nada de qué hablar y nada que decirse, incluso para el rubio insultar a Shinsou le parecía estúpido.

El silencio se rompió cuando un par de chicas se acercaron a ellos sin vergüenza alguna.

– ¡A ustedes los he visto en la televisión! Grito una chica de pelo rubio intenso que aún con la poca luz de día que había se notaba.

– ¡Es cierto, son de esa escuela de héroes! ¿¡Están en servicio!? – La amiga de la rubia jalo del brazo a Shinsou pegando sus voluptuosos pechos a este, la chica pelirroja sonrió mientras el mayor miro de reojo a su compañero para ver su reacción y que le ayudará.

Pero realmente Bakugō no decía nada, solo gruñía y se alejaba cuando la rubia se acercaba un paso más.

Shinsou pudo ver que fuera de miedo e incomodidad era asco lo que tenía el menor.

Estamos en una misión, si no les importaría podrí– El dedo de la chica se posó en sus labios deteniendo su habla.

– ¿No dejarán que unas chicas anden por ahí a altas horas de las noches, o sí? Shinsou alzó una ceja, no había caído por los encantos de aquella mujer pero tenía razón, su código de héroe decía que debía ayudar a todos los que pudiera. Incluso si era una mujer caliente como aquella.

Las acompañaré. – Soltó Shinsou sin ganas, ambas chicas tomaron un brazo del mayor una a cada lado y comenzaron a llevarse al mayor lejos del rubio.

Hitoshi miró de reojo hacia atrás juntando miradas con su compañero que se notaba confundido e irritado.

Mientras más se alejaban de aquel lugar con aquellas chicas parlanchínas más extrañaba Shinsou estar en silencio al lado de Bakugō e incluso peleando.

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