Toriel.
Capítulo 1: "Toriel"
Si tan solo pudiera seguir viviendo en este lugar, tan desagradable y sin nada que hacer sin que todos observen tus pasos al andar.
Sentirte observado mientras comes, mientras duermes o juegas, una sensación que no quiero dar a nadie.
Yo soy Frisk, un simple niño cansado de todo lo que hay en esta aldea. Se todo lo de aquella leyenda de ese gran agujero en el gran Monte Eboot, no es como que sea tan mala idea ver si es cierto o simplemente un cuento para espantar a cada niño para que no escape hacia el monte.
Siempre he salido sin el permiso de mis padres, y menos les he avisado de todo lo que hago cada día, además dudo que les importe lo que haga yo un simple niño de 14 años.
En la noche tome una mochila, y eche lo que creí y era necesario para ir al monte a investigar lo que sucedía hay. Al terminar salí de la casa y de la aldea, adentrando me en el gran y robusto bosque que había al lado de la aldea y corrí con la linterna en la mano hacia la empinada montaña.
Corrí y seguí corriendo hasta lo que mi físico me dejaba, es bueno que haga bastante físico en mi niñez o lo que se podía denominar como ella.
Al llegar a las horas después a la cima, note el gran agujero que se encontraba. Apuntaba con mi linterna, pero al parecer era demasiado onda como para que llegase la luz de la linterna.
De repente sentí un ruido detrás de mí, me giré y apunte con la linterna alerta ante cualquier idiota que me haya seguido. Entre los arbustos yacía lo que parecía ser un animal salvaje, el cual salto en mi dirección haciéndome retroceder abruptamente.
De repente siento como mi pie de enredo en una de las ramas, haciendo perder el equilibrio y caer al vacío del abismo sin fondo. Por lo menos el animalito alcanzó a aferrarse a algo y subir.
Seguí cayendo al abismo, notando como unas columnas adornaban por dentro, todo era lindo hasta que sentí el dolor de la caída al haber tenido un golpe seco y desmayarme.
Vaya que mi suerte da frutos esta semana.
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Desperté desorientado, sin saber en qué parte del mundo está mi existencia.
Noté que había caído en una cama de flores doradas, viéndolas mejor sin levantarme note que eran un montón de Adonis doradas tan bellas y cómodas.
Cuando sentí que el dolor se iba de apoco decidí Levantarme con cuidado de no volver a caer me de nuevo y seguí caminando por un enorme pasillo hasta llegar a un montos de tierra iluminado por la luna que caía justo por la entrada del abismo. De ahí salió una adonis más, con una reluciente sonrisa y que al parecer se veía amistosa, me acerqué a ella y está al verme sonrió más mientras cerraba sus ojos.
- ¡Hola pequeño! Soy Flowey la flor -pausó para abrir los ojos y mover sus pétalos en sincronía con el viento nocturno - ¿Eres nuevo en el UnderGround, verdad?
- Así es, ¿Me puedes decir que es este lugar? -dije cordial, ante su presencia decidí tener cierto respeto ante flores parlantes. Reí ante aquel pensamiento en mis adentros.
- ¡Vaya chico! Eres muy despistado, estas en el Subsuelo, ¡Eres bienvenido! -dijo alegre.
≥ Con que este lugar si existía después de todo≤ pensé y me agache a la altura de la flor.
- ¿Me podrías enseñar cómo es aquí, Por favor?
Al decir eso, la flor asintió. Este alargó su tallo para quedar a mi altura, haciendo que me levantara.
De la nada apareció un corazón rojo en una pantalla frente a mí, como un tipo de holograma. Suspire, odiaba tener que decidir cosas, mire detalladamente las opciones que tenía.
Pelear. Acción. Objetos. Misericordia.
Cada una de ellas me marcaba al pensar que en algún momento tendría que pensar rápido.
- ¿Notas ese corazón? -Asentí con la cabeza, mientras tocaba el corazón haciendo que este se moviera - ¡Es tu alma...La culminación de tu ser!
Noté como aquel corazón brillo ante sus palabras, poniéndome un poco nervioso.
- En nuestro mundo el "Amor" es muy importante, ya que sin el tu "HP" no subiría ni por arte de magia -Bromeo- Aquí el amor... Se transmite por pequeños... "Pétalos Amistosos"
Mire confundido mis datos bajo la caja donde se encontraba mi corazón, hay estaba mi nombre, mi "HP" y mi "Amor". Hay mire al que me explicaba todo, Flowey.
- ¿Cómo consigo eso? -dije mientras le miraba a los ojos, note como una pizca de inquietud me invadía. Algo no estaba bien.
- ¿Quieres un poco? ¡Yo te comparto! Tengo mucho que dar~ -me sentía todavía más inquieto al notar como de su espalda salían unas cosas blancas, parecida a los pétalos pero mucha más pequeño - Ten, ¡Agarra tantos como puedas!
Flowey me lanzo esas cosas hacia mi pantalla, haciendo caso omiso con el corazón las atrape. Quite enseguida mi mano al sentir las heridas cortando en mi cuerpo.
- ¡Hahahaha! Eres tan idiota -río mientras su cara se volvía más aterradora- ¡Cuando absorba tu alma seré el Dios de nuestro universo!
Siguiente riéndose mientras me rodeaba en esas cosas.
- ¡ ¡ ¡ M U E R E ! ! !
Las cosas esas se acercaron a tal punta de tener que mantenerme quieto, hasta que de repente una bola de fuego apareció al lado de Flowey haciendo que este fuese lanzado hacia otro lado causando que las bolitas esas desaparecieran.
Una mujer cabra se acercó a mí, traía un vestido lago con mangas amplias color morado y con variadas tonalidades de este, también en la parte del pecho traía una especia de Signo, un gran círculo con Alas a sus lados y debajo tres triángulos. En su cabeza llevaba una corona dorada, dando una hermosa apariencia de típica madre de familia.
-
Que horrible criatura, maltratando a un joven tan inocente -sonrió amigable la mujer cabra - Soy Toriel la guardiana de las Ruinas.
- Gracias por salvarme -le devolví la sonrisa agradecido.
- ¿Cuál es tu nombre, mi niño? -pregunto mientras tomaba mi mano dañada por los pétalos de Flowey.
- Soy Frisk, aunque dime como gustes Toriel -dijo ella mientras vendaba mi brazo derecho sonrió y me miro con sus ojos cafés claro, regalándome una mirada pasiva.
- Un placer Frisk, déjame guiarte para curarte mejor -ella tomo mi mano y me guío a través de una puerta frente a donde se encontraba Flowey.
Me guio a través de las Ruinas, mostrándome como decía actuar frente a las batallas y frente a cada acertijo de los puzles que había en el UnderGround.
Me mostró distintos lugares donde podía ir y donde no, también conocí unas Arañas simpáticas que se encontraban por ahí y a muchos monstruos de la zona. Hasta que llegue a la casa de Toriel, me ofreció dormir y algo de pay de caramelo cual gustoso acepte.
Hasta que me di cuenta de algo a los días después, note aquella gran puerta donde el frío pasaba debajo de esta. Abrí un poco la puerta, para recibir que está se cerrase justo en mi cara.
La mano de Toriel está arriba de mi cabeza empujando la puerta hacia afuera provocando un cierre brusco, la mire y note que ella se encontraba sonriendo con la mirada baja.
- ¿Acaso ya no me quieres como para quedarte conmigo? ¿Querías escapar de mí? -dijo mientras me tomaba del cuello de mi llersey.
Todo sucedió tan rápido hasta el punto que sintiera por donde ella me tomaba un Calor abrazador el cual causaba que mi piel se tornara roja por el calor.
- ¿Acaso me vas a abandonar... Como los demás? -sentí la pena en su voz, era tan melancólica al notar sus ojos perdieron su brillo - Entonces... Prueba de que puedes defenderte tu solo, demuestra me que eres capaz de vivir sin ser protegido por alguien...
Desde eso ella me lanzo a una lejanía prudente cayendo de pie, haciendo que mi pantalla holográfica se encendiera.
Los ataques de Toriel llegaban por cada lado, llevándome en la vida real, con el corazón me ayude a esquivar con más facilidad. Por estas razones agradezco haberle pedido ayuda al maniquí de entrenamiento.
La perdonaba seguido hasta que a tal punto sus ataques ya ni siquiera intentaban lastimarme, haciendo que yo la viese dudoso.
Hasta que el sonido del silencio hizo acto de presencia, note como ella con una mirada solitaria penetro mis ojos. Sonrió melancólica y se acercó a mí.
- ¿Acaso... Estabas listo desde un principio? -sonrió de forma amargada para luego agacharse y abrazarme. Sentí su respiración entrecortada a causa de las lágrimas, y como ella se acercaba a mi oído para luego susurrar- P-pero si te vas... Por favor, no regreses...
El dolor se hizo punzante en mi corazón haciendo que también llorara. Ella se comenzó a levantar acariciando mi cabeza y luego marcharse, pero antes de eso ella dijo con cariño.
- Te quiero mucho, mi niño -a mire por sobre mi hombro con gentileza- Cuídate...
- Yo también te quiero... Mama -ella se fue y al igual yo abrí la gran puerta para sentir el frio chocando contra mi piel.
¿Acaso es esto lo que me espera por simplemente dejar a mama? Supongo que todo tiene un comienzo hermoso... ¿No?
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Comienza esta historia c: Toriel me salió un poco depresiva pero ese es el punto ¿No? Bueno espero y les guste c:
©Wolfen©
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