Capítulo XIII

Decir que parte de mi plan estaba dando resultado era lo correcto de decir. Nino me dejó entrar a su cuarto debido a que estaba mojado y que compré el hotel.

Akira: Sabes que no tenías que secarme el cabello, ¿verdad? — pregunté mientras dejaba que Nino restregara la toalla sobre mi cabeza.

Nino: Solo cállate y no te muevas mucho — dijo sin dejar de frotarme con la toalla.

Akira: suspiré — Sí, mamá — acepté inexpresivo.

Debido a que estuve mojado de pies a cabeza, mi ropa húmeda fue llevada a secar. Lo único que vestía era una bata prestada del hotel y la toalla de Nino sobre mi cabeza.

Nino: Y listo — dijo quitándome la toalla para pasar su mano sobre mi cabello — Que suavecito. ¿Cómo es que lo tienes así?

Akira: Palta y ajo. Lo pasas suave y delicadamente entre tu cabello con los dedos.

Nino: Excelente — dijo tomando nota mental — ¿Por qué no regresaste a tu casa en vez de quedarte bajo la lluvia?

Akira: Porque tenía que hablar contigo sin importar qué — dije antes de notar una hoja en la mesa — ¿Hm?

Cuando lo tomé, me sorprendí ver que era una de las hojas de prueba que hice para ella y sus hermanas el día que todo este lío comenzó. Lo hice a mano debido al apagón de la noche y no volvió hasta la mañana.

La última vez, Nino lo partió a la mitad. Ahora está unido con cinta adhesiva y con los problemas resueltos.

Nino: Tú… lo hiciste considerando nuestras fallas, ¿verdad? — preguntó en voz baja — Y bueno… me siento… un poco culpable por ello, ¿sabes? Lo siento.

Wow, estoy sorprendido si soy honesto. Que Nino se disculpe sin ser obligada es algo que jamás esperé.

Akira: B-bueno, acepto tus disculpas — dije todavía saliendo de mi aturdimiento — Y ya que estás disculpándote… discúlpate con tu hermanita Itsuki.

Nino: ¡Imposible! — negó inflando las mejillas.

Akira: ¡¿Por qué?! — pregunté exasperado — ¿Sigues resentida por lo que te hizo?

Nino: Ella no es una chica que pudiera hacer eso. De alguna manera… siento que Itsuki se ha hecho más fuerte… todas mis hermanas se han hecho más fuertes. Cambiaron mucho y dejaron el pasado atrás.

Akira: Bueno… no hay nadie que pueda escapar del cambio. Así que sólo hay que aceptarlo y seguir adelante. Ya no mires el pasado y mejor mira el futuro.

Nino: No es fácil como dices. Mientras mis hermanas dejaron el nido, yo me estoy quedando ahí sola. Solo yo no puedo olvidar las memorias del pasado. Incluso mi cabello lo mantengo intacto — dijo acariciando su cabello — Es por eso que debo dejar el nido sin importar qué, antes de que me quede completamente sola.

Akira: ¿Y cómo harás eso? — pregunté confundido.

Nino: Abriendo las alas — dijo dirigiéndose al estante — Y ya sé cómo.

Akira: Ya veo. Eso es… espera, ¿por qué estás agarrando unas tijeras? — pregunté cuando de repente se empezó a acercar a mí — ¿Por qué te acercas a mí de forma amenazante?

Nino: Tengo que acabar con esto.

Akira: N-Nino, piénsalo bien, ¿si? Si yo muero, se acaba el fic y te quedas sin trabajo.

Nino: Prepárate — dijo levantando las tirejas amenazadoramente.

Akira: Espera… espera… ¡espera! — pedí mientras caía de mi asiento y retrocedía hasta chocar contra la pared, dejándomd sin la oportunidad de escapar — ¡¡KYAAAA!! — grité como niña mientras cerraba los ojos y esperaba mi fin.

Sin embargo nunca llegó. Abriendo un ojo, Nino no estaba a punto de matarme. De hecho, me estaba ofreciendo las tijeras.

Akira: ¿Eh? — pregunté abriendo el otro ojo.

Nino: Cortame el cabello.

Akira: ¿Qué quieres que te corte qué?

Nino: Necesito que me cortes el cabello — repitió — Si voy a salir del nido, necesito un cambio.

Akira: Cuando decías cambio, no creí que lo dirías literalmente.

Nino: Solo hazlo, ¿si?

Akira: Bien, bien. ¿Estás segura de esto? — pregunté tomando las tijeras — Porque una vez que lo corte, no hay marcha atrás.

Nino: Estoy segura. Solo… trata de tener mucho cuidado, ¿si? — pidió nerviosa mientras se sentaba.

Akira: No te preocupes, déjalo en mis manos — dije poniéndome detrás de ella.

Con cuidado, tomé sus adornos de la cabeza y se los quité para ponerlo sobre la mesa. Luego, agarré con suavidad un mechón de cabello y con la tijera los corté, dejando que caiga al suelo.

Repetí el proceso con el resto de su cabello, cortándolo hasta que lo dejé a la altura de sus hombros. Parecía Yotsuba sin su listón.

Akira: Ya está listo — dije mientras dejaba la tijera y le entregaba sus adornos para que se lo pusiera.

Nino: ¿Cómo me veo? — preguntó tras ponerse sus adornos lanzando su cabello corto hacia atrás elegantemente.

Akira: Oh, wow — dije anonadado.

Era más que obvio que ella era hermosa al igual que sus hermanas, pero con ese nuevo look, se veía magnífica.

Aunque obviamente extrañaré su antiguo look.

Akira: Te ves bien — esa fue mi respuesta.

Nino: Tch. ¿Solo eso vas a decirle a una chica? Que simplista — dijo burlona.

Akira: ¿Con qué así vas a jugar, eh? Tú lo pudiste — dije haciendo tronar mi cuello — Oh, Nino… te ves tan hermosa que me estoy empezando a enamorar completamente de ti.

Nino: ¡!

Akira: Tu belleza es tan deslumbrante que siento las ganas de acercar mi rostro al tuyo, juntar tu frente con la mía, tocar tus labios con mis míos, jugar con tu lengua usando la mía… y tener una noche de pasión haciendo el…

Nino: ¡Ya basta! ¡Es suficiente! — exclamó completamente roja.

Akira: Creo que gané — sonreí victorioso.

Nadie me vence y se sale con la suya.

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Al día siguiente, Itsuki y Nino se disculparon por lo sucedido tras lograr que Yotsuba se retirara del club de atletismo.

Y ya que las todo terminó para bien, era hora de que volvieran a casa.

O eso me gustaría decir, pero todavía seguimos en la puerta ya que ambas chicas no quieren entrar hasta que la otra lo haga.

Nino: ¿Qué estás esperando?

Itsuki: Tú primero.

Nino: Entonces a la cuenta de tres, ¿okey?

Itsuki/Nino: Uno, dos… ¡tres!

Ninguna se movió.

Nino: ¡¿Por qué no te moviste?!

Itsuki: ¡Tú tampoco te moviste!

Miku: Ha pasado tiempo desde que nuestra casa ha sido así de ruidosa.

Ichika: Esto trae recuerdos.

Harto de estas dos chicas que no quieren entrar, me puse detrás de ellas.

Akira: Ups — dije mientras las empujaba intencionalmente, haciendo que entren y casi se caigan.

Itsuki: ¡Oye!

Nino: ¡¿Qué te pasa?!

Akira: Tengo una terrible migraña con la forma de sus caras, eso es lo que me pasa — dije mientras fruncia el ceño — Iban a quedarse en la puerta para siempre si no hacía algo.

Miku: Akira tiene razón — dijo mientras entraba junto con Ichika.

Akira: Sí y… ¿dónde está Yotsuba? — pregunté dirigiéndome a la entrada.

Y ahí seguía ella. Sentada en seiza y con la cabeza en el suelo mientras se disculpaba. Ha estado así desde hace 60 palabras.

Akira: ¿Sigues ahí?

Yotsuba detuvo sus disculpas, levantó su cabeza y se dio cuenta que ya todos habían entrado excepto ella.

Yotsuba: ¡¿Dónde están todos?! ¡Intento disculparme, pero…

Akira: Solo olvídalo, ¿si?

Yotsuba: P-pero…

Akira: Si estás buscando que te perdonemos o algo así, entonces haz un aperitivo que llene nuestros estómagos — dije sonriéndole — Y recuerda… Itsuki come por 5.

Las lágrimas amenazaban con salir de los ojos de Yotsuba, pero rápidamente los quitó con la manga de su ropa y me dio una sonrisa agradecida.

Yotsuba: ¡Sí!

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Timeskip traído por Itsuki esperando comer…

Con el estómago lleno por comer sushi hecho por Yotsuba, era momento de hablar sobre los exámenes que se acercan.

Akira: Como verán, lograron terminar toda la tarea que les encomendé. Sin embargo, creo que no será suficiente para que aprueben.

Miku: Bueno, empezamos desde el nivel de campesino, y ahora llegamos al punto de que somos capaces de vencer a unas sabandijas.

Ichika: Pero como dijo Akira, tal vez no seamos capaces de vencer al jefe final.

Akira: Es por eso que usarán un ítem que harán que lo venzan sin sudar ni un poco — sonreí mientras mostraba cinco pequeños rollitos de papel en mi mano — ¡Hojitas trampa!

Quintillizas: ………

Akira: ………¡Hojitas trampa! — repetí con una sonrisa.

Itsuki: Ya te escuchamos, pero jamás creí que usarías ese tipo de trucos — dijo mientras le entregaba las hojitas.

Nino: Es más, no tiene sentido conseguir buenas notas al usar esa cosa.

Akira: ¡Entonces estudien como si no hubiera un mañana! ¡Solo nos quedan dos días, pero es suficiente para que sean tan buenas que no tendrán que usar esa cosa! — exclamé antes de mirar a Nino — ¿Qué tal suena eso?

Nino: ¿Ves que tenga otra opción? Cuenta conmigo — dijo mientras desviaba la mirada.

Un sonrojo estaba en sus mejillas, pero creo que es mi imaginación.

Akira: Entonces empecemos.

Estos días serán los últimos que les enseñaré. Porque ya tomé una decisión.

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Dos días después…

A estas horas las chicas ya deben estar haciendo el examen en sus respectivos salones.

Y ya que están ahí, yo estoy en el parque con mis maletas en mano esperando a cierta persona a que se reuniera conmigo.

¿¿??: Lamento la demora, Sakamoto-sama.

Akira: Más bien yo lamento pedirte que te reúnas conmigo en tu hora de descanso, Ebata — me disculpé al secretario del padre de las chicas — Quería pedirte un favor… tal vez el último.

Ebata: Claro, Sakamoto-sama. ¿Qué es lo que necesita?

Akira: Quiero que le diga al padre de las chicas sobre mí.

Ebata: ¿Eh? ¿Está seguro de eso? Porque una vez que se lo diga, posiblemente le prohíba la entrada a su casa… ya que las fue a visitar tantas veces sin que él lo supiera.

Akira: Estoy seguro, Ebata-san. Ocurrió algunas cosas con sus hijas que él debía haber estado ahí. Ellas pelearon y estoy casi seguro que es mi culpa. Estarán mejor sin mí.

Por la expresión de Ebata, parecía que quería decirme algo, pero no lo dijo.

Akira: Es más… — saqué una carta de mi bolsillo y se la entregué — Dale esto a su padre, eso asegurará que me odie hasta la médula y que no vea a sus hijas. Es por el bien de ellas.

Ebata: Me aseguraré de entregárselo, Sakamoto-sama.

Akira: Gracias, Ebata, eres un gran hombre — dijo con una pequeña sonrisa — Ya tengo que irme. El avión me espera.

Ebata: ¿Se irá de viaje? — preguntó al notar las maletas.

Akira: Sí, tengo trabajo que hacer y California me espera. Tal vez vuelva para un día antes de Navidad, pero quién sabe — dije encogiéndome de hombros — Adiós, Ebata. Despídeme de las chicas, ¿si?

Ebata: Adiós, Sakamoto-sama — me despidió inclinando la cabeza.

Asintiendo levemente, me fui de ahí con la frente en alto.

Buenas suerte, chicas. Sé que pueden.

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Ahh, Noche Buena. La noche donde la familia pasa junta y comen pavo con sus seres queridos. No importa en qué país estés, la tradición es igual.

Pero eso no va conmigo.

Hace unas horas regresé a Japón justo antes de que los vuelos se cerraran por la nieve. Y aunque fui solo a mi hotel, sentí que alguien me observaba durante todo el camino. Desde mi viaje en taxi hasta aquí.

Akira: Debe ser estar imaginando cosas — dije mientras me relajaba en mi sofá, esperando mi cena.

Mirando el techo, no pude evitar recordar a las chicas. Estoy seguro que están bien y que ya se están olvidando de mí. Y aunque eso me carcome, debo ignorarlo y seguir adelante.

*Toc Toc Toc*

¿¿??: ¡Servicio!

Akira: Ya era hora — dije levantándome de mi asiento y yendo hacia la puerta.

Al abrirla, una chica me trajo la cena en un carrito. Tenía el cabello blanco, ojos azules y vestía como mucama.

Ingresando a mi suite, me dio una leve mirada antes de dejar la comida e irse sin decirme nada a cambio.

Akira: ¿Gracias? — dije cuando ella ya se había ido — Eso fue extraño.

Ignorando lo sucedió, me senté y decidí disfrutar mi pavo al horno. Se veía apetitoso.

Agarrando un pedazo de pierna, me lo comí y disfruté del sabor. Está delicioso. La carne estaba jugoza y el sedante daba una sensación de suavidad que……… mierda.

Lo último que recuerdo antes de golpear mi cabeza contra la mesa y quedar inconsciente fue el sonido de la puerta abriéndose y pasos acercándose hacia mí.

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Mientras recuperaba mis sentidos, mi vista estaba algo nublada, pero empezaba a aclararse. Mi cuerpo se sentía algo entumecido y mis pies estaban siendo arrastrados en la nieve.

Espera, ¿nieve?

¿¿??: ¡Es peligroso caminar sobre la nieve, Yotsuba!

¿Yotsuba?

¿¿??: Cielos, eres simplemente una niña. No me haré responsable si te caes, ¿entiendes?

Esa voz…

Por fortuna mi vista se aclaró y mis oídos también. Levanté la mirada y mis ojos se abrieron al ver a las chicas a mi lado. Estaban caminando por la calle y cruzaban un río a través de un puente.

Itsuki y Nino me arrastraban con mis brazos sobre sus hombros mientras el resto de sus hermanas caminaban frente a ellas.

Akira: ¿Chicas? — pregunté con voz apagada.

Las cinco se detuvieron y giraron a mirarme.

Nino: Ah, ya estás despierto — dijo antes de quitar mi brazo de su hombro haciéndome casi caer a la nieve si no fuera por Itsuki que aún me sostenía.

Akira: ¡Oye! — exclamé parándome por mí mismo — Ustedes… ¿me drogaron?

Las chicas señalaron a Nino, que no se mostraba para nada culpable. Más bien tenía una sonrisa de gusto, señal de que le gustó ponerme a dormir.

Akira: Entonces una de ustedes fue la mucama que me trajo la cena, ¿no es así?

Ichika me guiñó el ojo, lo que me indicó que ella era la mucama.

Akira: ¿Y quién de ustedes me puso la ropa? Recuerdo que estaba solo con una bata de baño.

Para mi horror, ninguna respondió. Cinco pares de ojos azules no quiso mirarme por nada del mundo. Y estoy seguro que el rubor en sus mejillas no es por el frío.

Itsuki: S-sólo puedo decir que… e-eres un chico sano… y-y que haces mucho ejercicio — tartamudeó sumamente avergonzada.

Akira: Dios — dije tapandome la cara con las manos — ¡Ya no me podré casar! ¡Tomen la responsabilidad!

Luego de eso, hubo un incómodo silencio que nadie quiso romper. Y siguió así por 5 minutos hasta que yo hablé.

Akira: Oigan… — dije quitando mis manos de mi rostro — Yo… lamento no haberles dicho sobre que ya no iría a enseñarles y que viajaría fuera de Japón. Creo que debí decirles en persona y no a través de Ebata. Y aunque quiera volver a enseñarles, posiblemente su padre ya me ha prohibido la entrada a su casas. Tengo una orden de restricción de hecho.

La vergüenza de las chicas desapareció de sus rostros y giraron a mirarme.

Itsuki: Mira esto. Este será nuestro tutor — dijo mientras sacaba una hoja de presentación.

Tomé la hoja de sus manos y lo miré mejor. Era un hombre mayor de cabello largo hasta el cuello. Estaba bronceado, usaba lentes oscuros y vestía una camisa hawaiana.

Itsuki: Quería mostrártelo a ti, Sakamoto-kun.

Akira: Pudiste haberlo hecho sin ponerme a dormir y sacándome de mi hotel, Itsuki — dije mirando la hoja en mi mano — Pero aún así, parece que su padre logró contratar un tutor adecuado para ustedes. Graduado de la universidad de Tokio y ex profesor, ¿eh? Que pro. Estoy seguro de que él puede guiarlas al éxito y ya no… espera un segundo — pedí mirando detenidamente la foto del tutor — ¿Por qué se parece a Ebata?

Las chicas se estremecimieron ante mi pregunta.

¿Di en el clavo?

Nino: ¿E-eso que importa ahora? ¿En serio estás bien con eso? ¿En serio está bien con botarnos a la basura y dejarnos así como así? — preguntó enojada.

Akira: ¡Ya debes saber que ya he fallado dos veces en intentar que aprueben sus exámenes! ¡E incluso con mi doctorado y una licenciatura, no me dará la garantía de que pueda hacerlas mejorar para su siguiente prueba! ¡Sería mejor que un tutor calificado y con experiencia las enseñe que yo! — exclamé alterado — ¡Basta de involucrarlas en mi egoísmo de querer enseñarlas en contra su voluntad!

Nino: Es verdad. Desde que te conocí has sido egoísta. Gracias a eso, hemos sido forzadas a estudiar aunque no quisiéramos. Francamente nos hiciste memorizar ridículas fórmulas y nos hiciste realmente feliz cuando finalmente fuimos capaces de resolver ciertas preguntas. Todas esas son tus fallas. ¡Así que toma la responsabilidad y sigue siendo egoísta hasta el final!

Akira: suspiré — Aunque digas eso, ya no puedo entrar a su casa.

Ichika: ¿Ese es el motivo?

Akira: Sí.

Ichika: Entonces eso no será un problema — dijo sonriendo antes de mostrarme un pequeño apartamento detrás de ella — ¡Bienvenido a nuestra nueva casa!

Akira: ¡¿Qué?! — exclamé en shock — Tienes que estar bromeando.

Ichika: No. Lo rentamos. Quiero decir, estoy teniendo un poco de ingresos así que… aunque el contrato no está a nuestro nombre por ser menores de edad… ¡pero no te preocupes! Le dijimos a nuestro padre después de rentarlo. Así que ya no tienes otra razón para negarte, ¿verdad?

Akira: Todo esto… por favor digan que están bromeando.

Yotsuba: No estamos bromeando, Sakamoto-san. Y para que creas que lo decimos en serio… — me mostró cinco tarjetas que eran las llaves del Pentágono y luego las tiró al aire — ¡Ahí van!

Akira: ¡Las llaves! — exclamé viendo como caían al río.

Sin darme cuenta, resbalé con el hielo que estaba en el borde, haciendo que caiga al río ante las miradas de susto de las hermanas.

Akira: ¡Ahí te voy, San Pedro!

*SPLASH*

¡¡QUE FRÍA!! Es lo que pensé cuando el agua golpeó mi espalda y el resto de mi cuerpo.

Es una horrible sensación que recorre toda mi médula y que me aturdió, dejando que me hunda más en el agua.

¿Moriré? Es poco probable porque soy el prota, ¿no?

Cuando creí que seguiría hundiéndome, las chicas también saltaron al agua.

Sorprendido, emergí del agua tomando una gran bocanada de aire.

Akira: ¡¿Por qué saltaron también?! ¡¿Estás locas?! — pregunté alterado y preocupado por ellas.

Miku: Por favor, no te rindas porque simplemente fallaste dos veces. Esta vez estaremos bien si estás con nosotras, Akira — dijo nadando hasta quedar muy cerca de mí — El fracaso es la madre del éxito, ¿verdad?

Akira: Usando la cita de Thomas Edison en mi contra, ¿eh? — pregunté con una pequeña sonrisa — Chica lista.

De repente, escuchamos chapoteos fuertes. Nos dimos la vuelta y vimos a Nino luchando por flotar.

Itsuki: ¿Qué pasa contigo, Nino?

Nino: E-está muy helado… m-mi cuerpo no responde.

Akira: ¡Ahí voy! — avisé nadando hacia ella — Pasa tus manos alrededor de mi cuello y no me sueltes, ¿okey? — dije mientras la abrazaba por la cintura con un brazo libre, ya que el otro lo usaba para nadar hacia la orilla.

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Pov. Narrador…

Mientras Akira la llevaba fuera del agua, el corazón de Nino latía como loco. Podía sentir su pecho pegado al suyo, su aliento en su oreja y su por alguna razón podía oler su aroma a pesar de que estaban en el agua.

Nino:¡¡NO!! ¡¡POR FAVOR, ÉL NO!!” — suplicó en sus pensamientos mientras sus mejillas se volvían más rojas.

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Pov. Akira…

Salimos del agua completamente mojados. Las chicas me ayudó a sacar a Nino que seguía aturdida y aún seguía aferrada a mi cuello hasta que me soltó segundos después.

Akira: Ustedes están locas, ¿lo sabían? — pregunté recogiendo la hoja del tutor que estaba en el suelo — Me drogaron, me cambiaron de ropa, me sacaron del hotel, ¡incluso se mudaron a este lugar para que siga con ustedes! ¿Y saben que pienso?

Para sorpresa y alegría de las cinco, rompí la hoja a la mitad.

Akira: ¡Que ustedes deben amarme mucho como para hacer algo así! ¡Ni crean que me iré otra vez! ¡Me quedaré hasta que se acabe el fic! — exclamé extendiendo los brazos — ¡¡HE DICHO, CASO CERRADO!!

Yotsuba: ¡¡SAKAMOTO-SAN!! — gritó de alegría antes de correr hacia mí y abrazarme con fuerza.

Akira: Ufg.

La siguiente en venir a abrazarme fue Itsuki, que se aferró a mi espalda. Luego fue Ichika y después Miku, que abrazaron ambos brazos. Claramente ignoré la suave sensación que sentía en mi brazos, pecho y espalda, ya que si cierta parte del cuerpo despertaba, Yotsuba, que estaba al frente, pagaba pato.

La única que no fue a abrazarme fue Nino, que no se obligaba a mirarme. Tal vez está celosa.

Akira: ¿Qué sucede, Nino? Únete al abrazo colectivo.

Nino: ¡¿Q-qué?! ¡No lo haré!

Akira: Vamos, hay espacio para ti~ — dije cuando Yotsuba hizo un ladito en mi pecho.

Nino: Ngh… ¡Bien! ¡Pero solo porque estás suplicando! — exclamó mientras se acercaba a mí y me abrazaba a lado de Yotsuba.

Si que me aman.

CONTINUARÁ

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