Capítulo XXV
Takeda: 'Impresionante'… es la forma de describirlo, ¿no? — dijo mientras nos columpiabamos en los columpios — Hice el examen nacional de simulación con la intención de vencerte, incluso si lograbas llegar a los 10 mejores en el Gaokao. Así que el octavo lugar es una posición favorable para mí. Pero, ¿quién diría que lograrías salir aún más alto que eso en el examen más difícil del mundo? Felicidades por el primer lugar.
Akira: Gracias. Pero… ¿qué estoy haciendo aquí contigo en los columpios? — pregunté confundido.
Takeda: Jaja. El enemigo de ayer es el amigo de hoy. Puede que esto se trate la juventud, ¿no crees?
Akira: Si tú lo dices — dije antes de saltar al aire con un mortal hacia atrás.
Takeda: Oooh, eres bueno.
Akira: Me falta mejorar — dije cuando casi tropiezo con ese aterrizaje — Y eso es todo lo que querías hablar, debo irme. Aún sigo cansado, así que haré el truco del Capitán América.
Takeda: ¿El truco del Capitán América? — preguntó confundido — ¿Y cuál es ese?
Akira: Dormiré con un témpano y no despertaré hasta dentro de 70 años — dije con un bostezo.
Takeda: No puedes irte aún. ¿No recuerdas que nos pidieron venir aquí? — preguntó cuando de repente una limusina se detuvo frente al parque — ¿Ves? Ya llegó.
Del asiento trasero del vehículo lujoso, salió la persona que nos llamó para venir a este parque… Nakano Mauro.
Así que para conversar, nos sentamos en dos bancas vacías. El adulto en una y nosotros en la otra.
Mauro: Me disculpo por hacerlos esperar — dijo inclinando la cabeza — Para empezar, me gustaría felicitarte por sacar el octavo lugar, Takeda-kun. Estoy seguro de que tu padre está bastante orgulloso de tener un hijo tan capaz. Escuché que quieres volverte un médico. ¿Qué te parece venir a mi hospital? Tener a una persona excepcional como tú…
Takeda: En verdad lo lamento — dijo inclinando la cabeza — Aunque me siento increíblemente honrado por su oferta, me gustaría tomarme algo más de tiempo para pensar sobre mi futuro.
Mauro: Ya veo. Espero escuchar una respuesta favorable.
Parece que Takeda aún no sabe qué hacer con su futuro. Como su sensei, debo hablar con él para ayudarlo a decidir.
Mauro: Sanada-kun.
Akira: ¿Si?
Mauro: Quiero ofrecerte la posición de tutor de casa.
Akira: ¡¿Eh?!
Debo admitir que eso me tomó por sorpresa. Aunque la forma en que me ofreció el trabajo sonaba con repulsión.
Mauro: El pago es cinco veces el promedio del mercado. El lugar de trabajo es una casa con un ambiente divertido…
Akira: ¡Alto! ¡Alto! ¿Por qué me ofrece el trabajo de tutor así como así? Creí que me odiaba — dije confundido — ¿O ahora le agrado?
Mauro: No te equivoques, aún te odio.
Akira: Ugh. Lo sabía.
Mauro: Y siendo sincero, estoy reacio a contratarte. Este es un trabajo bastante pesado, aún para profesionales. Sin embargo, lo haces parecer fácil incluso cuando tienes muchos trabajos que consumen tu tiempo. Dime, ¿aceptas el cargo?
Akira: Lo acepto — dije gustoso — Sin embargo, no quiero un pago. Lo haré gratis porque es mi deber como maestro. Usted lo entiende, ¿no?
Mauro: Lo puedo entender — asintió lentamente — Entonces será acordado que serás su tutor hasta la graduación.
Akira: Creo que eso sería muy poco, señor Nakano.
Mauro: ¿A qué te refieres?
Akira: Pues… viendo sus notas y sus tareas de sus hijas, ellas ya son capaces de graduarse por sí mismas.
Mauro: Que tranquilizador.
Akira: Es por eso que creo que ayudarlas a graduarse solo es la punta del iceberg — dije poniéndome serio — ¡Haré que sus hijas cumplan sus sueños! Y tú también, Takeda — señaló al mencionado, que me miró sorprendido — Como tu sensei en la escuela, te ayudaré a que cumplas el sueño que quieras seguir cueste lo que cueste. Así que prepárate.
Takeda: Sensei — dijo mirándome con admiración.
Mauro: Sanada-kun, eres libre de hacer lo que quieras. Si crees que ese método es conveniente, no me quejaré.
Akira: Gracias.
Mauro: Sin embargo — me miró con una mirada fría y mortal — No eres más que un tutor y maestro. Confío en que abordes a mis hijas de una forma caballerosa digno de un docente.
Akira: ¡P-por supuesto, sue… señor Nakano! — dije aterrado y sudando como cerdo en el matadero — ¡He marcado una línea muy clara entre nosotros! ¡Todo es profesional! ¡Jajaja…! Por favor deje de mirarme así.
Mauro: Confío en ti. No me decepciones — dijo mientras relajaba su mirada.
Ugh. Si sabe que Ichika y Nino tienen sentimientos por mí, soy hombre muerto.
[Timeskip…]
Con esa aterrado reunión en el parque que concluyó bien, me dirigió al apartamento de las chicas para nuestra sesión de estudios en mi corcel metálico.
Al bajarme en el estacionamiento, Itsuki ya estaba ahí. Al parecer estaba esperándome.
Itsuki: Sanada-kun… ¿qué te dijo papá? — preguntó angustiada.
No respondí. Me quité el casco y la miré con tristeza mientras me acercaba a ella.
Itsuki: ¿Sanada-kun? — preguntó cuando acercaba mi mano a su rostro.
Akira: Perdóname, niñita — dije acariciando su mejilla.
Itsuki: No me digas que…
Rápidamente cambié mi tristeza a una gran felicidad mientras la agarraba de la cintura y la levantaba en el aire.
Akira: ¡¡JAJAJA!! ¡¡ITSUKI!! — reí mientras la hacía girar en el aire — ¡Su padre me aprobó como su tutor! ¡Y lo seré hasta el final!
Itsuki: ¡Y-ya entendí, Sanada-kun! ¡Bájame, bájame! — suplicó sonrojada.
Tras unas cuantas vueltas más, la bajé con cuidado al suelo para que recupere que recupere el sentido.
Itsuki: Felicidades, Sanada-kun. Finalmente tus esfuerzos han sido reconocidos — dijo feliz por mí.
Akira: Gracias, Itsuki. Ahora, ¿qué te parece si vamos arriba y revisamos sus exámenes — dije mientras subía las escaleras junto con ella.
Al entrar, fui recibido por sus hermanas, Ichika, Nino y Yotsuba.
Yotsuba: ¡Ah! ¡Sanada-san, bienvenido!
Ichika: Por fin llegaste~.
Nino: Llegas tarde. ¿Qué te tomó tanto tiempo?
Akira: Lo siento, pero… ¡ay! — chillé cuando tropecé con una caja en el suelo — ¿Qué es esto?
También me fijé que no era la única caja, había más en todos lados del apartamento.
Ichika: Jajaja.
Yotsuba: Estamos haciendo una limpieza profunda ahora que las cosas se calmaron — dijo cargando una caja.
Akira: ¿No se supone que haríamos la revisión de sus exámenes?
Nino: Eso no importa — dijo antes de mostrar mucho interés — ¿Probaste las velas aromáticas?
Akira: ¿Eh?
Nino: Ya sabes, las que te regalé por tus cumpleaños.
Akira: Ah.
Mis ojos se abrieron cuando recordé esas velas con aroma fuerte que irritaron mi nariz. Obviamente no podía decirle eso ya que su mirada de cachorro es demasiado pura como para destruirlo.
Akira: O-oh eso. Las velas… las velas son bastantes buenas, Nino. Me gusta ese… a-aroma que… que… ¡fue un buen regalo! ¡Gracias! — respondí con una sonrisa nerviosa.
Nino: Obviamente no te gustaron las velas — dijo inexpresiva tras descubrir mi mentira.
Akira: Lo siento, el olor de las velas irritó mi nariz.
Ichika: Akira-kun, sobre mi regalo…
Akira: Oh, cierto… tu carta — me sonrojé al recordar el contenido de ese regalo — Fue el mejor regalo que he recibido. Gracias.
Había tantas… que la imaginación me quedó corta.
Ichika: Jejeje — sonrió feliz.
Nino: Pervertido — murmuró malhumorada.
Yotsuba: ¿Qué tal estuvo mi regalo?
Akira: Las grullas fue un gran detalle, Yotsuba — sonreí agradecido.
En eso recordé la advertencia del padre de las chicas sobre mantener mi distancia sobre ellas, por lo que mi sonrisa desapareció.
Akira: Etto… como van a estar ocupadas haciendo limpieza y no habrá clases hoy, me retiro — dije abriendo la puerta.
Nino: ¿Qué? ¿Tan pronto?
Yotsuba: ¿No puedes quedarte un poco más?
Akira: Lo siento, pero no. Nos vemos en la escuela — me despedí saliendo y cerrando la puerta.
Suspiré aliviado por no haberme preguntado por irme rápido de ahí.
Itsuki: Huelo a secreto.
Akira: Ugh — hice una mueca cuando Itsuki salió porque sabía que algo me pasaba — ¿Qué secreto? Yo no huelo nada.
Itsuki: Puedo sentirlo. Me estás escondiendo algo, ¿no es así? ¿Es algo que dijo pa…?
Akira: ¡N-no!
Obviamente no me creyó ya que me está mirando fijamente con un puchero.
Itsuki: Entonces, ¿qué tal esto? Si tú me dices lo que escondes, a cambio, yo te diré uno de mis secretos.
Akira: ¿Ese secreto es que en realidad eres May, la famosa y enigmática crítica de comida?
Itsuki: ¡¿Cómo lo sabes?! — preguntó sorprendida.
Akira: Estuve ahí el día que fuiste a Revival — dije cruzado de brazos — Y déjame decirte que tu disfraz no ocultó bien tu rostro.
Sonreí con suficiencia ante la mirada avergonzada de Itsuki.
Itsuki: E-entonces te diré mi otro secreto — dijo mientras se ponía más roja que su propio cabello — Te diré… m-mis tres medidas.
Akira: ¡Acepto! — exclamé sin pensarlo dos veces.
No puedo creer que esta chica esté tan interesada en mi secreto que diría algo tan personal como sus medidas.
Itsuki: ¡Lo aceptaste demasiado fácil! — exclamó consternada para luego suspirar — Y bien… ¿qué me estás ocultando?
Akira: Pues, lo creas o no… llegué a mi fase de popularidad — confesé para sorpresa y confusión de Itsuki.
Itsuki: ¿No siempre has sido popular? — preguntó confundida — Quiero decir, eres maestro en una escuela y eres el director de una fundación.
Akira: Claro que no. Nunca me pasó esto en toda mi vida.
Itsuki: ¿Ni siquiera en la universidad?
Akira: Itsuki… mis compañeras en la universidad eran una década mayores que yo. Jamás se enamorarían de un niño de ojos rasgados que era más listo que ellas — dije con una mirada aburrida — Como sea. Al parecer, las interesadas son Nino e Ichika. Ellas…
Itsuki: Espera… ¿Nino e Ichika? ¿No Miku? — preguntó confundida.
Akira: ¿Por qué Miku? — pregunté extrañado — Ella y Yotsuba dijeron que me estarían apoyando o algo así. A veces no las entiendo.
Itsuki: Miku y Yotsuba apoyándote — murmuró para sí misma.
Akira: Ahora que ya te dije lo que me estaba pasando… te toca cumplir con tu parte del trato — dije con una sonrisa.
Itsuki: M-muy bien — dijo con las mejillas rojas — M-mis medidas son…
Akira: ¿Son?
Itsuki: N-noventa y…
Justo cuando iba por la primera medida, la puerta se abrió y Yotsuba hizo su aparición.
Yotsuba: ¡Le voy a preguntar a Itsuki! — avisó adentro antes de sorprenderse al vernos afuera — ¡¿Eh?! ¿Todavía estás aquí, Sanada-san? — preguntó para luego girarse hacia Itsuki — Ichika quería saber de quién es la caja que está en el closet.
Akira: ¿Puedes esperar un momento, Yotsuba? Itsuki estaba a punto de decirme sus tres…
Itsuki: ¿Qué, Ichika? ¡Si, ya voy! — exclamó escapando de nosotros al entrar a su apartamento — ¡L-lo siento, Sanada-kun! ¡Pero Ichika me necesita!
Akira: ¡O-oye! ¡Ya te conté algo! ¡No es justo! — me quejé, pero ella ya se había ido.
Yotsuba: Ah… parece que llegué en un mal momento — dijo con la mano detrás de su cabeza.
Akira: No importa. Tarde o temprano lo descubriré — dije mirando a donde se había ido Itsuki — Y cuando lo descubra, será glorioso. Te lo puedo asegurar.
Finalmente tengo la aprobación del padre de las quintillizas para seguir enseñando a sus hijas como su tutor.
Pero las cosas aún no terminan, ya que muy pronto comenzará… el viaje escolar.
CONTINUARÁ
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top