Estoy pensando en escribir una historia a través de una serie de drabbles. Aquí el primero.

La mañana despuntaba y la Quinta Casa del Santuario ya estaba llena de actividad, como solo podía ser teniendo a un joven de quince años con hiperactividad, los dos adultos qué le acompañaban, todavía luchaban contra el sueño, mientras el niño (como lo llamaba el mayor de ellos), jugueteaba y corría tras un enorme león qué solo quería dormir su siesta en paz y por lo tanto huía del muchacho que planeaba rascarle la panza.

—¡Ven gatito!—gritaba Regulus sin enterarse de la presencia de los adultos y tampoco se preocupaba por el desastre qué a su paso estaban dejando.

Káiser y Aioria se mantenían en el umbral de la habitación en la que habían dormido contemplando el alboroto con una mezcla de sueño, molestia y diversión, pero pronto tuvieron que abandonar su puesto cuando vieron a la enorme bestia abalanzarse sobre ellos.

No tuvieron mucho éxito en su huida y en un movimiento rápido, Regulus saltó sobre el lomo de Goldie qué, al verse sorprendido, terminó por estrellarse contra los dos santos mayores.

Así comenzó la mañana en la casa de Leo, con un montón de risas y un enredadero de gatos.