Yo te acepté sin exigirte más que dejarte conocer, no pedí nada más que compartir contigo. Quería saber quién eras, y no físicamente, si no en tu forma de ser y tu manera de pensar. Quería compartirme contigo más allá, pero nunca pude lograrlo.

Y lo intenté. Me interesé por tus gustos, te pedí que me explicaras cosas que yo ya entendía solo para compartir algo más que lo superficial, lo intenté.

Pero yo sé que solo eras un reflejo de lo que yo te expresaba, solo repetías lo que yo te decía pero no podías fingir más cuando yo mostraba preocupación: tú falta de empatía me fue terrible porque dijiste que me amabas, y que quería que estuviese bien. Lástima que no entendí en ese momento que eso era que tú no querías involucrarte cuando necesitará estar bien, solo estabas esperando que estuviese bien para tí, sin que aportaras nada a mi vida... egoísta.

No fue mi culpa, nunca fui cruel contigo, ni fui indiferente... hubiese podido serlo, tanto como para destruirte, pero yo sí te llegué a amar lo suficiente como para darte explicaciones, y hasta el final lo hice, sin humillarte a pesar de lo molesta que estaba, de lo que me dolía ver cómo no te importó lo suficiente y simplemente dijiste: "lo sé, ya sé".

Cómo colgaste y antes solo dijiste: "voy a colgar, espero que estés bien". Y ya Eso fue todo.

Pero no voy a volver a ti.

Voy a leer esto cada que quiera hacerlo.