Capítulo XXXV

Lo dije, finalmente lo dije. Solté la bomba que estalló en sorpresa y preocupación.

Nino: ¿C-cómo que te estás muriendo? — preguntó saliendo del shock.

Yotsuba: ¿Sanada-san?

Miku: Akira.

Ichika: Akira-kun.

Nino: Aki-kun.

Sabía que decirlo pondría tanta presión en mí como en ellas. Incluso cuando confesé que estaba muriendo, no tenía ganas de seguir con esto.

Itsuki: Sanada-kun — susurró mi apellido mientras me miraba sus ojos casi llorosos.

Es por eso que no quería decirlo en primer lugar, preocuparía a los demás y me tendrían lástima, cosa que nunca me ha gustado.

Sin embargo, ellas tenían el derecho de saberlo.

Akira: Todo comenzó cuando tenía 3 o 4 años. Tengo vagos recuerdos de eso debido a mi corta edad — murmuré sentándome sobre mi escritorio — Estaba en un parque de Kyoto jugando con 5 niños… ¿o eran niñas? ¿Niños y niñas? ¿Niños vestidos de niñas? — intenté recordar, pero mi mente estaba en blanco — C-como sea. Un día hubo un tiroteo… una emboscada de un grupo yakuza para matar al próximo heredero de un grupo rival.

Ichika: ¿Y cómo sabes eso?

Akira: Porque…

Itsuki: Porque Sanada-kun era el heredero del grupo yakuza — dijo haciendo que todos la miraran.

Cuatrillizas: ¡¡¿QUÉ?!! — gritaron mirándonos con sorpresa.

Nino: ¿Y tú cómo sabes eso?

Akira: Yo se lo confesé el año pasado. Fue ese día en el hospital — respondí por Itsuki — No es que desconfíe de ustedes, chicas, pero en ese momento ella era una de las pocas personas en quien confiaba.

Miku: Eso suena justo. Tú e Itsuki se llevaban bien antes de empezar a tener una amistad con nosotras.

Itsuki: Sí. Y es justo que ahora yo les revele un secreto mío — dijo mientras iba por su bolso y sacaba una foto antigua — Esto es lo que me dio tu mamá el día que fuimos al centro comercial.

Nos acercamos un poco más para ver la foto, y cuando lo hicimos, nuestros ojos se abrieron.

En la foto había un niño de 3 o años años durmiendo sobre la manta de un parque. Pero también había 5 niñas de cabello rosado que dormían sobre él. Dos chicas en cada brazo y la otra sobre su pecho.

Ichika: Esos niños…

Yotsuba: Somos nosotros — dijo sin poder creer lo que está viendo.

Y siendo sincero, nosotros tampoco.

Miku: ¿Ya nos habíamos conocido?

Nino: Es imposible. Si nos conocimos, deberíamos recordarlo.

Akira: Ugh. Cuando vuelva a casa, le pediré explicaciones a mi madre — gruñí agarrándome la cabeza.

Itsuki: Ella dijo que hubo algo que obligó a ella y a mamá separarnos y jamás volver a vernos. Supongo que fue por esa emboscada de que estás hablando.

Akira: Debe serlo — dije intentando recordar — Uno de esos hombres me lanzó un shuriken en un intento de asesinarme, pero sólo me dio al costado de mi costilla izquierda. Muy cerca del corazón.

Yotsuba: ¿Y-y moriste? — preguntó angustiada.

Sus hermanas la miraron.

Akira: Por desgracia sí… ¡pero sobreviví! — respondí dramáticamente.

Yotsuba dio un suspiro de alivio.

Akira: Poco después la policía llegó a salvarnos y me llevaron rápidamente a un hospital. Ahí me quitaron el shuriken de mis costillas y cerraron la herida. Sin embargo, tuve un ataque cardíaco — dije asustándolas — Me hicieron un electrocardiograma para revisar mi corazón y ver si tenía un daño. Al parecer recibió un corte profundo en la aorta. Los doctores cerraron la hemorragia, pero seguía fallando. El diagnóstico… el corazón ya no tiene reparación.

Miku: ¿Es por eso que papá mencionó ese trasplante que necesitas urgentemente? — preguntó angustiada.

Akira: — asentí con pesar — Me dijeron que si no conseguía un corazón, mi límite de vida sería aproximadamente de hasta 19 o 20 años, 21 como máximo. Y aunque no lo creas, es difícil obtener un corazón para un niño de tres años.

Itsuki: ¡P-pero ahora tienes 18 años! ¡Aún puedes conseguir un corazón de acuerdo a tu edad, ¿verdad?! — preguntó desesperadamente esperanzada.

Akira: Es probable. Em 50-50 — dije sin estar seguro.

No debo mencionar que mi nombre está en el número 100 de la lista de pacientes que necesitan un órgano.

Ichika: Eso es algo, Akira-kun. Aún puedes estar con nosotras — dijo más esperanzada.

Miku: Tienes razón.

Yotsuba: ¡Sí! ¡Hay que ser positivas y no pensar eso!

Nino: Aki-kun, ni pienses en dejarnos o lo pagarás — dijo mostrándome su puño.

Akira: ¿Estás amenazándome? — pregunté un poco asustado.

Nino: Es amenaza amorosa.

¿Eso existe? Suena a algo que diría una yandere.

Como sea, parece que la noticia se la tomaron mejor de lo que creía. ¿Tal vez fue porque podría salvarme de la muerte? ¿De qué me estaba angustiando?

Miku: Por cierto, Akira.

Akira: ¿Si, Miku?

Miku: No nos dijiste a quien de nosotras escogerías.

Akira: ………Oh.

Volvió la angustia.

Todas se giraron a verme, esperando la respuesta que podría marcar sus vidas.

Akira: Umm… ¿pueden esperarme hasta el último día del festival? — pedí tímidamente — Muchas cosas pasaron hoy. Además… sería extraño decirlo en el primer día.

Quintillizas: ………

No me miren así. Apenas estuve listo para decirles sobre lo que padecía y ya no creo tener tanto valor para decir algo más.

Ichika: tosió en su puño — B-bueno, Akira-kun acaba de liberarse de un gran peso de encima. Es justo que le demos algo de tiempo — dijo antes de levantar su vaso — Así que ahora deberíamos reponernos y brindar.

Yotsuba: ¡Yo quiero jugo de naranja!

Miku: Refresco de matcha por favor.

Nino: No tenemos.

Miku: Es un día oscuro para Miku.

Suspiré de alivio al ver que no me van a presionar a confesarles. Eso significa que me dará tiempo para…

Itsuki: Por fin pudiste decirlo, ¿no? Te tomó algo de tiempo — dijo acercándose a mí mientras sus hermanas disfrutaban de los bocadillos.

Akira: Lo mismo podría decirse lo mismo de ti — respondí con una sonrisa — No me dijiste que tenías una foto de nosotros que te dio mi mamá.

Itsuki: Supongo que ambos teníamos un secreto que necesitaba liberarse, ¿no? — respondió dándome un guiño burlón — Y con respecto a lo que dijiste… supongo que me siento algo celosa.

Akira: ¿Eh?

No entiendo a qué se refiere exactamente. ¿Será a la confesión? Pero ella no…

Miku: Akira, ten — me sacó de mis pensamientos mientras me daba un vaso de refresco.

Akira: Ah, gracias — dije aceptando el vaso.

Ichika: Bueno, hay que celebrar un exitoso primer día del festival escolar.

Todos: ¡¡KANPAI!! — gritamos levantando nuestros vasos al aire.

Decidimos relajarnos y disfrutar de los bocadillos que Yotsuba y yo compramos para todos. La conversación fue amena y divertida.

Me hace recordar a los viejos tiempos.

Ichika: Lamento no haber podido ver tu baile, Nino.

Nino: E-está bien que no lo hayas visto.

Akira: No te preocupes, Ichika… lo tengo todo grabado en mi teléfono. Te lo envío más tarde.

Nino: ¡Hey!

Yotsuba: ¿Eh? ¿Dónde está el karaage?

Todos giramos la mirada hacia Itsuki que tenía las mejillas llenas del karaage desaparecido. Ella, al sentir nuestras miradas, se congeló en el acto y con las mejillas rojas.

Itsuki: P-perdón, no he comido nada — dijo avergonzada.

Akira: Bueno… al menos no caíste en la tentación antes de brindar. Eso lo hace un logro — dije viendo a Itsuki tragar su comida — Oh, espera, tienes migajas en la cara.

Lo siguiente que hice fue limpiarle las migajas cerca de sus labios con el pulgar antes de llevármelo a la boca.

Akira: ¡Mmm! Rico — dije tras probar el sabor del karaage.

Extrañamente también saboreé un ligero sabor a fresas. ¿Habrá comido alguna fruta antes de venir? No, ella dijo que no comió nada. ¿Entonces que…?

Oh.

Mi cara se encendió de rojo al darme cuenta de lo que acababa de hacer y saborear. También me di cuenta que las cinco estaban sorprendidas de mi acción.

Especialmente Itsuki, quien estaba tan roja como su cabello y con vapor saliendo de sus oídos.

Akira: E-etto… Itsuki… yo… ahm…

Itsuki: Uhm… Sanada-kun… ah…

Ambos sufrimos cortocircuitos en nuestros cerebros y no sabíamos que decir tras lo sucedido.

Miku: Akira, yo también estoy sucia — dijo tras verla claramente ponerse algunas migajas de comida en los labios.

Nino: ¡Aki-kun, yo igual! — exclamó poniéndose algo de comida en los labios a propósito.

Retrocedí un paso atrás ante la mirada de los chicas por querer limpiarlas. También me fijé que Ichika y… Yotsuba hicieron lo mismo.

Debo pensar mejor las cosas antes de hacerlas.

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Aunque disfrutamos nuestra pequeña reunión de seis, (y limpiar labios y mejillas por 20 minutos) era momento de terminar, ya que Ichika debe volver a su hotel para descansar.

La acompañé a la puerta de entrada mientras las demás iban a reanudar sus labores, lo que pronto haré también una vez que la deje en su taxi.

Akira: Justo a tiempo. Ya llegó el Uber japonés — dije al ver llegar el vehículo que pedí con anticipación — Mañana tienes filmaciones, ¿verdad? Es por eso que tienes que irte ahora, ¿no?

Ichika: Perdón por tener tanta prisa, pero fue lindo juntarnos los seis por primera vez en mucho tiempo — dijo antes de acercarse para burlarse de mí — Por cierto, fue una gran sorpresa cuando te nos confesaste, Akira-kun. Decir que nos quieres a las cinco es algo que diría un mujeriego.

Akira: Ugh. Sí, ya lo sé — dije con una mueca — Recordármelo no me hace sentir mejor, ¿sabes?

Ichika: ¿En serio? Aunque creo que está bien.

Akira: ¿Está bien que sea un mujeriego? — levanté una ceja.

Ichika: Eso no. Me refiero a que… — dejó de hablar y puso una mirada pensativa.

Akira: ¿Ichika? ¿Qué ibas a decir?

Ichika: Olvídalo, no dije nada — dijo antes de abrir la puerta del taxi — De hecho… tal vez no pueda volver, ¡¿así que estaría bien si escucho tu respuesta ahora mismo?!

Akira: ….……

Ichika: S-si todavía no estás seguro, entonces no hace falta que me lo digas aún — dijo tímidamente.

Akira: Gracias. Todavía necesito reunir valor para ello — agradecí — Y no te preocupes, haré todo lo posible para que vuelvas otra vez… incluso si tengo que amenazar a tu director con tal de que te deje salir.

Ichika: No serías capaz de… no, tú sí serías capaz de eso.

Akira: Sí, no dudes de ello — sonreí cruzándome de brazos — Ahora vete. Oda no ha dejado de llamarme para que regreses.

Ichika: Oh, es verdad. Pero antes de que me vaya… — empezó a acercarse a mí hasta el punto de sentir su aliento en mi cara — Hay algo que quería hacer… desde hace mucho tiempo.

Akira: ¿Y qué sería eso?

*PAF*

Akira: ¡¡AAAUUU!! — grité por la bofetada que me dio Ichika — ¡¿Y eso por qué fue?! — exigí sosteniéndome la mejilla adolorida.

Ichika: Eso fue por la nalgada de esta mañana — dijo con una sonrisa satisfecha.

Akira: ¡¿Cómo lo…?!

Ichika: ¿Qué cómo lo sé? Eres el único que tiene una copia de la llave de mi habitación.

Ouh.

Ichika: Y además, dejaste una nota sobre que viniera al festival esta mañana.

Doble ouh.

Ichika: Todavía tengo la marca de tu mano en mi trasero, ¿sabes?

Akira: Yo… lo siento — dije agachando la mirada.

Ichika: No te preocupes, no estoy enojada contigo.

Akira: ¡¿Entonces por qué fue la bofetada?!

Ichika: Porque… — otra vez se acercó a mí, poniendo su boca cerca de mi oído — Debiste haber pedido permiso si querías tocarlo~… pervertido.

Me estremecí y mi cara se puso roja cuando después de eso ella lamió mi oreja.

Ichika: Nos vemos, Akira-kun~ — se despidió antes de subir al taxi e irse.

Akira: Jamás me sentí tan aterrado y excitado en toda mi vida — murmuré con mi mano en mi oreja lamida.

Y no creerán la sensación que tuve cuando me envió otra foto suya.

Ichika: Hay más de donde vino ese 🤭

Akira: ¿Hay más? 🧐

Lo esperaré con ansias.

CONTINUARÁ

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