| Michael 🙃 Buen chico |
—Oye, Michael.
De inmediato, el rubio volteó con duda. Uno de sus compañeros lo llamó.
Estaba aún en horarios de clase, pero el receso comenzó hace poco, apenas pudo buscar su merienda.
—¿Sí?
—¿Qué crimen cometió tu papá?
Fue tan directo que él no logró evitar una expresión de confusión y, para que mentir, de terror también. Lo primero que pensó fue desviar la conversación e irse corriendo, porque odiaba tener que dar explicaciones del tema. Y los oídos curiosos de los adolescentes en el aula iban a mantener su atención en el tema.
—¿Perdón? —se hizo el que no sabía, antes de sonreír como si nada pasó— Qué pregunta tan rara... Disculpa, ya me voy.
Tuvo que actuar tranquilidad al tomar sus cosas, ya que detrás de su compañero yacían las, como las apodaron en la clase, chismosas. Tenían cara de haber charlado un par de asuntos sobre Michael, cosa que a él le disgustaba en secreto. Es decir, estaban esparciendo temas delicados que no podía darse el lujo de decir al aire.
—Lily dijo que tu papá está preso, ¿desde hace cuánto?
Otra vez la burra al trigo.
—Alguien me está esperando, nos vemos —apenas llegó a susurrar el rubio al abrir la puerta. Con su mirada en el suelo, fingió otra sonrisa que no perduró mucho.
—¿Entonces es verdad?
—¡Claro que sí! ¡Mi hermano es policía! —Se metió de pronto una pelirroja, gritando de forma adrede para que la gente presente pudiera escuchar— Me dijo que hay un hombre con su apellido, y que su ex-esposa lo visita...
A ese punto, el aludido no permitió que su mueca se perdiera, porque conocía que apenas mostrara un punto de debilidad, sería el blanco fácil para los rumores. Alzó la mirada, ignorando a los demás, solo consiguió salirse de allí sin mencionar otra cosa.
Tal vez pudo defenderse pero ¿qué podría decir? Todo era verdad.
De algún modo, los problemas que cometió su papá estaban llegando a él. Sí, estaba preso. Sí, fue un ladrón que le hizo cosas atroces a su madre. Y sí, tenía que lidiar con ello.
Michael era bueno, siempre lo fue. Sus calificaciones iban entre los tres mejores de la clase, y todo el tiempo era reconocido por ser amable, cariñoso y deportivo. Literalmente un muchacho perfecto; jamás hizo nada ilícito, no tenía vicios y su historial se hallaba limpio. Entonces la cuestión era el por qué tan de repente sus amigos iban en su contra, porque esa pregunta fue con otra intención, como para ver si él presumía eso.
Esperaba que olvidaran lo de ese día, para seguir sin llorar.
- - - ° - - -
Lunes. Sus compañeros empezaron a mirarlo raro.
—¿Será que no es un buen estudiante después de todo?
Martes. Un policía vino a buscarlo a pedido de su madre.
—Creo que seguirá los mismos pasos de su padre.
Miércoles. Los rumores se esparcieron, tanto que hasta varios de sus amigos han dejado de comunicarse con él.
—Y yo que pensé que era un buen chico.
Jueves, ha reprobado un examen.
—No te le acerques, dicen que es peligroso.
Viernes, el director le ha llamado para comprobar si lo que dicen las malas lenguas es verdad.
—Es un sociópata, mira como sonríe.
Michael ha sido bueno todo el año. Nunca se ha quejado. Nunca ha llorado en frente de alguien. Nunca hace nada. Nunca esto. Nunca lo otro.
Él es bueno. Muy bueno.
¿Y por qué ahora se sentía como si fuese una basura?
Arrodillado, se encontraba detrás de un árbol. Sus lágrimas no dejan de escapar, dejando su cara hecha un desastre. No le ha dado tiempo ni de arreglarse para salir, tras experimentar ganas de huir.
Otra vez su madre le ha pegado, disque porque fue convocada por la sub-directora, quien ha explicado el asunto de los chismes. Ella le gritó, diciendo que si se atreve a seguir a su padre, lo va matar cuando tenga la oportunidad. Y Michael sonrió.
Solo sonrió.
—He sido una buena persona... ¿Hice algo malo? —habló desde su mente, ya que si producía una palabra iba a destruirse poco a poco— ¿Dónde quedó el Karma?
Apretó las manos y mordió sus labios, no le interesó si se lastimaba, esos momentos donde lloraba eran el único minuto en el cual no importa lo más mínimo.
No fue la última vez que deseó morir, pidiendo que el karma lo dejara en paz.
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