La noche cubría todo el país, la calma y serenidad que transmitían bajo la luz de la luna y la sensación de miedo.

Han habido ataques y una gran amenaza en las fronteras, el emperador ha mandado sus líneas de defensa y gran parte del ejército para combatirlos.

Todo está débil, la comida escasea, los hombres solo mueren en batalla y lentamente se siembra una inseguridad entre la gente. El país Hiba a caer tarde o temprano, pero ¿Por qué Ahora?

La seguridad en la muralla estaba al tanto de toda amenaza, Era una de las principales líneas de defensa, su caída solo significaría una debilidad en el país.

Un enorme estruendo y temblar por las paredes de piedra hizo entrar en shock a muchos guardias. Se veía no muy lejos como unas pequeñas cajas caían del cielo, estos tenían una pequeña mecha que las hacía explotar.

Era pólvora.

Lo que hacía caer la pólvora eran cuervos, pero eran liderados por un halcón.

Rápido tomaron medidas disparando a las aves y avisando del repentino Ataque. Hasta que una lluvia de fechas cayo en dirección a estos.

El ataque a la muralla había comenzado.

Tras largas horas de batalla, la muralla estaba siendo invadida por diferentes partes, hasta que solo quedó una.

Rápido este soldado mando la carta al emperador para dar aviso de la caída de la muralla. Al llegar a la base donde mandaría la carta y atarla al ave un horrible escalofrío lo invadió por completo.

Escuchaba pasos lentos pero precisos, el chillido del halcón acercándose a velocidad hasta aterrizar en el brazo de este ser.

El soldado volteo su mirada, el fuego era la única luz que disponía ahí más el fuego, humos y clamor de fondo de los demás defensores de la muralla.

Un escenario perfecto para lo que veía. Unos ojos de tono morado, peligrosos, fríos y serios junto a la postura amenazante de su halcón.

La armadura negra con la insignia de dragón, ese piel de animal que le cubría el rostro pero dejando a al vista esa mirada asesina, su larga Katana con la que ha manchado de sangre más de una ocasión.

- el dragon Negro - dijo en un susurro.

Tan pronto la vio dejo ir al ave llevado su carta consigo.

- ahora toda China sabra que estás aquí - contesto en un deje de valor

El halcón de Asclita solo voló de nuevo, ella tomo la bandera de este país y la lanzo al fuego.

Una sonrisa sádica y oscura que hizo resaltar más sus ojos apareció la oír el comentario de este soldado.

Asclita: perfecto

La noticia llegó a todo el país, todo oriente estaba dándose cuenta de la amenaza que en verdad representaba esté enemigo.

Un líder cruel y despiadado, un grupo de soldados sanguinarios y estrategias fuera de los común.

La toma de la muralla solo era el comienzo de su conquista.

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Quien captó la referencia en esta escena tiene mi respeto señor Stark.