f o u r t e e n

INDIGNADO ERA UNA PALABRA MUY CORTA PARA DEFINIR CÓMO SE SENTIA. Estaba ofendido, ofendido porque su amado sobrino no se presentó ante él y hacia horas que había llegado, susurros de peligroso material salian de su boca.

Siendo observado por su amigo y mano derecha, Falhan no sabia que hacer para que el rubio dejara su berrinche de lado, sabiendo que si seguia de ese modo, el heredero de Trovi no tardaría en hacer una de sus tantas travesuras que podria perjudicar tanto al príncipe como a su madre.

Se sintio aliviado de repente, se alegraba que el menor Vikt-Trovi hubiera salido con un gran parecido a su madre y únicamente a su madre. No sabria que hacer si hubiera salido a su tio, de tan sólo pesarlo le daban escalofríos.

Aun asi, Kosair amaba a su sobrino, lo adoraba por ser una extensión del amor de su hermana.

Recordó el dia del nacimiento de Isis, hizo todo un escandalo porque sólo el padre podia acceder a la habitación donde Navier y su hijo descansaban, rucuerda exhausto cómo lo distrajo comprando miles de regalos para su sobrino, estaba seguro de que seria un príncipe asi que en ningun momento compro algo erróneo.

Isis era un bebe pequeño, demasiado frágil, era prematuro. Fue un milagro que no muriera en los dias siguientes cómo se diagnosticaba.

Pero Kosair siempre tuvo fe, siempre confío en que su adorado sobrino era un guerrero, que sobreviviría para convertirse en un gran hombre, en un brillante y justo gobernante.

Y tuvo razón, el rubio no podia estar más orgulloso de quien era el menor, un príncipe dispuesto a todo por su pueblo, mas no le agradaba del todo su capacidad de ver el potencial de la gente.

No es un talento malo pero como lo ocupa Isis...es preocupante.

Verlo sonreír sin saber si era falso o no.

Sin saber si eres de su utilidad o no.

Era fácil desvelar aquello, el príncipe no te desecha ni mucho menos te desaparece sin embargo te extralimita. Difundiendo tu capacidad y guiandote sin que te des cuenta, por medio de halagos y comentarios endulzados, diciendo crueldades que eran tomadas por opiniones compasivas al ofrecer su mano para ayudarte, para darte una oportunidad.

Confiar en alguien como lo era Isis Vikt era ir directo a tu propia tumba.

Por algo era llamado el futuro sol frívolo de Oriente.

Nadie sabe con certeza de donde salio ese sobrenombre pero el príncipe jamás se mostro disgustado de él por lo que se le quedo como anillo al dedo con su cinismo interno.

Kosair y Falhan temian. Temían por lo capaz que era Isis para manejar su Imperio completo, su pueblo, los nobles y los plebeyos estaban a su merced, más aun siendo el unico heredero al trono.

Oh bueno, eso hasta ahora.

En el vientre de la concubina, se formaba una pequeña e insignificante vida.

La única vida capaz de arruinar los planes de su querido sobrino.

Siendo niño o niña, no importaba, seria igualmente una amaneza para su poder como hijo legítimo.

Temian que Isis cometiera una locura, no les importaba en lo absoluto la esclava y el feto en su vientre, sino que el Vikt-Trovi saldría perjudicado por el enfermizo amor que el emperador proclamaba a la amante.

Claro que el dúo no sabia con exactitud los planes del príncipe, sabian que habia una razón por la cuál decidió aparecer antes de tiempo en el palacio.

Pero...¿cuál era esa razón?

La esclava.

El bebe de la esclava.

Era la única razón coherente para que Isis dejara todo atras y volviera a su hogar por voluntad propia.

No estaban del todo equivocados pero estaban mayormente errados mas no lo sabían y creían fielmente en que conocían al menor Vikt, lo conocían lo suficiente para suponer sus planes.

Cuán equivocados estaban.

Nadie a estado ni estara a un paso sobre él.

Subestimaban su helado corazón.

Subestimaban su capacidad de obtener buenas herramientas, buenos títeres.

Subestimaban su personalidad falsa y embriagante.

Subestimaban al sol frívolo de Oriente y se percatarian demasiado tarde.

Kosair se escapo de la mirada incrédula de su amigo, huyendo directo a la habitación de su sobrino con varios regalos en sus manos siendo perseguido por el peligris que también llevaba una gran cantidad de presentes.

Abrio la puerta de una patada sin vergüenza alguna, siendo reprendido al instante por su amigo pero nada podría quitarle el buen humor de ver a su sobrino después de tanto tiempo.

O eso creyó.

Su adoro sobrino, su único sobrino, el gran príncipe Isis Lumius Vikt VI, el sol frívolo de Oriente; no se encontraba solo.

Habia un hombre con él.

Un hombre joven, tes morena con un rubor en sus mejillas, cabello corto entre grisáceo y blanco, con una mirada llorosa dirigida al rubio menor.

A su sobrino.

Su sobrino.

Que estaba casi acurrucado con el hombre en su cama, viendolo con total indiferencia.

—¿tio Kosair?

Lo escucho como un susurró ahogado, lejano.

Su vista estaba clavada en las manos del hombre extranjero, a su parecer, y también mayor que el príncipe.

Sus manos soltaron los regalos, tomando su espada, desenfundandola.

La punta filosa de la peligrosa arma manejada por un aun más peligroso hombre, apuntaba al pecho del Duque quien trago en seco por haber escuchado la palabra "tio" salir de la boca de su amado, refiriéndose al amenazante hombre rubio con mirada filosa.

Oh no, aqui vamos de nuevo.

Entre un suspiro cansado y con los regaños de Falhan de fondo, siendo ignorados por el Lord por estar en un duelo de miradas contra Kaufman, el príncipe trató de levantarse de su cama sintiendo finalmente como la manos firmes del extranjero se deshacía del fuerte agarre que lo habia aprisionado por un largo tiempo, las manos dieron una caricia poco disimulada a su cadera al liberarla.

Mierda.

Kosair casi se tira contra Kaufman sino fuera por la intervención del Marqués que estaba confundido pero sabia que habria un problema si dejaba actuar a su mejor amigo.

—Duque, retirese, necesito atender unos asuntos

—pero--

—nuestro asunto lo hablaremos más tarde, le mandare a avisar cuando este disponible. Ahora...largo

La mirada fiera del príncipe fue suficiente para que el albino se retirara con un visible puchero y ojos cristalinos.

Y tendre que tratar con él mas tarde.

Gruño en sus adentros para luego dirigir sus bellas orbes heredadas hacia su descontrolado y furioso tio.

Ahora....¿cómo se calma a una bestia desenfrenada?

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