| Stela ✨ La vida |

"Serás enviada para vivir en tu carne los sentimientos y acciones que son propios de los humanos".

La ángel jamás superó haber sido testigo de esas palabras, que fueron como un balde de agua fría. ¿Así decían los humanos? Debía aprender modismos y frases, ya que sería enviada para alguna misión sin aún comprender.

—¿De verdad? —fue tanta la impresión que hasta sonó como si fuese alguna broma, ¡pero si su padre jamás lo haría! Le dio tanta pena el preguntar eso.

—Así es —por otro lado, su creador, sonaba igual que cada siglo; tan paternal, lleno de una gracia magistral y el tono poderoso de un líder—. Conocerás aquello que solo mis hijos del mundo terrenal gozan experimentar.

¿Estaba hablando de...?

—La vida.

Esa sola mención logró estremecer a la mujer de alas. ¿Por qué ella? ¿Por qué ahora? Temía a preguntar, ya que sería como dudar de la palabra de su padre, y bien saben los ángeles que Jehova tiene planes para todo y todos, a pesar de ser misterioso con eso.

—¿Aceptas? —y aun así, tuvo la decencia de pedirle su opinión, porque no es fácil lidiar con los problemas de los humanos.

Él más que nadie lo sabe.

—Acepto.

Debió pensarlo mejor.

Si la curiosidad y el deseo de enorgullecer a su creador no la hubisen tenido del cuello, tal vez, no estaría destinada a experimentar lo que sería una sensación; dolor.

Era, valga la redundancia, doloroso. No físicamente, aunque el hilo rojo que se desencadenó en su entrepierna, decía mucho del sufrimiento en su vientre, ahora magullado.

Las plumas en las alas no quisieron hacerle caso hace un tiempo, parecía que la abandonaron y la dejaron caer en su vuelo y solo su padre sabe dónde quedó lo último de su determinación. Estaba frío, solitario. En un bosque quizás.

Amaba el cielo estrellado, porque de ahí su nombre: Stela. Ella fue quien acomodó las estrellas, quien las cuidó como un bebé y la que hizo cada luz más cálida. Pero... En el suelo, comenzó a llorar gracias a la vista que le daba a sus amados luceros de la noche, ¿Qué dirán de su estado en el paraíso? ¿O las constelaciones?

"Nunca debiste intentar sobrellevar el regalo de Dios".

Ella pecó y lo sabía desde el principio, incluso frente a Jehova. Pecó al engañarse, debido a que La vida es una atrocidad que él le dio a sus hijos menos favoritos.

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