Canto de Luna

I

Me someto a su voluntad de hombre. Su voluntad es ley, es paraíso. Su voluntad existe y no me resisto. Merezco su desprecio, no puede amarme. No soy hija de dios, la naturaleza me hizo. Soy un error cometido, es su deber corregirme.

Enséñeme a venerarle si entrego mi lealtad. He conservado mi virginidad solo para su conquista, permítame ser su sumisa. Seré ama de casa, esclava sexual comprometida. La feminidad es mi ofrenda. Solo usted podrá apreciar mi belleza, solo sus ojos verán mis piernas abiertas, anhelando éxtasis, esperándolo dispuesta.

Tener sexo es la única forma de amar.
Hágase su voluntad en mi cuerpo
concebido como propiedad.
Sometida desde el nacimiento,
destinada a servir,
cocinar, lavar y planchar.

Seré una mujer buena, callaré mi boca. Comprendo y acepto que mi cerebro es incapaz de pensar. Lo honraré, mi hombre, será usted quien dicte mi actuar. Será usted quien decida cuándo y cómo amar. Vestiré ropa que esconda mi piel, prometo no evocar lascivia. Con sus caricias me protegerá. Permaneceré en casa, seré buena esposa, una buena mamá.

Mi alma le venera, en espíritu me entrego, doy ofrendas de mi carne, suyo es mi pensamiento. No hay idea que se inmiscuya o rete su voluntad. Sé que me amará si soy amable y bondadosa, mujer ideal para casar. Escucharé su logos, confío que en mí revelará su verdad. Sanaré sus heridas, sus temores voy a acobijar.

II

¿Por qué? ¿Por qué has decidido golpearme? Amor mío, ¿he cometido una falla? ¿Acaso merezco ser castigada? Su lado de demonio no me obnubila. Puedo ver el hombre a quien le confié mi libertad, está ahí, esperando que lo ame. Míreme, seré yo quien le sane. No caeré en temor ni rencor. Estoy agradecida con esta vida que me ha otorgado. Sé que le afectan los fallos del trabajo. Por favor, perdone mi insistencia, solo deseo ayudarlo. Por favor, perdone si soy ingenua. ¿Qué he hecho mal?

Se lo suplico, perdóneme. ¿Cómo desea que le sirva? ¿Cómo desea usarme? ¡Dígame y lo cumpliré! No, no he alzado la voz. No, no estoy llorando. Sí, las mujeres nos ponemos muy emocionales. Disculpe mi conducta si es desagradable. Entiendo su rechazo, puede usted gritarme pero, por favor, no me golpee otra vez. Se lo prometo, seré una buena mujer.

Permítame demostrarlo. No soy de esas, mujeres promiscuas que usted desprecia. Le pertenezco en alma y carne, suyo es mi actuar. Gracias por perdonarme. Déjeme satisfacer sus necesidades. El fruto de mi vientre proveeré. Concebiré al primogénito; así como Dios lo pide, lo entregaré.

III

Oh, esposo mío, ¿por qué tratas de forma tan cruel a nuestros hijos? ¡Son tus niños! No, no me callaré esta vez. Tienes que escucharme. Me iré de esta casa si osas tocarlos otra vez. Lo digo en serio, ¡me iré! Conmigo los llevaré. Los alejaré de ti... de usted. ¡No, por favor! ¡No me golpees otra vez!

¿Por qué su crueldad ha nublado juicio y buena voluntad? ¿Dónde yace ese hombre que tanto amé? ¿Por qué no podemos volver al ayer? Cuando nuestro amor era prístino, nuestras manos se entrelazaban para tocar el infinito y cuidábamos con cariño a nuestros niños. Véalos ahora, tan pequeños, tan tímidos. Su padre les ha hecho daño y me culpa, ¡es mi culpa!

¿Cómo dejé que esto pasara? ¿Cómo dejé que nuestro amor escapara? ¿Es porque ya no frecuentamos la cama? ¡Es eso, lo sé! Le causo decepción. ¿Qué he hecho, Dios mío? ¿Qué te he hecho, mi niño? ¿Qué te hice, mi amor? Es mi culpa que tu padre no nos quiera en esta casa, su dominio. Soy esclava de sus deseos, presa soy de sus caprichos. ¿Cómo puede tratar mal a estos angelitos? Yo los creé con esfuerzo, paciencia y cariño. Fueron el obsequio perfecto para consumar nuestro amor.

¿Cómo cuidarlos? ¿Cómo protegerlos? No deseo que vean a ese hombre que ha sido poseído. Su violencia debe ser una reacción, un castigo. ¿Qué he hecho mal, Dios mío? ¿Qué he hecho? ¿Qué nos pasará mañana si decide que ya no somos dignos?

IV

Y el amor se escapa, ha decidido huir
antes de ser decapitado.
Soportó el rechazo,
no desea seguir siendo humillado.
Y el amor se deteriora,
empezó desde la alcoba.
Me sostengo sobre el alféizar
mientras me azota.
Es lo que merezco,
lo que obtengo. Lo soportaré.
Me envolví en amor y escapé,
el mundo mordió mis pies.
Mis hijos pasaron hambre,
pasarela de imágenes angustiantes.
Acumulo recuerdos grotescos
pero mi felicidad enaltezco.
Me quedo al lado de este hombre,
he decidido amar
a mis hijos, mis frutos;
mi regalo y mi castigo.
Los amo tanto, perdónenme.
No deben ver así a su madre.
Por favor, tapen sus oídos
y no me escuchen gritar.

Dios dijo que el divorcio es pecado
y yo no debo pecar.
Me encontraré en el cielo con mis niños,
los abrazaré cada madrugada.
Desconozco el error que su ira desata
pero lo acepto como el karma.

Dios es sabio, Dios es bueno.
Dios es hombre.
La voluntad de Dios
no se puede cuestionar.
Aquí me quedaré, abuela.
Aquí me quedo, madre.
Por favor, no se preocupen.
Estaré bien, me han criado bien,
soy buena mujer, me sé comportar.

V

Mi hija no pasará por esto, escúchenme bien: el trecede octubre a las tres de la mañana, carguen estos cuerpos, caven y sellen lasfosas. Nadie nos verá cuando la noche nos cubra, la luna es mi aliada, mi mejoramiga. Le cuento a ella los secretos que no le confieso a Dios. Si revelo aella estos planes, no fallará su ejecución. Él nos verá morir, solo así seromperá este pacto que me ata a su voluntad. Escúchenme con atención: el trecede octubre a las tres de la mañana, la luna nos cubrirá. 



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