f i f t e e n

QUE PENA.... —NO LE TENIA UN ESPECIAL APRECIO A LA DUQUESA...O EX-DUQUESA DE TUANIA PERO SABER QUE EL JUEZ FALLO A FAVOR DEL DUQUE, NO FUE ALGO GRATO.

¿Cómo reemplazaria a una mariposa social tan espléndida y valiosa cómo era aquella hermosa mujer?

Si bien, desde que llegó a Palacio se hablaba del divorcio del duque de Tuania, ahora era oficial.

¿Cuál sería su siguiente movimiento?

Podría reemplazarla con la hermana del Duque, Lady Vizzia también era cercana a la mayoría de jovenes de clase alta pero no tenia precisamente una buena imagen ante las damas, a diferencia de la ex-Duquesa, ella era totalmente repudiada por las féminas teniendo una reputación de una mujer vulgar y fácil.

Era una buena elección para compañera de baile, su reputación mejoro un poco con él a su lado pero todo se pudrio en cuanto se volvió al tema del Ducado.

Ya nadie lrs tomaría la misma importancia ni seriedad de antes, serían señalados y burlados sin disimulo alguno por lo que no seria conveniente relacionarse con Vizzia por un tiempo.

Estaba descartada.

Otra herramienta más que se vuelve inservible.

Siempre le dio un buen uso en las reuniones sociales que tuvo de más joven, su belleza no era algo que debia pasar por alto ademas de su buen don para el análisis y el comportamiento sin inmutarse a nada a menos que se lo pidiera, le había servido bien y fue entretenido sentir sus miradas de odio por su falsedad, poniendola en situaciones de presión sólo para cumplir sus peticiones.

Vizzia fue una buena herramienta, con la presión social, su falsa pero complaciente personalidad y el hecho de que su padre y su hermano le comieran la cabeza para caer ante la sumisión de otros, era conveniente.

Que desperdició.

Dejo el asunto de lado de momento, buscar una mariposa para tirar de sus hilos seria longevo por lo que dejaría el asunto ser hasta que la mariposa cayera por si misma en su red.

Ahora tenia un asunto mucho más importante para atender, su furico tio actuaba como león enjaulado en su alcoba, caminando de un lado al otro, soltando maldiciones por doquier, todas dirigidas al Duque que se había marchado hace unos minutos.

Trato de mantener la calma, esto daría para largo.

—tio Kosair, esta exagerando

—¡¿exagerando?!—se acercó a paso rapido para tomarlo por los hombros, lo observo aburrido bajo la atenta mirada penosa del Marqués—ese hombre estaba en tu cama, Isis y estaban abrazado ¡abrazados!—recalcó la última palabra con un tono más alto, sin llegar a gritar pero el príncipe seguia viéndolo con total aburrimiento.

—ya le dije—bufo—el Duque ayer llego abatido a mi habitación por la cancelación de nuestro contrato, se descompuso y se quedo para darme tranquilidad porque él no quería estar solo. Yo dormí en el sillón pero esta mañana se sintio mal nuevamente asi que lo console cómo a mi consolaban de niño; con un abrazo y palabras bonitas

No era mentira del todo pero habia ciertas mentiras blancas escondidas en su explicación, cómo que sí durmieron juntos; él no queria pero no hubo opción a fin de cuentas, sí lo consolo pero no con un abrazo ni palabras bonitas, ademas de que la razón de su malestar era por su marcha de Oriente hacia su hogar, no por la cancelación del contrato.

Hablando del contrato, tenia que hablar con su padre de esto, era inaudito, inadmisible e irracional.

Este negoció era una gran ganancia tanto para Oriente cómo para el otro Imperio, aborrecia que se metiera en sus asuntos, más aun con todo lo que habia tenido que soportar para llegar a un acuerdo aceptable por ambas partes.

No habia tratado únicamente con Kaufman para el negocio entre Naciones, no, anteriormente habia estado hablando con los regentes de Luipt quienes intentaron persuadirlo para un matrimonio político entre ambos paises con la bella sobrina de la Imona y el Imote.

Trato de no mostrarse tan reacido ante la propuesta, no debia mostrar su desagrado siendo que trataba con los líderes del pais ademas de estar en un importante comercio a medias.

La sobrina de los regentes, Lady Dalia, era muy persistente en sus intentos por "conquistarlo", para su suerte el unico ser vivo capaz de colmar su paciencia era Ergi, de otro modo las palabras despectivas y filosas que pensaba de la mujer habrian salido sin reparo alguno de sus labios, con un tono de voz más agresivo de lo que se veia acostumbrado.

El comercio se decidió después de haber rechazado sus miles de propuestas en cuanto a un matrimonio arreglado, por poco utilizaba su anillo para lograr que dejarán zanjado el tema, afortunadamente, con sus argumentos y cortas repuestas amables, fueron más que suficientes.

El tratado para la comercialización se le delegó al Duque Kaufman, eso se le comunicó aprovechando que su siguiente destino seria Oriente, donde seria el punto fijo para que negociarán un acuerdo.

Y cuando por fin estuvieron de acuerdo ¡su padre metia las narices donde no le conciernia!

Podia ser el emperador y su progenitor pero este era su negocio y no tenia derecho alguno a cancelarlo asi como asi, sin una razón coherente siendo que hasta la última letra del contrato habia sido escrito por él, todos los términos favorecían enormemente tanto a Oriente cómo a Luipt.

Debía reclamar cuanto antes, no dejaría que todo su resultado después de tanto esfuerzo se escapara de sus manos por un simple berrinche de su padre.

Pero tristemente, sabia que si el regente daba un no, aun si no tuviera justificación alguna, tenia la última palabra y su palabra es ley.

Sus puños se contrajeron, respiro lentamente tratando de calmarse en vano.

Para su suerte, tanto el amigo de su tio y él habian estado discutiendo desde que se perdió en sus pensamientos, estaba algo alejado de ellos e ido, por lo que se acerco a paso elegante y seguro hacia el rubio mayor, ignorando el dolor de su corazón al sentirlo estrujarse al darse cuenta que no tenia el control sobre sus posesiones.

Perdio otra herramienta valiosa, Kaufman.

Sin embrago, le quedaban más, perdió dos peones en un día y le sento mal aun que quisiese negarlo, fue un pequeño shock caer en cuenta de que su irracional padre tenia el control sobre sus herramientas, sus posesiones. 

Ese pensamiento, esa sensación no le gustaba en lo absoluto.

—tio, Marqués—suspiró dando una sonrisa de lado, algo tensa por el tema tratado—el Duque sólo se sentia mal, mañana se ira así que no hay porque seguir con esta discusión—fijo su mirada en su tio, en forma de reprimienda.

Kosair desvió la mirada haciendo un gesto de inconformidad, sabia que había algo más entre el Duque y su sobrino pero también sabia que era incapaz de sacarle dicha información, resignado, solto un bufido rodando los ojos para luego sonreirle con cariño y emoción, se dirigio a levantar las cajas y bolsas de regalo que habia traído para el príncipe; este sonrió divertido al verlo dejar todos ellos en su cama, amontonandolas hasta llenarla.

Escucho un suspiro exhausto a su lado, vio de reojo a Falhan que lo observaba con cierta vergüenza.

—lamento la escena que monto Lord Kosair, príncipe

Quiso reir por el "Lord" que demostraba que el hombre le tomaba cuidado.

—no hay de que preocuparse, Marqués, no es la primera vez y dudo que sea la última—rio leve al ver al rubio mayor buscar entre los regalos, uno en particular—aparte, somos família, si no lo aguantará yo ¿quien lo haria?

El otro sonrio por su comentario, Isis también queria a su tio sólo que al igual que Navier, nisiquiera sabia cómo expresarlo.

La dificultad para demostrar sus sentimientos por personas a las cuales de verdad tiene aprecio, es algo que heredo de su madre sólo que a un nivel más elevado, más...grotesco.

Las siguientes horas las paso en compañía de su tio y el amigo de este, comieron los tres juntos en su habitación estando encerrados en ella para prevenir el encuentro entre Kosair y la amante, tanto Falhan cómo Isis sabian que el rubio mayor era impulsivo y si bien podria contenerse un poco por piedad a su hermana siendo la emperatriz y a su sobrino siendo el príncipe heredero, mas no era suficiente.

Asi que era mejor prevenir que curar.

Sin embargo, su tio recordó el chismoseo de los ciudadanos mientras abría sus regalos, lo noto; su expresión se habia endurecido y sus ojos tenian un brillo peligroso, una mueca salio en un intento de sonrisa, agarro uno de sus regalos el cual era un pañuelo celeste que actuaba cómo una corbata, algo realmente peculiar, se puso enfrente del mayor con una sonrisa calida.

—¿cómo me veo con esto, tio?

—increíble, como siempre, estas hermoso pero sé que estas haciendo, Isis

Lo descubrió, no era tonto aun que lo pareciera y lo sabia pero debia intentarlo.

—no intento nada, tio

—¿y entonces por qué estamos encerrados aqui desde hace horas?—fruncio el ceño—hace rato te propuse irnos a ver a tu madre pero me cambiaste de tema y no lo niegues, te conozco

Solto un pequeño gruñido a modo de protesta, no lo conocía, o bueno, no del todo pero sabía lo suficiente para saber cuando hacia algo en lo que él estaba involucrado.

—sólo no quiero que se meta en problemas--

—¿por la amante?

— ...si, por ella—desvió su mirada para darle una sonrisita tranquilizadora—podemos ir a pasear por el jardín con madre, a esta hora ya debe estar libre de obligaciones

La discusión iba a seguir, siendo la razón la concubina, pero el rubio menor desvio la atención del mayor con la propuesta de paseo junto a la emperatriz y esta vez, el mayor no se percató de eso pese al evidente cambio de tema.

Salieron de la habitación cuando Kosair aceptó complacido, los mayores por detras del príncipe por respeto, mostrándose como eran de rango menor a él. El dúo de amigos se dirigieron a su alcoba en búsqueda de los regalos para la mujer, mientras el principe, fue en busqueda del afligido Duque a sabiendas que prontamente seria echado por su padre si no se marchaba ahora.

Era una dolorosa derrota para su orgullo pero esto no se quería así, su apellido era Vikt y mientras fuera ese jamás daria su brazo a torcer aun si tuviera a Dios frente suyo.

Toco con suavidad la puerta, escuchando un poco de ajetreo en el interior, volvió a tocar durante unos minutos siendo recibido por el rostro entristecido del extranjero que se hizo a un lado para dejarlo pasar, no sin antes ver a ambos lados para prevenir rumores.

—veo que ya estas preparado para irte—vio las pertenencias perfectamente guardadas del albino en la cama.

—aun no, falta algo

—¿qué cosa?—tomo su atención.

—queria despedirme—suspiro apenado acercandose un poco a su príncipe.

—¿la poción...debia ser tan potente?—cuestiono al verlo inquieto y tan decidido a irse hoy y no mañana como habia proclamado.

—sólo simula la sensación de estar enamorado—desvio la mirada—tengo muchos años de experiencia preparando esa poción, pero nunca fue tan efectiva

—¿es un efecto secundario?

—¿por qué vino a verme?—atajo la pregunta.

—porque sabia que se iría antes de tiempo, por la forma en que lo presionó mi padre y por la mirada que me dio antes de irse de mis aposentos esta mañana—se acerco a él—aun asi, es doloroso saber que no esta dispuesto a pelear por quedarse

En realidad no, no le dolia eso, le dolia haber perdido otra herramienta al igual que su padre le haya frustrado un tratado que estaba completamente a su cargo. Era un golpe doloroso a su orgullo pero eso no era lo que Kaufman queria escuchar, el necesitaba que le rogara quedarse, que demostrase que le dolía su ida, que lo valoraba y por eso le dijo que lo necesitaba, para que tuviera una razón asi mantener su fidelidad.

—¿qué podria hacer yo contra el emperador de Oriente?—las manos del mayor acariciaron con ternura las mejillas blanquecinas del menor.

—¿qué podríamos hacer juntos contra el emperador de Oriente?

Ante aquella pregunta, ambas miradas fijas en la otra, brillaron por diferentes motivos pero aun asi, tan similares como destructivos.

Una mirada reflejaba el caos, una revolución con miles de piezas a su merced, su mirada estaba fija en su peon.

La otra mirada detonaba un amor sin igual, sin limite alguno al igual que devoción y una esperanza ciega, su mirada estaba fija en el amor de su vida.

Con esta emocionante y peculiar combinación ¿qué podria salir mal?

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