Misfit

Winwin x Kun x Xiaojun
Kun es un timido alfa
Xiaojun un desinteresado beta
Y winwin un aventurero Omega

Sicheng, Kun y Dejun tienen algo en común; los tres son un trio de inadaptados.

En un mundo donde los Alfas gobiernan, rompen los culos de sus parejas, escupen, beben, ganan dinero y juegan a ser los más feroses lobos. Dónde los Omegas son los lindos, los bien depilados con piel suave, voz aguda, que se dejan romper el culo por los Alfas. En dónde no toman en serio a un Beta. En ese mundo.

Están ellos tres.

Alfa
Beta
Omega

Veinte y cinco

Veinte y tres

Y veinte y dos

Kun es el mayor.

Sicheng en del medio.

Dejun el menor

Los tres tienen en claro que son los raros. Los tres son unos inadaptados dentro de una sociedad arcaica, no había de otra.

La sociedad está basada en lo que mira, así que las apariencias que muestran ellos, no son bien vistas.

Son tres, hombres, no cada quien solo portando el peso de sus nombres, sin grandes músculos y esa delicadeza.

No cumplen con el estereotipo.

Empezemos con el mayor de los tres. Qian Kun, sus madres, una actriz conocida en china, otra una buena diseñadora. Ambas probablemente esperaban de Kun un pequeño Omega. Kun a sus diecisiete era un pequeño Alfa. Kun era tímido, bueno pero no el mejor, de esos que podrían ser un gran cerebro, alguna celebridad de cualquier manera que lo fuera a intentar, más nunca lo hizo, salía con Omegas que no duraban más allá de dos o tres meses, monótono, planeaba ser un contador en una notaría pública, casarse y tener hijos. Le iba bien, tenía trabajo, algunos ligues, nunca tan perfecto como para animarse a más. Y para él, dentro de una sociedad que espera los alfas sean los mejores de pecho alto y peludo, simplemente estaba bien.

Sicheng es el siguiente, con su típica familia de madre Omega y padre alfa con un único hijo. Su padre quería un alfa su madre un Omega. Ganó su madre, y aunque sicheng fuera un bonito Omega, no era lo que realmente unos se esperaban de un Omega. Sicheng era duro, le gustaba las aventuras, hacia y deshacía, no era el Omega delicado y perfecto que todo alfa desearía. Sicheng era todo lo contrario, cuando sus padres creyeron que estudiaría alguna carrera como diseño o moda, sicheng ya tenía un pie sobre los escenarios. Tenía un alocado estilo, se acostaba con quién quiera, y dónde quiera, tomaba como todo un fiestero y no le importaba ser un meme de el vomitando en la alberca al día siguiente.

A los veintitrés, tenía fama, alfas y dinero de sobra, sicheng estaba satisfecho con sigo mismo sin importar los demás.

Y por último Dejun, su mamá una Omega su papá un alfa. Dejun era el claro ejemplo de lo que es una desgracia como hijo. Un beta, uno que terminó la carrera de derecho a sus cortos veintidós años pero jamás a estado en un juicio.

Dejun parecía ser el beta perfecto, tenía un bonito novio Omega, sería un gran abogado o quizá un maestro en una pequeña preparatoria cerca de la casa de sus padres. Al ser beta no esperaban mucho de él y Dejun aún sin hacer lo que era lo "debido" de todas maneras logro decepcionar por completo a sus queridos padres.

Los tres están bien con lo que son, es decir, no son lo que deberían ser según los complejos alfa, Omega, beta, mucho menos lo que sus padres hubieran querido sobre ellos. Aún así, los tres, a su modo, están bien.

— Un paquete de cigarros. — Son las once de la noche, oscuro hace frío, un alfa entra a la tienda con una pequeña sonrisa, el tipo del mostrador sonríe antes de extenderle lo pedido.

— Tienes suerte amigo, son los únicos que quedan.

Kun se alza de hombros con una sonrisa. "¡exelente, por poco no puedo comprarme una cosa que probablemente me cause daño en un futuro!" Kun solo sonrió entregando la cantidad precisa que sabía era el precio de los cigarrillos.

Decidió tomar asiento en la área para fumadores, hacha frio, era un buen tiempo para detenerse y calentar su cuerpo.

— Una caja de cigarros, por favor. — Dejun entraba por la misma puerta, con el mismo objetivo, quizá no con las prendas indicadas ya que la simple sudadera que traía puesta no le hacía nada contra el frío de invierno, el chico sopló vaho caliente a sus puños mostrando su tarjeta a la espera de su pedido mientras ansiaba prepararse ese ramen que también estaba apunto de pagar.

— Lo siento amigo, se terminaron.

Dejun rodó los ojos más a un puchero que molesto, terminó por pagar el ramen y salió a prepararlo en la parte de atrás no sin antes agradecer. Hacia un frío a muerte, tenía mucho frío, y realmente deseaba esos cigarros, pero claro Dejun era un "vago" que no se atrevía a ir más lejos en busca de una cajetilla en alguna otra tienda. — Buenas noches. — Mencionó al tipo quien fumaba tranquilo. El sujeto saludo con una venía, Dejun rodó los ojos, claro, tenía que ser un alfa.

— Un paquete de cigarros por favor. — Sicheng entra por la misma puerta, con el mismo objetivo, carga un exagerado abrigo de piel si es real o no, eso es otra cosa, gafas oscuras demasiado cuestionable sabiendo que son las once de la noche. Toma una un billete de su bolsa, es más grande de la denominación local. El chico del mostrador abre los ojos y labios asombrado a la vez que pide perdón con la mirada. Desde ya Sicheng se convierte en un puchero.

— E- e- eres, Winwin. Soy tu fan.

Sicheng asiente mientras señala su billete. — Amigo, me estoy miando. Te daré mi autógrafo pero antes quiero cigarros.

— Yo... Lo siento, de verdad haría cualquier cosa por tener tu autógrafo, mierda, yo quería ir a tu concierto y no alcance entradas... Es decir, lo siento, acabo de vender hace poco el último paquete que quedaba. Revisaré en el almacén si hay más.

Sicheng quitó sus gafas mirando al tipo irse, fueron varios minutos en los cuales solo se cagaba del frío con ese ridículo abrigo. Aquel tipo regresó y para su mala suerte, con las manos vacías.

— Lo siento, de verdad no había.

— Está bien, "amigo" — Sicheng rodó los ojos no sin antes dejar un boleto de su próximo concierto frente al mostrador. Sonrió de tan solo escuchar el grito alegre de aquel tipo, había tomado una buena decisión de darle esos boletos aquel en vez de a sus padres. Mientras tomaba una paleta que había tomado sin pagar, el frío de nuevo caló en su piel, estaba teóricamente perdido en esa ciudad, tenía dos opciones, caminar en busca de otra tienda o regresar al hotel donde se estaba hospedando, (dónde por cierto, no había preguntado si tenían cigarros)

— Buenas noches. — Contestó de regreso al tipo con increíble look que le había hablado primero, aquel mirando fijamente hacia un punto fijo, un alfa disfrutando de un buen cigarro.

— Oye, alfa, ¿Me vendes un cigarro?

Aquel tipo el de look genial, un beta por cierto volteó a verlo con sorpresa mientras el alfa se alzaba de hombros. — No hay problema, toma uno.

Dejun se sorprendió de ver al Alfa compartiendo al Omega hasta que se dió cuenta de algo tan obvio, él era el único beta. Aquellos dos podrían ya está estar coqueteando. Estaba considerando regresar a su departamento. Tenía que seguir con lo suyo, casi terminaba ese ramen.

— Gracias.

— No te preocupes. — Kun se armó de valor para querer ofrecer un cigarro al beta que había ido sin conseguir lo pedido. Aquel Omega le había dado como el nivel de confianza para hacerlo. Así que con una tímida sonrisa, se acercó aquel beta que de verdad, necesitaba ponerse algo más abrigador. — Disculpa buenas noches, escuché que ibas por cigarros, creo que me los terminé, ¿Gustas uno?

Dejun asombrado simplemente asintió sintiendo que el frío lo cogía por detrás. Tomó uno de la cajetilla y dejó que aquel Omega que se acercaba lo prendiera por el con aquel encendedor algo... Llamativo.

— Son las primeras personas de hoy que no me reconocen como una, bueno una estrella. Un gusto, soy Sicheng.

— Te reconocí pero supuse que sería incómodo. Las estrellas aveces no les gusta ser reconocidas hasta en una tienda a las once de la noche. Me llamo Kun. — El Alfa extendió su mano hacia el Omega, aquel tomó el saludo ahora los dos miraban al beta quien ya podía fumar con tranquilidad.

— Me llamo Dejun. — El beta sopló el humo mirando al alfa y al Omega. — Gracias por el cigarro Kun.

De pronto los tres estaban sentados fumando un segundo cigarro.

— ¿Y qué tal? — Sicheng dejó salir el humo de sus rosados labios siendo observados por ambos. — ¿Qué hace un tipo que parece diplomático y otro que parece un vagabundo a las once de la noche buscando cigarros? Sin insular. — comentó el Omega antes mirando al beta quien era a quien se dirigió al último.

Dejun se alzó de hombros disfrutando del tabaco. — Tranquilo estoy acostumbrado a que crean que soy vagabundo. Aveces fumar me inspira, estaba aburrido con insomnio así que decidí relajarme un rato.

Sicheng siguió fumando a la vez que giraba para ver a Kun. Era normal, un beta no tiene que ser interesante.

— Hoy fue mi descanso, había dormido todo el día así que no pude volver a dormir, simplemente vine por unos cigarrillos.

— Ajá. — Dejun vuelve a hablar centrando sus ojos en el Omega..— ¿Que hace una estrella Omega desprotegido a estas horas buscando cigarros?

Sicheng escupió el humo junto con una pequeña risa, a decir verdad el Omega era ridículamente hermoso, no importaba ese extravagante abrigo, esos pantalones de cuero color negro, y ese rubio platinado. — Pronto voy a tener un concierto en esta cuidad, decidí salir un rato, ya que mi manager se quedó dormido.

Sicheng se alzó de hombros volviendo a fumar. Segundos después estando en completo silencio el Omega volvió a soltar una risa.

— ¿De que te ríes? — Pregunta Dejun, sigue jodiendose del frío y aún así, ahí permanece junto con el alfa.

— Es gracioso, ¿No sé dan cuenta? Un Alfa aburrido, un beta vagabundo y un gran Omega. Las posiciones según lo arcaico de esta sociedad deberían de ser esos mismos conceptos pero diferentes.

— Realmente no me importa lo que piensen de mí, sea mi familia y un idolo del pop. Y gracias por compartir tus cigarros Kun pero me estoy muriendo de frío y tengo que trabajar.

Dejun hace por levantarse entonces sicheng se para frente a él. — ¿Entonces si trabajas? Oye, ¿Que tal si continuamos esto en mi cuarto? Tengo una gran suite con varias botellas que pienso vaciar.

— No lo creo. — Kun también se levanta. — Mañana tengo que ir a trabajar.

De una manera sicheng los había convencido, no había sorpresa en el rostro del Omega, siempre consigue lo que quiere, ahí están los tres el alfa y el beta quietos, mientras el Omega servía un primer vaso de whisky con soda.

— Entonces, Dejun, cuéntame qué realmente eres.

Dejun solo rio dándole un sorbo a su bebida, ese era el gran beta Xiao Dejun, un hombre despreocupado que a todo le tiene solución.

— Me gradué de derecho hace poco, prácticamente soy un abogado que nunca ha ejercido su carrera, se convirtió en una decepción de sus padres y aún así se compró un lindo departamento del piso cuarto.
— Dejun quien seguía fumando le dió una gran calada al cigarrillo hasta terminarlo, con su dedo soltó las últimas cenizas antes de apagarlo por completo y darle un gran trago a su bebida. — Nunca me interesó el derecho ni las leyes. Yo tenía mi plan de vida hecho desde hace mucho, más cuando era menor de edad mis padres no me apoyaron en lo que yo realmente quería. Así que terminé la carrera mientras hacia de mi propio interés.

— ¿Y qué es?

Está vez fue el alfa quien habló, le dió un trago a su bebida al sentirse observado por ambos hombres. Kun casi no había hablado mucho y ni siquiera había tratado de defenderse cuando Sicheng lo llamó aburrido.

— Soy escritor. Me especializó en novelas eróticas. Estoy bajo el seudónimo de Xiaojun. En realidad me va demasiado bien tanto para no salir de mi departamento por días, vestir ropa cara y aún la gente piense que soy un vagabundo.

Ese era Dejun, un beta despreocupado, que todo le sale bien sin esforzarse mucho, aquel inadaptado de su civilización quien no es lo que muchos esperan de él y aún así, él es demasiado feliz con lo que tiene.

Dejun sonrió apuntado con su vaso al alfa. Quien lo diría, otro inadaptado dentro de una sociedad arcaica. Kun era un alfa. Uno que no tenía una sonrisa burlona, que no había intentado coquetear con el Omega, uno que es callado y tranquilo. Para su sociedad, sería prácticamente una vergüenza.

— Bueno, no hay mucho en mí, tengo veinticinco, soy contador en una notaría pública, salía con una Omega pero descubrí que me era infiel hace unos días... Con mi propio jefe. Hoy descansé y mañana espero verlos de nuevo cuando llegue a trabajar. Nunca quise sobre salir, mis madres tienen demasiada fama, me abruma llamar la atención.

Sicheng rio y Dejun no pudo contenerse por mucho. Ambos se vieron como si se culparán por reírse del Alfa.

Kun se sintió pequeño. Si las oportunidades que se les presentaron las hubiera tomado, Kun probablemente fuera como cualquier otro tipo "perfecto" de alfa algún gerente de una buena empresa. Quizá un supervisor a gran escala probablemente seguir el camino de sus madres entrando al mundo del espectáculo. Tendría a las Omegas detrás suyo y de sus éxitos. Pero aún así, Kun no deseó ser ese alfa. Kun es alguien que creia ser lo mínimo estaba bien. Rio de si mismo y a la mierda su exnovia. Quizá el alcohol hacia de las suyas en su sistema pero sonrió sin darle importancia. — Rianse, no importa, no he demostrado mi máximo potencial. — Miró con sus ojos fijos en el Omega. Probablemente había usado su voz de alfa porque sicheng por un momento borró su sonrisa, sin embargo solo segundos después volvió a sonreír mientras relamia sus labios.

Sicheng parecía atacado en deseo.

— Yo soy como Miley Cyrus. Mis padres me metieron al mundo de la actuación cuando tenía cuatro años. Apenas me pude graduar de la secundaria, con más inasistencias que asistencias. Grabé varias series y comerciales, lo tenía todo, hasta que se dieron cuenta que sería Omega. Mis padres quisieron separarme del mundo del espectáculo, querían que empezará a buscar pareja.
Me revelé contra ellos haciendo un montón de mierda para que me dejarán en paz, empecé a ser la burla de quienes me "apoyaban" eso sí, mis fans crecieron conmigo y ellos no me dieron la espalda, apoyaron mis ideas y cuando colaboré con un amigo en una canción me di cuenta que eso también me gustaba, incluso más que la cocaína y la actuación. Lo hice todo a espaldas de mis padres y saqué un sencillo. Fuí muy bien recibido, ese mismo año me atreví a sacar otros dos y al siguiente había debutado con mi primer álbum. En mi primer oportunidad dejé mi casa y a mis padres. No me arrepiento de nada, no soy el Omega que toda la gente espera que sea un Omega y no me importa. Vayanse a la mierda, soy exitoso, rico y puedo coger cuando quiera.

Ese era Do Sicheng o Winwin.
El secreto de Sicheng para ser todo un idolo, era más sencillo de lo que parece. Era un inadaptado. Un indaptado que no tuvo miedo a salir a la luz tal y como quiere ser, porque hay muchos Omegas, alfas y betas como él que se sienten encerrados en sus propios cuerpos. Porque no son capaces de salir a la luz. Muchos admiran a sicheng y otros le tienen envidia. Quien no quisiera romper con los estereotipos y ser quien realmente es. En esta circunstancia solo sicheng tuvo el valor suficiente para hacerlo.

Ocho de cada diez personas se burlarían de el, e igualmente seis de esos ochos lo amarían en secreto.

Tres inadaptados hablando, juntos, tres inadaptados tan diferentes pero tan iguales sintiendo esa descarga provocativa.

Fueron horas en que los tres cada vez se sentían más cómodos entre si, hablando y disfrutando de ser tan diferentes pero con tantas semejanzas.

En cualquier momento la música sonaba algo fuerte sabiendo que eran las tres de la mañana, los tres riendo y bailando o mejor dicho disfrutando del sensual baile de aquel Omega. — tengo está duda desde que te miré. — Habla Kun, demasiado pegado beta disfrutando de la vista ese erótico baile del Omega. Dejun alza su ceja pero Kun señala a sicheng queriendo aclarar que se refiere al otro chico.
Sicheng solo suelta un "mm"
— ¿Por qué no tienes cejas?

El beta ríe terminando su trago. El Omega rubio solo toca la parte señalada. — Intenté decololarme las cejas y terminé quemandolas. Fue chistoso.

Aunque llevan horas ahí, la tensión es casi tangible, sicheng se muerde los labios disfrutando de la vista del Alfa y Beta tan pegados entre sí.
Y aunque la atracción no fue instantánea, es inevitable negar que ahora hay algo. Más allá del poder del alcohol y el enrojecimiento de ojos debido al tabaco.

Solo hay un pequeño problema. ¿a quien escoge primero?

¿El Alfa tímido...

O el beta que parece vagabundo?

Kun es el primero en dar ese paso, tres inadaptados en una habitación de hotel sedientos de si mismos, había que intentarlo. Era obvio que nadie iba a negarse y la idea era exquisita, tomó de rostro al beta y plantó sus labios sobre los suyos. Nunca había estado con un beta, hay muchos rumores estúpidos sobre ellos, así que se dejó guiar y pronto Dejun correspondió a su beso.

Fue hambriento y casi insaciable. Parecía que ambos lo necesitaban más allá de lo que el alcohol les pudo haber ocasionado en sus cuerpos. Sicheng se les unió besando a Dejun mientras Kun saboreaba la piel del Omega.

El deseo era tan prohibido que no hubieran estado hablado por horas de como son considerados mierdas por sus familias quizá si le hubiera importado y hubiera parado para no ser llamado nuevamente mierda. 

Dejun era jodidamente todo menos un vago con ese pecaminoso cuerpo, el vello que recorría bajo su ombligo le hizo de agua la boca y deseó lamer más allá de esa parte apenas vista.

Era figurativo y literalmente como estaban comiéndose, sea con la mirada o con los labios. Sicheng era un bonito Omega que fácilmente era el gusto de cualquier Alfa o beta como lo eran Kun y Dejun. El Omega tenía un olor delicioso, su piel era suave y tersa, su rostro bello sin siquiera darle como defecto a la falta de sus cejas, tenía manos y piernas largas, tan finas que derretía la mente de ambos hombres marcar y morder toda esa carne. El Omega tenía un brillo de lujuria en su mirada, pero no solo el deseo carnal estaba ahí, era mucho más, era como una necesidad. Parecía un cachorro en su primer celo, al menos así se sentía. Su entrada se contraía esperando ser llenada, su garganta se secaba esperando ser humectada, sus manos picaban con ansias de también probar a los hombres frente a él.

Y aunque Sicheng fuera toda una delicia visual como el único Omega, los demás no se quedaban atrás.

Dejun para ser un beta estaba bastante marcado en su cuerpo, su cabello negro con esas mechas rubias pegaban a su frente debido al sudor que provocaba el éxtasis de ver aquellos dos hombres dispuestos a entregarse mutuamente. Su pecho subía y bajaba estaba hecho un caos. Su cuerpo era pequeño para cualquiera, tan masculino como para tentar a un Omega y tan perfecto como para atraer a un alfa. Ese vello bajo su ombligo tenía haciendo babear a ambos hombres desde hace ya varios minutos. Aquel tipo que antes parecía vagabundo ahora podría pensarse que era algún modelo sacado de una revista erótica. Era casi inimaginable lo tan bien trabajado que estaban sus músculos, sus bíceps eran más notorios incluso que los del alfa. Dejun era un delirio erótico y lo sabía ya que una gran sonrisa adornaba la comisura de sus labios.

Kun podría ser un hombre de negocios mínimos, alguien quien pasa diez horas de su vida dentro de un cubículo rodeado de papeles y computadoras. Pero... Era un jodido y caliente Alfa. El ser un Alfa nadie se lo iba a borrar. Soltaba un aroma tan autoritario que hasta el beta suspiraba deseando ser marcado por él. Kun era bajito, y delgado pero tenía su encanto, o por lo menos tenía encantado a aquellos dos. Caliente. Irradiaba un calor sensual y desbordante de exitacion. Su abdomen estaba levemente marcado con esos abdominales y vello castaño, tan leve que era apetecible lamer esa piel. Sus manos eran largas al igual que sus dedos, venudas y delgadas que hacían una fantasía en la cabeza de ambos.

Sicheng relamio sus labios acercándose hacia el Alfa, el alfa tragó un nudo pesado de saliva, antes había visto al beta retorciéndose en su propio placer. El alfa y el Omega estaban jugando con el pobre y necesitado beta, jugaban a los conquistadores sin siquiera tocarse. Solo estaba devorándose con la mirada jugando tomarse.

— Tócame... — Susurra. Winwin menea suavemente sus caderas, se toca a si mismo. Muestra su torso al desnudo ahora cubierto por aquel abrigo extravagante de color rosa. Sicheng resplandece con su piel tersa, sus ojos negros, su cabello rubio y ese rosa en peluche. — Sienteme.

Dice, mira a Dejun, y a Kun. A los dos los provoca, con los dos puede sin problema alguno, los quiere, los añora.

Kun toma su cálido mentón, sus colmillos de alfa gobiernan más que el hombre, su necesidad y su deseo es asombroso. Lo quiere. Él alfa acaricia al Omega, tiernamente, lento, suave. "Delicioso" se atora en la garganta del alfa. Sicheng sonreía, su Omega le rasgó el estómago. Inician de nuevo, está vez mejor. Fue el que dió el paso pasa comenzar.

Mientras un beta vagabundo tragaba saliva esperando su turno.

No sabía que era peor, la necesidad de también ser tomado o lo demasiado que estaba disfrutando ver al omega y al alfa besarse frente a él.

Kun bajó sus besos hacia el cuello del Omega, mientras esté se encargaba de quitarse su abrigo de gran peluche. Tomó de las caderas al Omega mientras bajaba cada vez más sus besos besos desde su cuello, su pecho hasta lo que llegó a alcanzar su lengua sobre el libido vientre Omega.

Dejun podía escuchar a la perfección los chupones que creaba los labios del alfa sobre la piel del Omega. Dejun estaba bien, completo, sin ataduras sin restricciones. Ese era su delirio, le estaba encantado excitarse con tan solo ver a esos dos.

— Tengo un plan — Susurra Kun besando cada centímetro del cuerpo de Sicheng, a los tres les encantaba les encantaba estar juntos, besarse, verse, tocarse. El cálido aliento del alfa choca sobre los labios del Omega. Este jadea en respuesta mientras esperaba por escucharlo.

— Lo que órdenes... Alfa.

— Prepárate, mientras me encargo de Dejun.

Si el Kun del pasado escuchara ese Kun, simplemente no lo creía.

Si Dejun estuviera leyendo esta historia, se daría cuenta que nunca se le hubiera ocurrido algo así. A Sicheng se le hizo agua la boca mientras a Dejun se le secó.

Ambos, el alfa y el beta pudieron observar como el omega sonreía tirandose a la cama con los pantalones bajo su cintura.

Siendo lo que se suponen que eran, seguían siendo los arcaicos de su civilización casi o igual como los que los discriminan. Creían que era necesario que el alfa guiara todo el momento. Dejun y Sicheng estaban extasiados y aún así solo obedecerian al alfa.

Dejun se dejó guiar por el éxtasis del momento, se terminó con aquella distancia entre el y el alfa para tomarse entre sus labios. Un beso adictivo y caliente era lo que ambos estaban recibiendo con una canción de fondo de un Omega jadeando sobre su placer.

Tirados en la cama disfrutando de sus labios entre ellos, los tres no necesariamente juntos. No tenían que estarse tocando los tres al mismo tiempo para saber que estaban en su mejor momento.

— Estando así ustedes, creo que mis cejas regresarían mañana mismo.
Dejun rio por aquel comentarío del Omega mientras seguía besando a Kun. Aun el alfa tuviera el control, el beta deseó ser un chico travieso guiando su mano hasta la piel de Omega, paseando hasta dar con sus bolas y de ahí a sostener su erección.
— Ah~ beta, eres agresivo.

Dejun solo sonrió sobre el beso con el alfa mientras esté aprovechaba para morderle con levedad de su labio inferior, el beta disfrutó de aquello y siguió jugando con la cordura de aquel Omega masturbandolo.

— Pruébalo. — El alfa demanda con su voz autoritaria. El beta tanto como el omega aceptan el llamado como una orden. Dejun deja de besar al alfa dejando ver un delgado hilo de saliva.

El alfa ve como el omega y el beta se acomodan en un delicioso 69. Kun traga saliva mirando a ambos, escucharlos gemir en cuanto sus lenguas tocan pedazos de piel. Dejun pasando esa pervertida lengua sobre el anillo de Sicheng mientras este lamía la gruesa erección del beta.

Kun se relamio los labios mirando a ambos. Sicheng gemía siendo un mar de llantos agudos como si fuera una preciosa sirena que enamora con esa magnífica voz. Sinceramente, mientras Kun se le hacía agua la boca. Se había puesto a pensar que nunca en su monótona vida había escuchado una de las canciones del cantante. Sabía que cantaba, pero no creía que esas canciones serían el tipo de música que a él le gustará.

Pero no iba a perder el tiempo, no iba a hacerlo. Kun era un arcaico, probablemente su novia lo dejó por un sin fin de cosas, como el sexo vainilla, su poco interés de crecimiento, su vida monótona, sus salidas simples a jugar golf. Acarició su erección.

Decidió dejar de pensar en idioteces, aquellos dos se estaban devorando y a cambio de Dejun no solo le complacía ver, el también quería tocar. Aquella lengua traviesa de Dejun era un delirio visual. Con cautela se acercó posicionando sus dedos sobre el anillo del omega.
Este había alzado mucho más su culo, sin dejar de complacerse con la lengua de Dejun.

Su dedo entró con facilidad sintiendo la piel de ambos hombres, la húmeda lengua de Dejun y el caliente anillo de Sicheng.

Preparó la entrada del Omega con tranquilidad pero sin ser lento, solo tranquilo, como un buen alfa sabría hacerlo. Estaba seguro que era un buen trabajo, ambos hombres gemian al unisonido disfrutando del éxtasis

Las palabras eran lo que menos había en esa habitación, pasaron de juegos previos a estar los tres desnudos abrazados sintiendo la humedad caliente de sus cuerpos, besandose con pasión.

El dedo de Dejun ahora dentro de la entrada del Omega, los tres ya estaban listos para empezar a chocar sus cuerpos por horas.

Sicheng se ayudó con una almohada mientras alzaba su culo a la disposición del beta mientras se encargaba con su boca del alfa. La posición probablemente no era la mejor de todas, los tres estaban listos para follarse entre sí.

Dejun entró lentamente en Sicheng, el Omega gimió aún teniendo el pene del Alfa dentro de su boca. Dejun se movió seguro de sí, era hombre, era beta, era un arcaico. No iba a negarle que le encanta el sexo, es un jodido escritor de novelas eróticas que ha escrito más de lo que ha vivido. Le gusta el control, la dominación. Está ebrio, no tiene menor idea que de pasará dentro de unas horas o en unos días. Solo sabe que sigue teniendo ese departamento, su vida que tanto disfruta y mucho más por vivir mientras no muera a causa del tabaco o por su estilo de vida.

Folló a Sicheng teniendo en cuenta que el alfa en algún momento tomaría el control y el culo que follaria sería el del Omega o el suyo.

Nunca lo había hecho, nunca lo habian follado y no lo dudaría,no mentirá, está esperando que el alfa lo vaya a querer coger por detrás.

Pero Kun era un arcaico, era mucho más arcaico, un alfa que se preocupa por sus parejas.

— ¿Te gusta, Sicheng?
¿Dejun lo está haciendo bien?

— ¡Sí, joder, no pares!

Dejun sintió sed de hambre, sed de necesidad. Sentía que su entrada le rogaba ser llenada, quería tener al alfa sobre el, quería montar el pene del Alfa y comerse con el Omega.

— Kun ... — Dejun reclamé sus labios, gime aún siguiendo con sus embestidas.

— ¿Pasa algo amor? — El alfa habla, antes acomoda a Sicheng para que siga con su culo al aire pero esté cómodo, para que los tres estén agustos. El alfa camina desnudo sin problema. Con tranquilidad toca la caliente piel del beta, quien gime sin detenerse.

Dejun se siente protegido y seguro de continuar. El alfa conoce las necesidades de sus parejas, sean betas u Omegas, siempre estará para sus parejas aún sea la primera vez de ambos. Comienza a acariciar la piel del beta dejando besos humedos que hacen el intento de relajar al beta. Este suspira sintiendo alivio. Los dedos de Kun se mueven con avidez deslizándose desde la nuca de Dejun hasta sus redondas nalgas. Al escucharlo exhalar entra en razón.

Kun suelta una pequeña risa, y mira a Sicheng entender la necesidad del beta.

El alfa sonríe en grande mientras sus dedos lubricados solo en preseminal se adentran en el deseoso beta.

Y los tres se hacen la misma pregunta ¿Qué mierda están haciendo a su futuro?

Dejun tiene novio.

Son las siete de la mañana.

Sicheng alcanza a vomitar en el baño es increíble lo bien que se ve desnudo a la medida del inodoro.
Dejun ve su cuerpo gracias al gran espejo, sería imposible ocultar todas esas mordidas y chupones que hay en su piel.
Kun está desorientado, con resaca y muchos sentimientos por detrás, aún así, es el arcaico mayor, lo único que hace es arropar a Dejun para que siga durmiendo y toma una bata para cubrir a Sicheng del frío mientras el Omega vacía su estómago.





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