El destino se empecina 
en demostrarme cuánto he perdido 
trayéndome los recuerdos
de amores pasados 
que no supe cuidar, 
que me abandonaron, 
que sin llegar a conocerme 
buscaron el calor de otras manos, 
la dulzura de otros besos, 
el fuego de otro cuerpo... 

Cuan cruel llega a ser el pasado 
haciéndome sufrir 
dos veces por el mismo amor: 
antes por haberlo perdido, 
hoy por no tenerlo aquí; 
hoy por no saber quién soy 
duelen aun más estos recuerdos 
hermosos, pero tan fugaces...

Y que me confirman
que alguna vez soñé... 

Y mi alma llora tanto 
como la lluvia de afuera 
como si quisiera lavar culpas, 
como si deseara borrar errores, 
como si eso fuera posible... 

Nostalgia de esos amores 
impulsa mi mano 
que yacía inerte, 
falta de esperanzas 
y de inspiración.

Ahora he descubierto,
lamentablemente, 
que mi musa llega 
cuando estás ausente, 
cuando me siento sola, 
aun sin estarlo.

Cuando no comprendo 
por qué, a pesar del tiempo, 
tu calor me abriga 
aun sin tenerlo, 
y siento tu pecho 
suavemente agitado, 
tu pelo revuelto, 
todo tu perfume 
que me hacen sentir viva... 

Tan viva como en aquel tiempo 
en que te tenía, 
tan viva para sentir 
mi felicidad plena 
al verte sonreír... 

Hasta que te perdí...