| Shouto 🖤 H.O.H |

Johannes estaba rodeado, como siempre, por gatos que parecían todos una manada. La mirada a su contrario le comunicaba que no estaba para ser su amigo, ni mucho menos mantener una conversación civilizada, solo con una batalla bey podría escuchar las quejas que tenía, claramente si aquel rival lograra derrotarlo. Aunque tenía mucha confianza en que ganaría y se iría a comer con sus amigos felinos.

Shouto conocía esos ojos, alguna vez los puso lleno de rabia hacía Gingka y los Bladers legendarios, pero sabía lo que quería decir. El lenguaje de los bladers era sencillo de comprender, pues llevaba a un solo camino; un duelo. Podría ser amigable, o podría ser una lucha a muerte y a veces daba miedo el hecho de no saber cuáles eran las intenciones de los retadores.

Luego de volver a la realidad, Shouto percibió más presencias al rededor. No humanas... Gatos. Se hallaba rodeado. Como estaba en un parquesito de niños, esos animales podrían salir de cualquier parte y darse el lujo de caminar entre los juegos. Claro, es que se encontraba junto al loco de los gatos.

—Me gustan los animales, pero esto es ridículo —dijo el peliplateado en un notable descontento con la emboscada. No era adorable para su gusto.

Después de soltar su risa característica, Johannes mostró su sonrisa de desquiciado. Por alguna razón se sentía protegido al estar cubierto por esos animalitos.

—No veo el problema, si tú siempre andas perseguido de animales también... Incluso son peores que mis amigos. ¿Por qué te quejas, gatito?

El otro comprendió lo que quiso decir (dejando la pena ajena que le dio con ese apodo). Dareki y Jonathan, un par de bobos busca problemas que forman parte de su equipo. Shouto y ellos formaban una unión graciosa, más bien parecían hermanos... Al menos se veían así la mayoría del tiempo.

—Ustedes son un caso serio... Me dan ganas de reír cada vez que los veo ¡son unos payasos! —Prosiguió Johannes entre carcajadas— ¿Acaso debes estar rodeado de idiotas para sentirte superior? Bájale tres a tu autoestima.

—Son unos monos de circo, lo sé... Pero ¿me crees capaz de hacer equipo con alguien que no tiene poder?

No supo por qué de pronto ese chico cambió su expresión a un nivel de no tenerle confianza. Johannes por un momento dejó caer su sonrisa.

—¿Crees que perdería el tiempo con unos inútiles? ¿Con quién piensas que hablas, pedazo de imbécil?

—O-Oye, minino... No te acerques mucho... —el joven felino retrocedió un poco, nervioso por la cara que traía Shouto. Conocía al muchacho por ser un líder algo peligroso, así que no dudaría en saltar al edificio más cercano de ser necesario,

El de cabello gris llegó a tomar bruscamente a su compañero, justo en la camisa, para levantarlo y mirarlo con ganas de que se tragara sus palabras. Los gatos solo disfrutaban del ambiente, jugando o durmiendo.

—Dareki y Jonathan pueden parecer unos enfermos mentales, pero si yo no fuera visto algo en ellos, no estarían en mi equipo... —Niimura podría ser de todo, menos paciente, y aun así quería mantenerse tranquilo. No soltó a Johannes, ni cambió su rostro.

—¿Y qué viste en ellos? ¿Chistes malos? —Intentó relajar la situación el de los gatos.

—Maldad y egoísmo. De lo mejor.


Shouto por fin lo dejó ir, haciendo que cayera de trasero en el piso. Por suerte no cayó encima de una de sus mascotas.

—Ese par puede parecer una broma para ti... Para mí son unos chicos con los peores deseos que hay, y yo se los voy a conseguir aunque tenga que pisarle la cara a los Bladers legendarios.

Johannes, estando en el suelo, no quiso discutir más con ese muchacho, porque la sonrisa sutil que aquel hizo antes de irse fue una señal de que él era mucho, pero mucho peor que sus dos secuaces. Los tres paganos, los tres seguidores de Hades, y las tres pesadillas que Gingka debía vencer.

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