BONNIE'S POV

Se sentía extraño volver a abrir los ojos. Tenía los brazos doloridos y algo magullados, y, a pesar de eso, trataba de empujar mi silla por mí misma. No sentía las piernas y no podía moverlas. Mis ojos se acostumbraban poco a poco a volver ser usados. La cabeza me daba vueltas. Pero al menos seguía viva. 

Habíamos salido del hospital y mis amigos propusieron que fuéramos a pasear. Una parte de mí sólo quería quedarse en casa, pero la otra parte aceptó. 

—Cuando vea a Diego se va a enterar—masculló Aarón a mi lado. No se separaba de mi silla, en actitud protectora. Le miré y sonreí. Él no pareció darse cuenta. 

—Al final...¿te has reconciliado con tu padre?—preguntó Sergio. 

«¿Qué ha pasado mientras estaba en coma?», pensé. 

—Em... sí. ¿Qué tiene de malo?

El chico dijo algo que no llegué a oír. Se hizo el silencio y noté como mi silla se movía sin necesidad de que empujara. 

—Al final te pondrás los brazos fuertes—bromeó la pelirroja.

—Gracias. 

—De nada. Para eso estamos las mejores amigas. 

Bromeamos y reímos, hasta que Zoe vio a un chico extrañamente parecido a ella. Nos lo presentó como su hermano gemelo perdido. Empecé a sentir que yo no pintaba nada allí, por lo que fue un alivio volver a casa. 

Aarón empujaba mi sillita. 

—Bueno, dime abuelita, ¿cómo te encuentras?—me preguntó burlón.— Ya puedo insultarte todo lo que quiera y sé que no podrás hacerme nada. 

—Maldito seas—mascullé más entre risas que entre dientes. 

«Se siente bien», me dije. Era genial volver a bromear con Aarón de camino a casa. 

—Estoy segura de que cuando vuelva me encontraré un comité de bienvenida—reí.

Él también rió. Pero en seguido dejó de hacerlo y preguntó:

—Oye, ¿qué recuerdas de... bueno... de tu estancia en el hospital?

Si hubiera estado caminando me hubiera parado en seco. 

—Recuerdo... recuerdo la voz de Zoe, la de mis hermanos llamándome y recuerdo...—Todo el calor se acumuló en mis mejillas.— Bueno... te recuerdo a ti. 

Si hubiera estado enfrente de mí, hubiera sido incapaz de mirarle a los ojos. Recordaba una voz... su voz... admitiendo sentimientos que yo creía compartir. 

—¡No me esperaba que Zoe tuviera un hermano gemelo! Ha sido muy rara. ¿Cómo es que no nos lo había dicho?—comenté tratando de evadir el tema del hospital. 

—Ya... Pero dime, ¿qué recuerdas de mí en el hospital?

«Mierda». 

—¿Iba en serio?—acabé preguntándole.—Lo que me dijiste. 

No pude ver su cara, pero apuesto lo que sea a que estaba sonrosado, cual salmón ahumado. 

—¿Que si iba en serio que me estoy enamorando de ti?—contestó al fin.— No sé. Dímelo tú. Si no iba en serio, ¿cómo es que soy incapaz de sacarte de mi cabeza? ¿Cómo es que cada vez que te veo siento abejas asesinas en mi estómago? 

Me quedé en silencio. No sabía qué se supone que debía decir. 

—Di algo—me pidió.—Lo que sea. 

—Hola—murmuré patéticamente. 

—No me refería a eso—se quejó. 

—Dijiste "lo que sea". 

—Pero tú sabías lo que quería que me dijeras. 

—Solamente dime si sientes lo mismo o si hacemos como que esta conversación nunca ha tenido lugar. 

Probablemente esos fueron los segundos más duros de mi vida antes de decir:

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Y fin. ¿Qué le dirá? ¿Por qué vuelve el hermano de Zoe? 

Todo ello y mucho más en los próximos capítulos.