Capítulo 5: Verdades a medias
Ha llegado a su destino. Disfrute su estadía— concluyo el viaje la voz del navegador.
Jack se estaciono la camioneta cerca de la entrada, quito el navegador y ambos chicos salieron del vehículo, viendo el edificio frente a ellos.
El edificio de departamentos universitarios era grande estaba formado por tres edificios, dos grandes y uno mediano, gran parte del edificio tenía ventanas. Cerca de la entrada en una de las ventanas estaba el símbolo de la Universidad de Edimburgo y abajo, en un círculo rojo estaba en nombre del edificio: Inside.
Era el edificio de departamentos universitarios más cerca de la universidad, de hecho, la escuela estaba prácticamente a la vuelta de la esquina. Había sido un poco complicado para los chicos conseguir un lugar, pero aquí estaban.
—¿Hiciste la cita verdad? —pregunto Jack de nuevo, cortando el silencio.
—Ya te dije que sí... —repitió Hiccup—. La verdad me ofende que desconfíes de mí.
—¿Qué esperabas? La última vez que te encargue algo olvidaste recordarle a nuestro jefe que me cambiara de turno y llegue tarde.
—Fue solo una vez... —El peliblanco lo miro con una ceja levantada—. Bueno tres, pero me disculpe... y los dos últimos turnos yo los tome para que no llegaras tarde.
—Era lo mínimo que podías hacer, olvidadizo.
—Ya deja eso... —le dio un ligero golpe en el hombro—. Entremos, tenemos que sacar las cosas de la camioneta y ver donde lo vamos a estacionar.
Jack puso el seguro al auto y ambos entraron al edificio: las paredes estaban pintados de colores blancos y grises, todo iluminado por luz natural. Al entrar había una pequeña recepción; el lugar se encontraba en movimiento; futuros estudiantes con maletas y otros pocos regresando a sus hogares. Los chicos un poco alertas caminan hasta el gran escritorio de madera oscura, en donde se encuentran tres trabajadores que estaban atendiendo a los nuevos estudiantes, cuando ven que uno de ellos se desocupa se acercan.
—Buenos días, chicos ¿Son nuevos estudiantes o buscan información? —pregunto la recepcionista con una ligera sonrisa, era una mujer joven de cabello rubio y ojos color miel.
—Nuevos estudiantes, de hecho, ya apartamos dos lugares. Confirme ayer la cita —respondió el castaño.
—De acuerdo... —ella dirige su mirada a su computadora— ¿Pueden decirme su nombre por favor?
—Hiccup.
—A ver... —la mujer tecleo un poco en la computadora, después de un rato sonrió—. Aquí esta, su cita estará a la par con la cita de un tal... ¿Jackson?
—Ese soy yo —saludo el albino, su amigo lo volteo a ver y le dio una sonrisa malvada, el solo puso los ojos en blanco. No le gustaba mucho que lo llamaran con su nombre completo.
—Excelente —les pasa dos pases, cada uno con su nombre impreso—. Den media vuelta en este pasillo y en la primera puerta que vean entran: ahí se encontraran con la encargada de las habitaciones, será ella quien les dará sus llaves y si tiene auto sus lugares y llaves del estacionamiento.
—¡Genial! Muchas gracias. —agradeció Jack. Tomaron cada uno un pase y caminaron siguiendo las instrucciones.
Caminan uno al lado del otro hasta la entrada de la oficina de la encargada, Hiccup da un paso adelante y toca la puerta.
—Pasen... —permitió la voz de una mujer mayor.
Ambos entran a la oficina y cierran detrás de ellos: la oficina tiene ventanas grandes, alrededor se encuentran varios estantes con libros y archivos. Hay dos sillas frente a un escritorio en donde estaba la que posiblemente fuera la encargada; una mujer mayor de cabello negro, piel clara y ojos oscuros. Al entrar estaba leyendo algunos documentos con un par de gafas de lectura.
—Buenos días, señora —saludo algo tímido Jack
—Buenos días... —saludo algo distraída la mujer. Cuando termino de leer el documento en su mano lo dejo en el escritorio y se quitó las gafas, mirándolos—. Mi nombre es Eileen Mosquera y seré yo la casera del edificio este ciclo. Siéntense en las sillas por favor —ambos chicos asienten y hacen lo pedido, la mujer les da una leve sonrisa— Bien... ¿Ambos irán a la misma carrera?
—No, tenemos carreras diferentes.
—Okey... —con su silla se da media vuelta y se acerca a un mueble, abre el cajón y deja ver muchas carpetas—. Díganme su área y después su nombre, comenzando con apellidos.
—Tecnología: área de ingeniería mecatrónica, Haddock Hiccup James —hace una mueca, aún sigue preguntándose por que rayos le pusieron James.
—Medicina: área de Pediatría, Frost Jackson —el albino intento no reírse del segundo nombre de su amigo. Siempre le daba risa.
—Bien... —saca un documento, cierra el cajón y abre otro y saca otro documento. Regresa a su escritorio y pone frente a los chicos las carpetas correspondientes—. Estos son las copias de los documentos que nos envió la universidad. ¿Pueden darme sus identificaciones? —ambos chicos dan sus credenciales—. Bien, me dicen que ambos comparten una camioneta, asi que a ambos les daré copias de las llaves, su estacionamiento sería el... —reviso los documentos— número 03. Tengan en cuenta que se cierra el estacionamiento alrededor de las 9 de la noche.
—Si señora —dijeron ambos chicos. La mujer era algo intimidante, tal vez por esa razón era la casera. Pensaron ambos.
—Excelente. Les daré a firmar sus contratos de arrendamiento mientras busco en que habitaciones la computadora los coloco —Eileen saco dos hojas de su archivero y se los paso a los chicos junto con dos bolígrafos, tomo una hoja y volvió a ponerse sus anteojos.
—Recuerda nuestra apuesta... —menciono algo divertido Hiccup.
—El que ríe al último ríe mejor... —declaro Jack, mientras terminaba de firmar el contrato.
Paso un rato, pero la señora Mosquera se levantó de su asiento y camino directamente a una vitrina con cerradura, cerca de un librero. Saco una llave y lo abrió, revisando nuevamente la hoja que tenía en su mano saco dos juegos de llaves y volvió a cerrar la vitrina.
—Esto, no pasa muy seguido... —comenzó la mujer con una ceja levantada por la sorpresa. Volvió a sentarse en su silla—. El edificio está dividido por áreas de estudio. ¿Lo saben? —ambos chicos asintieron—. Cuando un área tiene más estudiantes de los esperados los alumnos sobrantes son colocados en habitaciones disponibles en otras áreas. Tal parece que hay más estudiantes para el área Médica este año, por lo que algunos alumnos fueron colocados en otras áreas. Señor Jack, al meter su cita junto con el del señor Hiccup y al vivir en la misma zona que él, la computadora automáticamente los junto, así que compartirán habitación —les paso rápidamente ambos juegos de llaves a los chicos—. Su habitación está en el área de Tecnología, es la numero 12. Tienen una semana para traer sus pertenencias, de ya traerlas sería mejor comenzar a instalarse. Les entregaría el día de mañana las llaves del estacionamiento, por el momento si traen su vehículo pueden entrar, el encargado estará ahí, solo muéstrenle este papel... —rápidamente la morena saco un pequeño papel y anoto algo, luego se los dio—... y les dirá en donde deben estacionarse a partir de hoy.
—Muchas Gracias, Señora Mosquera —agradecía demasiado animado el ojiazul, aguantando las ganas de reírse, mientras su amigo tenía una expresión derrotada y shokeada—. De hecho, ya traemos nuestras cosas.
—Mejor, las habitaciones ya están listas, pueden instalarse sin problemas. Pueden retirarse, cuando todos los estudiantes que faltan se instalen les estaría dando los horarios —la mujer los despidió, ambos chicos se levantaron de sus asientos, agradecieron a la mujer y salieron de su oficina.
—Quita esa expresión engreída de tu cara... —pidió resignado el ojiverde mientras caminaba en dirección en donde dejaron su camioneta, el albino no pudo más y comenzó a reírse.
—JAJAJAJAJAJAJA... lo siento-o jjajajajajaja —su amigo le dio un golpe en el hombro y camino más rápido—. Hiccup no te enojes... solo es una pequeña salida a una discoteca. Hasta será en una de las fraternidades...
—A mí no me engañas anciano inmortal, estoy seguro de que ya sabias lo que pasaría. ¿No es verdad?
—Puede que la Universidad me haya mandado un correo hace un par de días... la verdad que tengo muy mala memoria...
—¡No voy a cumplir tu apuesta!
—¿En serio crees que te permitiré encerrarte en tu cuarto leyendo sobre vikingos durante cuatro años? ¡No en esta vida!
Mientras discutían, ambos chicos entraron a la camioneta y entraron al estacionamiento del edificio, el encargado, un hombre de mediana edad se acercó a ellos, le dieron la nota de Eileen y tal como dijo los dijo pasar y les señalo cuál era su número de estacionamiento.
Pasaron las siguientes horas retirando cajas de la camioneta, el señor incluso los ayudo con algunos, el ascensor no estaba muy lejos así que no fue difícil subir las cosas. Cuando por fin entraron a la que sería su habitación por los próximos años la vieron a detalle: el lugar era grande, había dos camas individuales, una pegada a la pared de la izquierda y otra en la pared de la derecha (ambas ya tenían un par de sabanas colocadas): a los pies de cada cama había un pequeño escritorio arriba en ambas paredes, un solo estante que les permitiría poner sus libros. Por último, había una ventana con un par de cortinas incluidas. Jack eligió la cama de la derecha, Hiccup el de la izquierda.
Cuando por fin terminaron de descargar todo su equipaje de la camioneta entraron a su habitación y se acostaron, bastante cansados.
—Y.... aquí estamos... —exclamo Hiccup un poco atónito. Era un poco irreal que por fin estuviera aquí, había veces en los que creyó que su sueño era imposible, pero aquí estaba él, en una de las Universidades mejor valoradas y, sobre todo, no estaba solo.
—¿Quieres un pañuelo? —pregunto Jack al verlo, el castaño lo miro mal y le aventó una almohada— ¡Oye! Solo era una pregunta... aguafiestas. A ver si te animas más en la discoteca.
—Eres un maldito ¿Lo sabias?
—Y aun así me quieres... —se jacto el albino con una sonrisa socarrona, hasta que Hiccup le aventó otra almohada al mismo tiempo que se levantaba.
—Anda gran villano del mal —le golpeo una pierna—. Hay que encontrar un lugar en donde comer, me muero de hambre...
—Mmmm... —exclamó Jack cuando se quitó la almohada de la cara—. ¡Pido Pizza!
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Jack se sentó en medio de su cama, con una esfera de nieve jugando entre sus manos. Miraba la luna gracias a la ventana de su habitación, giro su cabeza y miro a su amigo quien estaba dormido en la cama contraria; después de comer pizza en un lugar no tan cerca, comenzaron a desempacar y acomodar su habitación, Hiccup había logrado llenar su estante de libros, aunque él no podía decir mucho, sus propios libros de pediatría eran pocos, pero muy grandes y pesados.
Suspiro algo tembloroso, mientras veía la esfera entre sus manos. No quería reunirlos, pero la pesadilla que vio esa mañana lo había puesto nervioso y en alerta. Sabía lo que significaba y eso lo asustaba, no por él, por su amigo.
Ya era de madrugada, los estudiantes que llegaron hoy y los niños ya estaban dormidos.
Desde hace un rato en el cielo hasta donde casi su vista se perdía se vieron luces, los cuales eran aumentados por la luz que daba la luna, alejando la oscuridad. Eran aureolas boleares. Ahora lo sabía mejor, solo él podía ver esa vista hasta donde se encontraba.
De repente su esfera de nieve comenzó a brillar y parpadeo. Ya estaban todos juntos.
Volteo para ver a su amigo de nuevo, casi hermano. Escucho un pequeño sonido y volteo en dirección a la ventana, sonrió al ver que era una pequeña hadita. Abrió la ventana dejando entrar al hada, ella lo abrazo y se cómodo en un mueble cerca de Hiccup.
—Espero no tardar mucho, hadita... —le advirtió, ella solo le sonrió y lo despidió. El tomo mejor la esfera en su mano y la movió ligeramente susurrando: —El Polo... —observo como en su esfera se mostraba la casa de Norte, antes de aventarla en dirección a la puerta, convirtiéndola en un portal. Saco rápidamente de la funda de su antiguo bastón de hockey su callado, vio por última vez a su amigo, y entro al portal.
Por la practica pudo aterrizar de pie, estaba cerca del globo terráqueo. Vio como el portal desapareció y dejo una esfera de nieve en su lugar, la tomo y la guardo en la bolsa de su piyama al mismo tiempo que volvió a su apariencia normal; sintió como su altura bajaba y la complexión que había ganado desapareció, ahora su piyama le quedaba algo holgada pero no le importo, suspiro un poco aliviado, era cansado permanecer en una apariencia mayor a la de 15 años.
—Jack... —escucho una voz detrás de él, sonrió inconscientemente. Se dio la vuelta y abrazo al Guardian, él le regreso el gesto—. Pequeño diablillo... te extrañe.
—Yo también, Canguro... —se burló un poco, pero su tono era todo menos de burla, escucho la risa de Conejo, después tuvieron que separarse al escuchar al resto.
—¡Oh, Jack, que bueno tenerte aquí de nuevo! —dijo animado Norte, el hombre lo abrazo y lo levanto. Al menos esta vez no le dio ningún beso en la mejilla.
—¡Hola Jack! —exclamo Tatiana feliz y luego lo abrazo, sus haditas la imitaron— ¡Espero mi hadita haya llegado con Hiccup!
—Lo hizo, gracias, Tatiana... no quería dejarlo solo —Jack agradeció con una leve sonrisa, volviendo a ponerse tenso. Esto lo vio Conejo y salto hasta quedar al lado de él. De repente un pequeño Jack hecho de arena amarilla paso volando entre todos, el albino se rio al verlo—. Meme...
El mencionado apareció detrás de Conejo y saludo a Jack, desapareciendo su pequeña versión.
—Bien estamos todos aquí. ¿Por qué la llamada tan urgente, Jack? —pregunto Norte, mientras tomaba un ponche de uno de un Yeti que se vio algo infeliz—. ¿No quedaron en la misma universidad?
—No, no, no... no es nada de eso. De hecho, acabamos de mudarnos a las habitaciones estudiantiles... —sus compañeros guardianes le sonrieron, él se llevó una mano a su cabello y comenzó a caminar en círculos— Él había estado preocupado por su familia, tal parece que sus recuerdos regresan tan rápido como predijimos. Lo tranquilice y le ayude a empacar... incluso la Señora Valka y su esposo me dieron un regalo... tengo que dales uno...
—Jack... ¿Qué ocurre? —pregunto Conejo preocupado, acercándose a él y llevando su pata a su barbilla y haciendo que lo mire directo a los ojos. Conocía demasiado bien al albino, sabía que comenzaba a divagar cuando algo lo preocupaba o lo molestaba. El Frost suspiro, tomo la mano de su pareja y apretó un poco.
—Hoy vi una pesadilla al lado de nuestra camioneta, mientras íbamos en camino a las habitaciones... —todos los Guardianes jadearon, se miraron entre ellos con cautela. Conejo rodeo los hombros de Jack— Es Pitch... está de regreso y va tras Hiccup... por los dos.
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